CASTILLO DE LOCUBÍN HACIE MUNICIPIO.
IV
Levantamientos contra
el alojamiento de tropas
El
carácter exento y de prestar servicio militar a la Corona con varias compañías
de soldados ahondan la pobre situación de sus arcas municipales. Sirva como ejemplo
que hubo que acudir a la guerra de Cataluña con una compañía de soldados a
Tortosa y en la cercana guerra de Portugal en 1637 acudieron 160 infantes a la
rebelión de Portugal, 171 infantes en 1642 al sitio de Olivencia, 100 infantes
y diez caballeros a Badajoz y Gelbes en 1658 y 300 soldados a la Coronación del
Conde Duque y Presidio y 24 soldados al mando del Capitan General de la Costa
con destino en Portugal en 1661. No es
menos penoso el continuo alojamiento de
soldados en los últimos años del reinado, sobre todo, en la villa del Castillo
de Locubín que provocará varios altercados y levantamiento de la población.
En 1660, tuvieron que alojar durante el
tránsito y paso de Granada a los tercios de Flandes y Cataluña, un cuerpo de la
Armada. Lo mismo sucedía en Alcalá que alojaron las tropas del capitán Toribio
Marín en dirección a Badajoz y otro nuevo alojamiento que se produjo entre el
1663 y 1664, que quiso obviarlo
V
Las consecuencias
de la compra de la villa del Castillo del Castillo de Locubín en tiempos del corregidor Tomas Fontanet
En tiempos del corregidor
Fontanet se contribuyó con otros 17,450 reales para colaborar al viaje del
monarca hacia Alemania en el año 1648.En medio de un negro clima de empréstito
y deuda municipal, la situación de la villa castillera dio lugar a un nuevo e
importante incidente en el que un
alcalde ordinario, Salvador del Olmo, fue apresado por el corregidor Tomas
Fontanét en 1648. El motivo no era otro sino que se había sobrepasado en las
competencias de dar licencia para la celebración de una corrida de toros con
motivo de las fiestas de la Virgen del Rosario el día 10 de septiembre. Los
siete hidalgos y el clero apoyaron este movimiento de enfrentamiento del
alcalde ordinario frente al corregidor, alegando que
es vergonzoso lo hecho por el
señor corregidor con Salvador del Olmo, teniendo éste el Gobierno de una Villa
tan principal, en donde hay Vicaría del señor Obispo, mucha clerecía y tantos y
tan principales caballeros
No hay que entenderlo, como el
recopilador castillero Rafael Alvarez de Morales y Ruiz defiende, apasionadamente,
que era un atentado en una situación en la que la ciudad no pagó los
compromisos de pago de la villa con la Corona
hasta el 1698 y, sino al ambiente
tenso que reinaba entre las dos entidades, fruto de los frecuentes desajustes
que se producían, tanto personales como de las competencias
que dependían totalmente de la autoridad ejercida por el propio corregidor, ya
que los datos son esporádicos de enfrentamientos. Dentro de este contexto hay
que entender que intentaran en varias ocasiones el pago de contribuciones o donativos
como en 1660, sin embargo la ciudad de Alcalá no permitía la división
administrativa ya que se consideraba la villa del Castillo de Locubín sin
concejo municipal y los cargos de los alcaldes ordinarios y el alguacil mayor
simples ministros de escribir causas y apresar personas en los pleitos para
remitirlos al corregidor alcalaíno.
Entre las roturaciones de tierras se encuentra la denominada de los arbitrios nuevos, que afectó a las tierras de las Atalaya baja, Coza la Hornera, Majada desde el Camino de Noalejo hasta el Camino de Charilla, Encina hermosa, Salobral, Malabrigo, Arroyo de las Parras, ribera del Palancares, Hituero, Vereda de las Grageras, Carrizalejo, Dehesa de Charilla, Vega de las Parras y la Rábita. Todas ellas trataban de roturar tierras que estaban cercanas a las antiguas veredas, rios, abrevaderos,dehesas y descansaderos de animales. Con el arrendamiento anual se hacía frente a las nuevas imposiciones de la corona, los donativos y los gastos contraídos con los censos para pagar la compra del Castillo de Locubín. A esta situación no contribuía la sequía pertinaz que desde el 1635 llevaba la miseria a los campos y culminó con el duro año de 1639.
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