Mal
día, me levanté con la pierna izquierda, pues perdí la máquina de fotos. Y le
tenía mucho cariño por su adaptabilidad y economía. Pero, emprendimos la marcha
cuarenta ruteros con cierta expectación, porque cambiamos la ruta de Encina
Hermosa por la de la torre de la Nava. Nos dirigimos a Castillo de Locubín.
Pero, el día no andaba bien y eso que tuvimos la presencia de Pepe Calzado y
su Pili, que siempre dan la nota de
optimismo, porque la segunda metedura de pata, dejé a mi consuegro en tierra. Por la carretera vieja, nos acercamos
al Castillo de Locubín, y en el parque aparcamos unos quince coches. Saludos y presentación del guía, mi amigo y colega (antiguo alumno del IES Alfonso XI) Moisés Gallardo, un historiador del Castillo de Locubín. Comenzamos por cuestas hasta llegar a la carretera vieja del Castillo. Y más cuestas por el camino viejo de Alcalá. Llegada a una colonia abandonada y encuentro con unos agrimensores. Parada de explicación de los cargueros hasta la zona del repartimiento de los antiguos colonos de principios del siglo XX: casas de mampuesto abandonadas, corralones, eras, amontonamiento de piedras,Castillo de Locubín( explicación de su origen) Coronilla, Encina Hermosa, ….Y de allí a la colonia reutilizada como casa de turismo rural. . Un acierto. Pronto en el puerto. Me quedo , y el día se va arreglando mi consuegro Paco llega de manos del coche de mi hijo Javier en la misma curva. Una alegría, pues nos incorporamos al grupo y a la foto oficial. Camino por la loma de la Nava, entre veredas y senderos
A través de terrenos imposibles de cultivar, sin agua, pero bellísimos por su entorno y medio y su paisaje que nos llevaba la vista a las Vegas, por senderos y no senderos
parecidos al Torcal, con alguna que otra sima y agujeros llegamos a la Torre, bellísimo
paraje que conduce la vista hasta la Mota, por el camino de las tropas
castellanas y los sitios de la Fuente del Gato, Guadalcotón, Charilla, torres ; y a nuestro alrededor puestos de perdiz y retama por vigías
( Charilla y Boca Charilla, Pedregales en el horizonte) los Tajos ( el Hacho y
asoman los zumacales). El amarillo se mezcla con el ocre envuelto entre una
bruma y un cielo encapotado con panza de burra en algunos montes como la Martina y Rompezapatos, se ocultan los Aralejos. Creo ver el zorro que comentaba Moisés por el
fantasiosos lugar.
De allí bajamos a la Mesa Redonda, por un cerro espectacular entre linderos de tierras de mampuesto, algún que un hongo y pocas setas. Cantan los pájaros y observamos las hocicadas de los jabalíes , y nuestro guía nos explica la casa de Toribio, los maquis del grupo de Cencerro y sus encuentros con los vecinos del Castillo, sus delataciones, la era, el sistema de producción, el fracaso del colonato…seguimos bajando, alguna que otra torcedura superada por nuestro tercer apoyo y tajos que nos anuncian la cueva del Jabonero . Antes, parada de lujo y subida a la Mesa Redonda con vistas inigualables. De culo llegamos a ella, nos encanta el lugar entre zarzos, arbustos, olor a otoño húmedo. Moisés no explica la leyenda de la moza del jubonero, que se libró del acoso de los franceses en la Guerra de la Independencia. Los más intrépidos y el hombre garza de Moisés suben al interior de
la cueva, mientras explica la cueva chica y el encierro de cencerro en esta guarida. Buen sitio.
.
Bajamos entre olivos y suelos azahorrados , con alguna caída para llegar al Calvario. Nos paramos en su ermita abandonada ( Mmisés nos recuerda sus santos, creo que san Isidro ) y la última estación, Por una calle en declive pronunciado y jalonada de cruces, llegamos a Corea y al Pósito. Lección magistral sobre Junta de Abastos e inicio de la independencia del Castillo como villa de Alcalá. Explicación del reloj municipal tan gallardo y artístico. Para bajar a la cale y casa de Federico Parera, su participación en el gobierno municipal , su descendencia en los republicanos, y por entrecalles al a casa Museo, La Casa del caballero de la orden calatrava. Por estos lugares debieron correr los hidalgos de apellido Aranda, Sotomayor, Ruiz de Salazar entre los siglos XVI y XIX. Nos detenemos a la iglesia de San Pedro, el sacristán y una monjitas nos ayudaron a visitar la iglesia, que ilustramos con la explicación de sus arquitectos ( Alonso Barba, Ginés Martínez de Aranda, y Juan de Aranda Salazar, sus fases, renacentista y barrocas, personajes como Martín de Artiaga y el propio Ginés). Al llegar a la Plaza dimos nuestro más profundo agradecimiento a Moisés por la buena obra que había hecho con nosotros en este día tan agradable y culto. La cerveza palió el malhumor de la pérdida de máquina de fotos. Pero sé que Paco García, y otros ruteros paliaran mis deficiencias fotográficas.
Llegamos a la iglesia de San
Pedro, el sacristán y una monjitas nos ayudaron a visitar la iglesia, que
ilustramos con la explicación de sus arquitectos ( Alonso Barba, Ginés Martínez
de Aranda, y Juan de Aranda Salazar, sus fases, renacentista y barrocas,
personajes como Martín de Artiaga y el propio Ginés. Saludos al párroco y alcalde en la salida. Al
llegar a la Plaza dimos nuestro más profundo agradecimiento a Moisés por la
buena obra que había hecho con nosotros en este día tan agradable y culto. La
cerveza palió el malhumor de la pérdida de máquina de fotos. Pero sé que Paco
García, y otros ruteros paliaran mis deficiencias fotográficas.
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