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viernes, 11 de enero de 2019

EN ALCALÁ LA REAL INFORMACIÓN. TAL DE ARROBA.


TAL DE ARROBA

Es curioso el modo con el que suelen denominarse las calles en muchos lugares, sorprendente resulta en el callejero alcalaíno. Las hay que responden, en su mayoría, a algún vecino destacado  que  vivía entre las casas de este vial, sirva de ejemplo Gala o Antón de Alcalá; otras se reservan a un dato relacionado con alguna institución o acontecimiento local, Veracruz, La Peste o La Caridad; las hay de oficios o de familias, las del Pintor, Vicentes  o Izquierdos. En tiempos recientes, se ideologizaron y sufrieron cambios en consonancia con   los periodos históricos, República, Primo de Rivera o general Mola. Actualmente,  se han inaugurado fórmulas muy variadas; desde  los nombres físicos donde se asentaban,  como Camino de Charilla, hasta nuevos personajes nacionales o locales, Miguel de Cervantes o del obispo Ceballos. Es curioso que algunas respondan a tiempos anteriores, que no tenían nada que ver con el actual suelo urbanizado. Me refiero a  calles como Moreas de Gamboa o Tal de Arroba. De la primera, es evidente que esta calle se ubicaba en una morera, cuyo propietario era el famoso regidor del siglo XVII Antonio López de Gamboa. La segunda, Tal de Arroba, parece un enigma resolver su origen semántico.  Este sintagma se pierde en la interpretación y comentarios lingüísticos, pues el genérico  adjetivo indeterminado “tal” zozobra en su significado universal como un étimo huérfano de algún sustantivo, y “ arroba”, a lo más que nos induce , lo es, a una actividad comercial basándose en esta mirada que pervivió hasta tiempos recientes para medir líquidos o pesar los sólidos.
Si contemplamos la ubicación de Tal de Arroba, actualmente se encuadra en un nuevo barrio de los años ochenta del siglo XX, donde a lo más que pueden pesarse las calorías del vecino tras subir su cuesta en las nuevas máquinas  electrónicas  que quitaron aquellos ingredientes de pesas y platillos a las tradicionales balanzas y sustituyéndolas por las pequeñas pantallas que imprimen números  de peso, e, incluso, muestran dígitos ideales para controlar algunos parámetros de la salud corporal.  Pues,  esta calle es una muestra de la evolución urbana de un pueblo  agrícola a una ciudad moderna, con barrios históricos y zonas residenciales, del paso  de  vecinos  dedicados a las actividades agroganaderas a una sociedad plural, donde el peso del mundo rural  predomina, pero los servicios y las actividades  primarias y secundarias ocupan un relevante lugar. Ya no se encuentran por estos parajes los ganaderos que comerciaban en tal sitio o parte, la lana que poseían de tal ganado , y  de tal esquilo de tal año, que vendían su producto, su buena lana merina, deshaldada o deshervada, sin hierro ni cadillo ni percanino, y lo hacían pesándola en  arroba por arroba en peso de cruz sin estar el cielo nublado ni suelo rociado. Como es lógico, con los Llanos cercanos y au dehesa de ganado, lanar y caprino, tal lugar no podía recibir otro nombre que  el  de la operación comercial bajo la medida ancestral de la Arroba, Tal sitio  de arroba a arroba. , que el pueblo redujo Tal de Arroba.  Desde  los Llanos como parque periurbano, la atalaya o mirador de sus terrazas, punto de origen de las  rutas que surgen por sus alrededores para adentrarse a otros lugares, con las viviendas de  la clase media y la cercanía con los servicios básicos de sanidad , educación y cultura, Tal de Arroba contempla el cambio de una ciudad cuyo emblema es una ciudad fortificada de la Mota, que se yergue en el entorno de  un cerro, que cambió la tierra de cereal y olivar a otro parque de zona verde de sus arrabales. Más que tal de arroba, atalaya de la ciudad.   



  


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