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domingo, 20 de enero de 2019

EL CONVENTO DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD, DE MONJAS, DE FRAILES O MONJAS Y SERVICIO RELGIOSO DE FRAILES EN ALCALÁ LA REAL

Se han hecho siempre referencias sobre la posibilidad de que en el monasterio de la Santísima Trinidad de Alcalá la Real, se compartieran los edificios con frailes en la parte antigua, y, en el nuevo edificio, se dedicara a las monjas del convento de Nuestra Señora de los Remedios. Decíamos que " fue fundado en 1528, según Diego Espinosa de los Monteros, por Cristóbal Gallego,  escribano de la ciudad,  con el permiso y licencia del abad don Juan de Ávila y según  las crónicas,[parece que al principio era de carácter mixto y fue regido por el prior fray Juan de Castañeda. Fueron sus monjas fundadoras María de Arrabal, María de Montiel y Aldonza de Rivas, hermana de Francisco Vallejo Rivas, que fue patrona y abadesa del citado convento. Estaba situado a extramuros de la ciudad fortificada de la Mota, en la expansión del Arrabal Nuevo junto al barrio  de San Juan". Pero, no todos los investigadores están de acuerdo con la fecha de fundación del convento y, además,  cuestionan su composición aludiendo a  su carácter mixto  en sus primeros tiempos. Para  ello se atienen a los documentos del AMAR  y Carmen Juan afirma rotundamente " en espera de que estas bula puede ser localizada ( se refiere a una bula del papa  Sixto IV sobre la primera fundación del convento)  damos a conocer hoy datos de nuestro AMAR, que certifican la existencia del convento de la Trinidad  antes del año 1528 y que, por lo tanto, el dato aportado por el historiador de la Abadía [ Agustín Garrido Espinosa de los Monteros , de que fue fundado ese año por Cristóbal Gallego no es exacto". Pues estaban sujetas a la corrección, visita y obediencia del provincial y vicarios nombrados por él.  

Se inclina por su carácter mixto con estos acuerdos.
El de 12 de noviembre de 1529:
"el dicho alcaide Juan de Aranda hizo relación a la ciudad de como concertó con el monasterio de la Trenidad la cantidad de la refacción de la sisa , e concertó con el dicho monasterio que se le dé por año a nueve personas que presente están en el dicho monasterio, con monjas e frailes, tres maravedíes por cada uno  día". 
O el  de 13 de abril de 1530, el convento entró en conflicto con los intereses de la ciudad, que impedían que se ampliara la plaza y se extendieran sus servicios  fuera de la fortaleza de la Mota: “ se cometió al regidor Alonso de Cabrera  escriba al letrado de la ciudad licenciado Cerrato, sobre los oficiales, que sea impedido que están abajo, e lo que el frailes de la Trenidad fa fecho sobre qué querían hacer plaza en los mesones, e ansimismo que escriba esta al ministro e juez de la Trenidad..."
En 531 volvieron a pedir la refacción de la sisa, y en  1533, tenemos referencia de su posible carácter mixto por esta acta de cabildo:

"En este cabildo se vido una petición del ministro  del Monasterio de la SantaTrinidad de esta ciudad,   sobre que pide que se faga  la Junta de Ganados que se solían fazer e se dé alguna  parte de las p(artid o presas)as e, vistos por los dichos señores se acometió  a los señores Alonso Cabrera e al alcalde Juan de Aranda regidores  para que hablen  al dicho ministro,  e se sepa lo que  podrá fazer e lo concierten  como convenga  a la ciudad e a todos faziendo lo que se pueda fazer de ello e fagan  de todo relación a la ciudad”.

Más explicito es un documento de  poder de representación de las monjas que conceden en 1534 fray Juan Castellanos, "frailes de la Orden de la Santísima Trinidad en nombre de las monjas de la Santísima Trinidad"; dicho contrato de arrendamiento se llevó a cabo ante el escribano Juan Blázquez y se refería a una finca de 17 fanegas  que poseía el convento en el paraje del Rosalejo para que se beneficiase  Mateo Ruiz Gallardo].  


En palabras del cronista  trinitario Porres Alonso,  se afirma rotundamente sobre estos hechos: "los vicarios provinieron durante muchos años dicho monasterio. Después , por graves discordias surgidas entre los vicarios y las religiosas, estas, con licencia del General de la Orden, traspasaron el convento  a los religiosos. Las monjas quedaron abandonadas a su suerte, sin que les procuraran otra morada".

Y confirma este dato el testamento 27 de febrero de 1531 ante Cristóbal Gallego, de Martín Sánchez Crespo, que ordenaba que fuera enterrado en el monasterio de la Santísima Trinidad, y se dijean misas de rquiem y vigilia y responso por beneficiados. Pero el resto de las misas restantes se dijeran por el vicario qe tienen y por los capellanes que el dicho vicario y la madre priora ordenaran. Tambieb dio 875 para ayuda a la obra del monasterio ,




Y ratificamos: 
" El convento se fundó o refundó por este año 1528, solo, con mujeres, pero las monjas debieron recibir la jurisdicción de la Casa de Jaén y del provincial de Jaén y, por ello, era frecuente la presencia de estos en  la ciudad a la hora de representarlas ante la Justicia, el ayuntamiento o cualquier registro público , porque son varios documentos los que se han encontrado en documentos de los protocolos notariales de los primeros momentos de la fundación.
Y en esta línea, aportamos estos datos provenientes de varios testamentos levantados ante el notario Cristóbal Gallego.



NOVEDADES



Cecilia López, mujer de Pedro García de Baena,  mandaba que fuera ennterrado en el monasterio de la Santísima Trinidad.  y se hicieran las misas por los frailes del dicho monasterio. Francisco Fernández de Morales  alude que sea enterrada en e monasterio de la Santísima Trinidad y que lo reciban por cofrade y ordenaba que las misas de  requiem , vigilia y otras nueve misas rezadas se dijeran en el convento, así como  la de sus suegros. 
Muy cercana a la fecha 28 de agosto de 1529, Catalina González, mujer de Francisco Fernández Sánchez,  que vivía bajo el monasterio y lindero con casas Antón Fernández, ordenó que fuera enterrada en  la sepulturaque compró en el monasterio de la Santísima Trinidad y se dijeran  nueve misas rezadas en dicho monasterio.
El día 18 de septiembre de 1529, ordenaba que fuera enterrada en el monasterio de monjas de la Santísima Trinidad, y, esta mujer de García Ruiz, aporta el dato que era en su fundación femenino. 
El día 30 de octubre de 1529, Leonor López de Aharemes, mujer de Martín López de Córdoba ordenaba que fuera enterrada en el monasterio de la Santisima Trinidad, y le dijeran los frailes o capellanes de dicho monasterio  una misa de requiem y una vigilia de misa cantada  y se les dieran pan, cera y vino, Otras 33 misas por el alma de padres, suegros, y almas del purgatorio  se dijera en el dicho monasterio  por los frailes de la dicha Orden o un capellán  que las dichas monjas tiene. Por la misma fecha Inés Lopez, mujer de Miguel Martos, testaba y pedía que fuera enterrada en el monasterio, y alli le dieran las misas el cministro y religiosos que allí tenía(sic). 
 En  20 de marzo de 1540, Fernán Sánchez de Moya, daba donativos para el convento de la Trinidad. En 1541. Juan López Carrasco, ordenaba que fuera enterrado en la tumba de su  padre Miguel López Carrasco, y lo acompañaran por los beneficiados y capellanes de Santa María la Mayor hasta el convento con tres responso; el resto de misas de rquitem, vigilia y otras rezadas pro su alma, padre y purgatorio en el convento por los frailes que sirven en el Convento. 
-En el testamento de María Fernández, mujer de Juan Matías,  en 20 de abril de 1542 alude que sea enterrada  en el Convento de la Santísima Trinidad, y que le acompañen en el enterramiento los beneficiados de Santa María y de Santo Domingo y cuatro capellanes más antiguos de la iglesia y los pongan en el dicho monasterio con el responsso no más ". Pero afirma que  los frailes que sirven al dicho monasterio le digan  una vigilia y una misa cantada y nieve misas ofrendadas de pan, vino y cera como se suele decir llanamente"  , una vez referidas las ordinarias mandas por el alma de los familiares, padres y almas del purgatorio,  ordena que se digan por los frailes y servidores que sirven al dicho  monasterio.  de  la ciudad y en la misa de requiém y de vigilia
En los mismos términos María Fernández, hija de Francisco Fernández Gallego, y añade que sea enterrada en el monasterio, en la sepultura que allí tengo, el 29 de septiembre de 1542. Alude a un monasterio de San Antonio y a los frailes que le digan las misas en el convento de la Trinidad. Y aparece el monasterio de San Marcos, receptor de dos maravedíes en una manda. 
En primero de septiembre 1544, Isabel de Morales, mujer de Luíz González Hormicedo, puso como lugar de enterramiento en el monasterio de la Santísima Trinidad, y las misas de requién, vigilia, por su alma y familiares se dijeran en este sitio por los frailes que servían en el dicho monasterio. En 26 de julio 1546, ante el escribano Pedro López de la Guardia y siendo testigo otro escribano Martín de Riberos, por el testamento del tejero Francisco Tejero, el monasterio es su lugar de enterramiendo donde los beneficiados de la ciudad llevan a los frailes su cuerpo para enterrarlo en la sepultura que  tenía su madre Mari González, siendo acompañado por la cruz y cera  de los cofrades de Santa Ana y Limpia Concepción. Por los mismos términos Antón de Cuenca, un 28 deener de l mismo año.
Y otro dato muy interesante, un mes después de este año,  el testamento de María Sánchez, primera esposa de Alonso Ruiz, y segunda esposa de  Miguel Sánchez de Guelte, que ante el escribano Gallego se encuentra muy ligada al convento, porque se  cubrió del hábito trinitario en su óbito, y además su familia donaba enseres para el convento como su hija Ana un  vestimento de lienzo. Y lo más curioso que aparecía como testigo el padre frayle Pedro de Carrionde la Orden de la Santísima trinidad, que figura como  ministro y estante en esta ciudad, lo que indica que no era vecino ni existía un convento. Por eso nos disipa las dudas del convento masculino que comentamos en otra ocasión. Ni el de Miguel  López Carrasco en 14 de febrero de 1540  manifestaba que fuera enterrado en el monasterio de monjas de la Santísima Trinidad, y  lo acompañaran los beneficiados de Santa María y Santo Domingo al monasterio diciéndole un responso nada más, y le dijeran las misas de requiém, vigilia misas rezadas por su alma, padres y purgatorio en el monasterio por los frailes que allí residían y servían (sic).
En los meses finales de este mismo año, siendo priora María Sarmiento y supriora María de Arrabal  y monjas profesas Escolástica Padilla, Francisca Gallego, María de Montiel, María de San Jerónimo y María de Santa Cruz, debió originarse  un conflicto similar con  la monja María de San Jerónimo: tuvieron que otorgar una escritura de poder  ante Cristóbal Gallego a  Juan  Ruiz de Arellano para que las defendieran  junto con  sus bienes  y todo tipo de derechos en  la Chancillería de Granada.  El Padre Olibarri  refiere que el padre Carrión, ministro de Alcalá la Real,  fue llamado al orden por el padre fray Juan Hurtado de Mendoza, provincial de Castilla y Andalucía, en  el capítulo de  1546 celebrado en Talavera de la Reina, por ciertas irregularidades que se observan en  un miembro del convento de Alcalá la Real,  en concreto  doña María  de San Jerónimo, alias del Sol. Diferimos totalmente de la hipótesis emanada por Serrano Estrella sobre algunos aspectos de la fundación del convento femenino de la Orden Trinitaria. Pues afirma, en un mar de dudas: "- Monasterios femeninos. El primero de los monasterios constituidos fue el de Alcalá la Real[2].  Ya vimos la parquedad de noticias a la hora de indicar la fecha exacta de la fundación de este cenobio, pero por los datos que tenemos (fraile profeso en Alcalá y Bula de Pío IV sujetando el monasterio a la Abadía), pensamos que no pudo ser después de 1550.  Es
hay duda de que los frailes debieron permanecer en Alcalá la Real en las antiguas casas y mansiones que se transformaron  en el  morabito musulmán. Por eso, el primer cenobio femenino debía litigar continuamente con los padres trinitarios de la Provincia de la Bética en la administración de sus bienes. Pues, muchas monjas  eran unas niñas jovencísimas;  y sus padres las habían ingresado en el convento a pesar de su corta edad. Esto daba a lugar a pleitos continuos con  otros familiares suyos  a la hora de la división y a la curaduría de sus bienes tras la muerte de los padres. En 1542, hay constancia que  las hermanas Eugenia Trasierra y María del Toro, hijas de Sebastiana de Montiel y Quiteria de Toro, dos niñas monjas comprendidas entre los   12 y catorce años-pleiteaban con Martín Hernández y consortes sobres sus legítimas heredades
Por tanto, es cierto que las monjas estuvieron sujetas al provincial y religiosos de la Orden Trinitaria hasta el 1560; pero, ante el desamparo comentado anteriormente,  María de Arrabal y doña María de Montiel denunciaron a  los frailes  por sus excesos cometidos contra ellas, reclamando su autoridad ante el Obispo de Jaén, delegado apostólico para el caso de la devolución del monasterio  y de sus bienes. El Obispo, habiendo escuchado a ambas partes, declaró, en  sentencia definitiva,  que los religiosos dejaran el monasterio  y  lo entregasen  con su hacienda a las dos demandantes. A continuación, los frailes recurrieron  a la Real Audiencia de Granada alegando violencia, pero esta confirmó la sentencia del Obispo de Jaén,  y con la cláusula de que  debía ejecutarse. Con el fin de que  los frailes no reclamaran más sobre la propiedad  del convento,  en este mismo año,  precisamente,  doña María de Arrabal, hija de Cristóbal Gallego, y doña María de Montiel recurrieron ante el papa Pío IV quejándose de los malos tratos que les daban los religiosos trinitarios y  consiguieron bulas apostólicas del Papa Pío IV dirigidas al Provisor de Granada  para que fuera juez apostólico de esta causas y concediéndoles  estar sujetas al abad de Alcalá la Real como Ordinario del lugar, el 23 de septiembre del mencionado año.

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