Celebraba
la aldea de La Rábita sus fiestas patronales en honor a la Virgen del Carmen,
fiestas que han desplazado en atracción de público a muchos núcleos de
alrededor. E, incluso, la antigua ermita de la Cruz se quedó como una fiesta de
mayo en detrimento de la fiesta carmina. No es de extrañar que esta aldea se
haya convertido en anfitriona comarcal por estos sitios. Son muchos los motivos
los que han coadyuvado a convertirse en un centro importante de eventos. Pues,
la Rábita es una de las aldeas de mayor población del municipio de Alcalá la
Real. También se convirtió en la primera que avanzó en los nuevos servicios de las
aldeas en los últimos años de la democracia. Y, si nos remontáramos a tiempos
lejanos, allá por los tiempos de la República, llegó a disponer de un cuartel
de la Guardia Civil. E, incluso, el ayuntamiento alcalaíno asentó su sede en la
población rabiteña durante los últimos momentos de la Guerra.
Este partido de campo delimita el término municipal de
Alcalá la Real por medio de varios accidentes naturales. Al noroeste, lo hace
con el de término de Priego, mediante el arroyo de Temple; al poniente con el
término de Almedinilla mediante el arroyo del Saladillo; por el arroyo de Moriana con el sureste dentro del término municipal de Alcalá
la Real ; por el norte y nordeste, la cima de la Sierra San Pedro, supone la
división con los términos de Alcaudete y
Castillo de Locubín. La sierra de
San Pedro constituye un complejo serrano de interés ambiental y de gran
belleza, dentro del catálogo de Espacios Protegidos del Medio Físico de la
Provincia de Jaén, Su cumbre divisora divide la parte noroeste del municipio
con la divisora del de Alcaudete. Forma parte del tramo central de la
cordillera Subbética entre los ríos Guadiana Menor y Genil, encontrándose en
este terreno la cota mínima en el río Saladillo, en el punto de concurrencia
entre los términos de Almedinilla, Alcalá y Priego con 500 metros.
A unos 17 Kilómetros de Alcalá la
Real, se extiende a los pies de la majestuosa Sierra de San Pedro, a lo largo
de una larga depresión, situada al occidente de Alcalá la Real. Curiosamente su
terreno pertenece a tres partidos judiciales. Alcalá la Real , Priego y Alcaudete. Y a
su vez, está compuesta de la aldea de la Rábita , y sus varias calles que se
remontan al asentamiento de los antiguos caminos reales y de ganado, la zona dispersa
de los ancestrales cortijos de la Fuente Blanquilla, Los Cortijillos, Cortijo
San José, Cortijo Negro, Solana, Valenzuela, Casa del Salado, y Canalejas, y el
tercer núcleo originario de este territorio, San José de la Rábita junto a los
Canales.
A lo largo
de la Edad Moderna, se asistió al nacimiento de los núcleos rurales, y a
concentraciones urbanas importantes a lo largo de las distintas riberas de
ríos, asentamientos de antiguos cortijos o nuevos lugares de roturación de
tierra. Hay algunos que su nacimiento surge a partir de una antigua venta, a principios
del siglo XVII como es la de cañada Damar en el camino de Montefrío y Granada
con gran número de cortijos en sus inmediaciones. Otros como las de la Rábita y
Acequia, además de las ventas en el camino de Alcalá hacia Granada, se remontan
a siglos anteriores, incluso el siglo XIV, a los que se añaden la nueva
roturación de los montes cercanos del Camello y Sierra de San Pedro.
Pedro Cano Ávila
remonta el nombre y origen de la Rábita (del árabe rabita, con
derivaciones castellanas, aravita, ravita y rábita) al periodo islámico. En
concreto, hace varias citas en las que incluye la Rábita junto con Castillo de
Locubín y Qalat Astalir o Banu Sayd para justificar la presencia de la Rábita
en tiempos de la conquista musulmana de España. Hace derivar su nombre del
topónimo “Ribat”, con que se refiere a una pequeña ermita donde, alejados de la
actividad humana, habitaban piadosos musulmanes dedicados a la oración y a la
meditación de carácter religioso. Frecuentemente estos ermitaños, considerados
santos, eran enterrados en el mismo lugar. La fe y el culto populares de estas
personas dieron lugar a que se construyeran nuevos edificios, alrededor de este
santuario y se creara un núcleo de población árabe.
También se cita la Rábita, con
motivo de un documento –privilegio de concesión firmado por Fernando III, el Santo,
para fijar el término del Castillo de Locubín-, por el que se concede la
población del Castillo de Locubín (Hisn al-Uqbin), población cercana a la Rábita,
Alcaudete y Alcalá la Real, al maestre de la orden Militar de Calatrava Martín
Rodríguez.
No hay duda de que la Rábita fue un lugar de
frontera, que se prestó a litigios entre musulmanes y cristianos, y,
posteriormente entre los vecinos del Señor de Alcaudete y municipio de Alcalá
la Real. Podrían multiplicarse los momentos y los documentos sobre dichos
litigios, la mayoría de las veces por invasión de los vecinos de Priego y
Alcaudete para pastar con los ganados y otras veces por litigios de aguas.
Antaño, como ogaño entre tierras cordobesas y jiennenses, una gente inquieta.
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