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jueves, 27 de julio de 2017

LOS SABADOS DE LA ERMITA DE SANTA ANA Y LA CAPILLA DE CONSOLACIÓN

NOTAS PARA LA HISTORIA DE SANTA ANA











LOS SÁBADOS DE LA ERMITA DE SANTA ANA


Según un legajo de Francisco Montes Lezcano (5144, folio 242), el convento de Consolación vendió en 1741 una casa de la calle Utrilla, por la cantidad de 100 ducado que estaba ligada a un vínculo religioso  pagado por Tomás de Cáceres, que a su vez provenía de uno fundado por Inés Morón Mazuela, por el cual se tenía la obligación de decir una  misa rezada  y el pago de cuatro reales  cada sábado del mes en la ermita de Nuestra Abuela Santa Ana ; este mismo vinculo  tenía obligación de decir doce misas  en la Iglesia de San Juan  en la fiestas relacionadas con la Virgen  (Encarnación, , Natividad, Concepción,,,) Santa Ana, Circuncisión, Pascua de reyes, San Pedro, San Pabilo,  san Bartolomé., san Andrés y Simón, Domingo de la Santísima Trinidad., Corpus,
Curiosamente, antes de ser vendidas y recibir el permiso del provincial fueron apreciadas las casas  por Fernando Martín, maestro de obras y Fray José 5 de mayor de 1715, paz con Portugal . Se recibió una carta del presidente de Castilla G¡¡Francisco Guerra, que obligaba a  hacer demostraciones correspondientes al gozo  y alegría, y por  la ciudad  visto se acordó  que  en hacimiento de  gracias se haga una fiesta espiritual a Nuestra SANTA ANA PATRONA DE ESTA CIUDAD , y se corran toros y se haga máscara  y mojigangas  y se publique  , se pongan luminarias  por las noches  que se está la primera  y se dé recado al señor provisor de la abadía  y a los conventos de frailes  y monjas para que se echen las campanas al tiempo de dichas luminarias  y nombra còr comisarios don Diego de ortega y don Antonio de Reivilla.


LA CAPILLA DE SANTA ANA DE LA IGLESIA DE CONSOLACIÓN

Ante Francisco José Ruiz Ruano, por el testamento de don Gabriel Miranda, licenciado abogado de los Consejos reales  en 21 de mayo de 1759, da poder  para testar a su esposa Juana de Molina y Liza González de Lara y a su hermano Diego Molina  Lizaur. Solicitó que fuera enterrado en la capilla de  Nuestra Señora Santa Ana  de la Orden Tercera de San Francisco,  cuyos fundadores son miembros de su familia  y tenían la obligación de enterrar a sus bienhechores. Si no en la capilla de  Santo Cristo del Convento de la Encarnación, propiedad de  los Molina, que se encontraba entre las dos puertas. Los albaceas son los anterior Pedro Isidoro de la Oliva, vicaria y cura de Santo Domingo. Concede bienes muebles, joya haza del ruedo de Fuente Nueva a su esposa. 

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