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martes, 18 de julio de 2017

FOTOS DESDE LA TORRE DEL HOMENAJE Y COMUNICACIÓN SOBRE LA ESTANCIA DE PEDRO MARTIR DE ANGLERÍA EN ALCALÁ LA REAL. CINCO CARTAS ESCRITAS DESDE ALCALÁ LA REAL

C

La presente comunicación pretende trasladar al lector alcalaíno  la presencia de un famoso escritor humanista  durante el periodo anterior a la toma de Granada  con la traducción de sus cartas y los comentarios relacionados con este momento histórico. Hemos recogido  las epístolas relacionadas con Alcalá la Real de la edición de su obra OPUS EPISTOLARUM Petri Martiris Anglerii Mediolanensis, editadas, en 1670 junto con las EPISTOLAE          de Hernando del Pulgar,  en la imprenta parisina Federico Leonar, tipógrafo de la corte. Estas fueron coetáneas a la obra  del humanista italiano  en latín y español a los que se añade el Tratado sobre hombres ilustres de Castilla
                       







 INTRODUCCIÓN


            En el contexto, en el que se encuadran  estas cinco cartas se encuentran  en el libro III del  Opus Epistolarum  de Pedro Mártir de Anglería, y están  comprendidas entre  los números  LXXXI  y la LXXXIX.
-De la LXXXI hasta las LXXXIII  están escritas en Jaén. La LXXXI  hace referencia a la conquista de Almería y Guadix y los territorios que estaban bajo el mando del Zagal,; está dirigida al cardenal Arcimboldo, fechada el 31 de diciembre de 1489. La siguiente versa  sobre la esencia de los animales  por su brutalidad atendiendo a  sus apetitos, que los diferencia de los hombres, caracterizados  por las virtudes innatas por naturaleza. Muy breve, está relacionada con el protonotario Condulmario ( quien lo considera  un hombre “vir egregius, coterraneus miihi) del que le interesa más su personalidad  que su fastuosidad. Está fechada en Jaén  parta victoria ( conseguida la victoria) 8 de enero de 1490. La LXXXIII, está dirigida a Bautista Sardo , condísciípulo en su patria desde la niñez, y trata sobre la diferencia entre los que se dedican a la filosofía y la medicina de aquel tiempo para  conseguir la tranquilidad anímica, está escrita en Jaén 6 de enero del  año anterior,  De la LXXXIV  a la  LXXXVIII están escritas en Alcalá la Real, con  diferentes fechas  de 1490.              La LXXXIX está escrita en los campamentos de Granada el ocho de julio de 1490 y trata sobre el simbolismo histórico del número doce.
           
ESTRUCTURA DE LAS CARTAS

I EL EMISOR.  PEDRO MARTÍR DE ANGLERÍA

El emisor, que suele ser  y parecer en abreviatura PMA, sobre el que comentamos todos estos  datos biográficos, fue Pedro Mártir de Anglera Tuvo una vida muy intensa, pues nació en  Arona (Milanesado), 2 de febrero de 1456, aunque este año del nacimiento no ha sido fijado con precisión por diversos autores, que han señalado los de 1455, 1456, 1457 y 1459. Hemos optado por e l d e 1456, por parecemos el más preciso, teniendo en cuenta que escribe Anglería en las Décadas, que el 2 de febrero de 1526 con el cumplía setenta años de edad. Murió  en  Granada, en octubre de 1526. Adquirió en su tierra natal los conocimientos de la Antigüedad latina, en la  Academia de Antigüedades  de Pomponio Leto entre 1477 y 1486.  Este humanista   vino  a España  atraído por el amor patriótico de los españoles de la mano de  don Iñigo de Mendoza, conde de Tendilla, tan ligado durante varios años antes de la toma de Granada y a nuestra ciudad.  En 1487, durante la embajada del conde  de Tendilla ante el papa Inocencio VIII quedó admirado por su talento y conocimiento, decidió contratarlo como instructor de sus hijos, llevándoselo consigo a su regreso a Castilla.  Antes de emprender su marcha, el cardenal vicecanciller vizconde Ascanio Sforza, le recomendó que  escribiera cuanto tuviera oportunidad de conocer y apreciar sobre los acontecimientos  que se iban sucediendo en la Península Ibérica, en torno al cerco impuesto por los Reyes Católicos a los moros del reino de Granada. El mismo Pedro Mártir de Anglería refirió que había gozado "de Roma por espacio de diez años en los tiempos de Sixto IV e Inocencio VIII; llamándome la atención la fama de las guerras de Granada, me trasladé a España, y al venir a Roma recorrí el resto de Italia. Atravesé la parte de Francia que baña nuestro mar, al otro lado de los Alpes; aquí, en los treinta y siete años que me ha retenido España con las benévolas promesas de los Reyes Católicos Fernando e Isabel, y con recibirme honoríficamente a su servicio, lo he examinado todo”
Encontrándose en Zaragoza, fue presentado por el conde  de Tendilla — Iñigo López de Mendoza —, que después fue virrey  de Granada, a la reina Isabel la Católica. La amistad de Pedro Mártir de Anglería con su patrono  y amigo se remontaba a la época en que habían trabado conocimiento en  Roma, y algunos autores sostienen que, por iniciativa del mismo, el lombardo insigne se trasladó a la patria de Cervantes, en donde alcanzó  toda clase de atenciones y cargos de importancia que harían grata su permanencia en ella3, y donde desempeñaría, por algún tiempo, cargos tales como el de catedrático en Salamanca, en el que obtuvo importantes éxitos, .
Acompañó en sus campañas contra el reino nazarí de Granada al Gran Tendilla,  nombrado Adelantado Mayor del ejército castellano en Andalucía y  lo introdujo rápidamente en la corte de los Reyes Católicos hasta su conquista el dos de enero de  1492.. Asentado a partir de aquella fecha en La Alhambra, al ser Tendilla  nombrado entonces Capitán General de Granada, se ordenó a sacerdote y cumplió funciones docentes. En seguida, iluminado por su profunda fe religiosa, vistió los hábitos sacerdotales y se consagró a la enseñanza de los jóvenes de la Corte con el título de c o n t i n o y un decenio más tarde, siendo capellán de la reina Isabel ( 1501-1504), fue designado maestro de los caballeros en artes liberales. Además fue  obispo de Jamaica (aunque nunca visitó América, le fue concedida esta dignidad por el papa Clemente VII  petición del emperador Carlos V). En 1501 realizó una embajada para los Reyes Católicos que e le llevó hasta Egipto, a cuyo regreso fue nombrado deán de Granada. Además  en España desempeñó los cargos de protonotario, prior del arzobispado de Granada y Consejero  real de las tierras de las Indias ( 1520-1526) y cronista de las Indias (1520).

         CARGOS Y ESTANCIA EN LA CORTE
Otro de los cargos que desempeñó Pedro Mártir en España fue el de protonotario de Aragón. Debido a los conocimientos que fue adquiriendo sobre los descubrimientos, conquistas y fundaciones que los españoles realizaban en el Nuevo Mundo — como mencionó primeramente a las tierras descubiertas por Colón — fue designado para integrar, dentro del Consejo Real de Castilla, la Junta de Indias (1520), hasta que, creado el Real y Supremo Consejo de Indias (1524), formó parte del mismo hasta su fallecimiento
MARIEJOL recuerda que Anglería, junto con Lucio Marineo Siculo, dirigió la llamada "escuela palatina" que creara el Rey Fernando y anota que reprodujo cartas a sus discípulos con el título de Moralia en Opus epistolarum. Refiriéndose a su estancia en Salamanca, apunta que trató allí con Antonio Blaniardo (Flaminius) y que se había trasladado a la Universidad a   instancias de Pedro Pontea, profesor de derecho civil, que lo recomendó a Gutierre de Toledo, primo del monarca, al profesor de literatura griega Arias Barbosa y al famoso gramático Antonio de Ncbrija.Por designación que a su favor expidió Carlos V, ejerció las funciones de Cronista Real de Castilla, a partir del 5 de marzo de 1520. Por otro título, expedido el 19 de diciembre de 1524, fue nombrado abad de la isla de Jamaica — llamada entonces
de Santiago, nombre que no prosperó—, a la que dedicaría amorosamente un capítulo de una de sus Décadas. Para cumplir con las obligaciones de su abadía, designó, con carácter de administrador a su familiar Juan Mendeguren.

                                               OBRAS Y LENGUAS
 En Granada, extendía testamento el 23 de septiembre de 1526.  Días más tarde, el 7 de octubre, entregaba su alma a Dios. Sus obras más importantes fueron Opus Epistolarum  y  Décadas de Orbe Novo, que hacen referencia al descubrimiento del Nuevo Mundo.  En palabras de sus biógrafos, se le considera como el primer reportero de la modernidad. “ Fueron escritas en un latín incorrecto, pero agradable  por su agilidad, al decir de los buenos conocedores del idioma del Lacio. Anglería, apenas recogía las noticias que hacían a su propósito, las dictaba a sus amanuenses, a quienes hacía escribir no todo lo anotado, sino aquello que podía interesar al destinatario, según su criterio personal. Su estilo es ligero y ajustado a la novedad que quería referir, lo que ha ganado para su autor el título de primer Periodista de la historia de América. No es Pedro Mártir de Anglería un frío expositor de cuanto recoge con respecto al Nuevo Mundo. Comenta los hechos, los compara y al exponer su parecer, lo envuelve a veces en una sonrisa leve de incredulidad, comentándolo con sorna. No obstante, pecaba de crédulo en más de una oportunidad, aunque tomaba prevención contra todo lo que fuera o pareciera sobrenatural.
A pesar de estar escritas en un género epistolar, fueron fuente de documentación de muchos escritores, e, incluso, de imitadores, porque eran muy valoradas en los lugares cortesanos.  Al igual que a otros muchos autores, también a Pedro Mártir se le apropiaron de sus escritos. Así lo expresa, con estas palabras: "Por esto me maravilló de que cierto Luis Cadamusto, de Venecia, escritor de las cosas de Portugal, haya escrito sin vergüenza acerca de las cosas castellanas: H i c i m o s , vimos, fuimos; cuando ningún veneciano hizo ni vio nunca cosa ninguna de aquellas. Todo eso lo ha entresacado y hurtado de los tres libros primeros a los cardenales Ascanio y Arcimboldo, pensando que mis escritos no saldrían nunca al público  Acaso también pudo haber visto aquellos libros en casa de algún embajador de Venecia; pues aquel ilustrísimo Senado envió hombres célebres a estos Reyes Católicos y yo con mucho gusto les enseñaba mis escritos, y consentía fácilmente que se sacaran copias de ellos. Como quiera que sea, el bueno de Luis Cadamusto ha querido apropiarse el fruto del trabajo ajeno. Lo que escribió acerca de los descubrimientos de los portugueses, que verdaderamente son admirables, si es que los vio, como dice, o si de la misma manera lo sustrajo a las vigilias de otro, no me toca a mí investigarlo. Vaya con Dios". Con un simple y castizo ¡vaya con Dios! da por saldada su cuenta con el aprovechado autor que le sustrajo sus escritos”
VALORACIÓN DE EL INFORMANTE
No siempre el informante era hombre ilustrado y  Pedro Mártir debía, con lógica, adaptar su escrito a la noticia que recogía. Cuando se incorporó a la Junta de Indias del Real Consejo de Castilla, pudo disfrutar a partir de entonces de las relaciones, memoriales y otra suerte de escritos que desde el continente recién descubierto remitían aquellos valerosos varones —que iban ensanchando con sus proezas las tierras de España —, y extenderse en pormenores de sumo interés para su hora, sin que faltase en sus Décadas nada que pudiera referirse al hombre del Nuevo Mundo y a su naturaleza. En estas epístolas el informante es el propio Pedro Mártir de Anglería, que acompaña al Conde de Tendilla en su estancia de Alcalá la Real.  La fecha coincide con el año 1490 de la crónica de Hernán Pérez del Pulgar y hace real que sirviera de fuente de  información para la crónica.  Podemos manifestar que Pedro Mártir fue tan estimado que, como aparece en la portada del libro “tanta cura excusum , ut praeter venustatem styli quoque fungi possit vice Luminis Histyoriae temporrum superiorum( lo consiguió con tanto entusiasmo que, además de la belleza del estilo, también puede desempèñar la vez de la Luz de la Historia de los tiempos pasados”)  Menéndez Pelayo  afirma rotundamente"Acostumbrado a tomar la vida como un espectáculo curioso —escribe—, gozó ampliamente de cuantos portentos le brindaba aquella edad, sin igual en la historia, y  estuvo siempre en las mejores condiciones para verlo y comprenderlo todo, desde la guerra de Granada hasta la revuelta de las Comunidades. Su espíritu, generalmente recto, propendía más a la benevolencia que a la censura [. . .] poseyó en alto grado el don de observación y el conocimiento ele los hombres [. . .] acomodada en suma al paladar del público letrado de Italia, que ávidamente devoraba estas Décadas, dando ejemplo de ello el mismo Papa León X, que las leía de sobremesa a su sobrina y a los Cardenales. Pedro Mártir debía buscar, por sus instintos de periodista, lo más ameno, lo más exótico, lo más pintoresco y divertido de aquella materia novísima, deteniéndose sobre todo en las rarezas de historia natural y en notar maligna y curiosamente los ritos y costumbres y supersticiones de los indígenas en aquello que más contraste presentaban con los hábitos del Viejo Mundo[1]".
                                      II
 EL RECEPTOR
El  receptor, EL PERSONAJE a quien se dirigen literariamente las cartas. Las cartas, fechadas y datadas en Alcalá la Real, son las siguientes  y están dirigidas a los siguientes señores:
-La  CARTA LXXXIV está dirigida Ascanio Sforza Visconti ( Cremona, 3 de marzo de 1455 - Roma, 28 de mayo de 1505)  que fue  cardenal italiano de la Iglesia  Católica  desde el 17 de marzo de 1484. Nombrado por el papa Sixto IV, se hizo famoso por su habilidad diplomática y por su rol fundamental en el cónclave de 1492, donde salió electo Alejandro VI. Fue nombrado vicecanciller y tomó parte activa en la lucha del Papado contra los franceses

-LA CARTA  LXXXV está dirigida  al cardenal  Juan Archimboldo., que nació en 1426 entre Milán o Parma. Hijo del noble Nicola Arcimboldo, relacionado como maestro de protocolo de Felipe María Vizconti y  Sforza  y Matilde Canosa  Se casó con Briseida Pietrasanta y tuvo una hija  Briseida.  Y tuvo  nueve hijos ilegítimos  Fue admitido al prestigioso  Collegio di Giurisconsulti  de Milán, gracias a la  influencia el duque  Francesco Sforza de  Milán, en Julio de 1458, pero  fue apelada su admisión por no cumplir los estatutos. Senador  de  Milán. Embajador del duque   Francesco Sforza a partir de su papado. Con Sforza fue su embajador antes de ser papa.,  Tras enviudar, ingresó en  la carrera eclesiástica.  Fue arzobispo de Milán; con  el obispo Andrés Ursino abrió la tumba de san Francisco  en tiempos de Sixto IV. Fue llamado Cardenal de Novara y de Milán. Adquirió el grado de doctor en la universidad  bajo la batuta del humanista Francisco Fielfo con el que mantuvo una gran correspondencia. -La carta LXXXVI está dirigida a Alfonso Carrillo de Acuña II,  obispo de Pamplona, desde 1475. Sobrino de Alfonso Carrillo, arzobispo de Toledo, accedió a la mitra pamplonesa con el apoyo de Juan II. Desde su llegada se observó una progresiva castellanización de la curia [1]Marchó a Roma (1482) donde obtuvo una solución favorable en el asunto del arciprestazgo de la Valdonsella* (1486). Vivió desde entonces en la Ciudad Eterna como gobernador de la Obra Pía por la nación española. La diócesis quedó a cargo de su vicario Pedro de Amburz, mientras seguía agudizándose la intervención de la Curia romana en la sede pamplonesa[i].
La carta número LXXXXVII, esta dirigida al Arzobispo de Braga y primado de Portugal, D. Diego de Sousa este humanista[2] y auténtico príncipe del Renacimiento, fue  arzobispo de Braga entre 1505 a 1532.

-La carta número LXXXVIII  está dirigida a Pomponio Leto , en latín Julius Pomponius Laetusfue  un filólogo italiano, nacido en   Teggiano en 1425; y murió en Roma en 1497. Hijo ilegítimo de Giovanni Sanseverino, príncipe de Salerno (su apellido "Pomponio Leto" es un seudónimo). Muy joven marchó a Roma (1450), en donde adquirió una gran reputación por su talento y elocuencia; sucedió como profesor de Bellas Artes a Lorenzo Valla y trabó amistad con Teodoro Gaza, fundó una Academia para el estudio de las antigüedades[3]. Fue condenado por el papa Paulo II, y Pomponio, que estaba en Venecia, fue llevado a Roma bajo los cargos de sodomía y escribir poesía homosexual. []En 1471 Sixto IV le permitió volver a su cátedra. Apasionado por las antigüedades, Pomponio dejó obras de una erudición profunda. Su entusiasmo por la Roma antigua le llevó a la exageración, hasta el punto de celebrar con religiosa exactitud el aniversario de la fundación de Roma. A veces se le encontraba en las calles con una linterna en la mano como Diógenes. Sus padres, después de haberle abandonado y casi olvidado, le invitaron a que volviese a su casa, cuando se hizo célebre, obteniendo de Pomponio la siguiente contestación:
Pomponius Lœtus cognatis et propinquis suis salutem quod petitis fieri non potest. Vale.




[1] . El problema de la pensión del cardenal Besarión, percibida entonces por otro cardenal, y la usurpación de sus propias rentas por el cabildo le indispusieron enseguida con el Papa y con los canónigos. No es clara su actitud ante las banderías del reino, y a pesar de que Luis de Beaumont* no le permitió entrar en Pamplona hasta 1482, parece que intentó mantenerse neutral. Había reunido un sínodo en Estella (1477), movido por la necesidad de reformas tras la larga vacante de la diócesis.
[2] emprende la profunda transformación de la vieja ciudad medieval (con 24 calles y 800 viviendas), tanto en el urbanismo como en la cultura. Enriquece la Catedral con un majestuoso ábside; abre calles y plazas dentro y fuera de las murallas (Campo da Vinha, Carvalheiras, Hortas Remédios), funda el Hospital de S. Marcos y llena Braga de fuentes y de esculturas. Abre la gran alameda llamada Campo de Santa Ana, hoy Avenida Central. Pero también es en esta época cuando se acentúan las características eminentemente religiosas de Braga, a través de la fundación de innumerables monasterios, conventos (S. Frutuoso, Remedios, S. Pablo, Pópulo, Salvador,...), colegios, seminarios, cofradías, etc. Y es esta evolución la que condiciona fuertemente la mentalidad y forma de vida de los habitantes de Braga.

[3] Poseía grandes conocimientos acerca de la Roma antigua produciendo numerosas obras, que incluyen un compendio histórico de los emperadores romanos y bizantinos, además de un comentario a Virgilio. Los hombres de letras que componían esta sociedad reemplazaron su nombre de pila y apellidos por nombres antiguos, y probablemente hubieron de permitirse en sus conversaciones hacer entre las instituciones antiguas de los romanos y las políticas modernas comparaciones que en nada favorecían al Papa Paulo II, el cual tuvo desconfianza de estas pacíficas reuniones literarias, cuyos individuos, a juicio suyo, atacaban la religión y conspiraban contra su jefe, y entregó a la tortura a varios académicos en 1465.

Sus escritos fueron coleccionados y publicados con el título de Opera Pompinii Lœti varia. También fue autor de tratados De jurisperitis; De sacerdotiis; De Romanorum magistratibus; De legibus, etc.

                                                III LA LOCALIZACIÓN.
En cuanto a los hechos que describen, se localizan  desde principios hasta finales de  1490. Las de Alcalá la Real, se escriben durante su estancia en tierras alcalaínas, que debió ser por el verano de 1490, otras a primeros de enero de este año (confundido con el 1491), y las hace posteriormente “ conclusi hac una tabella sero fabricata. Con datación de cronología romana del calendario romano, corresponden  su transcripción: la 84, la fecha latina IX Calendas Septembres MCCCCXC,  correspondería al  24 de agosto de 1490; la fecha latina de  las cartas 85, 86,  87 y 88  XII Calendas Februarias corresponderían 21  de enero de 1490. lo que nos hace dudar de que sería más bien un error de imprenta , al  deber estar escritas en 1491 y por transcripción  no se anotó el dígito romano I.  Se cita a Alcalá la Real como Alcalá Regale, super nubila erectum in conspectu regni Garnatae o ex Alcala Regale , simplemente. O al final de las cartas Ex Alcala Regale o simplemente ex Alcala ( puede hacer referencia a los alrededores de Alcalá) o específicamente, ex stativis in Regali Alcala .


                            IV
El mensaje y su comentario.
EPÍSTOLA LXXXIV

Lo que aconteció en el año siguiente, sobre la expulsión de los moros, la primogénita del rey se casa con el rey de Portugal. Origen de Lucena, se pierde Alhendín. la reina enferma de fiebre. Los moros de Guadix y Almería son expulsados, por donde fueron llevados junto con Boadil rey, de Granada. 

........ Hasta ahora  has  comprendido qué olmos para la vid cristiana y  qué columnas para la tiara eclesiástica  también  el año  1489  auguré a mis  Reyes, , cuando  yo te comenté  la cena de Baza, muy poco sabrosa para los moros, en cuyo margen yo te presenté  junto a  Arcimboldo  dos ciudades Almería y Guadix y un solo rey suplicante a vosotros. Ahora es mi intención volverte a referir qué te trajo el año 1590 (para darte alguna satisfacción a ti, a quien únicamente honro). Nos retiramos desde Jaén a Écija-esta es una ciudad del conventus astigitano-y tras detenernos unos pocos días allí, marchamos a Hispalis, que se llama actualmente Sevilla. Casan a la primogénita, de las cuatro hijas que tienen los reyes, con el rey de Portugal. (Portugal que ocupa una parte en la Lusitania, y  otra parte en el interior de la Bética, es el último rincón  de Hispania). Se celebraron las bodas con juegos de troyanos y de cañas, en las que el propio rey rompió las lanzas junto la meta,  y con otros actos solemnes  en el número que se creyó conveniente, mientras la reina pasaba las noches con coros de doncellas. Un poco después de  terminar las bodas,  por medio de unos embajadores aquella joven es conducida a Portugal. Nosotros, habiendo convocado de nuevo el ejército,  nos retiramos a Córdoba, en donde quedaban algunos territorios en manos de los Moros para saludar  los  para pasarle revista: Allí los reyes se detienen durante algunos días. Mientras estos mismos se preparan, en contra de los enemigos es enviado por delante el conde de Tendilla, a  quien yo, como el fiel Acates, me uno como compañero y soldado, tras el permiso otorgado por la reina. A través de Espejo, ciudad del alcaide  de los Donceles, yo mismo toqué con mis propias manos el casco,  la espada,  y el puñal de Boabdil en otro tiempo capturados,  llegamos a Baena antiguo domicilio del conde de Cara, donde pudimos ver 23 bastas cogidas con el mismo rey. Desde allí, nos dirigimos a la ciudad de Lucena, cuyos habitantes se jactan de haber tener  el origen y el linaje de Lucano. Marchamos al campamento designado o al Conde por los reyes en la ciudad de Alcalá la Real, que se levanta sobre las nubes ante la vista de Granada. Nos esforzamos en causar algún estrago a los enemigos. En este municipio, se quedó el Conde con sus tropas, los demás capitanes se reparten  por los lugares vecinos. De entre aquellos, por ejemplo, Gonzalo  Fernández   de Aguilar, hermano más joven de Alfonso de Aguilar, muy amigo del Conde,  y el muy preparado para la guerra Martín de Alarcón.,  cada  uno por su cuenta  se retira hacia Moclín con su propia compañía. Se destroza el campo de Granada con continuas incursiones, muchos son los cautivos agricultores; muchos ganados son raptados; Los enemigos rabiosos, ante  la vista de Granada, asedian y atacan  la fortaleza de la pequeña ciudadela de Alhendín. El propio rey, tras ser convocado a acudir en ayuda, se acercaba con sus tropas de refuerzo, de las ciudades gobernadas, de Jaén, Úbeda y Baeza. Pero llega tarde, pues los enemigos toman Alhendín, y  los nuestros retiran  las guarniciones. Regresa el rey a Córdoba, junto a la reina pues se encontraba destrozada por la fiebre. Es enviado a la frontera como virrey el marqués de Villena Diego de Pacheco,  que tiene el conde por cuñado, tras añadirles como colegas a él mismo, y  al conde a Alfonso de Aguilar y Pedro de  Portocarrero, señor de Palma, egregios jefes en  la guerra, muy  peritos por encima de los demás en la disciplina militar contra los enemigos,  porque cuentan que  nacieron, fueron educados y ejercitados en la guerra al vivir muy próximos a los moros desde la más tierna edad. Detenemos el ataque de los enemigos, que avanzaban como centellas amodorradas, una vez apagada la ceniza,  los obligamos a retirarse con grandes pérdidas de vidas  y bienes, y ponemos al cubierto  nuestras posiciones. Invadimos sus tierras, sus  y  los acosamos. El rey se acerca con su propio ejercito y en la vega de Granada, se traza el campamento, y se le advierte a Boabdil a que entregue la ciudad, y, si quiere conservar a su hijo que era rehén, y las demás cosas que se había pactado hasta que fue roto el pacto. Responde que  no se pertenecía ni  a sí mismo,  promete que el mismo daría la fortaleza de la Alhambra, la que está en sus poder, pero las demás cosas no las puede entregar sin el permiso y acuerdo de los granadinos,  y que ha temido que los crucifiquen si le hablara sobre la rendición; Por uno y otro bando, se llevaron a cabo a través de embajadores  estas y semejantes gestiones a estas, y el propio Rey le anuncia que el no está de acuerdo con lo prometido, puesto que el propio Boabdil  cumple ni las promesas. Al mismo tiempo ordena que se destruyan los campos, y que  las mieses, los viñedos y los frutos, que estuvieran  tan sólo a un cuarto de milla de la ciudad,  fueran saqueados, pues no se atrevieron a  ir más cerca. Mientras se llevan a cabo todas estas acciones hostiles, para rehacer  la tropa y prepararse para el verano siguiente, en un trecho de 50 días  el rey deja salir el ejército. El mismo regresa a Córdoba junto a la reina, que andaba todavía convaleciente. Nosotros somos enviados para echar a los moros de Guadix,  Baza y Almería, que se habían quedado en aquellos lugares ( porque conforme pasaban los días se creía que cada día se esforzarían en desertar e intentar revueltas). Ordenamos que los campos sean retirados a los que se habían sublevado y  las villas destruidas. Tras echarlos,  colocamos el campamento de invierno en frente de los vecinos de Granada. Aquí tiene, ilustrismo Príncipe, los hechos que realizamos en un solo verano. Yo los concluí en un solo documento creado tardíamente, porque aquel no me lo tuve entres mis manos. Adiós, desde Alcalá,  24 de agosto de1490.
            V
Comentario
           
En esta carta, Pedro Mártir es ya tutor de los hijos de la reina, a los que no puede dejar libres de su enseñanza y debe pedir permiso para emprender una ausencia de la Corte. Se localiza literariamente, que no  temporalmente real,  en 24 de agosto de  1490 y hay varios escenarios de vivnecias del escritor  con la Corte:
-en el mes de mayo se produjeron las bodas de la infanta doña Isabel   con el rey de Portugal.


Dice la crónica “ fecha esta deliberación e habido e consentimiento para que este matrimonio se concluyese; aquel caballero don Hernando de Silveira, a quien el Príncipe de Portugal envió con poder para desposarse con la Infanta. Y en aquellos días que este desposorio se celebró, que fue en el mes de Mayo  de este año de mil quatrocientos e noventa años , se hicieron en aquella ciudad de Sevilla muy grandes fiestas e torneos e grandes alegrías”.  y la estancia en Sevilla, luego el traslado a tierras de Córdoba, donde se encontraba la Corte y la reina Isabel estaba enferma. Acompaña al Conde de Tendilla como contino.
Pero, al mismo tiempo, se nos muestra un Pedro Mártir de Añilería orgulloso de participar en las gestas del Conde de Tendilla para cumplir una empresa universal de las que acontecerán en estos últimos años antes de 1492: la unificación de los reinos de España con la conquista del reino de Granada. Y muestra admiración de la empresa con estas palabras:

“Allí los reyes se detienen durante algunos días. Mientras estos mismos se preparan, en contra los enemigos es enviado por deldelante el conde de Tendilla, a  quien yo, como el fiel Acates, me asocio como compañero y soldado, tras el permiso otorgado por la reina”. Típico de este escritor es la comparación y lo hace nada menos con un personaje épico Acates. Estas son frase del libro I que recuerda el autor: “fidus quae tela gerebat Achate” o ipse uno graditur comitatus Achate”.

-Es un amante de todo lo que significa volver a la Antigüedad Clásica, por eso no nos extraña su afición a la Arqueología y a las Antigüedades, por las que va pasando. Tanto, por las piezas que ya se consideraban un valor patrimonial, como en Baena  y Espejo cuando se siente ufano al palpar con sus propias manos los despojos  guerreros del Ejército moro  derrotado y del propio Boabdil. O, en sus digresiones de etimológicas, a veces muy atrevidas como el origen de Lucena, proveniente del nomen Lucanus. con una explicación muy atrevida, porque es de todos conocido Centuriis Comes figir pedem. Las campañas del  contraataque de Alhendín, el cerco de Granada y el establecimiento del campamento castellano así como las campañas de saqueo y de  castigo de los musulmanes en las ciudades conquistadas del reino de Granada  se le ofrecen como escenarios precisos para desarrollar su dominio del lenguaje militar.
                                               
EPISTOLA LXXXV  TEXTO DE   TRADUCCIÓN


Desde el puesto de mando son cogidos 100 caballeros enemigos, son quemados los campos de pan en las eras, y se hace una incursión a los alrededores de las murallas de Granada.

PEDRO MARTIR DE ANCLERIA SALUDA AL CARDENAL ARCIMBOLDO

“Me alegra de  que no te jactes de  que te hemos enviado  aquellas cosas mejores que, al pasar el invierno,  te hemos trasladado  y de que no le des mucha importancia.
. Elegimos por puesto de mando Alcalá la Real , como dijimos que lo habíamos hecho en el año anterior, unos lugares vecinos  para quien los contempla desde lo alto del cielo. Se topan con los  terrenos cercanos  estos m mismos jefes. Desde su posición  cada jefe   ejercita a los suyos como peritos y avizores de aquellos lugares. En privado, cada cual,  inflamado por la pasión de la fama, se lanza a causar la destrucción  de los enemigos. A través de un tránsfuga moro,  supimos que 120 caballeros, que habían salido de Granada y  habían causado algún  daño  a  nuestros soldados  lejos de nuestra posición   por el sitio donde los encontraron  menos preparados, Dos ilustres capitanes toman las armas con el Conde, desde Íllora Gonzalo Fernández,  y desde Moclín Martín Alarcón, y los demás acampados, se ocultan por los lugares vecinos, por donde los enemigos debían pasar. A la entrada de la noche, una vez alzados gritos de frente y de espalda,   atacan, cortan el paso,  dispersan  y cogen cautivos  a los que cogen desprevenidos en  medio de un estrecho desfiladero de bosques .Los traen atados  y subyugados al campamento del conde en  Alcalá la Real. No muchos días después, el propio Marqués de Villena como virrey, se acercó a visitar a su hermana y esposa del Conde, que había llegado  hacía poco junto a su marido desde la ciudad de Torredonjimeno situada en nuestra retaguardia más al interior, donde pasaba el invierno. Reunido un mayor número de tropas con su llegada, pusimos en fuga   a los enemigos  con continuas incursiones  casi hasta la tierra de nadie junto a las murallas de su ciudad. Incendiamos las mieses recogidas  de sus campos serranos y de las afueras de la ciudad  en las eras  en una sola noche de otoño, mientras los vecinos de Granada contemplaban el fuego desde sus ventanas. ¡Ay! Con cuantos gritos rotos y alaridos de mujeres se atiborraban  loa  encerrados en la ciudad por esta desgracia, mientras nosotros los escuchábamos a lo lejos. Pero, una vez que se permitió que los soldados atacaran a través de la llamada de  los  sones de las trompetas y del los redobles de los tambores, quedaron convocados al combate. Pero, tras temer las celadas,  primero se mantuvieron encerrados dentro de la ciudad.  En contra nuestra,  incluso salen corriendo aquellos mismos como si fueran unos saqueadores rabiosos y bramando  en medio de una casi ordenada fila de combate,  al verse desesperados por la perdición del momento. Pero, de la misma manera que un fuego extinguido lanza a veces una inesperada llama, aunque sea para dar el último fogonazo desde lo más profundo de su rescoldo o cenizas, se ven frustrados en sus deseos.  además, aproximadamente por el día 13 de enero de 1491,  entramos  de noche por el territorio de los enemigos con dos mil soldados de armadura ligera, y cinco ml de infantería, a escondidas a través d la ciudad de Montefrío,  y arrebatamos,  del  ruedo de la ciudad   en una sola noche, más de  unas 3.000 cabezas de cabras, ovejas y bueyes. Este ataque se dispuso con este orden. Gonzalo Fernández y su muy amigo Martín Alarcón,  con dos compañías de soldados desembarazados y con dos adiestrados  guías, como patrulla exploración, se esconden de madrugada en medio de dos montes un poco elevados. Un denso batallón, por la retaguardia, con el Marqués, el conde Alfonso Aguilar y Luís Portocarrero, de los que hemos hecho antes mención, se oculta entre las ruinas de la recién destruida ciudad de Alhendín.  Dos exploradores, como cabecillas de la aventura arrancan cada uno un árbol apuntalado de follaje a la hora de la salida del sol, los pastores con sus ganados y los  yunteros en campo abierro  permiten que los exploradores den la señal  desde los árboles. Desde los escondrijos salen los soldados que se  encuentran escondidos. Yo como su compañero, que habían andado errabundo durante toda la tétrica noche,  me había retirado del batallón del jefe. En aquel momento se presentan  con  las armas inmediatamente en la cima de unas colinas próximas unos 150 caballeros enemigos. Gonzalo Fernández fue el primero en entrar en combate contra estos., y al instante también le seguimos nosotros. Mas he aquí que, mientras  de esta manera  se combate en una batalla no cerrada  y en medio de iguales condiciones y  con pequeños encontronazos,  el batallón del general,  desde lejos  mientras uno y otros la contemplaban , como si diera una vuelta , completa la marcha aligerando  el paso con una caminar rápido , y   se dirige hacia nosotros, los enemigos huyen trepidantes hacia dos ciudadelas fortificadas  torreadas  hasta ahora inaccesibles para nosotros  por los cerrojos,-estas torres que llaman germanas / hermanas-. Nosotros recorremos libremente el campo. Y, una vez recogido el botín  ante de ser reconocidos por la ciudad  y ser atacados, regresamos al campamento  Con esta y otras lisonjas de este tipo,  los enemigos hasta que lleguen los reyes, os saludarnos  para poner la última hoz a esta miel. Adiós, desde el campamento de Alcalá la Real, 21 de enero de 1490.  


Comentarios


Hay un error en las fechas y temporalización de esta  carta que refleja hechos del verano y otoño de 1490 y, sin embargo, se refiere a los hechos de 1491, tal como relata la crónica de Hernán Pérez del Pulgar..

Pedro Mártir de Anglería se transforma en un testigo presencial y en un cronista de campo de batalla, al mismo tiempo que se considera como un acompañante del conde Tendilla en varios encontronazos  con el enemigo: cerca de su campamento y en la ciudad de Montefrío. Lo hace recordando a Ovidiio:ex alto seductas aethere longe despectat terras totumque supervolat orbem. ter .Y, también , con reminiscencias de la Eneida. Así , en el texto  como si  se tratase de  la toma de Troya en el libro cuarto nos resuena el  quam fractis clamoribus ululatibusque  femineis.

CARTA 86




Por qué los hombres pueden apetecer, por naturaleza, cosas diferentes tratándose de los sonidos?,  por qué,  una vez abandonada su patria,  buscar menos la propia que las ajena?

PEDRO MARTIR DE AMGLERÍA A ALONSO CARRILLO OBISPO DE POMPEYA

Pienso a menudo conmigo mismo, obispo egregio por tu linaje y virtudes,  porqué estamos  anclados  naturalmente,  en esto, a saber, el que cada hombre apetece una cosa diferente atendiendo a su peculiar  gusto y muchos rechazan  lo que a otros deleita. Yo me dí cuenta de cómo hay hombres, que, con el simple degustar la miel se trastornan de tal manera que consideran  que han tomado un pequeños vasos  de cicuta o veneno. En este momento en el que yo escribo esta carta,  bebo  leche casera, pero,  a  cierto amigo mío sevillano,  se le revuelven las tripas de modo que se ve obligado a vomitar hasta la misma sangre. Gran cantidad de personas se alimentan de leche y miel, y todo el mundo esta al corriente de que muchos comparten este  tipo de alimentos. Me doy cuenta que, en todos los asuntos, hay una gran variedad de opiniones. Nadie ignora cuán agradables y qué suaves son para a toda la especie humana, incluso en  los animales, el suelo  y los aires del cielo patrio  Pero vemos que muchos, una vez abandonada su propia patria, tratan de buscar otras forasteras. En el caso de que tú y yo quisiéramos negar esto, e incluso, otros muchos, el propio asunto nos se prestará a discusión alguna. Pero diremos cual es el motivo que nos lleva a esta conclusión: Dese por supuesto que todos queremos saber  que, lo que yo percibo, viene desde la Antigüedad. Todos perseguimos o buscamos las cosas hermosas y bellas por naturaleza. Cada persona considera hermoso lo que le agrada muchísimo: si alguien no espera  `por si mismo tener con la patria, aplicará toda su  fuerza de modo  que  lo lleva a  buscarlo fuera de su patria, tras olvidarse de la suya. Por ejemplo, ese verde Gorro Galero, y  su cuerda blanca  colocada encima de  la toga, con la que tú y los demás hombres de tu orden acudís, avanzáis orgullos y ambiciosos  y a mi provoca una risa no menor que le concitaba a Demcrito.   No menos deseo estas cosas con asco,  como le acontece a mi pariente con el sorbo de la leche,  o como con la miel les acontecen a muchos, cuando yo me echo a reír  de mi casco terso, brillante coraza y el pico de mi lúcida lanza. , Vos, una vez abandonada vuestra patria, buscasteis aquella, donde alcanzar todas estas cosas concordes con vuestro a apetito. Yo he venido a la tierra que vosotros habéis abandonado, porque he esperado encontrar en ella lo que me parecía hermoso y agradable. En Milán, lo habrías encontrado con mayor abundancia donde esto se porfía en cualquier lugar,  dirás y te reirás de mí, sin embargo yo te  lo digo en España. donde  esto se ejercita con justicia, honestidad, piedad y decoro, de la misma manera  sacudo contra los soldados de Terencio y la nariz de Rinoceronte. Adiós, y aprended qué es vivir. Desde el campamento de Alcalá la Real, 21 de enero de 1490.


            Comentario

Versa sobre los deseos humanos basándose en la idiosincrasia natural de los hombres y en el contexto donde se ubican, partiendo de la jerarquía de apetecer más lo ajeno que lo propio en territorio diferente. Ante gustos tan contrarios como la miel y el veneno, las reacciones son muy desiguales entre unas personas y otras. O, incluso hay hombres que vomitan la leche en forma de sangre. Luego se centra en las personas que abandonan su tierra y no caen en la morriña ni en la nostalgia, sino en la apetencia por las nuevas cosas de la patria adoptante. Lo basa en que , al no encontrar la hermosura en su patria y encontrarlo en patria ajena, consigue que apetezca lo ajeno más que lo propio.
Siempre había manifestado  Anglería el anhelo de presenciar la guerra de la nación católica y participar en ella "contra los enemigos de nuestra fe, y porque joven yo y ansioso de novedades, no veía en Italia cosa que pudiera alimentar mi ingenio  había llevado a España, para registrar en sus escritos los grandes acontecimientos que en su tiempo vivía la cristiandad: la expulsión de los moros, la unificación de España y el maravilloso  descubrimiento de un mundo nuevo, que tanta importancia tuvo para el desarrollo de los conocimientos humanos y el progreso de las ciencias. Tomada la bella ciudad de Granada por las huestes castellanas y limpia la Madre Patria de la "mala semilla mora, para no pasar la vida en ocio indecoroso — escribe Pedro Mártir — pensaba volverme a Italia; pero me retuvo la singular benignidad que me mostraron los Reyes Católicos".

Lo hace con dos comparaciones clásicas, la de Demócrito y Galero. Demócrito de Abdera (h. 460, h. 370 a. C.) por algunos testimonios era considerado “el filósofo que ríe”. Séneca dice de Demócrito que es compasivo, en cambio Juvenal lo presenta riéndose en una procesión. Según algunas versiones parece que Demócrito escribió un tratado sobre la risa. Se señaló que algunos sofistas se relajaban mediante la risa como preparación para otras actividades. La segunda trae a colación a Marcial  con la frase siguiente. “ Nasum rhinocerontis habet”, por la que  los antiguos creían que una larga nariz indicaba una disposición a la quisquillosidad y a la risa. Otros creen que  Excutio nasum rhinocerontis hace alusión a un epigrama de Marcial, I, 3. v 6 , con el que el poeta critica a ciertos jóvenes romanos que tenían un criticismo especial por ser muy quisquillosos. Eran jóvenes de gustos difíciles o propensos a criticar al prójimo. También, aparece una referencia a Terencio Aferen el  El atormentador de sí mismo (Heautontimorumenos). o Afer   que recoge Prius, quaeso, disce quid sit vivere. Se refiere a un verso de esta obra  de Terencio Auto V


             CARTA 87
 Cual es el estado tranquilo. Quienes son infelices.  Con qué inquietudes tratamos de alcanzar las riquezas. Para quién se reservan. Cómo se apartan del dolor.

PEDRO MÁRTIR DE ANGLERIA SALUDA AL ARZOBISPO DE BRAGA, VARÓN DE PORTUGAL.

Me tratas de contar en qué descolló mi suerte en España. Yo te voy a responder mucho más de lo que se permite dar de sí mismo. Una vez que la suerte nos dio lo que muy poco  puede quitar, cuando claramente  haya llegado, el tiempo por sí mismo nos priva del resto de las demás cosas.  He tenido muchas satisfacciones espirituales en España, y me han colmado todos mis anhelos. He escuchado, he visto, he sentido  lo que no  habría sido posible en  ninguno otro lugar de las tierras, de  lo que me queda por ver, y ya  no me falta ninguna cosa para el descanso de mi espíritu;  ni me sobran motivos  que pueda disuadir mi pensamiento. Yo ocupo un puesto intermedio en esta Curia, que me basta para alimentar a las Musas. No me veo afectado por cosas más significativas, porque considero más gozoso  y seguro este estado de vida humana, que ni lo oprime  la ausencia de abundancia de riquezas  ni se hincha por su saturación. No comprendo qué otras cosas nos esperan sino  enormes preocupaciones y una servidumbre muy inequívoca del espíritu voluminoso y ventoso de esa Fortuna ( si se permite llamarla  Fortuna a un Cristiano),   Qué otra cosa nos quedó de Creso y Midas ; no percibo otra cosa que reunieron enormes cúmulos de oro y plata, pero fueron hombres perdidos e perversos. Así pues, según mi parecer, deben ansiarse los resortes de las virtudes, que hacen felices a los hombres,  y en cierto modo libres, alegres, seguros,  y, en fin,  unos héroes;  y no deben apetecerse las grandes sacas  de dinero, que hacen a los hombres esclavos y atiborrados de preocupaciones. Esto se consigue  con lo más alto del trabajo y  desvelo, se mantiene con una ingente dedicación, y se pierde en medio de un inmenso dolor. Aquello se consigue  fácilmente, y se retiene muy apaciblemente,  además con el goce mas ennoblecido acompañan  a su posesor en la muerte. Así pues, porque yo tengo siempre presente estas cosas ante mis ojos, trato de estar  vigilante  con qué artes no acopiarme de  unas riquezas más grandes que las de solo buscar la comodidad de mi peregrinaje. Si vosotros hacéis esto, experimentaréis cual es la felicidad de la vida tranquila. Y adiós. Esto quisiera decirle a la Obispo de Pompeya a quien escribo lo que vas a ver. Desde el campamento de Alcalá la Real. 21 de enero de 1490.
            Comentario
Vuelve a dar muestras de  su satisfacción por su estancia en España, por la que siente muy feliz y  contento por las sensaciones, vivencias ( vista y oído) a  España que le dio  muchísimo para el quies animi , la tranquilidad de su ánimo. La basa en el sentido de la mediocritas aurea , muy típica de Horacio a  "teneo  han medicritatem in hac Curia" ,  que el da un seguridad y alegría de espíritu no acosada por la pobreza ni por la opulencia. Beatus ille qui procul negotiis. Anclado en  la mediocritas, tan frecuente en la obra horaciana, la mediocritas aurea,  no le hace caer en la hybrius griega por la abundancia de riqueza y tampoco en la pobreza, su extremo antagónico Argumenta  este estado, basándose en la  ausencia de status ventosi y tumidi-el orgullo y la inestabilidad- que acarrea el vuelco de la Fortuna, a la que considera un término clásico. el que se considera cristiano. Saca a Colación a Creso y Midas y la corrupción de muchos hombres por el acaparamiento de riqueza. Contrapone los nervi virtutum  por conseguir la libertad, las seguridad, la alegría y la firmeza ante e el dinero pecuniae porque los hace esclavos  y tristes, angustiado por el dinero
. Un estado que le ofrece dedicarse a la cultura  y a las Musas. Este se define ajeno al concepto de la Fortuna, la diosa romana, que es, al mismo tiempo,  un elemento perturbador de la persona humana porque el poder y  la riqueza vienen acompañadas de  todo tipo de preocupaciones. Trae a colación a Creso y Midas, tema muy comentado por Cicerón  o Nepote en las Tusculanas y muchos autores latinos  como anécdota para reflexionar ante las riquezas.   Se inclina como estoico por las virtudes frente al ejercicio de de acumular riquezas, que lo considera un vicio.
Creso es nombrado por cuatro autores clásicos. Herodoto le dedica buena parte del primer libro de su Historia, centrándose en la conversación con Solón (I, 29-33), la tragedia de su hijo Creso es nombrado por cuatro autores clásicos. Herodoto le dedica buena parte del primer libro de su Historia, centrándose en la conversación con Solón (I, 29-33), la tragedia de su hijo Atis (I, 34-45) y el fin del imperio lidio (I, 85-89). Plutarco critica la visión de Herodoto por considerarla muy negativa y presentar a Creso como un «ignorante, fanfarrón y ridículo». Jenofonte incluye a Creso en la biografía sobre Ciro, la Ciropedia. También habla brevemente de Creso Ctesias su encomio a Ciro. Por último, el poeta Baquílides cuenta en su tercera oda un supuesto fin de Creso en la pira.

            Además de estas fuentes,  en concreto cuando trata sobre la tranquilidad de animo, recurre a un tema muy frecuente en la Antigüedad entre los escritores latinos: Lucrecio, Cicerón y, sobre todo, Séneca y todos los estoicos. Además desvía la cuestión en varios asuntos que perturban la tranquilidad de ánimo del hombre: la infelicidad, la ambición,  y el dolor.

 
CARTA 88

Por qué es introducir en la  prosa  conversacional  el  ritmo del canto?

PEDRO MARTIR DE ANGLERÍA A POMPONIO LETO, MAESTRO DOCTÍSIMO DE LA ANTIGUEDAD

Me dices que tu me has advertido que, a menudo,  caen en  modulaciones poéticas las narraciones de mi cartas y que avanzan algunas veces con pies y números compuestos. No comprendo por  qué me  lo dices. Pues te  confieso yo no estoy bien preparado para una ni otra cosa. Yo no tengo esta gracia natural  para poder cantar la doctrina con pie libre ni  ser apreciado por el talento poético. Siempre, con mi ingenuidad,  he confesado que  yo he tocado las puertas de Febo  con dificultad. Dejo esto para los expertos y para los que  se abrazaron a esta única actividad literaria al retirar su espíritu lejos de las oleaje del mundo y vivir en aquél tipo de vida. A mi me basta complacer  a los amigos y personas con cualquier conversación  sobre un asunto,  no  con el embalaje.  Sin embargo,  suponiendo que se te  dé por adelantado que me acontezca esto,  respetable Pomponio, así como tú lo dices, por eso  quisiera saber de ti si lo considerarías un error o no. Yo pensaba que esto aportaría decoro, y  no fealdad en la expresión  basándome en  el ejemplo de muchos sabios,  que se esforzaban  no sólo en terminar  algunas veces las oraciones y las cadencias finales  a la manera de las modulaciones poéticas, sino también en los que  mezclaban las tiras de versos al discurso libre.  No se te ocultará qué  refirieron acerca del estilo  de Platón que brotaba entre la prosa y el verso,  y lo mismo dijeron  de Aristóteles, Quintiliano y Cicerón.  Sé por oídas de muchos versados en la lengua que entre los hebreos, David y otros muchos profetas han encubierto el discurso libre con los versos. También, en el idioma de los egipcios, se dice que Mercurio se había adornado con la armonía y los ritmos poéticos.  Pero dejemos estas cosas a un lado, date por contento que, por  la  naturaleza general, cualesquiera de las cosas  que sean, ya entre los dioses  que habitan en medio de los círculos celestes., ya entre las semillas creadas por Dios, tienen su armonía y su pasión por explicar la idea,   incluso cada ser vivo  ha tratado de conseguirlo de  un modo diferente. Con diverso estrépito de sonido entre sí, se reúnen armoniosamente diferentes animales. Entre diversos cantos las aves se concitan, se aplacan y ablandan. Varios son las pasiones de los hombres,  se apiñan y llegan a un acuerdo, se multiplican por las pasiones de la naturaleza. Virgilio triunfó en el verso épico, el poeta de Sulmona,  en el  metro elegiaco, aunque los hay que  prefieren a  Propercio,  y otros a Tibulo El sentido común atribuyó la palma del pie libre a Cicerón. Por el contrario el famoso Horacio filósofo se reivindicó como el primero del verso lírico. Yo también hago gorgoritos en medio de las aves,   y grácil no muy bello con un sonido natural que me ha distinguido trompeteando lo que me pidieron mis amigos y mecenas:  de todos modos como si fuera acudido  dentro de las oficinas de mi memoria hasta el intelecto  por medio de  la fantasía  cualquier asunto que sea, este se dirige a la lengua o a la pluma, para que marchar junto a vosotros. Si la naturaleza me ofreció una ronca flauta, no en vano yo puedo administrar banquetes agradables a vuestras delicadas orejas con las liras de Orfeo.  Ea, pues, adiós, desde Alcalá la Real , 21 de enero de 1490.

Comentario

            Alude a un tema muy frecuente en la praxis de la oratoria que era la prosa poética, que solía articularse en el final de frase para impresionar a los oyentes, y que deja cierta huella en los autores y escritores. Se basa en los comentarios de Retórica de la antigüedad en Platón;, Aristóteles, Cicerón ( De oaratore, Rehero , Ad herennium…y Cuestiones de Quintiliano). Pero pasa, de las citas librescas a la armonñía de la naturaleza, algo muy pitagórico en la Astronomía y en la Matemática;  se basa en la botánica y fauna, Y parte de la armonía en la diversidad, pues considera que esta armonía hace diferentes y triunfadores a cada uno en los suyo y termina con una sinopsis de los poetas y líricos de la Antigüedad. En forma de anécdota se incorpora el mismo como ejemplo .











[1] MENÉNDEZ PELAYO, Marcelino, Estudios cit., págs. 228-235, ensaya el valor testimonial (Je Anglcría, en el capítulo titulado De los historiadores de Colón MENÉNDEZ Y PELAYO repite dicha opinión en Antología de poetas líricos castellanos, t. VI,

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