NOTAS PARA LA
HISTORIA DE LA HERMANDAD DE SANTA ANA (I)
Hace unos
años, se propuso llevar a cabo un libro de la historia de la hermandad de
Nuestra Abuela de Santa Ana. Los hermanos mayores lo han intentado y de seguro
que alguien lo hará realidad. Como hermano, he venido aportando a lo largo de años anteriores la historia social de los
vecinos de la aldea de mis antepasados. Ahora voy a iniciar una serie de
artículos que no tienen más interés que aportar datos para la historia de este
futuro libro de la hermandad. Parto de todo el material que he recogido en los distintos archivos
provinciales y locales, sin dejar en el olvido la gran aportación que me
hizo mi amigo Juan Cano con la fotocopia
de un libro de actas de la hermandad, y sigo la línea metodológica comenzada con la Historia de la Coronada. Una entrega por
años. Posteriormente , si alguno quisiera, puede ordenar el material y plasmarlo en un eje cronológico correcto y
lineal.
Mis
primeras notas se basan en las actas anteriormente comentadas, que he cruzado
con otros datos investigados en otros
archivos. Corresponden a los años comprendidos entre 1714 1779 y se titulan LIBRO DE LA COFRADÍA DE
SEÑORA SANTA ANA, QUE LO HIZO Y DIO JUAN RUIZ GÓMEZ, SIENDO HERMANO MAYOR DE LA DICHA COFRADÍA EN EL AÑO DE MIL SETECIENTOS CATORCE . A lo largo de
dicho texto, aparecen, sobre todo, los acuerdos de las reuniones de cabildo de
la cofradía, los nombramientos de cargos, anotaciones de misas y los
inventarios de la cofradía. Vamos a comentar, esencialmente, las características de la hermandad a lo
largo de este artículo.
Por su
semejanza , la cofradía suele tener las características de otras que se
conservan y denominamos de estructura “cerrada”, con poco número de hermanos,
elecciones rotatorias y control
jerárquico. Generalmente, pertenecían a las clases privilegiadas y a los
hacendados frente a las hermandades,
esclavitudes, o algunas cofradía, de carácter algo más abierto, como las
cuadrillas del Dulce Nombre de Jesús
CONSTITUCIONES
Habían
desparecido en el siglo XVII las constituciones de la cofradía, el decreto de
la fundación y su erección. Pero era un hecho constatable que habían existido y
se regían de un modo consuetudinario- la tradición de las constituciones antiguas y los acuerdos
anuales del cabildo-. A instancia de los hermanos el año 1746 exponen la
situación de desamparo documental , manifiestan la extracción social de los
hermanos-labradores - y solicitan de
nuevo la fundación de la cofradía, algo parecido lo que ha sucedido durante
estos últimos años.
El
reformismo religioso del siglo XVIII instaurado en el gobierno abacial incidió
en la elaboración de nuevas constituciones, basadas en que “era bien entendido de ser lo mejor lo
que van a ejecutar y bajo de esta ciencia otorgaron que, en ratificación de la
fundación antigua de dicha cofradía y de sus cabildos, juntas y acuerdos hacen
criar, erigen y levantan esta de nuevo y en reformación de lo que han
considerado por gravoso, quieren que observe y guarde en adelante lo que ha
prevenido en las constituciones siguientes” . Tuvo lugar, la presentación
de las nuevas constituciones
lugar el cinco de junio de 1743 ante el gobernador eclesiástico. El
veinticinco de dicho mes fueron
aprobadas por el gobernador
eclesiástico don Manuel Machado y Luna.
.
LOS CABILDOS
El hecho de
ser una cofradía de gran prestigio y antigüedad tenía una organización muy
ligada con el cabildo eclesiástico de la Abadía. De ahí que sus juntas
fueran presididas por una alta dignidad,
generalmente el Provisor , Vicario
General y Juez de Rentas en representación del señor abad, por cierto, solía estar ausente por estos años. O, EN OTROS CABILDO EL TENIENTE DE VICARIO. De
entre los que asistieron ,por este siglo,
a estos cabildos se encontraba Matías Fernando Montero de Paz Ramírez, y
Gabriel Muñoz Merino, comisario del
Santo Oficio de la Inquisición de Córdoba. abogado y colegial de Santa
Catalina de Granada, don Diego de
Torres, canónigo de la catedral de León,, capellán de Felipe V y notario de la
Nunciatura, Diego de Guzmán y Bolaños, colegial e la Universidad de Salamanca y
miembro de la Orden de Santiago, don Miguel Cedillo y don Diego Bolaños y Guzmán capellán de
Felipe V.. La integraban el representante eclesiástico, el hermano mayor, los
alcaldes y los oficiales, así como un notario escribano e la abadía..
Generalmente,
los puntos del orden del día se resumían según el tipo de cabildos ordinarios y
extraordinarios. Los anuales y ordinarios
solían comprender el nombramiento
de hermano mayor, alcaldes y oficiales
del año y, la consiguiente aprobación del inventario de la cofradía y cuentas.
Daban fe de la celebración de los actos el representante eclesiástico y el
hermano mayor, posteriormente fue sustituido por el capellán de la cofradía
partir de 1744.
Solían
celebrarse todos los cabildos fuera de la ermita Santa Ana, pues sus hermanos
residían en Alcalá. Casi siempre lo
hacían en la iglesia de la Veracruz,
otras veces en el palacio abacial,
sede de la vivienda del vicario general Pero, a partir de 1744, se comenzaron a
celebrar el día de la fiesta de Santa Ana
en la propia ermita, pues, como eran labradores, les suponía un gasto
importante trasladarse desde los cortijos a Alcalá, al mismo tiempo comenzó a
responsabilizarse más intensamente el capellán de la cofradía por delegación del gobernador
eclesiástico.
La
fecha de celebración del cabildo variaba
desde el mes de abril hasta primeros de junio Pero, tras la reforma, se
impuso el día veitiséis de julio..
LOS CARGOS
Eran,
como hemos dicho , un hermano mayor, dos alcaldes y varios oficiales. Solían
elegirse por periodos de tres años. Antes del siglo XVII, solían hacerse
por el sistema de rueda para la elección de cargos de acuerdo con el
puesto que se encontraba en la lista
de 20 hermanos aproximadamente. Pero en
el segundo decenio del siglo XVIII,
hicieron una reforma, por el que el sistema de elección consistía en que
los cargos se sucedieran de acuerdo con esta proposición: al hermano mayor le
sucedía el alcalde más antiguo de la cofradía -actualmente sería el primer
vicepresidente- y a este el segundo alcalde.
El hermano
mayor , desde el año 1726 era el
encargado de presidir misas, funciones, hacer propuestas de cabildo, comprobar
el inventario y fedatario de la cofradía. Por eso escribía en un libro las faltas de los
hermanos que no acudían a los actos religiosos, con el fin de imponerle el
castigo. Era, también, el responsable de todas las operaciones madereras de la
alameda de la cofradía. No podía renunciar
al cargo a no ser por razones de enfermedad..
Para
la elección de los alcaldes, los hermanos los votaban secretamente; previa invitación – los
convidaban a ser, decían-, y, el que era mayor de edad, quedaba nombrado como primer alcalde y, el otro,
segundo alcalde. Paso previo, era la aceptación de los cargos, pues no había
propuestas anteriores sino que lo hacían libremente y en lista totalmente
abierta.. Incluso, podía hacerse con personas que no estuvieran presentes y,
que luego aceptaran el cargo. Cuando se procedía el óbito de algún alcalde, se
convocaba cabildo par nombrar otro y reestructurar los patronos del mes.
Sustituía y colaboraba con el hermano mayor y presidía las ceremonias
religiosas.
También se
nombraban doce patronos demandantes que
ejercían mensualmente .el cargo con la
bacinilla para fondos de culto de la iglesia. Este recolección lo hacían por
las calles de Alcalá. Podían ser sustituidos por una persona que buscaran en
lugar de ellos.
El resto de
los hermanos formaban una piña para ayudar al hermano mayor en todo tipo de
obras materiales de arreglo del templo.
Un capellán
era nombrado para ejercer de director
espiritual de la cofradía por parte del hermano mayor.
Todos tomaban
posesión de los cargos el primero de julio.
Con motivo de
la reforma de 1743 y las nuevas constituciones todos los cargos se redujeron al
periodo de mandato de un año. El primer
domingo de abril, se avisaba al juez eclesiástico para que diera permiso para
los cabildos que se celebraran con antelación a la fiesta, evitando acercarse
al mes de julio para que tuvieran
suficiente para organizarla. También, se creó la figura de padre de
ánimas, que se encargó del control de los hermanos fallecidos, la recolecta de
misas de sufragio, el pago al capellán y todo lo relacionado con los gastos del
funeral. Solían comunicarlo el día de la fiesta..
CAPELLANES
Eran los
encargados del culto de la ermita de Santa Ana , misas, sufragios por difuntos
y compartieron, a partir de mediados de siglo XVIII, ser cobradores del diezmos
eclesial en el partido de Santa Ana. Cuando aumentó la residencia de muchos
vecinos alcalaíno en la aldea de Santa Ana, el capellán desempeñó, además de
las funciones religiosas, otros servicios muy cercanos a los vecinos en labores
testamentarias, reparto y distribución d censos, empadronamientos, mediador con
el estamento eclesiástico. Decía misa todos los días de fiesta y recibía doce
fanegas de trigo por su trabajo. El
capellán guardaba la llave del Sagrario y de todas las arquetas y otras cajas,
donde se guardaran reliquias y objetos de valor
.
Francisco Antonio de Contreras
|
1715-20
|
Francisco Ramírez de Aguilera
|
1720-51
|
Juan Antonio Contreras
|
1752
|
Antonio Cano Hinojosa
|
1767
|
HERMANOS
La mayoría de
ellos eran labradores de los cortijos de
la zona- entre Charilla y Ermita Nueva-, que solían arrendarlos de los
propietarios alcalaínos, los hidalgos, y, que posteriormente con motivo del
reparto de suertes en el reinado de Carlos III se asentaron al rededor de los caminos y en torno a la ermita de Santa Ana con la
construcción de viviendas de la que surgió la aldea de Santa Aana.. Por este
tiempo, sus nombres eran Juan Martín Alcaide, Lucas Ramírez, Francisco Ramírez
de Aguilera, familia de los González de
Lara, Miguel Rufián, Pedro Pérez del
Corral, Gaspar de la Fuente, Andrés Hidalgo , Antonio Romero Blas del Castillo,
Andrés Palomino, Francisco Valenzuela, Tomás de Aguilar, Pedro Ruiz Rejano, Cristóbal del Barrio, Miguel de
Ureña, Juan Garrido, Pedro de Mesa, Fernando Márquez, Lucas Zamora, . todos ellos padres de los que luego
crearon el primer núcleo de vecinos de Santa Ana y que hemos referido en
anteriores inventarios..
MODO
DE TOMAR ACUERDOS
Mediante
asentimiento de los hermanos , tras exponer cada uno sus votos y reparos. Pro , la sucesión de
hermanos se llevaba a cabo de un modo
mecánico.
La
mayoría de ellos tenían una cultura básica de saber leer y escribir pues sabían
firmar y algunos llegaban a tener buenos trazos.
Las
propuestas de nuevas medidas las realizaba el hermano mayor, el capellán o el
representarte eclesiástico, como la reforma de la reforma de las
Constituciones.
HERMANOS MAYORES DEL SIGLO XVIII.
No
todos vivían en los cortijos de Santa Ana, sino que muchos eran labradores de
Alcalá, con casa en el casco.
Juan de Tapia
|
XVII
|
|
Nombre y apellidos
|
Año
|
Algunas actuaciones
|
Francisco Revilla
|
XVII
|
|
Juan Ruiz Gómez
|
1711-1714
|
|
Juan García Barrera
|
1714-1717
|
|
Miguel Rufián
|
1717-1720
|
|
Miguel González de Lara
|
1720-1723
|
|
Lucas Ramírez
|
1723-1726
|
|
Gaspar de la Fuente
|
1726-1729
|
|
Andrés Palomino
|
1729-1732
|
|
Pedro de Rufián
|
1732-1735
|
Relicario de Plata
|
Cristóbal del Barrio
|
1735-1738
|
Limosna para entierros
|
Lucas Zamora
|
1738-1741
|
|
Antonio Romero
|
1741-43
|
Renunció Pedro de Mesa por
razones de enfermedad y reformó las
constituciones
|
Antonio Ureña
|
1743
|
La cofradía celebraba los
cabildos en la emita de Santa Ana
|
Fernando Márquez
|
1744
|
|
Juan García Márquez
|
1745
|
|
Lorenzo de Torres
|
1746
|
|
Juan León
|
1747
|
|
Pedro del Barrio
|
1748
|
|
Francisco López de Castilla
|
1749
|
|
José Calvo
|
1750
|
|
Juan de Lizana
|
1751
|
|
José Nieto
|
1752
|
|
Juan Esteban Palomino
|
1753
|
Frontal
|
Juan Esteban Romero
|
1754
|
Frontal
|
Blas Zamora
|
1755
|
frontal
|
Fernando Márquez
|
1756
|
|
Juan Valverde
|
1757
|
Frontal
|
Cristóbal Berlango Márquez
|
1758
|
|
Antonio Romero
|
1759
|
|
Antonio de Cuenca
|
1760
|
|
Manuel de la Fuente
|
1761
|
|
Matías de la Fuente
|
1762
|
|
Felipe Valverde
|
1763
|
|
Pedro González
|
1764
|
|
Agustín García
|
1765
|
|
Pedro Cano
|
1766
|
Nuevo capellán
|
Francisco Armenteros
|
1767
|
|
Francisco Prieto
|
1768
|
|
Manuel Márquez
|
1769
|
|
Fernando Márquez
|
1770
|
|
Manuel de Cuenca
|
1771
|
|
José de Zafra
|
1772
|
|
Manuel Carmona
|
1773
|
|
Juan Márquez
|
1774
|
|
Francisco Toro
|
1775
|
|
Pedro García
|
1776
|
|
Miguel de Cuenca
|
1777
|
|
Vicente Romero
|
1778
|
|
Juan de Zafra
|
1779
|
|
Francisco Ruiz
|
1780
|
|
LOS INVENTARIOS
Solían
hacerse unos días después de celebrarse el cabildo ordinario y lo llevaban a cabo entre el
representante eclesiástico, el hermano mayor y los alcaldes, asistiendo como
testigo algunos hermanos y el capellán de la cofradía. Los lugares donde se
llevaba a cabo eran: la iglesia-templo y sacristía, casa de la
cofradía y en la Iglesia Mayor de Alcalá la Real. A veces, los hermanos
mayores guardaban en sus casas algunos objetos. Cada año, se anotaba el incremento
de objetos religiosos, ornamentos,
cuadros, bienes muebles e inmuebles, censos ....
MOVIMIENTO ECONÓMICO
Se
surtía de los ingresos de cuotas y de los censos y entradas de los bienes
muebles de la cofradía, que consistían en una haza de nueve fanegas de tierra
de erial, que producía, en su mayor parte, álamos, un censo de seis ducados
anuales, y las limosnas de los fieles.
La alameda no producía sino el fruto de madera, pues era un erial. Pero , a partir
de 1764, comenzó a arrendarse a la familia Romero.
ACTIVIDADES, Y CULTOS.
La Cofradía
traía anualmente a la Iglesia Mayor de Alcalá la Real la imagen de la
Señora Santa Ana. La recibían
varios regidores a la entrada de la ciudad juntamente con miembros de la
cofradía, hacía su primera estación en la iglesia de la Veracruz, y luego la
colocaban en un nicho del altar de la
Virgen de las Mercedes. En el día de a santa Ana, celebraban la festividad con una misa solemne , con
ministriles y capilla de música.
Por la tarde,
la imagen de Santa Ana se colocaba en sus andas y, en procesión,
se trasladaba a la ermita acompañada de las banderas- guión de
terciopelo rosado. pendón blanco de la cofradía-, insignias- cruz de plata,
cuatro cetros con tarjetas para hermano mayor, alcaldes y capellán-, hermanos y
devotos a la ermita .
Con motivo de
la reforma del 1743, ya no se trajo Santa Ana a la Iglesia Mayor para celebrar
la fiesta anual, sino que tan sólo vino con motivo de rogativas y con permiso
de la autoridad eclesiástica
La
función religiosa comenzó a celebrarse en la ermita.
ALGUNAS ANÉCDOTAS IMPORTANTES DE LA VIDA DE LA
COFRADÍA
-El día ocho de marzo de 1729, ante la presencia del provisor y vicario el doctor
Juan Antonio Domínguez, que era a su vez abogado, colegial de san Felipe y
Santiago de la Universidad de Alcalá de
Henares, don Antonio Aranda y Piqueras
entregó a la cofradía una reliquia de la Señora Santa Ana que se hallaba en una
caja del retablo viejo y el hermano mayor Francisco de Rivilla había guardado
en su casa.. Consistía en un hueso de
Santa Ana, guardado dentro de un relicario pequeño de plata
sobredorada incluido en un relicario más
grande de talla sobredorado. Lo encerró
en el sagrario del altar mayor. Provenía la reliquia de la familia María de
Tapia, cuyo padre fue hermano mayor en
el siglo XVI y lo había dejado a sus herederas, una sobrina doña Gracia de
Tapia. Al acto, también estuvieron presentes, por petición expresa de la
donante el capellán, notario y de hermano mayor.
El
dieciséis de junio de 1729, la cofradía se hallaba muy decadente, porque tan
sólo asistían el hermano mayor y los alcaldes a las fiestas, funciones de
iglesia, y procesiones, tuvo que intervenir don Juan Dios Antonio Domínguez,
abogado, vicario para incitar a los
hermanos a que acudieran con su presencia so pena de una libra de cera aplicada
a la cofradía.
El
18 de mayo de 1732, se manifiesta un
incremento de sus bienes con tres censo : uno de 120 ducados que pagaba pedro
de Abril; otro de 110 ducados que pagaba don Bonoso Tedodoro de Corpas- por
cierto se pagaba sobre un pilar del
Juego Pelota junto al pilar de Mari Ramos- y el último de 100 ducados, que lo pagaba don José de la
Cruz.
En el año 1732, se vendieron todas las alhajas y la
caja de plata para hacer un relicario , donde estaba la
reliquia, anteriormente mencionada, de Santa Ana. Pesó diez onzas de plata y
costaron cuatro reales de a ocho. Todo esto se hizo con la licencia del vicario
y los hermanos aportaron mediante el sistema de limosnas una parte de lo que faltaba
por pagar El día de su fiesta, 26 de
julio las reliquias se llevaron a la Iglesia Mayor, se colocaron las reliquias
en el altar mayor durante la fiesta de la misa solemne, fueron besadas por el
oficiante , el clero, la corporación
municipal y un sacerdote las expuso para que las tocaran el resto de los
fieles. Por la tarde, se colocaron en las andas
y en la tradicional procesión se trasladaron a la ermita de Santa Ana.,
donde se colocaron en el sagrario.
En el cabildo
del 1735, se instauró la costumbre de
pagar dos reales al capellán por parte de los hermanos, para que adelantaran
los emolumentos con motivo de los sufragios de su muerte y no se retrasaran los
días de las misas.
El diez de
febrero de 1743, la cofradía llevó a
cabo su refundación- se le llama fundación-ante el notario apostólico y la
aprobó el vicario general y gobernador
eclesiástico, don Manuel Machado y Luna, abogado de los Reales Consejos. El
otorgamiento de su fundación tuvo lugar en la iglesia de san Juan el 10 de
febrero de 1743
A partir del
año 1744, comenzaron a celebrarse los cabildos de elección de hermano mayor en
la aldea de Santa Ana a instancias del labrador
y hermano mayor Antonio Ureña. El provisor don Manuel Machado y Luna,
abogado y capellán mayor de Felipe V dio su consentimiento ante la dificultad
de desplazamiento de los labradores a la ciudad de Alcalá y en l mismo día se
entregue el inventario de bienes.
En
el año 1752, se aumentó el inventario de bienes con un frontal y una medallita
de plata para Santa Ana.
En l año 1754,
se llevó a cabo un exhaustivo inventario , en el que aparecieron un gran número
de objetos nuevos de plata (agnus Dei,
corazones de la Soledad, exvotos por los milagros que daban los devotos, y cera.
En el año
1768, se reforma los estatutos para que se integre la mujer del hermano dentro
de la hermandad, pues, si era mozo podía recoger dicho privilegio su madre y
hermanas.
/CONTINUARÁ/
FRANCISCO MARTÍN ROSALES
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