Archivo del blog

jueves, 31 de julio de 2014

INTENTO DE CORONACIÓN



            INTENTO DE CORONACIÓN

 

En 1925 se celebraron Juegos Florales en honor de la Virgen de las Mercedes. En una novena de  1923, surgió la idea de la coronación de la Virgen y, para ello, se constituyó un comité de la Coronación, se prepararon las distintas actividades de la organización y, además, se llevaron a cabo varias gestiones con el Nuncio, el Prelado de España, el Obispo de Jaén, el Arzobispo de Granada y en 1929, se intentó llevar a cabo la coronación de la Virgen y se solicitó la Presidencia de la Reina[1]. Impulsó la idea el arcipreste don Antonio Montañés Chiquero, y quiso imitar a la que por aquel tiempo se había realizado a la Virgen de la Capilla. Se constituyeron comités de aldeas y de damas, se aportaron donativos y prácticamente todas las gestiones estaban concluidas. Intervino el deán Mudarra en las gestiones con asuntos relacionados con la coronación y logró la aceptación de la reina que concedió el regalo de un zafiro. Las gestiones estaban a punto de finalizar, pero la proclamación de la República influyó en que dicha coronación no tuviera efecto. Por este año, también, se llevó a cabo una rogativa solicitada por los labradores y pujareros.

En tiempos de la República, se mantuvo la religiosidad popular y la devoción  a la Virgen de las Mercedes.  Tan sólo, se requirió el traslado del Archivo Eclesiástico del Palacio Abacial, que pudo salvarse del posterior incendio y destrucción de documentos, pero el párroco pidió varias prórrogas que dieron lugar a que no se  trasladara a la capital del Santo Reino.  En la calle, salvo los primeros años, en suma se respiraba  un clima de conformismo y de aceptación ante el nuevo orden impuesto por las autoridades locales de la C.E.D.A en 1934. La normalidad alcanzó, incluso, en el campo religioso. Claro testimonio son las palabras del erudito y arcipreste Montañés Chiquero:

 

“Alguna vez pudo creerse que ese fuego estaba del todo muerto; más sólo eran apariencias. Sólo era, al parecer el fuego sacro que Nehemías hallara escondido en el fondo del pozo, y al cabo de largos años, dio señales de vid, al despuntar la Aurora, provocando voraz incendio.  De igual manera, el fuego de la devoción a nuestra Virgen, escondido en las cenizas de la ignorancia, de la sensualidad, de la ambición  y demás humanas pasiones, al toque de la gracia del Sol divino, surgió potente, esplendoroso y triunfador. Siempre fue esa devoción para nuestro pueblo como el hilo de oro, invisible conductor de la gracia y caridad cristiana, y para muchos desdichados, el único elemento que les unía a Dios ......en las últimas pruebas porque pasó la fe de este pueblo , la maldita vergüenza y el temor mundano habían regresado y escondido la bendita luz y ese calor celestial, convirtiendo a muchos creyentes en hijos pródigos y en “perros cobardes”; pero cesó la tormenta, amaneció el Sol de la fe y  la Virgen de nuestros amores, el Faro de nuestra Esperanza volvió como nunca a brillar en las calles de esta ciudad para que millares de gargantas enronquecieran, aclamando a su Reina  y Madre de las Mercedes[2]  

 




[1] AMAR. Cabildo del treinta de agosto de 1939.
[2] MONTAÑÉS CHIQUERO, A. La Virgen de las Mercedes, patrona de Alcalá la Real. La Mañana. Suplemento del 14 de agosto de 1935.PÁG. 8
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario