LA FIESTA DE SANTIAGO
-Se llevó a cabo a
finales del siglo XVI y competía con la de San Juan, exponiendo los actos
organizados a la oportunidad climatológica
del momento y participando de las mismas actividades caballerescas para
el fomento de la milicia local y la ganadería de caballos, yeguas y potros.
-Como actividad
religiosa, vísperas, misa y procesión que salía por la puerta de la Iglesia se
dirigía a la Plaza y volvía por la otra con acompañamiento de toda la clerecía,
beneficiados y capellanes de Santa María y Santo Domingo, recorría todas las
calles limpias en derredor de la calle de los Méndez de Sotomayor, Palacio
Abacial y Calancha.
-Como actividad fundamental era el juego de cañas y toros. En
1572, el gasto de 25.030 maravedíes nos da muestra de la importante cantidad
con la que se afrontaron los regocijos de la fiesta.
Solía alzarse el
pendón de la ciudad en este día.
-Los toros eran la
otra actividad en la que competían las
cuadrillas de cuatro en cuatro de caballeros-alcalaínos y forasteros- en la
Plaza Alta de la Mota, algo así como la corrida de los Rejones de nuestros
tiempos. Tan sólo se solía contratar a un joven del pueblo que toreaba los
novillos a capeo, lo que daba lugar a accidentes de corneo. El protocolo de las
ventanas de la Plaza Alta y de las ventanas de los Corredores jugaba un gran papel a la hora de repartirse
el sitio para asistir a la fiesta entre
autoridades y oficiales. Chirimías y atabales alegraban el acontecimiento y a
veces debían contratarse a ciudades importantes como Granada. Pagaban los
menuderos y carniceros de la ciudad la mitad de los toros, unos cuatro, y el
resto lo hacía el ayuntamiento. Los toros procedían de ganaderías de la zona y
tenían nombres curiosos como Gamboa en referencia a un regidor del cabildo
municipal.
-En la iglesia Mayor
abacial se encargó una imagen de Santiago a finales de siglo imitando a la de
Granada, con Santiago montando a caballo para celebrar la fiesta de una manera
religiosa, incluso dio nombre a una capilla del testero.
El pago del voto de
Santiago se mantuvo hasta muy avanzado el tiempo ( XIX) y algunos
vecinos que eran caballeros de Santiago
nos muestran en la ciudad la importancia de este santo en Alcalá la Real.
La fiesta decayó a
mediados de siglo XVIII hasta el punto que hubo que recordar su celebración pòr
la Corona, como aconteció en 1643.
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