EL HUMILLADERO DE SANTA ANA
En el Archivo Histórico provincial de Jaén, se encuentra otro testamento de don Gabriel Ramírez de Aguilera[i], hijo de don Pedro Ramírez de Aguilera y doña Isabel Muñoz, nieto paterno de Pedro Ramírez de Aguilera, de María de Peñalver, y materno de don Francisco Muñoz Merino y Francisca Rodríguez. Dicho personaje estaba casado desde 1720 con María Teresa Hinojosa y Baeza, hija de don Tomas Baeza , de la que tuvo 3 hijos: Juan, que se hizo fraile de la Orden de San Juan de Dios, José y Niceto. En segunda nupcias se casó con Josefa Rosales, hija de María Rosales y don Martín González. Era cofrade de Nuestras Señora del Rosario en cuya capilla bóveda del templo dominico fue enterrado acompañado de beneficiados y capellanes, pero con una misa llana sin ofrenda y canto. Se le dijeron 200 misas repartidas entre su parroquia y otros templos y lugares. Dio donativos a la cera del Santísimo Sacramento, Santos Sepulcros de Jerusalén y Cautivos. Nombró albaceas al carmelita descalzo Juan Ramírez de Aguilera y a su hijo José Ramírez de Aguilera y a su vecino Bartolomé Merino. De cuñado, tenía al carmelita descalzo Martín González Como muestra caritativa ordenó que se le diesen limosna a un tío ciego de su mujer y a la escuela de la Santa Caridad de la ciudad. A la moza de servicio le dejó los enseres de la cama de lana.
Como familia noble y ligada a memorias eclesiásticas., era poseedor de una memoria religiosa de Tomás Ibáñez ( y que en la época del testamento poseía Inés Muñoz Merino), consistentes en tres, de ellas una casa en calle Real; también de otra memoria de Bernabela de Zayas sobre cien ducados en una parte de la casa de la calle Real donde vivía. Por la muerte de su cuñado cura Andrés de Baeza, heredó además casas en calle Los Caños, que estaban gravadas con una misa a favor del alma de María de los Reyes ante el escribano Eladio Serrano a favor del capellán Ceferino de Torres, por las que pagaba 1.200 reales y doce misas.
Pero, lo que nos interesa, dejando aparte la parafernalia testamentarias, es esta manda referente al Humilladero de Santa Ana en 1756:
“ su abuelo Francisco Muñoz Merino tuvo mucha devoción al Santo Cristo de la Salud, que se venera pintado en un lienzo que está en el Humilladero que esta a la vista de la hermita de Santa Ana entre las huertas y la dicha hermita, y por su deboción mudo el dicho humilladero que estaba en distinto sitio del que se halla ahora. Hizo pintar el dicho lienzo y hemos continuado sus descendientes con la devoción de reparar el dicho humilladero de manera que se mantenga dezente; esto es en cuanto a su adorno y reparos , para su subsistencia; por en cuanto a su luz se cuida y mantiene por las personas que habitan junto a la referida hermita y con las limosnas que dan los fieles y devotos: Por quanto encargo a mis hijos y descendientes que no descaezcan en esta devoción porque es en augmento del culto divino y devoción que devemos a Dios Nuestro Señor”.
Por lo que se deduce claramente lo siguiente:
-La capilla pertenece a la Iglesia y era una memoria que se mantenía en su tiempo por la familia Ramírez.
-Su ubicación era anteriormente entre la ermita de Santa Ana y las huertas, pero cambió al sitio actual de la salida de la Pasadilla Alta.
-La advocación del Cristo era la de la Salud se adelanta incluso a la imagen de Alcalá la Real.
-Existía el compromiso de la familia para mantenerla en subsistencia constructiva-la fábrica- y adornos; pero el cuidado de velas era de los vecinos.
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