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martes, 9 de enero de 2024

SOBRE EL HUMILLADERO DE SANTA ANA.

 


EL HUMILLADERO DE SANTA ANA

 
    Este humilladero se remontaba a mediados del siglo XVII. Sus primeras noticias se encuentran en un testamento de María de Lara ante el escribano Francisco de Velasco en 1567 (Legajo 5167, folio 1, dos de enero) , hija de Mateo Carrillo y María de Lara. Su padre se casó por segundva vez y tuvo como madrastra Catalina Montoro. Se enterró en la capilla de su hermana en el convento de Nuestra Señora del Rosario, pero era hermana de la Orden de San Francisco,. Su madrastra había fundado  una memoria de cuatro misas en la Iglesia Mayor sobre la haza del Moral, que "más o menos es antes de llegar al humilladero de Santa Ana, que alinda con las cuevas y las peñas de los Llanos y parte del camino real que de la ciudad a Santa Ana". Como faltaban su hermanos, se conviritió sucesora María y dejó por sucesos  Gerónimo de Solís Cano , para que la disfrutara y pagara los gastos de la memoria. Por lo que datamos el humilladero más de cincuenta años y la ubicamos un poco más abajo que se encuentra hoy día. 

 

                           

 

 

 



 




En el Archivo Histórico provincial de  Jaén, se encuentra otro testamento  de don Gabriel Ramírez de Aguilera[i], hijo de don Pedro Ramírez de Aguilera y doña Isabel Muñoz, nieto paterno de Pedro Ramírez de Aguilera, de María de Peñalver, y materno de don Francisco Muñoz Merino y Francisca Rodríguez. Dicho personaje estaba casado desde 1720 con María Teresa Hinojosa y Baeza, hija de don Tomas Baeza , de la que tuvo 3 hijos: Juan,  que se hizo fraile de la Orden de San Juan de Dios, José y Niceto. En segunda nupcias se casó con Josefa Rosales, hija de María Rosales y  don Martín González. Era cofrade de Nuestras Señora del Rosario en cuya capilla bóveda del templo dominico fue enterrado acompañado de beneficiados y capellanes, pero con una misa llana sin ofrenda y canto. Se le dijeron 200 misas repartidas  entre su  parroquia y otros templos y lugares. Dio donativos a la cera del Santísimo Sacramento, Santos Sepulcros de Jerusalén y Cautivos. Nombró albaceas al carmelita descalzo Juan Ramírez de Aguilera y a su hijo José Ramírez de Aguilera y a su vecino Bartolomé Merino. De  cuñado, tenía al  carmelita descalzo Martín González Como muestra caritativa  ordenó que se  le diesen limosna a un tío ciego de su mujer y a la escuela de la Santa Caridad de la ciudad.  A la moza de servicio le dejó los enseres de la cama de lana.

Como familia noble y ligada a memorias eclesiásticas., era  poseedor de una  memoria religiosa de Tomás Ibáñez ( y que en la época del testamento poseía Inés Muñoz Merino), consistentes en tres, de ellas  una casa en calle Real; también de otra memoria de Bernabela de Zayas sobre cien ducados en una parte de la casa de la calle Real donde vivía. Por la muerte de su cuñado cura Andrés de Baeza, heredó además casas en calle Los Caños, que estaban gravadas con una  misa a favor del alma de María de los Reyes ante el escribano  Eladio Serrano a favor del capellán Ceferino de Torres, por las que pagaba 1.200 reales y doce misas.

 

Pero, lo que nos interesa, dejando aparte la parafernalia testamentarias, es esta manda referente al Humilladero de Santa Ana en 1756:

 

“ su abuelo Francisco Muñoz Merino tuvo mucha devoción al Santo Cristo de la Salud, que se venera pintado en un lienzo que está en el Humilladero que esta  a la vista de la hermita de  Santa Ana entre las huertas y la dicha hermita, y por su deboción mudo el dicho humilladero  que estaba en distinto  sitio del que se halla ahora. Hizo pintar el dicho lienzo  y hemos continuado sus descendientes  con la devoción  de reparar el dicho humilladero de manera que se mantenga dezente;  esto es en cuanto a su adorno y reparos , para su subsistencia;  por en cuanto a su luz  se cuida y mantiene por las personas que habitan junto a la referida hermita y con  las limosnas que dan los fieles y  devotos: Por quanto encargo a mis hijos y descendientes que no descaezcan en esta devoción  porque es en augmento del culto divino  y devoción que devemos  a  Dios Nuestro Señor”.

            Por lo que se deduce claramente lo siguiente:

-La capilla pertenece a  la Iglesia y era una memoria que se mantenía en su tiempo por la familia Ramírez.

-Su ubicación era anteriormente entre la ermita de Santa Ana y las huertas, pero cambió al sitio actual de la salida de la Pasadilla Alta.

-La advocación del Cristo era la de la Salud se adelanta incluso a la imagen de  Alcalá la Real.

-Existía el compromiso de la familia para mantenerla en subsistencia constructiva-la fábrica- y adornos; pero el cuidado de velas era de los vecinos.   

 

 

 

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