DIARIO DE UN NEÓFITO DEL INSTITUTO NACIONAL DE ENSEÑANZA MEDIA ALFONSO XI: 1969, EL AÑO DE LA INAUGURACIÓN
Era el año 1969, año que colgué la sotana en el armario, convalidé mis estudios eclesiásticos con los del bachillerato estatal en el mes de julio, y me examiné, en el INEM Virgen del Carmen de la capital jiennense, de la prueba de grado superior de Bachillerato( pues los alumnos teníamos un bachillerato que se componía de seis cursos y un curso preuniversitario, y debíamos afrontar tres pruebas a lo largo de los estudios de enseñanza media: una prueba de primer grado a los cuatros años; otra de grado superior al final del bachillerato; y una tercera a los que realizaban el curso de introducción a la universidad, que se llamaba PREU).En el verano, nos impactaron varias noticias nacionales: , por un lado, la fiebre de la construcción se iniciaba en España y un edificio de un restaurante famosos de Madrid se hundió en los Ángeles de San Rafael, muriendo más de 50 personas; también, en el verano, se declaró Juan Carlos de Borbón sucesor de Franco y estalló el escándalo de MATESA, unos telares que habían costado un riñón y no eran nada sino papeles. Todos los jóvenes estábamos entusiasmados por el motorista Ángel Nieto que se proclamó en el mes de septiembre campeón del mundo de los 50 cc (“de raza le viene al galgo”, ya hora comprendemos los triunfos del motociclismo actual).
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NORMAS DE CONDUCTA EN EL ANTIGUO COPEM |
Por aquel tiempo gozaba de mucha influencia política el OPUS DEI, cuyos ministros casi ocupaban todas las carteras del gobierno. No era de extrañar que el bikini se cuestionara para nuestras compañeras, que trataban de emular a las turistas suecas .Y causara un gran impacto la localidad varios sacerdotes que cuestionaban las anteriores formas de pensar. Claro ejemplo de ello era cuando leíamos en la revista local.
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EL BARRIO EN OBRAS |
Pasé muy feliz la feria de San Mateo entre los amigos bailando en la Caseta de la Juventud que organizaban los alumnos de sexto de bachillerato (pues el bachillerato se componía de seis cursos) en el Paseo, (siempre bien llamado de los Álamos al que, por aquel tiempo, se adentraba con el rótulo del Generalísimo), escuché las actuaciones musicales de la Caseta Andaluza, donde solían acudir famosos del momentos como Los tres Suramericanos, y, como todos los años, fui al circo. Y, con el titulo de bachiller superior recién obtenido, me matriculé, tras la feria en el nuevo instituto público que iba a abrir sus puertas por los primeros días de octubre. Me encontraba un poco desconcertado y casi aturdido, porque la expectativa de una nueva vida y nuevos amigos me ofrecían un futuro incierto `por el que había apostado tal vez sin haber reflexionado profundamente y habiendo tomado una decisión muy seria para mi futuro profesional en una balanza en la que no puse muchos pros ni contras, sino que me importó más esa intuición que se me ha revelado muchas veces exitosa en determinados momentos cruciales de mi transición vital. Opté por volver a mis orígenes, la enseñanza media en vez de estudiar y acabar magisterio, lo que escogían mis compañeros de Humanidades, Y, me encontré que el antiguo COPEM se había calusurado y había nacido el nuevo INEM.
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ANTES DE QUE SE LEVANTARA EL INEM ALFONSO XI |
Llegó la primera semana de octubre. Fue un día soleado de otoño, cuando muchos jóvenes nos colocamos a las afueras de la cercas de aquel edificio de paredes blancas y verdes. Citaban, por orden de edad y niveles, desde los cursos más bajos del Bachillerato hasta los últimos de la fila, los veteranos del Preuniversitario. Me correspondía unirme a este grupo, un grupo que gozaba de la aquiescencia social y beneplácito de todos los profesores, habían atesorado numerosos triunfos en el ámbito académico y televisivo a través del concurso nacional “Cesta y Puntos”. Aquellos jóvenes se habían curtido ante las cámaras y el pueblo los había llevado a volandas tras cada actuación televisiva cuando regresaban a su pueblo en los años anteriores. Me encontraba, en medio de ellos como gallina en corral ajeno. Formaban una piña por su altura y brillantez académica así como por las vivencias compartidas en muchas actividades propias de la juventud. Me costó trabajar hablar con ellos aquel primer día, sin embargo, me acerqué tímidamente a varios de ellos y trataron de cubrir los huecos de la curiosidad de un ser extraño en aquella pandilla tan unida. Nos dividieron en dos grupos, los de Letras y Ciencias. Estos disfrutaban de una estima especial por los profesores, y constituían el núcleo más sabio de aquellos jugadores de las ciencias y de las letras.; los de letras, en cambio, no eran tan apreciados, salvo contados alumnos, porque no habían compuesto ni los reservas del pivot , defensa o ataque de aquel equipo ideal de la enseñanza jiennense. Por primera vez, me sentí argüido a hacer una reivindicación de las humanidades, parecía como si los alumnos de ciencias fueran de primera división y los de letras el receptáculo de los alumnos ramplones, mujeres y de bajo expediente. Recuerdo que no hubo ninguna ceremonia especial el día de su inauguración, tan sólo días después vino el obispo con el alcalde a bendecir el centro oficial y una conferencia solemne sirvió de escopetazo de salida para la actividad escolar,
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BACHILLERATO NOCTURNO |
Hay años en la vida que marcan a las personas, por diversos motivos: el flechazo de Cupido, la celebración de la boda, el nacimiento de un hijo o la muerte de un familiar. Este año me marcó especialmente, por otros motivos mi nueva formación escolar y académica. Me enfrenté a otro estilo de enseñanza y a otros modelos docentes a los que no estaba acostumbrado. La distancia entre el profesor y alumno era evidente, predominaba el respeto impuesto, y, en concreto, yo atisbaba hálitos de libertad tras un periodo de mi adolescencia enclaustrado la mayor parte del año. No obstante, me habían preparado con unas armas imposibles de vence:r el estudio racionalizado, la constancia en el aprovechamiento y la inteligente distribución del tiempo; y sobre todo, unas alas que estaban endurecidas por haber recibido los fuertes vientos de una espiritualidad bien asimilada.
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VISITANDO EL MONASTERIO DE SAN ISIDORO, LA OBRA DE MARTÍNEZ MONTAÑÉS |
Me atraían los estudios universitarios para adquirir una formación profesional que me capacitara para la docencia; y me entusiasma la creatividad y la investigación, lo que pude recibir de muchos profesores que me impartieron la enseñanza de aquel año de preuniversitario. Recuerdo a Ramona Núñez ( “Monchi” , como quería que la nombráramos porque era una joven recién salida de la facultad de letras de Granada) y su diálogos de comentarios interpretativos de la Eneida ( llegábamos a traducir cincuenta versos al día) ; a Carmina Álvarez con la que compartí la pasión por el griego, lengua en la que me había formado desde los diez años; Carmen Juan me despertó el amor por la historia y la investigación con sus trabajos y el deseo de contemporaneidad de sus asignaturas ( la Historia de España y los Fundamentos de la Filosofía y la Ciencia), nos traía comentarios de periódicos, lecturas de revistas y de libros , nos ponía al día en muchos temas ( supo ser justa en los veredictos de las notas ya ganadas); Carmen Navarro me libró de mi poca base de Francés con una dedicación especial hacia mi falta de base, porque en mis estudios eclesiásticos las únicas lenguas que servían eran Latín y el Griego; también estudié Bilogía, Formación de Espíritu Nacional ( pero con ¡suerte, porque en PREU se estudiaba Economía del famoso economista Fuentes Quintana y ya no se embotaba la mente con los principios del único partido del momento, asignatura que impartió don Francisco Santiago); y Religión, en la que don Eduardo Gámiz me insufló una dimensión de proyección social y preocupación por la marginación, lo que me llenó muchísimo a lo largo del año. Me dejaó una huella especial la profesora Carmen Sánchez Cañete por su pedagogía, vivencia de la Literatura y el apoyo a la creatividad de los alumnos.
Mis compañeros de ciencias obtuvieron triunfos sonados en la prueba de selectividad porque tuvieron como docentes don Ramiro Abad en Física y Química, don Juan Borrego en Matemáticas, don Diego Ruiz y don Pedro Ríos en la asignatuva de Dibujo, el otro don Diego, don Pedro Morales, y Dámaso Arcos en las diversas materias científicas. No olvidaré a los recién salidos de las facultades granadinas como doñas Carmen Villoslada y Magdaleno, Juan Antonio Pérez. Y las tradicionales doña Maria Ríos, doña Loli Hinojosa y doña Lourdes Sánchez-Cañete. Ser alumno de bachillerato te daba una pátina especial. Parecía como si no nos interesaran los chismes y habladurías del pueblo, ya que se centraban en las migraciones continuas de muchos vecinos hacia tierras alemanas o catalanas y en el rapto de las jóvenes adolescentes por un amante contrariado por la familia del anterior para formar una familia en lugares lejanos.
Generalmente, estudiaban los estudios medios los hijos de las familias más hacendadas y de la clase baja media, salvo casos raros de hijos de obreros que recibían becas o ayudas de familias pudientes, La mayoría de los alumnos abandonaban los estudios o tan solo alcanzaban los primarios para integrarse en el mundo laboral de aprendices de la construcción , campo o las pocas fábricas que había como Condepols o la Cooperativa Metalúrgica, Gran parte de mis amigos, hijos de obreros o campesinos ( muchos de ellos en paro o en la emigración), se integraron en el otro sistema educativo, el de la formación profesional donde obtenían los títulos de oficiales o maestros industriales del torno, fresa, electricidad y otros oficios en las Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia de Alcalá la real o la de Úbeda. No sé pero me parece que, por aquel año, algo parecido al Plan Activa Jaén, se hizo por aquellos años El Plan Jaén, que desde luego debió beneficiar a alguna de las industrias comentadas. El aceite era importante, y muchos de los alumnos acudíamos a la aceituna en periodos de vacaciones, pero no era el único producto como ahora, sino que se complementaba con los cereales y la vid.
Recuerdo que los periódicos de aquel tiempo escribían muchos sobre dos personajes famosos de Linares : el famoso guitarrista Andrés Segovia y el escritor Manuel Lozano Garrido “Lolo”, al que el ayuntamiento de su ciudad le entregó el título de hijo predilecto (y creo que lo beatificaron recientemente, erigiéndose una capilla en la iglesia de Santa María de Linares, la que hemos visitado los alumnos de este Instituto cuando visitamos Castulo).
El primer trimestre, sobre todo mes de marzo, fue un año de lluvias, en las que ocurrieron importantes desgracias en muchos pueblos de Jaén: la estación Linares Baeza, Cabra de Santo Cristo y la Carolina.
Cuando acudimos a la capital a final de curso, nos llevamos la sorpresa del derribo del Teatro Cervantes, y los anuncios de l a compañía “Lope de Rueda” que amenizaba el Parador de Jaén, sitio en el que por el otoño de 1970 acudió nada menos que el general De Gaulle, expresidente de la República Francesa y, por cierto, se mantuvo más tiempo que el que tenía programado escribiendo sus memorias y deleitado por la belleza del paraje. Recientemente, el capitán alcalaíno Paco Moya ya fallecido me comentaba que había cubieerto la guardia en el Parador, mientas visitamos y hacíamos rutas por distintos lugares de España.
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UN ENCUENTRO DE ANTIGUOS ALUMNOS |
En Junio, Urtaín, un chicarrón del Norte se declaraba campeón de los pesos pesados y era frecuente que los llamados curas obreros fueran una preocupación para el régimen. Vivíamos nuevos tiempos, y en el ridículo programa de la Virgen de las Mercedes de 1969, comparado con los mamotretos actuales llenos de belleza y paginación, compuesto por un díptico, se decía:
“Vivimos nuevos tiempos. A plano local, contemplamos con orgullo ciudadano los cambios realizados en nuestra querida Alcalá. Las nuevas industrias, las nuevas empresas, las cooperativas, las urbanizaciones y construcciones, la enseñanza, con el Instituto y el “El Coto”, la iluminación de nuestras calles” También variaron las formas de pensar. . Todas estas cosas han provocado un choque, completamente normal, entre unas generaciones y otras. Unos luchan contra él con el silencio, otros con la adaptación, otros con la comprensión. Y, en fin, algunos con la rebeldía mostrada con la palabra violencia”.
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EN EL ANFITEATRO DE ITÁLICO |
Nosotros, en cambio, no nos preocupábamos de la res publica, tan sólo acabamos aprobando prácticamente casi todos el curso y nos examinamos en Granada de la prueba de Selectividad, consistente, para los alumnos de Letras, en varias traducciones de latín y griego (llegaban a un número superior de 20 versos de la Eneida y 15 de la Iliada y Odisea), una prueba de lengua, un ejercicio oral de francés ante un tribunal. Nos tocó el Instituto Padre Suárez y allí me enfretne a un jurado académico que me pregunatab ¿Quelles que sont les moyens de comunication?. Tuvimos el orgullo de haber sido los primeros alumnos que habían salido de este centro con resultados extraordinarios, nos ganamos la fama y creo que se mantuvo esta corriente de opinión hasta fechas recientes. Prueba de ellos es que este instituto ha dado a la sociedad muchos profesionales muy importantes en todas las ramas del saber, han ocupado puestos importantes en universidades, establecimientos públicos, hospitales, centros económicos, recintos educativos e instituciones. También, hemos tenido antiguos alumnos pioneros en ¡el mundo de la investigación científica y humanística. Políticos renombrados, escritores y periodísticas y artistas famosos. Este centro ha sido una parte importante de la historia de la ciudad, porque integró a un gran sector en la formación y en una educación que puso las bases de la nueva España.
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LA EXPOSCIÓN DEL CINCUENTENARIO |
F.M
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