En un documento de Bernabé Rodríguez de 1539,el regidor don Pedro de Aranda, otorgaba una carta de poder a su conoscedor, Blas de Sevilla, vecino del Castillo de Locubín.
Nos parecía algo extraño este oficio o empleo, que no lo relacionábamos con una actividad intelectiva, y nunca lo considerábamos como un oficio.
Y sin embargo esta palabra más bien estaba encuadrada con el mundo agrícoganadero. En concreto, el hidalgo alcalaíno le daba amplios posderes al castillero para poder contratar una dehesa o una parte de ella en cualquier lugar.
La finalidad consistía en que pudieran
realizar el tiempo del herbar a sus doscientas vacas desde el Día de Todos los Santos de 1539 hasta mayo de 1540.
Según el parecer del poderista, quedaban todas las circunstancias del contrato, así como el precio y lo firmaba a 11 de octubre de 1539, siendo sus testigos Francisco Serrano, su hermano y Francisco Villanueva.
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