EL CALVARIO
"la historia local contribuye a fundamentar la base del conocimiento global de los pueblos desde el estudio de los acontecimientos de las ciudades"
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viernes, 18 de octubre de 2019
EN ALCALÁ LA REAL INFORMACIÓN. EL CALVARIO.
Siempre se quedan, en las personas, palabras grabadas, algunas frases, que marcan el comportamiento humano, o, al menos, le sirven de fundamento conductivo a la hora de tomar decisiones en la vida. Una de ellas me vino hace mucho años de un emprendedor alcalaíno que definía el modo de afrontar cualquier actividad humana. En primer lugar, hay que partir de una idea, por lo menos, que sea brillante y con visos de obtener buenos resultados. En segundo, es fundamental que hay que ejecutarla, hacerla realidad, siempre que sea realista y con posibilidades de éxito. Y, en tercer lugar, hay que mantener la obra conseguida. Viene esto a cuento del barrio alcalaíno de El Calvario.No nos extrañemos de este nombre. Con él se denominaba el actual barrio de las Cruces, en los primeros años de su creación, Corrían los años mediados del siglo XVII y unos vecinos se propusieron, probablemente con el asesoramiento abacial, levantar un recinto en forma de calvario que simulara el último tramo de la vida de Jesús en su paso por la tierra. Era un espacio urbano, muy frecuente de los pueblos de España, pues, sobre todo, se mantienen en la Subbética, en la parta elevada de los pueblos, como Priego de Córdoba e, incluso, en Frailes, y, a ser posible, en un montículo lindero con la ciudad. En Alcalá la Real, al dejar de habitar la población el cerro de la Mota, ocuparon el frontero de los Llanos, escarpado, con acceso empinado a través de veredas de cabras y algunos descansaderos hasta el acceso a la meseta de los Llanos, donde se situaron unos edículos conmemorativos de las estaciones del Vía Crucis y su correspondiente cruz, compuesta de la peana y su leyenda estacional. Los devotos frecuentaron esta ruta pasional nada menos que hasta principios del siglo XX, e, incluso, se revitalizó en los últimos tiempos desde el punto vista religioso. Pero aquel sitio no fue habitado, sino que como barrio fue conquistado por los alcalaínos por los años de los primeros decenios de es este siglo, cuando el incremento poblacional obligó a extender la vivienda en medio de estas cruces y de sus oratorios, de modo que quedó dividido el barrio entre las Cruces y la Verónica, clara alusión a la estación sexta del viacrucis tradicional. Incluso, una noche muchas cruces fueron destruidas por uso desaprensivos en los años treinta y quedaron en pie la ermita del Ecce-Homo, la Verónica y la del Santo Sepulcro.
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