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jueves, 30 de mayo de 2019

PABLO DE ROJAS. FINALES DE LOS AÑOS NOVENTA DEL xvi Y EL SAN PEDRO DE LUCENA


     
En el 1589, participó junto con el ensamblador Diego de Navas y varios maestros de oficios de la compañía en la construcción de  un retablo provisional para la iglesia del Colegio de Jesuitas de  Granada, que se levantaba por aquellos años con las trazas de Baseta. Curiosamente, su sobrino Pedro de Raxis pintó las dos tablas centrales, dedicadas al Nacimiento y al Dios Padre, reservándose para sí la ejecución las dos esculturas de los laterales dedicadas a Santa Ana y a la Virgen, según manifiesta Rodríguez García de Ceballos. Y, en este momento, dicha obra recibió un fuerte impulso económico por parte de Bartolomé Veneroso que legó 21.500 ducados para la continuación de las obras y un retablo del altar mayor con su estatua orante. Desgraciadamente, la obra no llegó a realizarse. Por estos años, figuraba también en Alcalá la Real un sobrino suyo Pedro Veneroso, que trató de impulsar con gran empeño la creación de un colegio de la Compañía de Jesús en la ciudad natal del escultor, adem´ças de que era comerciante de las lanas de Alcalá la Real, y consiguió el cargo de regidor del cabildo alcaláino . El día siete de febrero de este año, como escultor, realizó una operación económica con el clérigo don Juan Moreno por un contrato que había hecho el año anterior con don Antonio de Illescas, que había sido rector del Hospital de la Caridad de Granada. Este consistía en el traspaso de dos tiendas de la calle de Santiago, una de  ellas con dos altos y la otra con un alto; está última cargada con un censo de 1800 maravedís que debía pagarse a doña Ana Bazán de los Cobos, vecina de Coín. Dichas tiendas estaban incorporadas a la casa de su morada por la que tenía un solo alto, lo que indica que debió estar en su momento álgido de producción artística y con necesidad de ampliar la vivienda y su taller artesanal. En el documento aparecen el licenciado Moreno representante de Ana de Bazán, el licenciado Rodrigo Díaz de Hita, y el procurador Baltasar de San Pedro ante el escribano Rodrigo de Ávila.  
Estando al frente de las obras de la Catedral de Granada Ambrosio de Vico por este año, también cooperó en la decoración de la capilla de la girola dedicada a Nuestra Señora de la Antigua junto con Diego de Navas y Diego de Aranda y la presencia del estofado y pintura de su sobrino Pedro de Raxis. Hoy día se encuentra desaparecido, aunque algunos elementos suyos se exponen en ele Museo catedralicio. En concreto, son unas imágenes de la Dolorosa y la Virgen con el Niño, San Juan Bautista, San Esteban, San Cecilio, San Gregorio Bético, y San Luis, obispo de Tolosa. Don Manuel Gómez Moreno sólo  refiere como obras de Pablo de Rojas y Diego de Aranda las San Juan, San Lorenzo, San Cecilio y San Gregorio Bético, y alude que están colocadas en la girola de la Catedral granadina. El maestro de obras granadino, en el año 1590, había sido llamado por el cabildo alcalaíno para hacer las trazas del Gabán y de algunas torres que amenazaban ruina, al mismo tiempo rectificó las trazas anteriores de la Casa de la Justicia o del Corregidor, en la que intervinieron canteros alcalaíno y en la escultura de  sus escudos y las armas reales sus hermanos Melchor y Nicolás.
Por este año se levantaba el convento de las Madres dominicas, denominado de la Piedad, en las casas de doña María Sarmiento y Mendoza, marquesa de Camarasa y esposa del duque de Sesa, nieto del Gran Capitán. El duque estaba ligado con la tierra  de origen de Pablo de Rojas, ostentando la alcaldía de la ciudad y actuando  de

benefactor ante la Corte de las pretensiones de los alcalaínos. Curiosamente, familiares de doña María también habían levantado unos años antes  un convento en Alcalá en la fortaleza de la Mota, que había sido dedicado a la Encarnación de María. Un grupo de la Encarnación, María y el Ángel, del convento granadino se le atribuye por parte de Gallego Burín, pues coincide con las fechas del ornato del templo que se había fundado en el año 1590. Este año se le encargó por la cofradía de San Pedro de Lucena una imagen del apóstol, que fue dorada y policromada por Diego de la Vega y Antonio Mohedano. Es muy interesante el documento en el que se recoge la autoría de esta obra, pues fue encontrado en una especie de caja que se hallaba en el pecho de la escultura de San Pedro de la parroquia mayor de Lucena con motivo de una restauración y en el año 1778 fue copiado por don Fernado Ramíres de Luque, que escribió en su libro Tardes Divertidas. Lucena 1778. Nos manifiesta la fama que el escultor alcalaíno había alcanzado en los pueblos andaluces que le llegaban a encargar la obra en su taller granadino y los mismos contratantes acudían a recogerla. Con estas palabras, se expresan en el citado documento:
In Dei nomine, En la villa de Lucena a ocho del mes de marzo de mil quinientos noventa año, en la Iglesia parroquia de dicha villa fue fundada la Cofraía del bineaventurado San Pedro, con aprobación  de D. Lope de Rivera, visitador de este Obispado de Córdoba. Y en el Cabildo que para elegir hermano mayor y oficiales se hizo, fueron electos: por e hermano mayor el Licenciado Bartolomé. Riz Hurrero, Vicario de esa iglsua, y Licenciado Alonso de Angulo Guzmán, que lo presente escribe y Juan Hurtado por consiliarios y el licenciado Francisco de Toro por coadjutor del hermano mayor. Y todos los dichos presbíteros y cofrades d dicha cofradía en este año, mientras a los susodichos lesdurare los oficios de losbienes de dicha cofradía, hicieron hacer el pendón carmesí, y hacheros de la cofradía e hicieron hacer esta imagen de San Pedro en Granada por Pablo de Rojas, escultor, traerla a esta villa.  Y, acabado dicho año, fueron electos por oficiales de dicha Cofradúa, los licenciados Luis de Angulo, por hermano mayor, y Gerónimo Molina y Pedro Alonso del Valle, por consiliarios, y Diego Cerrato de Castañeda por tesorero. En cuyo tiempo esta imagenfue adornada con las limosnas extraordinarias de los cofrades, por Antonio mohedano y Juan Vázquez de la Vega, pintores, vecinos de Antequera y naturales de esta villa.....[1]  


[1] GONZÁLEZ ZUBIETA, A. Antonio Mohedano de la Gutierra.Pp. 212. 213.

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