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viernes, 10 de mayo de 2019

LA ERMITA DE NUESTRA SEÑORA DE BELÉN DE CASTILLO DE LOCUBÍN



Esta ermita estaba recogida en el Diccionario Histórico-Geográfico del Castillo de Locubín, calificándola de poco valor, y en el camino hacia Alcalá la Real. Me comenta Moisés Gallardo que no se conserva actualmente y se situaba por el Caño adelante, todavía hay una calle llamada Belén. Es una advocación mariana relacionada con el Nacimiento de Jesús, muy extendida en España y en América. Se celebraba su festividad el 25de diciembre de cada año. Remonta la tradición que la trajo su imagen el obispo cordobés Osio en el siglo IV; en el siglo XlV se encontró en la ciudad de la Mezquita un cuadro de Nuestra Señora de Belén, Luego  tras la reconquista y la evangelización se convirtió en una de las imágenes más difundidas  por las órdenes religiosas de predicadores, sobre todo los franciscanos Su  Iconografía muestra a la muy representada  María con el Niño como virgen de Ternura, a saber, como dice Cristina Huete : “que irrumpe en la plástica mariana en el período gótico con una gran fuerza como respuesta a ese naturalismo de raíz franciscana que conduce a representar a María no como el trono de Jesús, sino como la Madre del Niño Divino, en actitudes amorosas y variadas, que van desde la Virgen acostada en su lecho acariciando al Niño, o la Virgen amamantando a Jesús o llevándolo en sus brazos mientras éste acaricia su cara con la mano, o la Virgen de Belén que lo sostiene en sus brazos amorosamente envuelto en pañales o desnudo sobre ellos, o el descanso en la huida a Egipto

Se saben datos sobre la fecha de esta ermita  y su edificación por este documento de Domingo de Santiago en  12 de septiembre de 1638. En concreto, fue un contrato de edificación concertado entre el albañil Domingo Alfonso, portugués, vecino del Castillo de Locubín, y el regidor y vecino alcalaíno Francisco Fernández Cabrera. Para “acavar la obra de Nuestra Señora de Belén, de esta villa” por la cantidad de 24 ducados ( 12 ducados de primer pago; y otras doce al acabar la obra). Se fijaba como finalización de la obra 20 días a partir de la firma de la escritura. Y se fijaban las siguientes condiciones:
Primeramente que se ha de acabar de hazer el texado de la dicha ermita en la forma que tiene  lo que en el dicho texado está hecho dándole la teja suficiente.
-Y es condición que a de hacer un campanario donde esté la  campana de la dicha ermita en la parte del tejado que eligiere el licenciado Pablo de Mesa, mayordomo de la dicha ermita, dándole así mismo para ello la piedra que fuere menester.
-Y es condición que las paredes se han de hacer de cal y harena por de fuera y por dentro  de la dicha ermita jaharrado de peso, enlucido y lavado con sus cenefas y dexar una caraboya, adonde han de asentar unas verjas, de hierro, las quales se les han de dar ponerlas y darles el dicho yeso para enlucir la dicha iglesia.
Y es condición que todo los susodicho la a de dar de todo acabado y fecho  a uso de buen maestro  y a vista de otros maestros  dentro del dicho término y por lo que cumpliere de los contenido en esta escritura , y por lo que no cumpliere de lo contenido en esta escritura y por los intereses que, en razón de ello se siiguieren,  y reecurrieren , le pueda ejecutar el dicho Francisco de Cabrera con solos su juramento  en que  lo  dexa defirir decisiorio, y sidentro de dicho tiempo no acabare la dicha obra  el dicho Francisco Fernández de Cabrera pueda  traer oficiales  que la acaben a mi costa, y porque  gastare me pueda si mismo ajustar con solo su juramento  y estando presente  el dicho Francisco Fernández de Cabrera aceto esta escritura en su favor y se obligó a que día que se acavare la dicha obra dará y pagará a el dicho Domingo  Alfonso Portugués o quien por el fuese parte, los dichos doce ducados los restantes para cumplir y pagar los contenido en la escritura cada uno  por lo que le toca y son obligados a cumplir obligaron  sus personas y bienes muebles  ávidos y por aver dieren (siguen fórmulas contractuales, siendos testigos Juan de Víboras, Francisco de Siles  y Tome de Flores.
Por lo que se concluye lo siguiente:
-         La ermita se había iniciado en su cajón de cantería, pero quedaba el final de albañilería y el campanario (una espadaña) y se le encargó a este albañil portugués, que también trabajó en otras obras de la abadía de Alcalá la Real.
-         Muestra la dependencia de la iglesia secular, que tenía nombrado un mayordomo y es curioso que esta advocación aparezca solo en el Castillo de Locubín.
-         También destaca la participación del cabildo alcalaíno a través del regidor Cabrera.
-         Los materiales debieron ser de poca calidad, cal y arena, madera, tejas, y, a lo más paredes de mampuesto.



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