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sábado, 18 de mayo de 2019

DIARIO DE LA RUTA DE 500 ANIVERSARIO DE LA COFRADÍA DE SANTA ANA


lA ASOCIACIÓN DE VECINOS
 HUERTA DE  CAPUCHINOS DE  ALCALÁ LA REAL  (JAÉN) HA REALIZADO 
RUTA DE  500 ANIVERSARIO DE LA  COFRADÍA DE SANTA ANA


Salimos 32 ruteros de Huerta de Capuchinos de Alcalá, explicamos la ruta y el itinerario de la romeria de Santa Ana por estas fechas de Santa Ana a Alcalá. Subimos por Mercado Antiguo, Fuente Nueva y Utrilla, parada y comentario de la ruta del camino de la Fuente Somera y nuestros molinos, y nos adentramos  por los Llanos, cruzamos por Fuente Somera, camino de Frailes hasta Fábrica del Sagrado Corazón de Santa Ana. Nos recibieron  miembros de la cofradía de Santa Ana con la presidenta y hermana mayor, por las Eras Altas y calle transversal  nos dirigimos a  la iglesia de Santa Ana. Hicimos visita y comentario  de la historia arquitectónica, mobilitario artístico y museo ( como  el manto). Manuel Sánchez Escobar nos explicó Santa Ana , su cofradía e iglesia en el siglo XVIII.

Nos dirigimos al  Humilladero ,  agasajaron con bollo y agua la cofradía y comentamos su historia  y nos dirigimos a la Cueva. Por otro camino, bajamos a la Fuente del Rey, Coronada y aledaños, explicando  su historia, y vuelta por camino de la Fuente Somera



 SANTA ANA (i) I

 Santa Ana celebra el V Centenario de su Cofradía, al amparo de la Abuela de Jesús. Se hace patente que es una de las primeras cofradías de la ciudad de la Mota, tras las de la Nuestra Señora de la Antigua y la Santa Caridad. Esta última muy ligada a su territorio, donde se alberga su imagen con el nombre de la Coronada. Y, a pesar de contar con una rica historia, resulta difícil dar con la primera noticia para justificar la presencia de su nombre y de su ubicación por estos pagos. No es de extrañar que varios cortijos de los conquistadores de Alcalá rondaran las cercanías de una ermita con el nombre de Santa Ana, y fueron ellos los que ellos los que albergaran un pequeño oratorio para traer una imagen de la Abadía, que algunos remontan su procedencia de la mano dadivosa del Cardenal Mendoza, pastor y benefactor que estuvo residiendo en algunas ocasiones en la ciudad fortificada ante de la conquista o toma de Granada. Aquella ermita en el entorno de una alameda fue el núcleo dinamizador para que, con el paso de los siglos, nada menos que cinco- se haya convertido en la aldea más populosa de Alcalá la Real sobrepasando con creces los mil habitantes.                                  Pero no queda su antigüedad en una fecha histórica, sino que Santa Ana se enreda en la nebulosa de los millones de siglos que conformaron un paraje singular. Entre el llano casi desértico y las frondosas huertas (muchas transformadas en casas de segunda residencia o de campo), entre olivares y tierra de calma, entre urbana y hábitat disperso, entre industrial y asentamiento agrícola, entre lugar de servicios y polígonos de progreso, entre manantiales de agua y hortalizas de verano, entre senderos, servideras y carreteras de asfalto, entre lomas y vaguadas.
                                  Responde su fisonomía natural a las huellas dejadas de mar de Tethys, aquel mar que anegaba todo el territorio comprendido entre el Norte de África y el Sur de Europa con sus aguas someras, y que, durante el Cretácico, hace más de 65 millones de años, cubría todas las estas tierras. Y dejó, entre los montes de la Sierra Sur, un paraje singular que define y genera toda su naturaleza: la agreste y la frondosa. Nos referimos a los extensos Llanos, que por estas tierras se denominan de Santa Ana. No es de extrañar que las canteras recuerden en su materia prima los arenales de aquellos fondos marinos, ni que en sus superficies se propalen los fósiles, reminiscencias de un piélago viviente entre peces, estrellas de mar y cetáceos.  Por eso, resulta curioso que el ministro Madoz, en 1850, ya definiera este lugar aplanado, como la génesis esencial para este partido de campo: El cerro de las Cruces tiene en su cúspide una explanada de cerca de 1/2 legua de diámetro, terminando en casi toda su circunferencia por cortaduras y tajos; pero en dirección de Oeste a Este, forma un suave declive, en cuya parte inferior está colocada la aldea. De que nos ocupamos, en situado agradable y muy llana, pues por ella se prolonga dicha explanada, conocida con el nombre do los Llanos. Edificado el pueblo sobre canteras de piedra, en terreno arenoso, sus calles están sin empedrar, y son muy desiguales, con barrancos formados por las corrientes de las aguas llovedizas; y como las casas tienen corrales en lo general de mucha extensión, aparenta esta aldea, vista de lejos, ser una ciudad crecida.Y las cortaduras de Los llanos dieron vida, a través de los manantiales de las fuentes de la Hostia, Gallarda, Somera, y, sobre todo, de la Fuente del Rey, a las ricas huertas que se cultivaron desde tiempos romanos hasta la actualidad. Primero, el hombre trashumante de Algar comenzó a pastar en aquel páramo de medio monte, cubierto de capa de tomillo, romero y de hierbas resistentes a las máximas temperaturas. Y este mismo hombre comenzó a habitar en los refugios de las cuevas que se horadaban en los tajos de los Llanos, dando lugar a que en la zona de las viñas del Humilladero se encontraran las primeras cistas de estos hombres del bronce, y, también los primeros sarcófagos romanos. Y, la piedra se hiciera testigo en las aras y lápidas romanas, como las de la joven Inicia, en el Museo local de Alcalá la Real. Y junto al Llano, la tierra de labor se multiplicó en villas romanas, esos cortijos que crecieron entre aguas de arroyuelos, manantiales y derramaderos de esa masa tectónica amesetada, como son testigos los restos de tégulas en La Lancha, Mazuelos, Chaparral, Pasailla Alta y Baja.  Y esto fue el comienzo hasta convertirse actualmente en una población con varios núcleos o barrios muy significativos. No nos extraña que aquel ministro se la imaginara como una ciudad.  









 SANTA ANA II

Antes de que surgieran los primeros núcleos de civilización por el partido de campo de Santa Ana, el hombre de Neanderthal habitó estas tierras por el paraje del Llano Mazuelos, como zona lacustre, dedicado a la caza y a la pesca y cubrió su entorno con una importante industria lítica, repleta de bifaces, hachas, lascas, núcleos de sílex …. Y, tras miles de años, este primer poblamiento fue una premonición de una tierra, donde la huella de los íberos se hizo presente y hay testimonios de que se han encontrado falcatas y objetos de cerámica por el entorno del Cascante, Con el tiempo histórico, abundaron las villas y las alquerías que se surtieron de las aguas del arroyo de la Fuente del Rey. Se multiplicó la vivienda diseminada por este llano y su entorno, gracias a las aguas de sus fuentes y arroyos. Ya recogía Madoz  38  entre cortijos, caserías y casillas, destacando estos cortijos que han perdurado: “ el cortijo de la Lancha, la casería de Utrilla; los cortijos de propios del villar de  la Mesa ( más bien debería ser de Juan Mesa Carnicero), y  de la Cabeza del Carnero;  los particulares de Apolinar, el Ciego, la Cuesta, Media-Naranja, Piqueras, Salobrar, la Dehesa, de León, la Merced, Melgar, Pernilla, Pcrnia,  y  Peña del Yeso; y las caserías de Bicdma y Mélico, la de León o Nóveruelas, la de Alhambra, de los Frailes, Durán, Pinedas y Peñuelas. Se asentaron en las tierras fértiles, que producían cereales y viñedo, se regaron con las aguas del arroyo de la Fuente Rey y de la Fuente de la Lancha, el olivar conquistó las tierras de la dehesa Entretorres, la del Cascante y la de la Moraleja, las de las Nogueruelas y las faldas de los cerros de los Llanos, la Cueva del Moro, y el entorno de las dos vertientes de la Boca de Charilla por la Carraca y los Barrios.

Este Llano de Mazuelos y su entorno se vistieron de suelo industrial, en el siglo XXI, y, cambió sus agrestes campos, otrora dehesa de potros, y, hasta el siglo XX, de sembradura de secano, en naves de emprendedores privados y de colaboración pública.  Y otras tierras de la Casería de Biedma, fundación del abad Moya,  convirtieron los suelos de piedras areniscas en pequeños polígonos industriales, que ocupan a centenares de trabajadores del plástico, construcción e industrias agropecuarias en las diversas fincas del Chaparral y de la Fuente del Rey.  En este lugar, las huertas se repartieron entre los conquistadores y, sobre todo, entre los caballeros de Alfonso XI, luego muchas de ellas se transformaron en tierras de memorias, capellanías y fundaciones de la Iglesia, hasta que pasaron a manos de hortelanos y pujareros con las desamortizaciones y ventas a los labradores. En este entorno nacieron las primeras industrias desde la Edad Moderna, varios molinos de harina, junto con los de la Lancha, la propia Santa Ana y Veinte Novias, incluso uno aceitero por el Salobrar; y en los primeros años del siglo XX, una industria de vinos y licores, que regentaron la familia de los Garnica, donde destacó el anís del Cometa Halley. Se mantuvieron, progresaron y aumentaron los molinos harineros, las almazaras y los talleres artesanos conforme aumentaba la población, Nunca estas tierras abandonaron la ganadería que pastó por los Llanos y encerraba a sus rebaños en los rediles, que luego se transformaron en grandes tinados, cobertizos e, incluso, grandes naves hasta el punto que por los años ochenta se creó la I Granja de Oveja del Sur, promovida por la Diputación Provincial. Y los hubo en ganados grasos, laneros y caprinos, e incluso, granjas avícolas y naves porcinas.
            La vivienda rural se transformó en muchos de estos rincones en segunda vivienda, de ocio y de hortelanos de fin de semana. Y nació un Club y una urbanización de vivienda y recreo que sustituyó las pocas casas de vivienda de verano de familias como los Núñez, Rosales, Escobar entre otros…y se imitó en el Cascante, la Paloma, Ciego., Pasailla Baja. Y, atrajo hasta edificios religiosos, desde el principio la ermita de la Virgen Coronada, y a finales del siglo XX, el convento de las monjas trinitarias.
Las torres de la Boca de Charilla, Cascante y de La Moraleja se convirtieron en almenaras, que brillaron en las negras noches alcalaínas con el resplandor de las nuevas energías a la manera de aquellas atalayas que marcaban los caminos de los transeúntes y viajeros que acudían a las tierras granadinas por los caminos de Guadix, Colomera o de Granada, que atraviesan todos estos parajes. Ahora, el ocio y el deporte se alumbra con su luz nocturna por el camino del carril bici; y nuevos enlaces recortan las distancias entre las carreteras nacionales y provinciales.   Comentan que la Virgen Coronada las vistió de góticas las del Cascante y Moraleja y dejó su forma cilíndrica a la de la Boca de Charilla. Por eso, les puso una base troncónica, cuerpo de planta circular, y de las mayores dimensiones con respecto a otras del entorno; el perímetro llega a alcanzar en los Moraleja más de 25 metros y unos pocos metros menos la del Cascante, el vano de entrada y acceso a una habitación situada en la parte superior obligaba a una escalera artificial y efímera para evitar los ataques imprevistos. Se corona con un cuerpo superior de azotea, sobre una orla o guirnalda apoyada en canecillos que se muestran en forma de balcón, y e aparecen en la de Cascante. Sin embargo, la de la torre de la Bica de Charilla, llamada también de Santa y del Norte, de planta circular no se apoya en la base troncónica y se ha reutilizado horadando su interior como casilla de campo para guardar aperos. También, pudo ser refugio cercano de los soldados del nido de ametralladoras en la trinchera de su entorno en la Guerra Civil. Todas estas torres formaban parte de una red que comunicaba a los labradores de estas tierras expuestas a peligros e invasiones continuas. Como centro fundamental, desde estas torres se disparaban los mensajes de fuegos variopintos a la fortaleza de la Mota, pero no perdían las emisiones entre ellas, la Dehesilla de los Caballos. Charilla, Puerto, las Mimbres y la del Puerto. Ahora, estas torres controlan un tráfico fluido de las nuevas rotondas que guiñan con su dibujo la silueta de las torres.               



 III

1612
SANTA ANA  ASISTÍA  CON SU IMAGEN EN LA FIESTA DEL CORPUS

           
Por el cabildo de 13 de junio de 1600, tenemos el siguiente dato:
           
            Se pagaron  a la viuda de Cruz 86 reales que se le debía de las hachas que se dieron para  traer a Alcalá a Señora Santa Ana  para la fiesta y Octava del Santísimo Sacramento  conforme a la cuenta del regidor  Diego cabrera
            En 29 de mayo  de 1608, se repite un acuerdo similar del ayuntamiento:

            “Se trayga santa Ana, como se suele hacer para la fiesta del Corpus”.

            En 16 de junio de 1612  la ciudad acometió al regidor  don Pedro de Sotomayor, para  que organizara la llegada de Santa Ana a la ciudad, con estas palabras, en la que se muestra su recibimiento a la entrada de la ciudad con acompañamiento de personas y velas:

            “haga que se reciba a la Señora Santa Ana que se ha de traer a la Iglesia Mayor  de esta ciudad para la fiesta del Santísimo Sacramento y se reciba con las hachas y en la forma que ciudad acostumbra a hacerlo en este recibimiento,   y el mayordomo dé  lo necesario para las hachas “

                        UN CONFLICTO ANTE NUESTRA SEÑORA SANTA ANA

            Por el legajo  21 de la caja  72 del Archivo del AMAR,  referido a  un conflicto ante la imagen de Santa Ana, la  cofradía de Nuestra Señora de la Antigua pleiteaba con la de la Veracruz  para situarse en  la procesión del Corpus. Se  sabe que la  imagen de Nuestra Señora de Santa ocupaba  el lugar principal en las procesiones generales ( Resurrección, extraordinarias, rogativas…) , antes de Nuestra Señora  de Antigua, y sobre todo en la procesión del Corpus Cristi y su octava y en otras fiestas y congregaciones  El conflicto de la Antigua  con la cofradía de la Veracruz se remontaba a 1617, precisamente  este año, delante de Nuestra Señora Santa Ana, iba la de la Veracruz, porque, según decían Lucas de Lences y Martín Cantarero hermanos mayores de la Veracruzla Antigua no salía desde 1612.  Tan sólo lo hacía con cruz y estandarte.
            Pormenores del conflicto de 1617 son los siguientes: el alboroto se formó el domingo de Resurrección al salir de la Iglesia Mayor, hace dos años entre las dos cofradías. Pues, retiró de sitio el provisor a la de la Veracruz a la salida de la iglesia, pero en la plaza se puso de nuevo en el sitio de la Antigua. Por testigos de aquellos años, se  decía que el orden era el siguiente: la Señora Santa Ana y una imagen pequeña que está puesta en la puerta que dicen del Posito por bajo de la Carnicería.
O con otras palabras: El orden que he visto. Cuando salía la imagen de la Caridad, iba junto al Santísimo Sacramento, y luego sucesivamente la imagen de Señora de Santa Ana, y  de la Antigua,  y la imagen de la Veracruz;  y,  cuando no salía la de la Caridad, iba  primero la de Santana. Antigua, Veracruz, y antes santo Domingo de Silos.

UNA CUESTIÓN DE PROTOCOLO MUNICIPAL ANTE SU PATRONA SANTA ANA


            Por el cabildo de  22  de mayo de  1615, sabemos  que ya aparece como patrona Santa Ana y cómo era el orden de traer a Santa Ana desde su ermita a la ciudad  de Alcalá la Real:

-Se originaban discusiones   entre  los miembros del ayuntamiento acerca del orden de llevarla:

            “En este cabildo la ciudad trató de los grandes inconvenientes que tienen las disensiones  que suele haber entre los caballeros  y regidores de esta cabildo y fuera de ella en razón de llevar las hachas  cuando se trae la Señora Santa Ana por ser doce y no puede ser posible  convidar todos los regidores  que hay; los demás que no se convidan  quedan disgustados  y, sobre esto, a habido  algunas  pesadumbres  y se espera que las habrá , para evitarlas se confiera al mejor orden  que se podía tomar  en esto de suerte que cesen los dichos inconvenientes  y sólo se acuda a la devoción  y piedad  que se debe a la dicha fiesta”.


-Y acuerdan este histórico acuerdo, para organizar las procesiones del año (observamos que número tan reducido se necesitaba para llevar las andas) y  la  relevancia del hermano mayor de la cofradía:

“ Y habiéndose conferido la ciudad acordó que el viernes siguiente después del día de la Ascensión  de Nuestro Señor  todos los años esta ciudad se junte el cabildo  llamado para el con sus porteros  que en fe de  ello han citado a todos los dichos caballeros y en el dicho cabildo se saquen seis suertes por la justicia  y los seis caballeros que en ella salieren lleven seis de las dichas hachas  sin que puedan renunciar ni dar  a otros;  y las otras seis las lleven caballeros fuera de este ayuntamiento, lo cuales pareciere al hermano mayor, que es o fuere de  la dicha cofradía,   que ha  de ser a su cargo  el convidarlos  y no de esta ciudad ni de sus comisarios;  y han de llevar de los lugares y,  respecto  de que se ordene por ciudad para consejar  más bien la paz y unión ,(pues todos son caballeros)  vayan interpolados los caballeros regidores con los que  no los son  sin distinción  guardados  a cada  uno  urbanidad que a cada uno se debe”

-Pero, en el mismo cabildo rectifican para evitar disensiones  y  en el momento de redactar que se le comunique el acuerdo al hermano mayor, se hace un pintoresco acuerdo:
.
 “ los seis caballeros  regidores que les tocare por suerte  vayan juntos  en un coro por su antigüedad ; y esotro coro lo  lleven los caballeros de fuera de la ciudad que convidare el hermano mayor,  como es dicho;   y que lo que  es de llevar el coro derecha e izquierda,   se echen dos suertes en dos bolillas que se hagan ; e  que digan qué caballeros  la una de los caballeros  e la otra la ciudad  y la que primero se sacare lleven el lado derecho y esta se ha de echar el¡ día que se echa la suerte para las dichas hachas”.


 -El viernes doce de junio de 1615, se celebró una reunión muy importante para la cofradía y en ella se acordó lo siguiente:

“En este cabildo se trató de sortear los caballeros regidores que han de llevar las hachas para traer a Santa Ana por haber de ser el domingo que viene,  conforme al acuerdo que tiene fecho el 22  de mayo. Y habiéndose tratado y conferido sobre ello por algunos inconvenientes  que se habían de guardar  del dicho acuerdo y porque en las demás cofradías que ay en esta ciudad  y la ciudad nunca se entremete  en ninguna cosa de ella,  porque todo  orden es de las cofradías y hermano mayor  que convidan a los  que les parecen llevar el hacha e imagen  y lo demás de la cofradía;  concurriendo con esto se acuerda que para la traída e llevada a su casa de señora Santa Ana  no se den hachas ni se les haga gasto por la ciudad ni su parte se entienda en cosa alguno;  que todo quede a elección del hermano mayor y demás oficiales de las otras cofradías; que esta ciudad,  accediendo a su celo y devoción que tiene a Señora Santa Ana , como patrona  de esta ciudad, le hará fiestas y que no conforme a su deseo los caballeros comisarios den cuenta de este acuerdo a l señor abad para que como a quien le toca disponga lo  que más convenga para ello”
            No obstante, el señor Juan de Aranda no está de acuerdo y considera  que debe venir la imagen de santa Ana con las doce hachas llevada por doce caballeros como es costumbre  loable.
                                              







SANTA ANA (III)
De una ermita a una aldea. De una aldea a la concentración urbana más extensa y populosa del municipio alcalaíno. De un asentamiento en torno a un camino de propios a un núcleo distribuidor de los pueblos de la zona norte de la ciudad de la Mota y de los Montes Orientales de Granada. Nuevas rotondas permiten el paso hacia tierras del sur jiennense y norte granadino en dirección hacia Noalejo e Iznalloz, hacia el municipio de Frailes y las Riberas, hacia la ciudad de la Mota y hacia las Riberas y Mures. Se plantean como plataformas que servirán para conectar sus dos zonas industriales, el Chaparral y el Llano de Mazuelos.
Y Santa Ana no puede concebirse sin su iglesia declarada parroquial hace un siglo. Una iglesia romera que atraía en el mes de la cosecha agosteña a los alcalaínos para honrar a su patrona, y que se erigió en un emplazamiento apropiado, donde la alameda de su entorno y la plaza constituían un espacio entre rural y urbano. El primero fue testigo para parada de caballerizas, y el segundo para constituirse en un sitio amplio de concentración urbana.
Destaca la fachada de la iglesia, ejemplo de manierismo renacentista y de los famosos maestros de obras de la Abadía, coronada por la espadaña y envuelta entre arcos de ocultos corredores que alojaban a los romeros y sus caballerías. Ningún visitante puede pasar de realizar la visita de su interior , contemplando dentro de la planta abacial de salón, un patrimonio singular de la comarca alcalaína: desde el retablo de Nuestra Señora de las Angustias atribuido a los Raxis hasta el grandioso y excelente cuadro de la Coronación de la Virgen, una obra de la escuela granadina del siglo XVI y del entorno del pintor Bocanegra sin olvidar el cuadro de la Inmaculada atribuido a Alonso Cano; tampoco puede quedar desapercibido el  testero o presbiterio de este templo con la imagen de la Abuela, recuerdo de la anterior imagen gótica, y la nueva peana del Árbol de Jesé. Ni los enseres de su patrimonio parroquial como el manto renacentista al estilo del padre de Juan Martínez Montañés.
La plaza, junto a la iglesia de Santa Ana, es espacio urbano distribuidor de un conglomerado de calles que se enredan en callejones, calles radiales y reminiscencias de antiguos paso de terrenos de propios, donde se asentaron las viviendas de teja, los chozones de retama y algunas casas de rentistas y pujareros: Actualmente, las antiguas dimensiones de sus fondos residenciales  usurparon los corralones pecuarios y se convirtieron en unas  viviendas de mayor habitualidad y fueron reformadas con nuevas fachadas y balconadas  que sustituyeron  a las de dos cuerpos con pocos vanos, muy frecuentes en los siglos de la Edad Moderna.  Sobresalen varias calles que conectan con la carretera de Frailes: la  primera, más meridional,  recuerda los albores del siglo XX y adquirió auge con la instalación de la escuela pública; la  segunda, que dividió la antigua alameda,  transformada en vial urbano, y  hecha una realidad de residencias humanas, data  a finales del siglo XX, conecta directamente el parque  del  Comendador con la plaza, el antiguo  lavadero y la fuente del siglo XVI; y la calle de Nuestra Abuela, en tercer lugar, amplió el núcleo original hasta las Eras Alta y dio salida hacia los molinos de Huéscar y las Riberas.
 En torno a la plaza, se levantaban el local del cine, las tiendas, la escuela (recuerdo, entre otros maestros, a don Luís Gómez Feijjóo), la expendeduría de tabaco, las casas nobles (algunas recuerdan su diseño modernista de principios del siglo XX y se remontan a sus predecesores hidalgos, los dos que los hubo en la aldea allá por el siglo XVIII).
En otras  direcciones, Santa Ana creció en terreno urbano:  por las Eras Altas se prolongó  aquella primer núcleo, por medio de las  casas de dos cuerpos,  y corralones; hacia la calle Perchel ,  como si quisiera beber de los huertos y convertirse en viacrucis semanasantero; y,  hacia la carretera de Frailes en dirección hacia el Humilladero, donde hubo un Calvario,  y , salvando una cantera que se mantuvo hasta mediados del siglo XX, alcanzó las huertas de la Fuente Rey  y Pasailla con  las  Casas Nuevas que  conformaron una unidad urbana que albergó a las familias obreras y engrandecieron su entorno con nuevas urbanizaciones. Reminiscencia de tiempos pasados, son las casas que forman discontinuamente la carretera de Frailes, donde, como lugar de tránsito, se abren locales de servicios (farmacia, bares, tiendas de supermercado…). Y este entramado urbano se entretejió con callejones que desembocaban hacia arterias y albergaron unas gentes inquietas y laboriosas. Los hay agricultores que supieron aumentar sus haciendas como los beneficiados de las tierras de la casería de Viedma, hortelanos que regaron sus hortalizas de la Fuente del Rey, la Pasailla y la Lastra, molineros que mantienen un pan que surtía las viviendas alcalaínas en siglos pasados, emprendedores que trabajan la madera, la albañilería, y ofrecen sus servicios como
Se consideran obras patentes y evidente muestra del progreso de la actual Santa Ana su centro escolar dentro del Colegio Público Sierra Sur, su consultorio médico, sus asociaciones de mujeres, sociales, deportivas, de deportes, de vecinos y de AMPAS entre otras, cofradías como la de la patrona La Abuela y Virgen de la Cabeza. Y es que Santa Ana casi extiende su abrazo a la ciudad de la Mota por la Fuente del Rey (en torno a la Coronada y los Llanos) y une sus manos por el Portichuelo. No puede extrañar que estas dos unidades poblacionales de Santa Ana de Alcalá la Real alcancen estos datos demográficos, que el INE recoge en 2017: 992 habitantes ( 1301) , y 775 (1302).  Casi vuelven a los tiempos de la mitad del siglo XX antes de la diáspora.







LA COFRADÍA DE SANTA ANA EN LA DECLARACIÓN ANTE GÓMEZ MESÍA
Ante el escribano  y el corregidor Gome Mesía de Figueroa, declaró el 19 de marzo de 1568 el prioste Pedro Sánchez de la Hinojosa ye hizo estas declaraciones, siendo testigos el tundidor Cristóbal Gallego, Diego Ramírez y Miguel de Plasencia:
-La cofradía de la Señora Santa Ana se había fundado en 1518 y se edificó una iglesia -ermita (ya se había levantado una primera a finales del siglo XIV), situada a media legua de Alcalá la Real. Unos 2.800 metros.
Desde esta fecha  siempre iba anualmente en el día de la Señora Santa Ana una procesión general con toda la clerecía  por tener como se tiene mucha devoción  en la dicha iglesia.
- Cada día se había aumentado la limosna de los vecinos de Alcalá la Real y se había construido una  capilla principal  con su retablo de mucho valor.
-Se decía misa ordinariamente  y se acudían muchos devotos y aumentaba el número de hermanos y cofrades  de la cofradía,
RENTAS Y PROPIEDADES
-UNA HAZA DE TIERRA DE DIEZ FANEGAS DE TIERRA DE POCO VALOR Y TIENE DE CENSO  TRES DUCADOS.
-UNA ARANZADA DE VIÑA, QUE SE ENCONTRABA EN LAS VIÑAS VIEJAS Y ESTABA ARRENDADA Mateo PAEZ CON UN CENSO DE 41 REALES.
UNA HUERTA CON ALGUNOS ÁRBOLES , JUNTO A LA ERMITA QUE SE SE DABA AL SANTERO Y TENÍA POCO VALOR.

LIMOSNA
De un año para otro, en el bacín y cepo e rentas de tierras y viña     y enterramientos  e mandas testamentarias  y otras cosas anexas se alcanzaban 50 ducados.
ENSERES
-Una cruz   de la cofradía y enterramiento junto con su paño.de lecho, ornamentos y recaudos, con se celebra misa  en la dicha iglesia.
-Gastos en estos anteriores, misas, reparos de la iglesia, ornamentos, y salarios de muñidores  y enterradores.














BOLETÍN 233 
SÁBADO 18 DE MAYO DE  2019
SALIDA DE HUERTA DE CAPUCHINOS- PARQUE DE LOS SAUCES A LAS 17
                  

  



EL HUMILLADERO DE SANTA ANA


                 
En el Archivo Histórico provincial de  Jaén, se encuentra  el testamento  de don Gabriel Ramírez de Aguilera[i], hijo de don Pedro Ramírez de Aguilera y doña Isabel Muñoz, nieto paterno de Pedro Ramírez de Aguilera, de María de Peñalver, y materno de don Francisco Muñoz Merino y Francisca Rodríguez. Dicho personaje estaba casado desde 1720 con María Teresa Hinojosa y Baeza, hija de don Tomas Baeza, de la que tuvo 3 hijos: Juan,  que se hizo fraile de la Orden de San Juan de Dios, José y Niceto. En segunda nupcias se casó con Josefa Rosales, hija de María Rosales y  don Martín González. Era cofrade de Nuestras Señora del Rosario en cuya capilla bóveda del templo dominico fue enterrado acompañado de beneficiados y capellanes, pero con una misa llana sin ofrenda y canto. Se le dijeron 200 misas repartidas  entre su  parroquia y otros templos y lugares. Dio donativos a la cera del Santísimo Sacramento, Santos Sepulcros de Jerusalén y Cautivos. Nombró albaceas al carmelita descalzo Juan Ramírez de Aguilera y a su hijo José Ramírez de Aguilera y a su vecino Bartolomé Merino. De  cuñado, tenía al  carmelita descalzo Martín González Como muestra caritativa  ordenó que se  le diesen limosna a un tío ciego de su mujer y a la escuela de la Santa Caridad de la ciudad.  A la moza de servicio le dejó los enseres de la cama de lana.

Como familia noble y ligada a memorias eclesiásticas., era  poseedor de una  memoria religiosa de Tomás Ibáñez (y que en la época del testamento poseía Inés Muñoz Merino), consistentes en tres, de ellas  una casa en calle Real; también de otra memoria de Bernabela de Zayas sobre cien ducados en una parte de la casa de la calle Real donde vivía. Por la muerte de su cuñado cura Andrés de Baeza, heredó además casas en calle Los Caños, que estaban gravadas con una  misa a favor del alma de María de los Reyes ante el escribano  Eladio serrano a favor del capellán Ceferino de Torres, por las que pagaba 1.200 reales y doce misas.
Pero, lo que nos interesa, dejando aparte la parafernalia testamentarias, es esta manda referente al Humilladero de Santa Ana en 1756:
“ su abuelo Francisco Muñoz Merino tuvo mucha devoción al Santo Cristo de la Salud, que se venera pintado en un lienzo que está en el Humilladero que está  a la vista de la hermita de  Santa Ana entre las huertas y la dicha hermita, y por su deboción mudo el dicho humilladero  que estaba en distinto  sitio del que se halla ahora. Hizo pintar el dicho lienzo  y hemos continuado sus descendientes  con la devoción  de reparar el dicho humilladero de manera que se mantenga dezente;  esto es en cuanto a su adorno y reparos , para su subsistencia;  por en cuanto a su luz  se cuida y mantiene por las personas que habitan junto a la referida hermita y con las limosnas que dan los fieles y  devotos: Por quanto encargo a mis hijos y descendientes que no descaezcan en esta devoción  porque es en augmento del culto divino  y devoción que devemos  a  Dios Nuestro Señor”.

            Por lo que se deduce claramente lo siguiente:

-La capilla pertenece a  la Iglesia y era una memoria que se mantenía en su tiempo por la familia Ramírez.

-Su ubicación era anteriormente entre la ermita de Santa Ana y las huertas, pero cambió al sitio actual de la salida de la Pasadilla Alta.

-La advocación del Cristo era la de la Salud se adelanta incluso a la imagen de  Alcalá la Real.

-Existía el compromiso de la familia para mantenerla en subsistencia constructiva-la fábrica- y adornos; pero el cuidado de velas era de los vecinos.
HISTORIA DE ERMITA DE SANTA ANA
I.FUNDACIÓN DE LA COFRADÍA DE  SANTA ANA
-         Año 1518, por un grupo de hermanos.
-         Ermita de Santa Ana. Iglesia Gótica.
-         Familias hidalgas y artesanos.
-         -El mayordomo y priostre de la cofradía
-         -Los alcaldes
-         -Los hermanos
II. SANTA ANA,  PROTECTORA DE ROGATIVAS

  Tiempos de lluvias, de sequedad, nieves, epidemias.
  Traída de la imagen: novenario o triduo.
  Rogativas en  la Iglesia Mayor Abacial.
  A instancias del cabildo municipal.
  La cofradía se ASIENTA EN SU ORGANIZACIÓN, SU PATRIMONIO, SU FÁBRICA Y SUS CULTOS.
  EL ACRECENTAMIENTO DE MEMORIAS, MANDAS Y FUNDACIONES DE LA FESTIVIDAD DE MISAS DEDICADAS A SANTA ANA EN LA IGLESIA MAYOR ABACIAL.
  ERMITA SANTUARIO, LUGAR PARA REZAR A SANTA ANA PAR SU INTERCESIÓN VALEDORA A SU NIETO.
  TRACICIÓN MEDIEVAL. La imagen pudo ser trasladada de la abadía.
  SE HACÍA FIESTA RELIGIOSA CON MÚSICA Y ORNATO.
  PROCESIÓN
  NOVENARIO
   LUMINARIAS A LA SANTA PARA LA CLERECÍA 
  Y  CONVITE DE CLERECÍA Y COMISARIOS
 
SANTA ANA, PATRONA

  Año 1680, peste más terrorífica de Alcalá y Castillo
  SE TRAJO LA IMAGEN DESDE SU ERMITA EN LA VÍSPERA
  FUE RECIBIDA EN CAPUCHINOS POR CLERO UY CIUDAD
  SE TRASLADA A LA IGLESIA DE VERACRUZ. DONDE SE HACE FUNCIÓN DE IGLESIA Y SERMÓN
  POR LA TARDE REGRESABA A SU TEMPLO
  TRADICIÓN MANTENIDA HASTA FINALES DEL SIGLO XVIII


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