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miércoles, 29 de mayo de 2019

LA DÉCADA DE LOS OCHENTA DE PABLO DE ROJAS






Tenemos referencias de críticos posteriores que en 1586 ya había realizado una imagen de Jesús Nazareno con la cruz a cuestas para la iglesia de las Angustias. Esta atribución de juventud, que hizo don Manuel Gómez Moreno, debe ser corregida pues no es un tipo que esculpió en su etapa de formación, sino que ya contaba con la edad de 37 años y estaba en plena madurez artística, y que se convirtió en modelo para las posteriores representaciones de Jesús con la Cruz a cuestas camino del Calvario. En el año 1586 contrató un Jesús Nazareno para la cofradía de la Sagrada Pasión del convento de  la  Trinidad, y manifestó en una de las cláusulas del contrato: del mismo tamaño y hechura que aquel paso de la misma significación que está en la iglesia de Nuestra Señora de las Angustias.  Debió calar en el pueblo granadino aquella imagen, pues la cofradía llegó a llamarse de Jesús Nazareno en el siglo XVIII, cuando procesionaba dicho paso junto con el de la Oración del Huerto, San Juan Evangelista y la imagen de Nuestra Señora. La imagen de Pablo de Rojas  era objeto de muchos devotos, pues así lo recoge el padre Lachica en sus Gacetillas,  cuando dice: “Aquel hermoso simulacro de  Jesús Nazareno, de quien se dice que pidiendo a Dios la Venerable Sor Beatriz de Jesús, Religiosa del Ángel, que le revelase qué imagen era más conforme a la Sagrada Pasión, le respondió el Señor que la de Jesús Nazareno, que se venera en la iglesia de los Trinitarios Calzados de esta ciudad, era semejante a la del mismo Señor en la aflicción de la calle de la Amargura, cuando caminaba a el Calvario, a dar por nosotros la vida”. Algunos críticos identifican dicha imagen con la del Nazareno que por los mismos años o algo posterior realizó para la Iglesia de Huetor Vega, obra indudable de Pablo de Rojas. Otros, sin embargo manifiestan que esta imagen era la titular de la cofradía de Jesús Nazareno y Santa Elena, que se hallaba en el convento de los Mártires y posteriormente pasó junto con otras imágenes en el convento de las carmelitas descalzas durante la desamortización.
No sólo se levantaban iglesias y conventos, sino también otras instituciones que requerían los servicios artísticos de Pablo de Rojas para las capillas de sus Oratorios. Nos referimos a los edificios civiles, como la Chancillería y la Cárcel, que acaba su fachada en el 1587 por obra de Juan de Vega  o a los beaterios, a los hospitales y a las residencias de niños expósitos. De entre estos destacamos el convento de las capuchinas en 1587, el hospital de san Juan de Dios junto a los mercados, el colegio de las Niñas Nobles, fundado por Ana de Mendoza y ligado a la familia de los Ponce de León. Pero, el más famoso de su época se encontraba en la calle Elvira y era conocido por Hospital del Corpus Christi, institución fundada y sostenida por una hermandad que tuvo su origen en Santa Fe  para ejercicio de a fe y la caridad entre los soldados que asistían al asedio. En torno a este edificio, vivían la mayoría de los oficios artesanales y los artistas que habían acudido a Granada. Muchos de ellos se comprometieron en realizar algunas de las obras y así existen unas pequeñas esculturas- entre ellas, la  de un Señor de la Columna y otra de la Meditación- de imagineros del tiempo de Pablo de Rojas. Entre sus realizaciones artísticas, a Pablo de Rojas se le atribuye un Crucificado que hoy día se encuentra en la sacristía de la Capilla- actual iglesia de los agustinos descalzos-. Curiosamente, uno de los seguidores de su estilo Alonso de Mena está enterrado en dicha iglesia. En la iglesia cercana de San Gil, su sobrino Pedro de Raxis pìntó en 1585 una imagen de  San Gil que puede atribuírsele por la fecha de su ejecución.
     En 1588, ya se observa que su labor no queda reducida a la simple imaginería y retablística, sino que  Pablo de Rojas, como  escultor, contrata con Jusepe  López de Santiago, curiosamente perteneciente a la misma parroquia,  una cruz de madera con un Cristo crucificado y otro asaetado representando el Juicio Final dentro de un arco, con figuras de una espada y ramo sobre las manos y una manzana con cuatro ánimas de medio relieve, rematada por los cuatros sobacos de la cruz y casamentos con sus cartones y alanís y con una calavera en la parte inferior. Toda la vara debió estar planteada y dorada y, n los lugares oportunos, pintada, estofada y encarnada. Firmaron de testigos Francisco y Gerónimo Ruiz y el licenciado Altamirano.    

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