La ASOCIACION DE VECINOS “HUERTA DE CAPUCHINOS” de ALCALÁ LA REAL (JAÉN)
CONOCIÓ SU ENTORNO EN LA RUTA
ECOCOSTUMBRISTA. CERRADA DEL RÍO CASTRIL
seguimos narraciones oficiales de páginas de web
POR LA CERRADA DEL RIÓ CASTRIL. UNOS
CUATRO KILÓMETROS
Día: 4 DE MAYO de 2019. Hora: DESDE LA SIETE de la mañana.
Salida: parque Juan Carlos I (Los Sauces).
Si el tiempo no lo impide.
BOLETÍN 232
El río Castril es el
principal valor ambiental de este parque natural, responsable además de la
fisonomía y la peculiaridad del entorno. Sus aguas emanan del corazón del
parque y lo recorren hasta el embalse del Portillo.
Realizando un agradable paseo por el sendero señalizado, que transcurre paralelo al río y que sirve de punto de partida de otros itinerarios, se descubre el lugar donde todo esto tiene su inicio. El nacimiento del Río Castril es un sitio único, de extremada belleza. De las rocosas paredes brotan permanentemente sus frías y cristalinas aguas, que proporcionan refugio a la trucha común que tiene en la nutria uno de sus principales predadores. Una característica a destacar es la pureza que presenta aquí este pez, ya que no se ha visto afectada por repoblaciones de otras variedades, como ha sucedido en otros lugares. El bosque en galería acompaña y envuelve el curso fluvial. Sauces, chopos y olmos lo custodian, proporcionando el lugar idóneo para aves, como el martín pescador o el mirlo acuático.
Además de fuente de riqueza natural, el agua también modela el terreno. A su paso erosiona el macizo calcáreo y transforma el paisaje en un sistema kárstico de elevado valor ambiental como el Barranco de la Osa. Las aguas acceden al corazón de la roca modelando grutas e importantes cuevas como la de Don Fernando. La particularidad de su geomorfología lo convierte en un lugar de interés para la práctica de la espeleología o, simplemente, para los interesados en la geología. Un ejemplo evidente del modelado fluvial de este parque y su entorno es la Peña de Castril, declarada Monumento Natural. En su cima se encuentran los restos que atestiguan el origen de la población que le da nombre, como por ejemplo un castillo de época musulmana.
Volviendo al paseo junto al río, es posible apreciar como la altitud determina un cambio en los colores del paisaje, ya que la masa boscosa varía según la altura estableciendo una sucesión cromática. Los verdes oscuros de las encinas son sustituidos por otoñales ocres de arces y quejigos y éstos, a su vez, por los verdes grisáceos de sabinas y piornos El pasto verde claro de los pastizales de alta montaña, como el de Prados del Conde, sirve de alimento a la cabaña ganadera de oveja segureña y herbívoros como la cabra montés que transita por la altiplanicie de una sierra a otra.
Subiendo por el sendero del Cerro del Buitre, que se aproxima a las riscas del Corralón, es posible divisar los nidos de los buitres leonados sobre las escarpadas cumbres. Con unos precisos prismáticos y paciencia se puede observar esta valiosa colonia.
Fuera de los límites del parque se encuentra el pueblo de Castril que posee un interesante patrimonio histórico cultural. Esta población también es conocida por su tradición artesanal, ya que durante mucho tiempo la extracción de madera para la fabricación de barcos y la industria del vidrio fueron su motor económico.
Realizando un agradable paseo por el sendero señalizado, que transcurre paralelo al río y que sirve de punto de partida de otros itinerarios, se descubre el lugar donde todo esto tiene su inicio. El nacimiento del Río Castril es un sitio único, de extremada belleza. De las rocosas paredes brotan permanentemente sus frías y cristalinas aguas, que proporcionan refugio a la trucha común que tiene en la nutria uno de sus principales predadores. Una característica a destacar es la pureza que presenta aquí este pez, ya que no se ha visto afectada por repoblaciones de otras variedades, como ha sucedido en otros lugares. El bosque en galería acompaña y envuelve el curso fluvial. Sauces, chopos y olmos lo custodian, proporcionando el lugar idóneo para aves, como el martín pescador o el mirlo acuático.
Además de fuente de riqueza natural, el agua también modela el terreno. A su paso erosiona el macizo calcáreo y transforma el paisaje en un sistema kárstico de elevado valor ambiental como el Barranco de la Osa. Las aguas acceden al corazón de la roca modelando grutas e importantes cuevas como la de Don Fernando. La particularidad de su geomorfología lo convierte en un lugar de interés para la práctica de la espeleología o, simplemente, para los interesados en la geología. Un ejemplo evidente del modelado fluvial de este parque y su entorno es la Peña de Castril, declarada Monumento Natural. En su cima se encuentran los restos que atestiguan el origen de la población que le da nombre, como por ejemplo un castillo de época musulmana.
Volviendo al paseo junto al río, es posible apreciar como la altitud determina un cambio en los colores del paisaje, ya que la masa boscosa varía según la altura estableciendo una sucesión cromática. Los verdes oscuros de las encinas son sustituidos por otoñales ocres de arces y quejigos y éstos, a su vez, por los verdes grisáceos de sabinas y piornos El pasto verde claro de los pastizales de alta montaña, como el de Prados del Conde, sirve de alimento a la cabaña ganadera de oveja segureña y herbívoros como la cabra montés que transita por la altiplanicie de una sierra a otra.
Subiendo por el sendero del Cerro del Buitre, que se aproxima a las riscas del Corralón, es posible divisar los nidos de los buitres leonados sobre las escarpadas cumbres. Con unos precisos prismáticos y paciencia se puede observar esta valiosa colonia.
Fuera de los límites del parque se encuentra el pueblo de Castril que posee un interesante patrimonio histórico cultural. Esta población también es conocida por su tradición artesanal, ya que durante mucho tiempo la extracción de madera para la fabricación de barcos y la industria del vidrio fueron su motor económico.
Castril, es un pueblo digno de ser pintado
en un cuadro, de ser recitado en poemas, un pueblo donde el blanco de sus
calles serpentean hasta subir a la Peña y en el punto más alto, el Cristo del Sagrado Corazón abraza con sus brazos
al pueblo.
Abajo, las aguas del río Castril venidas desde los más
profundos manantiales de la Sierra, forman la impresionante Cerrada del río
Castril, una espectacular garganta por donde podemos pasear por una pasarela de
madera encastada en la misma roca.
Situado a los pies de la Sierra de Castril, dentro del Parque Natural de la Sierra de Cazorla,
Segura y las Villas,
Castril, esconde mucho tras sus preciosas calles blancas.
Ya los romanos utilizaron esta famosa peña para
construir un asentamiento militar que con el tiempo pasaría a ser una villa y
hecho se cree que de ahí podría venir su nombre, Castrum (Campamento).
Pero donde alcanzó un gran peso
fue dentro de la época Nazarí, pues
durante la dominación musulmana, la Peña de Castril se convirtió en una gran fortaleza y bastión que resistió
durante muchos años a la Reconquista de los Reyes Católicos.
Castril,
una fortaleza árabe
Hisn (castillo) de Qastal, que así se llamaba el pueblo en
aquélla época, tenía un enclave militar perfecto gracias a la prominente peña
que dotaba a la fortaleza de un campo de visión panorámica que daba pie a
realizar emboscadas a las avanzadillas de los Reyes Católicos que venían desde
Granada.
Encaramado en la roca de la peña y rodeado por el
cañón de Castril, pronto se convirtió en un punto infranqueable durante la
dominación musulmana hasta que en 1488 cayó tras la rendición y pasó a las
manos de los Reyes Católicos.
Según se cree, el inexpugnable castillo de Hisn de
Qastal, se podia defender sólo con dos personas desde la parte más alta, pues
la ventaja de estar en un punto tan pronunciado y elevado con un simple golpe
de piedra, podían enviarte de cabeza al río Castril.
Uno de los vestigios de aquella
época es la cerámica y el vidrio de Castril,
que en 1504, Don Hernando de Zafra, Señor de Castril, fundó una
fábrica de vidrio manteniendo la tradición vidriera de la época árabe que
aprovechaba los recursos naturales de la zona.
Todo esto entre muchas otras cosas nos la enseñaron en
la visita guiada, que por cierto muy recomendable y el guía excelente, Carmen. Una hora
de visita que puedes contratar en la Oficina de Turismo de Castril por solo 3
euros.
En esta visita conocimos su
historia, sus elaboradísimos refajos de pastora,
el traje típico de la gente de a pie que ha pasado pasados de generación en
generación, bordado tras bordado. Conocimos sus elaboradas artesanías de esparto, su cerámica, nos hablaron de sus
fiestas, etc., una visita que vale muchísimo la pena.
La Cerrada del río
Castril
Desde la Arboleda Perdida,
nos adentramos en este cañón que el río ha recortado en la
roca. Pasada esta tranquila arboleda empieza el sendero de la Cerrada, una
impresionante garganta por la que puedes caminar gracias a una pasarela
colgante, hecha con las travesías de madera de una antigua vía de ferrocarril. Durante
todo el recorrido te acompaña el relajante sonido de sus aguas de color
tuquesa y la fuerza con la que baja. Pasado la pasarela hay una zona de remanso
en la que te puedes dar un baño en sus aguas cristalinas. Después pasarás por
un pequeño puente colgante y te adentrarás en un túnel excavado en la roca
desde donde se accede a un mirador.
Esta ruta circular, sigue hasta llegar a una casa
rural y gira hacia arriba para subir hacia el pueblo atravesando unos olivos.
Conocida también como la ruta de las pasarelas, la
cerrada del río Castril, dura aproximadamente unos 25 minutos es apta para
todos los públicos.
Siguiendo el camino se abrirá
ante ti un claro y verás la imponente pared de roca caliza donde en sus pies,
brota el agua para formar una pequeña poza donde bañarse es para valientes que
desafían el frío.Eso no es ningún inconveniente si se va cuando cae la chicarrera como dicen aquí, el sol empieza a
apretar y las chicharras empiezan su canto.
Es una sencilla ruta que se puede hacer sin
problemas y que dura aproximada mente una hora.
Nacimiento del río
Castril
Volvimos a nuestro coche y continuamos nuestro camino
hacia el Nacimiento del río Castril hasta que llegamos al cortijo del
Nacimiento.
Poco a poco el camino se va abriendo hasta que te ves
en medio del valle del río Castril y te ves envuelto entre grandes formaciones
rocosas y por el rumor del agua y sus saltos. Aunque la forma en «U»
de este valle recuerda un poco a los circos glaciares, el valle del río
Castril, no tiene nada que ver con ese tipo de modelado.
El camino sigue el curso del río durante el camino y a
parte de poder ver nutrias y otros muchos animales, podrás disfrutar de un
baño en los numerosos remansos y pozas de agua.
Llegarás al final del valle rodeado por grandísimos
farallones de roca caliza y dolomías desde donde a sus pies brotan los
manantiales de agua que originan el río. El caudal del agua va en función de
las precipitaciones, a más lluvias, más filtraciones de agua llegan a los manantiales
y por consiguiente más agua expulsan las rocas.
Nosotros llegamos en plena ola de calor y no brotaba
mucha agua, pero en épocas que haya llovido es todo un espectáculo de fuerza.
Cómo llegar
Siguiendo el mismo sendero que conduce a la Magdalena
desde la carretera A-326, hasta llegar al Cortijo del Nacimiento. Al lado
de una gran tubería que baja de la central eléctrica que abastece al pueblo de
Castril, dejamos el coche y empezamos a caminar por el sendero que empieza poco
a poco a subir.
Castril es un pueblo muy recomendable para visitar por
estas tierras del altiplano granadino y después de tantos años de espera ha
valido la pena dejarse caer por aquí.
A parte de todo esto que te hemos contado, si alguna
vez tus pasos te llevan a Castril, haznos caso, párate y tómate una cervecita
con su tapa, luego, ya nos lo contarás.
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