Archivo del blog

miércoles, 26 de diciembre de 2018

EN LA REVISTA DEL DULCE NOMBE DE JESÚS. MARTÍNEZ MONTAÑÉS Y EL DULCE NOMBRE DE JESÚS FRANCISCO MARTÍN ROSALES


MARTÍNEZ MONTAÑÉS Y EL DULCE NOMBRE DE JESÚS
FRANCISCO MARTÍN ROSALES




La advocación del Dulce Nombre de Jesús se remonta  a los primeros cristianos. Ya lo decía san Pablo en su carta a los Filipenses:   Por eso Dios lo exaltó y le concedió un nombre superior a todo nombre, para que, ante el nombre de Jesús, toda rodilla se doble, en el cielo, la tierra y el abismo; y toda lengua confiese para gloria de Dios Padre: ¡Jesucristo es Señor! (Filipenses 2, 9-12.).  Pero, a partir del siglo XVI, la iglesia celebró el Santo  Nombre, teniendo en cuenta que  el significado de Jesús era “Yahvé salva”. En concreto, en  1530, el papa Clemente VII instituyó esta fiesta litúrgica, como oficio propio de la Orden Franciscana.  En 1721, se extendió esta fiesta para toda la Iglesia.  Curiosamente, Alcalá la Real comenzó a extender este nombre dentro del Hospital, al que dio el  de Dulce Nombre de Jesús, muy ligado con la cofradía de la Santa Caridad (1488).  Debió existir este hospital con el nombre anterior de la Caridad en unas casillas del Albaicín de la Mota. Pero, a partir de los años cuarenta del siglo XVI, y con el apoyo de los fieles, y, sobre todo, del provisor y vicario don Diego de Hernández, se trasladó en torno a unas nuevas casas la Alhondiguilla junto al convento de las Madres Trinitarias, todo estos edificios comprendidos en el Arrabal Nuevo. Tanto la cofradía de la Santa Caridad como el Hospital fueron regidos por unas constituciones o estatutos que nombraban un mayordomo, a la vez prioste de la cofradía, que administraba sus bienes durante un sexenio de años, pero que, por diversas circunstancias solían restringirse su periodo. Tenemos datos en el Archivo  Municipal de Alcalá la Real, de varios documentos, cuentas y constituciones de cofradía y hospital, entre ellos los  libros de cuentas. En los años comprendidos entre el  veinte de abril de 1570 y  el mes de julio de 1572, se encuentra de mayordomo de la cofradía y Hospital  el bordador Juan  Martínez Montañés de modo que  aporta un nuevo dato a  la presencia de la familia del imaginero Juan Martínez Montañés en Alcalá la Real Pues, ya refrenda  que su padre fue mayordomo  por estas fechas y administró sus bienes y, como es natural, se vio inmerso en el espíritu caritativo de este hospital dedicado a los enfermos, pobres de solemnidad, transeúntes y personas de mayor edad. Y acrecienta la información de la biografía de padre e hijo, pues, tan sólo  se databan hasta ahora su presencia con un préstamo de  seis fanegas y media de trigo que le hizo el cabildo alcalaíno en 1559,  el nacimiento de su hermana mayor Ana  en 1565,  nuevos préstamos de trigo en los años posteriores ante la carestía del pan, y, recientemente,  el arrendamiento de la vivienda paterna en la calle Llana, esquina de la calle Real, tres años antes que naciera el Dios de la Madera.
Con el legajo de  cuentas  se cierra en el ejercicio de 1570, Alcalá no estuvo ajeno a este nombre, y  se ratifica con un pago de  dinero en el cabildo en 22 de diciembre  de 1570, por el que se recogían varias libranzas o partidas de gastos  que procedían de las órdenes del alcalde mayor. Por cierto, muy interesantes, porque aluden al trasiego entre los soldados que acudían o regresaban desde la Guerra de las Alpujarras y manifestaba el lamentable estado con el que debían ser socorridos. Se escribía “descárguensele demás mil e doscientos e noventa e dos  que pagó a Juan Martínez Montañés, mayordomo del hospital del Nombre de Jesús,  de esta ciudad para que con ellos se enviase, como se envió, ciertos soldados enfermos que se llegaban a dicho Hospital”. En estos pagos, aparecía como bordador, mayordomo del Hospital y hermano mayor de la cofradía de la Santa Caridad. Su labor debía afrontar varias dificultades, porque hubo un gran movimiento de tropas por Alcalá; tuvo que pagar varias deudas anteriores y realizar algunas reformas en el Hospital, entre ellas una chimenea. Para paliar los gastos, debió vender un asno  y  una bandeja de plata, que le contrastó el platero granadino Miguel de Montalván. Además se multiplicó el reparto de limosnas de pan a los pobres, que no podían salir a demandar por las calles. Con un presupuesto de 435. 278 maravedíes y  18 fanegas de trigo y ocho celemines  de trigo y ocho fanegas de cebada y ocho celemines, tuvo que hacerse frente a los gastos ordinarios (las deudas del año anterior que le había dejado el mayordomo Bartolomé Hernández de Arjona, el sustento y los enterramientos de los pobres y enfermos, el médico, el barbero sangrador, las medicinas, el muñidor las fiestas litúrgicas de misas, cera, comida de las Pascuas,  pago de transporte de transeúntes, , portero,  y deudas no cobradas de censo. En este año 1572, precisamente se recibieron las casas de Luís Arnedo hornero, y el regidor Antón García de los Ríos en la Alhóndiga, y estaban vinculadas posteriormente a una memoria de misas de don Juan de Villalta. Dentro del hospital hubo una pequeña capilla, donde el niño Montañés pudo contemplar  una imagen de Nuestra Señora ( la Virgen Coronada), dentro de un retablo) y los ornamentos sagrados, cruz de entierros y cofradía, las andas procesionales,  sus horquillas, las dos coronas de palta de Madre y Niño,, los objetos sagrados como el cáliz , lámparas,. Patenas y manteles  del altar, una cruz con un Cristo Pintado (se dic que algunos los pintos Pedro Sardo). El alojamiento del hospital disponía de nueves camas con todo su ajuar  y otros objetos como bacines, y curiosamente, disponía de “un hábito  para los que llevaban a hacer Justicia con la cruz verde y caperuza de lo mismo y es blanco”. La fiesta de la Natividad de la Virgen era la oficial de la cofradía de la Santa Caridad junto nueve misas de aguilando,  tres misas dedicadas a los humanos fallecidos.

La advocación del Dulce Nombre de Jesús debió calar en aquél niño alcalaíno, que luego se trasladó a Granada y, posteriormente a Sevilla. Pues, en 1582, ya en Sevilla Juan Martínez Montañés y su esposa Ana de Villegas se hicieron hermanos de la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús, cofradía ligada, como la de Alcalá la Real, a la defensa de los juramentos ante Dios y preferida y exclusiva de los miembros de la Orden Dominica. Curiosamente regaló a la cofradía el imaginero una  imagen de la  Nuestra Señora de la Encarnación., talla de medio cuerpo que se conserva en la Casa de la Hermandad y se ha exhibido en la Exposición del 450 Aniversario. Pero, aunque la cofradía alcalaína del Dulce Nombre de Jesús, y la imagen del Niño Jesús, fueron posteriores a su marcha a Granada y Sevilla, no puede olvidarse la huella de los relieves de los retablos de las iglesias alcalaínas en las imágenes de los Niños Jesús posteriores, tanto en sus relieves de Santa Clara y Santiponce como los exentos de la parroquia del Sagrario de la Catedral de Sevilla. No hay más que fijarse en el escorzo del retablo de la Circuncisión de la antigua iglesia de Santo Domingo de Silos de Alcalá la Real, para comprender que fue su fuente en otras muestras como el Nacimiento  y Adoración de los Reyes, sirva de ejemplo el de Santa Clara.
            El Dulce Nombre de Jesús se hizo nazareno, y lo fue por la primera muestra de sangre en el momento de la Circuncisión. Lo mismo que aconteció a la cofradía del Dulce Nombre de Jesús se convirtió en  nazarena y recogió la antorcha de la Santa Caridad, siglos después.

No hay comentarios:

Publicar un comentario