SOBRE EL CORTIJO DE DON ALFONSO
DE ARANDA DE LAS CASERÍAS DE SAN ISIDRO
Otros
años, hemos comentado sobre algunos cortijos de las Caserías de San Isidro, la ermita en el
terreno y cortijo de don Pedro Biedma y Cueva, descendiente de don Pedro de
Moya, de donde le viene el escudo que hay en la ermita. Pero, hasta muy
adentrado el siglo XX, no estaría muy bien definido el partido de campo de las
Caserías de San Isidro, de tal modo que este , unas veces, se encuadraba dentro
del partido de la Rábita ,
y otras veces le correspondían terrenos de Fuente Álamo, Hortichuela, e,
incluso de Cantera Blanca y el Alamoso.
Viene
esto a cuento de que, investigando sobre el partido de la Rábita , me he encontrado a
vecinos residentes en cortijos de este partido inclusos en el de la Rábita. Entre ellos
destaca Antonio Bolívar Hijodalgo, que
se denomina Labrador del cortijo de las Caserías de san Isidro y estaba casado
con doña Ana Gutiérrez , y tenía 3 hijos ( dos hembras y un varón macho). En
concreto, hacía esta declaración a la
edad de 37 años con motivo de su personación
individual ante el corregidor de Alfonso
de Montoya, corregidor de Alcalá la Real en 20 de marzo de 1752. El corregidor lo anotaba como
declaración individual número1907, y, en ella especificaba que trabajaba como
labrador del cortijo de don Alfonso de Aranda, vecino de Alcalá la Real. En nuestra zona,
los labradores ocuparon un papel muy importante, porque gestionaron los
cortijos de propios, concejiles y de particulares mediante una renta que cambiaba
según la productividad de la tierra de ocho partes a dos hasta otras más
provechosos como cinco a dos, aunque tuvieran que pagar otra renta por la utilización
del cortijo, que curiosamente le servía en tiempos de laboreo- siembra,
recolección y otras tareas del campo;
mientras tanto el resto del año solían vivir en una casa solariega y
propia de la ciudad de Alcalá la Real ; además estos labradores
se cumplimentaban con otras fuentes de ingresos ,derivadas de arrendamientos de
tierras o de sus propios bienes, casi
siempre recibidos a través de herencias y repartimientos de tierras en los
reinados anteriores; solían ser bastante devotos de Santa Ana, en los siglos
XVI y XVII, y a partir del siglo XVIII,
de la Virgen de las Mercedes, porque acudían al cabildo
municipal para imprecar rogativas mediante la intermediación del cabildo
municipal al abad de Alcalá la
Real en los momentos
adversos del año- sequías,, años muy lluviosos, epidemias, pestes... Y, con sus propias palabras de declaración, conocemos
otros datos de la unidad familiar y del mundo laboral del campo:
- Por un lado, con un solo hijo
mayor de veinte años y dos hijas a su
cargo y su mujer, no podía hacerse cargo de toda la labor, por lo que se valía de mozos jóvenes, en un número muy
elevado, porque lo normal de cualquier labrador
era que contratara dos o tres mozos,
y les llama de soldada, porque tenían suelo " Mantengo todo el año seis mozos y pago
a cada uno 15 reales en cada mes". Además,
nos indica lo que ganaban cada mes, una cantidad significativa El real español
era una moneda de plata de 3,35
gramos , que empezó a circular en Castilla en el siglo
XIV y fue la base del sistema monetario español hasta mediados del siglo XIX. El valor del real se definía de esta manera: " A
partir del año 1497 tenía un valor de 34 maravedíes, en ese mismo año la
"Pragmática de Medina del Campo" emitida por los reyes Isabel de
Castilla y Fernando de Aragón establecía en detalle el peso y la cantidad de
plata que debería de poseer el real acuñado, además de ordenar la presencia de
la sigla del ensayador respectivo en cada moneda así como la sigla de la ceca
donde fue acuñada. Su cambio en época de Felipe II era de 1 real de plata por
34 maravedíes y a su vez 1 escudo de oro por 16 reales de plata".
-Por otro lado, se nos
especificaba las cláusulas del contrato de arrendamiento del cortijo, con estas
palabras " Tengo arrendada la dicha
casería y sus tierras, a razón de ocho dos
y le pago por razón de casa cada año 150 reales. No tengo tráfico de
comercio ni comercio alguno". Una cantidad muy importante, porque debía
arrostrar además el sueldo de los mozos, los
diezmos( de diez partes de la producción una parte) , a lo que se
añadían las imposiciones del voto de
Santiago, el pie de altar, las limosnas y los impuestos extraordinarios de
alcabalas, millones, repartimientos, encabezamientos etc. Lo que, a veces, le
llevaba a la ruina denominada "alcance" y se hicieran rectificaciones
y visitas en los años malos para paliar las pérdidas. Es interesante para conocer el valor de las monedas, lo que le correspondían en equivalencias, pues
con el pago del alquiler del cortijo, podía
tener un mozo diez meses.
-En tercer lugar, este labrador
como era usual se acompañaba de otras fuentes de ingresos, y así manifestaba
" Poseo una pieza de tierra, linderas a levante con
tierras de José Garrido, a poniente con Francisco Díaz, al sur y Juana Cabrera vecina de Granada (...) Otra pieza de 12 fanegas y 9 celemines en la cañada de
Briones, a un cuarto de legua, de poca calidad, linderas con tierras concejiles
y a O con tierras de Baltasara de Sotomayor y al sur con tierras de d. Rodrigo
de Aranda, vecino del Castillo (...) una fanega de viña en la Acamuña , lindera al este con
viña de don Antonio González; al O con
Juan de Robles, vecino de Moclín, y al Norte
con don Antonio González". Por cierto en aquel tiempo, salvo algunos
predios de olivos, en la
Acamuña abundaban las aranzadas de viñedo. Y, la mayoría de
los cortijos eran tierras de cereales ( trigo y cebada)
Por último, para poder trabajar,
transportar sus productos y trasladarse de Alcalá al cortijo disponía de los siguientes animales mayores
" 3 vacas, 7 bueyes, 3 becerras, 5 jumentas,
2 jumentos, 1 jumentos pequeños, 2 yeguas". Las primeras , eran los
animales esenciales para las yuntas, los jumentos para carga y las yeguas para el transporte
personal.
Y
como reserva de alimentación casera para familia y mozos, estos animales
menores proporcionaban carne de cordero
y cabra y leche y todos los embutidos del cerdo, disponía de " 12 cerdas grandes y pequeñas, 6 cerdas de
cría, 6 lechonas, 22 lechonas de la cría de este año, 38 ovejas, 1 cabra y dos
cabritos".
Es
curioso este labrador, con nombres de apellidos de los antiguos Bolívar, dedicados
otrora por los siglos XVII y XVIII a la
cantería y la albañilería y ahora convertidos en labradores, y por nota se le
da la categoría de Hijosdalgo, miembro de la clase privilegiada( ¿Acaso no le
vendría de su mujer doña Ana Gutiérrez?)
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