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martes, 20 de febrero de 2018

SOBRE EL CORTIJO DE DON ALFONSO DE ARANDA DE LAS CASERÍAS DE SAN ISIDRO


SOBRE EL CORTIJO DE  DON ALFONSO DE ARANDA DE LAS CASERÍAS DE SAN ISIDRO

            Otros años, hemos comentado sobre algunos cortijos de las  Caserías de San Isidro, la ermita en el terreno y cortijo de don Pedro Biedma y Cueva, descendiente de don Pedro de Moya, de donde le viene el escudo que hay en la ermita. Pero, hasta muy adentrado el siglo XX, no estaría muy bien definido el partido de campo de las Caserías de San Isidro, de tal modo que este , unas veces, se encuadraba dentro del partido de la Rábita, y otras veces le correspondían terrenos de Fuente Álamo, Hortichuela, e, incluso de Cantera Blanca y el Alamoso.
            Viene esto a cuento de que, investigando sobre el partido de la Rábita, me he encontrado a vecinos residentes en cortijos de este partido inclusos en el de la Rábita. Entre ellos destaca   Antonio Bolívar Hijodalgo, que se denomina Labrador del cortijo de las Caserías de san Isidro y estaba casado con doña Ana Gutiérrez , y tenía 3 hijos ( dos hembras y un varón macho). En concreto, hacía esta declaración  a la edad de 37 años con motivo de su  personación individual  ante el corregidor de Alfonso de  Montoya, corregidor de Alcalá la Real en 20 de marzo de  1752. El corregidor lo anotaba como declaración individual número1907, y, en ella especificaba que trabajaba como labrador del cortijo de don Alfonso de Aranda, vecino de Alcalá la Real. En nuestra zona, los labradores ocuparon un papel muy importante, porque gestionaron los cortijos de propios, concejiles y de particulares mediante una renta que cambiaba según la productividad de la tierra de ocho partes a dos hasta otras más provechosos como cinco a dos, aunque tuvieran que pagar otra renta por la utilización del cortijo, que curiosamente le servía en tiempos de laboreo- siembra, recolección y  otras tareas del campo; mientras tanto el resto del año solían vivir en una casa solariega y propia  de la ciudad de Alcalá la Real; además estos labradores se cumplimentaban con otras fuentes de ingresos ,derivadas de arrendamientos de tierras o de sus propios  bienes, casi siempre recibidos a través de herencias y repartimientos de tierras en los reinados anteriores; solían ser bastante devotos de Santa Ana, en los siglos XVI y XVII, y  a partir del siglo XVIII, de  la Virgen de las Mercedes, porque acudían al cabildo municipal para imprecar rogativas mediante la intermediación del cabildo municipal al abad de Alcalá la Real  en los momentos adversos del año- sequías,, años muy lluviosos, epidemias, pestes... Y,  con sus propias palabras de declaración, conocemos otros datos de la unidad familiar y del mundo laboral del campo:
- Por un lado, con un solo hijo mayor de veinte años y dos hijas  a su cargo y su mujer, no podía hacerse cargo de toda la labor, por lo que  se valía de mozos jóvenes, en un número muy elevado, porque lo normal de cualquier labrador  era que contratara dos o tres mozos,  y les llama de soldada, porque tenían suelo    " Mantengo todo el año seis mozos y pago a cada uno 15 reales en cada  mes". Además, nos indica lo que ganaban cada mes, una cantidad significativa El real español era una moneda de plata de 3,35 gramos, que empezó a circular en Castilla en el siglo XIV y fue la base del sistema monetario español hasta mediados del siglo XIX.  El valor del real  se definía de esta manera:  " A partir del año 1497 tenía un valor de 34 maravedíes, en ese mismo año la "Pragmática de Medina del Campo" emitida por los reyes Isabel de Castilla y Fernando de Aragón establecía en detalle el peso y la cantidad de plata que debería de poseer el real acuñado, además de ordenar la presencia de la sigla del ensayador respectivo en cada moneda así como la sigla de la ceca donde fue acuñada. Su cambio en época de Felipe II era de 1 real de plata por 34 maravedíes y a su vez 1 escudo de oro por 16 reales de plata".   
-Por otro lado, se nos especificaba las cláusulas del contrato de arrendamiento del cortijo, con estas palabras " Tengo arrendada la dicha casería y sus tierras, a razón de ocho dos  y le pago por razón de casa cada año 150 reales. No tengo tráfico de comercio ni comercio alguno". Una  cantidad muy importante, porque debía arrostrar además el sueldo de los mozos, los  diezmos( de diez partes de la producción una parte) , a lo que se añadían  las imposiciones del voto de Santiago, el pie de altar, las limosnas y los impuestos extraordinarios de alcabalas, millones, repartimientos, encabezamientos etc. Lo que, a veces, le llevaba a la ruina denominada "alcance" y se hicieran rectificaciones y visitas en los años malos para paliar las pérdidas. Es interesante para conocer el valor de las monedas, lo que le correspondían en equivalencias, pues con el pago del alquiler del cortijo, podía  tener un mozo diez meses. 
-En tercer lugar, este labrador como era usual se acompañaba de otras fuentes de ingresos, y así manifestaba " Poseo una  pieza de tierra, linderas a levante con tierras de José Garrido, a poniente con Francisco Díaz,  al sur y Juana Cabrera vecina  de Granada (...)  Otra pieza  de 12 fanegas y 9 celemines en la cañada de Briones, a un cuarto de legua, de poca calidad, linderas con tierras concejiles y a O con tierras de Baltasara de Sotomayor y al sur con tierras de d. Rodrigo de Aranda, vecino del Castillo (...) una fanega de viña en la  Acamuña, lindera al este con viña de don Antonio González; al  O con Juan de Robles,  vecino de Moclín, y al Norte con don Antonio González". Por cierto en aquel tiempo, salvo algunos predios de olivos, en la Acamuña abundaban las aranzadas de viñedo. Y, la mayoría de los cortijos eran tierras de cereales ( trigo y cebada)

Por último, para poder trabajar, transportar sus productos y trasladarse de Alcalá al cortijo  disponía de los siguientes animales mayores " 3 vacas, 7 bueyes, 3 becerras, 5 jumentas, 2 jumentos, 1 jumentos pequeños, 2 yeguas". Las primeras , eran los animales esenciales para las yuntas, los jumentos  para carga y las yeguas para el transporte personal.
            Y como reserva de alimentación casera para familia y mozos, estos animales menores proporcionaban carne de  cordero y cabra y leche y todos los embutidos del cerdo, disponía de " 12 cerdas grandes y pequeñas, 6 cerdas de cría, 6 lechonas, 22 lechonas de la cría de este año, 38 ovejas, 1 cabra y dos cabritos".
           
            Es curioso este labrador, con nombres de apellidos de los antiguos Bolívar, dedicados otrora por los siglos XVII y  XVIII a la cantería y la albañilería y ahora convertidos en labradores, y por nota se le da la categoría de Hijosdalgo, miembro de la clase privilegiada( ¿Acaso no le vendría de su mujer doña Ana Gutiérrez?)


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