SOBRE LA CALLE DE LOS MESONES DE LOS ARRABALES DE LA

M´ças abajo , el entrono de calle Mesones

tipo de calle parecida a los Mesones en la Mota

Siempre que acudimos  a las ciudades, llama la atención el nombre de la ciudad que daba lugar a la concentración de oficios artesanales  o servicios comunitarios, privados y públicos, sobre todo era frecuente en tiempos pasados. No hay más que fijarse en los alrededores de las calles del entrono catedralicio de Granada. Sin embargo, en Alcalá la Real, actualmente no pervive  esta denominación de las calles, frutos de varios desplazamientos de la zona comercial y  noble de la ciudad desde tiempos musulmanes hasta su completo emplazamiento en el Llanillo en la Edad Moderna. 

Está claro que la madina, la ciudad noble y comercial, se encontraba en los periodos medievales en el recinto fortificado de la Mota, en torno a la Mezquita Aljama, plazas y palacio de caballeros musulmanes; luego se transformó y amplió el recinto prologándose hacia la calle Real en tiempos posteriores a la conquista, y, sobre todo, tras la toma de Granada. Y, en su entorno surgieron varios mesones que albergaba la gran cantidad de arrieros, transportistas, pasajeros, viajantes y visitantes de l,a ciudad de la Mota. 

Incluso , como en muchas ciudades dio lugar a una calle que recibe varios nombres según se localicen las casas la d de los Mesones Altos y los Mesones Bajos. Hoy está localizada fuera de la muralla que pasa por el Pósito hasta las escalinatas de que desembocaban  en la calle Real. Este lugar ha pasado a llamarse desde Arrabal Nuevo a calle de la cruz de Piedra y en los siglos primeros de la Edad Moderna, la calle de los Mesones.

En algunas ocasiones, hemos hecho referencia a estos lugares. En primer lugar con respecto a la leyenda del Cristo de la Piedra; otras veces con respecto a la  ubicación de la Carrera Vieja, que lindaba por la parte baja de estas calles, y al monasterio de la Santísima Trinidad , muy cercano a estas calles, y si nos remontáramos a tiempos mucho más de conquista, a las alfarería, e, incluso, el morabito que rondaba por aquellos lugares. 

Hoy, vamos a descubrir uno de esos mesones.Lo hacemos de la mano del escribano Hernán Sánchez, que recogía un censo entre Aparicio de Martínez de Colomo y Juan Fernández Galeote, catedrático y colegial de la Universidad de Osuna y natural de Ávila. Sirvió de intermediario su sobrino el señor Juan Gómez de Velasco, también abulense.La fecha en 16 de mayo de 1572.  Hace referencia a un censo o préstamo que recogía el alcaláino y, para ello, hipoteca varios bienes suyos( una casa del barrio de San Juan, un cortijo de 150 fanegas en el término de Priego, 100 fanegas en el Villar, seis aranzadas de viña en la Alcantarilla del río Guadalcotón, y dos aranzadas de viña torrontés en la Pasada Baena y optra aranzada en la Mata,  ) y, lo que nos trae a colación , sobre en el mesón de la calle  los mesones. Todos los bienes  valorados en  lo que se comprometía con el censo de cuatrocientos ducados. Y estaba situado el mesón, según aparece en el texto:

"Sobre una casas mesón que tenemos en la calle de los Mesones de esta ciudad, linde con casas de Francisco Cano y de Juan  Guillén, clérigo, "

CONCLUSIONES

-No es este el único mesón que daba nombre a la calle pues hay constancia de varios más y le da el nombre plural a la calle y no del Mesón.

-Los mesones estaban linderos con casas particulares, lo que daban a la calle una línea de continuidad y no un hábitat disperso como sería en los primeros tiempos, y se insinúa en los textos medievales como el mesón de Aranda y el de San Sebastiçán donde se alojó Enrique IV. 

-Los  personajes de estas casas aparecieron en otros textos: Aparicio Martínez de Colomo, relacionado con la ampliación del monasterio de la TRinidad y fundador de la cofradía de la Virgen de la Cabeza en un decenio anterior a este documento; Francisco Cano y familia tenían ca`pilla en la Trinidad y el clérigo es un exponente del tipo de personas privilegiadas  y hacendadas que vivían por este entorno.

 
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