III
LA CRUZ BAJA DE LA CIUDAD FORTIFICADA
DE LA MOTA
Durante algún tiempo del siglo XVI, el centro neurálgico de la
ciudad fue la calle Real y el Paseíllo de la Mora ; por otro lado, la plaza de San Juan, el
Llanillo y la Placeta
de las Trinitarias, fueron los espacios abiertos donde se proclamaron y
levantaron los tablados y de confluencia de vecinos en las manifestaciones
religiosas.
Muy ligado con el fenómeno anterior, es
el nacimiento de nuevas ermitas, iglesias, parroquias y ayudas de parroquias,
que tienen lugar en el propio casco (La Iglesia de San Juan, dependiente y parroquia de
Santa María la Mayor ;
la de la Veracruz , y de la de Santo Domingo de Silos). Como
se pone de manifiesto, poco a poco
ejerció de centro de la ciudad la iglesia dedicada a la
Santa Cruz , en la confluencia entre la
calle del mismo nombre y Llanillo sirviendo de eje distribuidor de barrios
nuevos. Según se produce el desarrollo urbanístico se va plasmando una nueva
manera de regular la vida social, económica, religiosa y política. En cuanto a
la religiosa, afecta desde la piedad
hasta las manifestaciones religiosas como las procesiones . A finales del siglo
XVIII, este se desplaza a la iglesia de la Veracruz , Llanillo, Real
, LLana y calle Veracruz, pasando por alto el anterior itinerario que llegaba
por la calle Rosario.[1]
Incluso en esta iglesia se fundó una
hermandad dedicada a la Santa Cruz
que mantuvo, además su fin semanasantero,
la fiesta de la Santa Cruz
hasta el siglo XIX y , transformada en Animas , nunca abandonó esta festividad. . La
riqueza de sus fondos incluso se nos muestra
en el año 1842 que era una
hermandad languidecida y pendiente de las limosnas por los demandantes de las
calles y de los campos para celebrar una función de iglesia precedida de unos
fuegos artífices y una música marcial cuando la llevaban a los enfermos.
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