Las bandas y agrupaciones musicales de tambores y
trompetas se han metamorfoseado en solitarios repiques de tamboreros o
tamboriles que , como el buen pastor, conducen a su gente a santuarios y
ermitas de primavera. Se prodigan por todos los rincones de España; y en
Andalucía no se encuentran monte o cueva que no se conecten con una leyenda
medieval de una aparición de la
Virgen a un pastor o labriego tras el periodo musulmán en la
conquista cristiana. Ejemplos claros los tenemos en Jaén con la Virgen de Tíscar o Nuestra
Señora de la Cabeza. Incluso ,
algunos escritores recogieron que la imagen de la Virgen de las Mercedes
estuvo relacionada con su aparición por Montillana.
En los
estudios del latín vulgar, se obligaba, por los años sesenta a traducir una
peregrinación, que hacía comprender el sentido de esta palabra. Se refería a la Peregrinatio
Aetheria ( Peregrinación de Eteria) y conocida también como
Itinerarium Egeriae ( El Camino de Eteria). Se encuadra dentro de los libros de
viajes hacia la Tierra Santa.
En este caso, por una monja, de nombre Eteria o
Egeria, que emprendió su peregrinaje desde Galicia hacia Jerusalén. No
es de extrañar que esta monja bebiera de las fuentes anteriores, en las que
algunos autores describieron las tierras griegas y romanas. Sin detenerse mucho
, uno de los primeros testimonios fue la Odisea , donde Ulñises regresó hacia su tierra
ïtaca y se vio envuelto en un
atormentado itinerario acompañado de sus amigos; o en Roma, itinerarium, se
defina como " la hoja de ruta en forma de una lista de ciudades,
pueblos, aldeas y otras paradas, con las distancias intermedias". La muestra más notoria y divulgada fue el
Itinerario de Antonino. Este término fue
cambiando a lo largo de la historia. Y pasó de ser simplemente de una descripción
para aconsejar al viajero en la ruta, o ser simplemente, como el Itinerarium
Alexadrinum, una lista de las conquistas de Alejandro Magno, a la actual
interpretación actual de diario de viaje o lista de las paradas
recomendadas.
Por los tanto el peregrino se
remonta los orígenes trashumantes del hombre, que bajó de las frías estepas
rusas al mediterráneo Ni qué decir que alcanza una dimensión universal al
referirse a todo aquel que anda por tierras lejanas de su lugar de origen. Y
sucede que este viajero suele caminar
con un objetivo, casi siempre religioso; por un voto o, simplemente, por una devoción tan profunda que lo encamina, a pie, a un santuario o a un lugar sagrado. De ahí que se consideran, por regla general, peregrinos a los que recorren el camino de Santiago y besan las espaldas del apóstol en
tierras compostelanas. Curiosamente, el destino religioso de las peregrinaciones dio lugar a que se
llamaran romeros a los que acudían a visitar a Roma. Y, por extensión y
expansión léxica, se amplió a todos aquellos que visitaban un santuario de cualquier punto del mundo, lo que se
acompañaba de muchos aspectos: el camino a pie o en caballo, y, actualmente en otros medios de comunicación como el
carro, camión, autobús o coche; la
convivencia y banquete, los cultos y festejos.
El camino es la verdad y la vida en
el paso del hombre por la tierra. Y en la comarca de la Sierra Sur , durante estos meses
primaverales, se disfruta de una intensa
vivencia peregrina. Los hay que proyectan su peregrinaje hacia el Camino de
Santiago, la Roma Eterna ,
Grecia y los Santos Lugares. En muchas ocasiones y personas, se ha perdido el
sentido vivencial y religioso y se ha transformado en una odisea turística, de
modo que casi nadie palpa el duro
caminar , los avatares, encuentros, desencuentros y la superación de los
obstáculos; se ha convertido el peregrinaje en consumismo, y se olvida incluso
el valor estético y moral.
Ha renacido, por otra
parte, la vivencia romera y abundan los que se encaminan a ganar jubileos en un
santuario como el del Cristo de Moclín, o el más frecuentado de la Virgen de la Cabeza o la catedral de
Jaén; o, simplemente, se enrolan en la cadena caminante a fiestas romeras como
la de la Hoya
del Salograr, las fiestas de las Cruces o de las Flores de la mayoría de las
aldeas y rincones más insospechados de los barrios de la ciudad. Muchos de
ellos arrancan de su itinerario los actos de culto y fiesta, y acuden
directamente a compartir la convivencia humana hasta tal punto que, a veces, hay
fiestas que se reducen a este sentido puramente laico como la Fiesta del Vino o del Uno
de Mayo.
En la época actual, se nota que
el peregrino crece a ritmo lento, pero
el romero desborda acontecimientos y lugares; se percibe que el peregrino se
humaniza y no decae a la primera de cambio, sin embargo el romero se desinfla a
la rueda del consumismo y desnaturaliza las fiestas antiguas; y finalmente, el
culto al cuerpo, ha dado lugar a una proliferación del caminante-ya nii
siquiera romero- en muchas personas y en
todas las asociaciones de nuestro derredor. El camino por el camino, el
ejercicio físico para mantener la talla y el peso, el esfuerzo físico para
liberarse de las toxinas, el correr para superar retos personales y sociales, y
el andar como ingrediente básico del ocio para romper con el sedentarismo se
han convertido en hábitos del hombre
actual. Raro es el grupo o colectivo que
no organice una ruta de senderismo, un paseo ecocostumbrista, una prueba de
esfuerzo, un itinerario urbano o rural o
una visita a un sitio religioso, paisajístico o artístico donde el caminar se considere imprescindible para llagar a la
meta.
Parece como si se hubiera hecho
realidad en los hombres de la Sierra Sur
aquel dicho del caminante y de
los frutos de la tierra " Con pan y vino se hace el camino".
Lo malo es que a falta de pan, buenas son
tortas. Y, al menos, tras el
andar, el caminante se aplique esta moralina social Ni mesa sin
vino, ni sermón sin agustino.
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