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viernes, 1 de abril de 2016

ENTRE TIRIOS Y ALTOZANOS( III) Entre trompetas y tambores









            Marzo es un mes de vértigo para población alcalaína. Parece que ni en el siglo XXI se puede dejar en el cajón del olvido, más bien, en el armero el ímpetu bélico de su origen etimológico del dios Marte. Se ha mezclado el final de la Cuaresma con la fiesta de san José. Más que entre tiros y altozanos, la gente se mueve entre trompetas y tambores. Se ha sustituido la musicalidad oral  de los recién acabados carnavales por la percusión y  el metal. Se ha pasado de las viejas y rancias  murgas de los gremios y oficios a las comparsas y chirigotas de excelente calidad. Y, lo mismo acontece  en las agrupaciones musicales, se han cambiado las primeras chirimías y tambores, que no llegaban a alcanzar las dos parejas, por unas armónicas agrupaciones musicales que se desarrollan  en muchos estamentos: desde la agrupación musical Pep Ventura hasta el hermoso ramillete de bandas musicales de cofradías y hermandades. Ya nadie recuerda aquella página de la historia de aquel primer tambor  o pareja de heraldos-las chirimías de Granada o Jaén-  que se contrataban por el cabildo alcalaíno para la tabla de las fiestas más solemnes  de la ciudad como el Corpus, la Virgen de Agosto o Santo Domingo de Silos; en las actas de los  documentos municipales se encuentran los dos tambores y dos trompetas que convocaban a los soldados de las compañías de la ciudad en su marcha de aleo para que acudieran a la Plaza Alta de la Mota para emprender la marcha a defender la Costa de barcos enemigos; es un retazo de las historias cofrades aquel tambor y trompeta de la cofradía de la Santa Veracruz o del Dulce Nombre de Jesús que, al principio de la manifestación religiosa, paso de disciplinantes  o estación de penitencias  convocaba a los vecinos a presenciar los pasos. Incluso, aquellas bandas de tambores y trompetas, que recordaban  las bandas militarizadas de los jóvenes de la OJE, no  pasan más que  por la memoria de los octogenarios. Estas bandas se entroncan y nacen de la fuente musical de la Banda Mixta del Gallardete de Nuestro Padre Jesús Nazareno, que, allá por los años sesenta del siglo pasado,  acrecentaron la percusión y la trompeta cuartelera con otros metales como el saxofón y los pequeños timbales; crearon esas bellísimas piezas « las marchas» de Manuel López; y, en verdad que no forzaban la audición de los espectadores sino que invitaban a la espiritualidad. Con esta banda, los vecinos se incorporaban al cortejo semansantero sin darse cuenta, atraídos, más bien embelesados por un hilo secuencial que se semejaba a un imán potente de culto   devocional.
            Aquellas bandas se componían de mozalbetes, jóvenes de quinta, y se acompañaban de maestros músicos de la banda municipal. Inolvidables fueron Juan de Dios,  Miguel Fernández, Aquilino y tantos otros que se me quedan en el tintero...  Actualmente, el panorama musical se ha desbordado en muchos rincones de todos los pueblos de Andalucia. Es un fenómeno insólito de atracción del sector juvenil y, apenas, se encuentran los músicos profesionales.  La música se ha convertido en la esencia formativa de muchos jóvenes, porque  la aman, disfrutan  de  su  presencia en  estos colectivos  y  se sacrifican para conseguir la bella armonía  de muchas composiciones.  No hay más que  pasear por cualquier rincón  o barrio de la ciudad de  la Mota para encontrarte un colectivo musical de una cofradía. Si marchas por el barrio de las Aves Frías, la Agrupación  de la Esperanza  emite oraciones de huerto  y clarines melodiosos de esperanza preparando los pasos del Martes Santo; si te  marchas por el recinto  histórico,   los tambores de piel de cabra  y las trompetas de hojalata del Señor del Ecce-Homo  te vuelven a tiempos de tropa de caballeros y  de pasos representados con rostrillos de personajes pasionales, son los heraldos de todos estos grupos que  se esconden bajo los sótanos de una casa de hermandad ubicada en calles de  nombres del siglo XVI como los miembros de las  Agrupaciones musicales del Cristo o de Nuestra Señora de las Angustias creando nuevas propuesta;  si te adentras  en el barrio de la Tejuela, ensayan los  músicos de la cofradía arcana del Dulce Nombre de Jesús  marchas majestuosas de la mañana del Viernes Santo.

        http://pacomartinrosales.blogspot.com.es/2016/04/entre-tirios-y-altozanos-iii-entre.html    En estos días finales de Cuaresma y  en la noche de la víspera de San José, Alcalá no es «la Real»;  es ,  más bien, «la abacial». Otros la llamaron «levítica». Pero Alcalá anuncia no sólo un ciclo de calendario cristiano, es un canto coral de la juventud, una escuela de formación en el arte de la armonía, que Pitágoras elogiaba con el título de excelencia en términos actuales. Es el testimonio de muchos jóvenes que comienzan a andar en el mundo de Euterpe, desechando otros terrenos, campos y mundos  que ofrecen el consumismo y el  hedonismo actuales. Se constatan el esfuerzo y la profesionalidad para conseguir armoniosas composiciones de poesía coral tras muchas horas de ensayo, como si los dirigiera la musa Tersícore. Y , no ofrece género de dudas que ya no es un simple redoble monótono ni un cansino trompeteo de acordes paramilitares de aquellas bandas  del pasado marchando tras las efigies de los mal llamados desfiles procesionales , sino que muchos de estos jóvenes se  han formado en conservatorios,  te sorprenden placenteramente en conciertos de música religiosa a las primeras de cambio y han  convertido las agrupaciones en orquestas sinfónicas que ya no sólo te atraen como un imán sino que te convierten en un Orfeo escuchando su renovado repertorio  musical en cada año. Y, para más satisfacción, con  dedicatorias entroncadas en el alma popular alcalaína: Angustias, Salud, Ecce-Homo Coronatus, He aquí el Hombre, Mercedes Coronada... ¿Qué más se puede pedir? Si forman al hombre, lo recrean con el arte más armonioso y crean convivencia y sociabilidad, preferimos mejor que entre tiros, las chirimías de trompetas, saxos, trompas, y metales;  y, en segundo lugar, consideramos mejor convertir el altozano en aquel  dicho  que dice « la matemática es música para la mente, la música es matemática para el alma». 

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