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viernes, 8 de mayo de 2015

CANDIDATOS Y PROGRAMAS (III)
 Se acerca el inicio de una nueva etapa con la celebración de las próximas elecciones locales de 24 de mayo.  Es el momento de emprender uno nuevo ciclo , en el  que el libro de ruta juega un papel fundamental a la hora de emprender la marcha. Hasta ahora, se han convocado  a los ruteros y los senderistas;  durante las próximas fechas,  es el momento de elegir al grupo con el que vamos a emprender la marcha,  elegir el itinerario para alcanzar la meta y  el bagaje con el que nos vamos acompañar en los años siguientes. Pudieron acudir  más personas  y más grupos, pero, a la hora de la verdad, tan solo se han presentado a la convocatoria alcalaína  tres grupos con los que  los ciudadanos van  a compartir uno periodo de la historia local, en que se va a avanzar en esta ciudad siempre  inacabada, que todos coadyuvan a construir. Cada uno desde su posición, el gobernante y el ciudadano, el representante y el representado, por encima del simple vecino, y menos aún del simple votante. Razones tuvieron para no emprender el camino los que no abordaron la posibilidad de llevarlo a cabo, lo mismo que  los que responsablemente acuden a la cita, con ilusión, con espíritu renovador y con las sinceras miras de mejorar la ciudad, que les ha tocado compartir como polis.
Esto por lo que toca a la elección del grupo. Pero, tampoco, puede soslayarse la composición del grupo. Aquí, no solo hay que tener en cuenta la fiabilidad del coordinador del grupo, el futuro alcalde de la ciudad; también, el resto de los componentes de la candidatura debe ser objeto de profundo análisis y observación. Pues sus compañeros de sendero van a ser los que van a organizar todas las  actividades y acciones  futuras. Y no para un simple trayecto, sino para  un viaje que  marcará a generaciones enteras.   Con ellos, se caminará en la salud, en el bienestar, en el empleo, en la seguridad ciudadana, en la cultura, en el ocio y en todos las aspectos que engloba la vida comunitaria.  No es nada baladí, sino trasciende de lo personal a lo colectivo.
Pero, si importante es la elección del grupo , en la mismo medida  y responsabilidad se recae a la  hora de escoger  el itinerario, el currículo futuro o , con más palabras más sencillas, el programa a realizar en los próximos años. Es crucial el posicionamiento de los electores.  Los hay  que lo leen con lupa  y comparan  punto por punto hasta el mismo detalle. Y en verdad que estas personas son  un ejemplo para toda la ciudadanía;  pues este debería ser el  comportamiento colectivo que a todos debería mover a la hora de tomar  una decisión tan trascendente de la vida de comunidad. Son pocos, en verdad, los menos, casi pueden contarse con los dedos  de la  mano. Pero,  a la hora de jugarse el futuro de la comunidad, en la que se encuadran ciudadanos, familias, grupos  y todo tipo de entidades, nadie puede  quedarse con los brazos cruzados. Hay que comparar propuestas, estudiar su viabilidad,  desbrozar la paja del trigo, analizar  la competencia de la administración local y el compromiso viable   de otras administraciones, sin olvidar la obra bien hecha por el simple hecho de la pura innovación. Es un ejemplo de   ciudadano  el que no cae en la demagogia ni se deja llevar por las primeras de cambio; estudia los pros y los contras, y, tras sopesarlos y colocarlos en la balanza de sus principios ideológicos y apetencias personales y sociales, responsablemente  marca su compromiso emitiendo el voto con el grupo que mejor le cuadra para hacer una polis, una ciudad, más próspera. Una ciudad que puede derivar en defensa de lo público o en manos privadas; una ciudad libre o sometida a los caprichos de unos pocos. 
            Hoy, la tecnología y los medios de comunicación permiten un conocimiento amplio de  todas las ofertas que se presentan en la  campaña electoral. Desde la radio hasta las mismas redes internautas, divulgan programas, seleccionan  los puntos más importantes y resumen lo esencial  de las  ofertas de  los partidos. Hay quienes olvidan llevar a cabo comparaciones de las distintas ofertas y realizan encuentros  donde el ciudadano puede escuchar las propuestas y  valorar  todo lo  que  se  le ofrece. Todas las iniciativas son extraordinarias para ampliar el conocimiento de los programas electorales; ayudan a  tomar decisiones y a ejercer la responsabilidad con mayor garantía y libertad.
 También, existen aquellos para los que la papelera de reciclaje es el destino de todas las informaciones ofrecidas; incluso quienes las abortan a otras personas. Son malos ciudadanos que no creen en la democracia ni en la participación. Nefastos conciudadanos y vecinos desdeñables. A nadie le puede impedir el derecho a la información para tomar decisiones. Menos mal que este grupos es la minoría. No  se cuentan  ni con los dedos de la mano, a pesar de que hacen mucho daño a los indefensos.
Abundan, en fin,  los votantes, los que se quedan con el mensaje transmitido oralmente; y esto tiene sus dificultades. A veces, este  se queda sesgado por fuentes indirectas o manipulado por malintencionados de turno  que  publican  de los programas  lo que les interesa arrancando las páginas que no le agradan  o

buscando los tres pies al gato.
 Por eso, es la hora de emprender la ruta, de modo que   se ofrece al ciudadano  su libro durante estos.comicios Es un  momento vital  y social para no lamentarse, en  tiempos futuros ,  del aventurismo suicida, para salvar los obstáculos  y escollos de empresas no descritas objetivamente,  y para   progresar  en el camino con  buen pie y buena planta. No hay que olvidar que, si importante era el candidato, más lo es el programa. No se vaya  uno ver, según dicen, en la boda de su abuelo. Y estos, ya, pasaron a la historia, por cierto con mucha falta de la libertad de participación y de expresión.  















  

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