APORTACIONES A LA
BIOGRAFÍA DEL ABAD JUAN DE ÁVILA
Hasta
ahora, varios investigadores alcalaínos
han contribuido con sus estudios a la
biografía del abad Juan de Ávila ( +1556) a través de diversos artículos[1], al mismo tiempo que
han aportado fuentes de documentación escrita desde la órbita de los archivos
alcalaínos o de algunas intuiciones basadas en su inscripciones funerarias. Con este estudio,
pretendemos coperar en el conocimiento de este abad y de su familia tan ligada a la familia de los Reyes Católicos. Partimos de una serie
de documentos testamentales encontrados en el Archivo HistóricoProvincial de
Ávila. Son en concretos los protocolos
211, 250 y 251 del escribano
Gómez de Camborrio que recogen el contrasto del sepulcro, dos testamentos,
un codicilo y todo el aparato de apertura, división de bienes, y fundación de memorias con motivo de la
muerte del abad.
I
En
primer lugar, el primer testamento se llevó a cabo el 26 de marzo de 1550, ante
el mencionado escribano y se recoge con la signatura 250( folios 21 y 43). El
propio abal lo escribió con su propia letra y firmó con su propio puño en cada
uno de sus folios con una preciosa letra cortesana. Así lo
recoge unos primeros renglones escritos por el escribano con estas frases “fecho
por el dicho don Juan de Ávila, se le guardó
a Su Señoría en XIX hojas y media de pliego entero, en cuatro días de
abril de 1550 años” Fecho guardo otra por el dicho. Fecho diósele en sábado siete días de mayo de
1550” .
El segundo fue llevado a cabo
pòr el escribano mencionado anteriormente en sus casas de los arrabales de
Ávila, junto al monasterio de Santo Tomás, donde vívía y moraba en 22 de
septuiembre de 1553 en medio de varios sacerotes que hicieron de eestigo ( dos
canónigos de la iglesia de Burgohondo, Francisco Gallego y Cristóbal de
Arlagos, los clérigos Juan Luis de Vitoria y Domigo Garcez y el procurador
Francisco de Peñalosa) y ocupa los folios 340 hasta el 351 del legajo 250.
Revoca algunos aspectos del anterior testamento y fue escrito por escribano, su firma es firme
y con rasgos notorios.
- El tercer
testamento está muy cercano a la muerte del abad, porque se realizó en 8 de
octubre de 1556, y se levanto ante el
mismo escribano en las casas de su morada, ya mencionadas, extramuros de la
ciudad y junto al monasterio mencionado, estando presentes por testigos el
padre vicario fray bernardo de Ladrada,
, el licenciado Sebastián Delgado, el camarero Francisco Gallego y los clérigos
Juan Luis de Vitoria, Juan Bautista Guillamas y Gregorio González. Este
testamento se enriquece muchísimo por nuevos personajes que aparecen beneficiados de su mayorazgo, relacionados con la Corte. Además , la firma del abad es muy débil
fruto de la debilidad y consecuencia de la enfermedad.
El día catorce de octubre de 1556, ya había fallecido
el abad Juan de Ávila y sus albaceas se dispusieron a llevar a cabo el inventario de bienes, reconocimiento de rentas de los distintos beneficios y la partición de bienes. Estos son los
documentos que completan el legajo 251, desde el folio 223 hasta el 303.
Por último , en el protocolo 211, desde el folio 204 hasta el 209, se encuentra el contrato entre don Juan de Ávila y el escultor
Pedro de Salamanca para realizar el sepulcro de
sus padres en la capilla del monasterio de Santo Tomás de Ávila.
Muy bella
introducción del primer testamento
propia de un hombre culto cristiano
frente a las otras introducciones que son más protocolarias y adpatadas a las creencias cristianas del
abad.
HOMBRE
HUMANISTA Y CRISTIANO
Sus
manifestaciones son rotundas y típicas del humanista, porque en la primera
frase se percibe la condición humana
material del cuerpo cuyo último
destino en la muerte::
“In
nomine Dei Nostri Jesus Christi. Amen.. Cogncoscida cosa es que el hombre es criado y hecho de materias alterables e
corruptibles, que perpetuar no se puede.E ansi por orden natural e por Status univeral de Dios, esta
establecido e ordenado que todo hombre
naturalmente muera, de donde se sigue
qie el morir es muy cierto a los hombres; por esto el día e ora de la muerte es
incierto e no sabido, lo qual, considerando
yo don Juan de Avila, abad de la abadía de la ciudad de Alcalá la Real e administrador
perpetuo de la abadía y monesterio de Nuestra Señora
Santa María de Burgo el Hondo, estando sano
e bueno de salud corporal, que
Nuestro Señor Dios es servido de me dar, y en
todo my juicio y entendimiento natural,
otorgo e conozco por este público instrumento que ordeno mi testamento e
última voluntad, a gloria e honra de Dios Nuestro Señor en la forma e manera
siguiente, lo qual quiero se tenga e
guarde, después de mi fallescimiento, en la distribución de los bienes
temporales de que por la su voluntad de
Dios he gozado e gozo”.
Pero, a su
vez, toda la vida proviene de Dios quye
lo ha creado y ante el que presenta esta
bella confesión :
“Primeramente
confieso que creo y tengo todo lo que cree, tiene y confiesa la Santa Madre Iglesia
Apostólica de Roma baxo de cuya fe católica protesto vivir e morir e moriré e
viviré e con esta fe, encomiendo mi ánima a Dios Padre todopoderoso que la hizo
e crió a su imagen e semejanza, e, a nuestro Señor Jesucristo que la redimió
por su muerte y pasión, al qual suplico me quiera perdonar mis culpas e pecados
e ofensas e contra su divina Magestad he cometido”.
El abad don Juan.
Se muestra
como una persona sencilla, moderada, austera y, rigurosamente, parca y sobria a
través de sus manifestaciones de mandas en las celebraciones funerarias.
A través e
las distintas mandas,donaciones y claúsulas testamentarias, podemos sacar las
conclusiones muy interesantes de las familia, sus legados, sus amigos, su
hacienda y su formación cultural. Nos vamos centrar en los asuntos eferentes a
Alcalá la real, reservando los otros puntos para una publicación provincial.
.
VIVIENDA
DEL ABAD Y FECHA DE SU MARCHA DE LA
ABADÍA
Aunque
estaba relacionado con la abadía por medio de sus provisores, el abad marchó de Alcalá en 1542,
tal como se manifiesta en la partición de bienes realizada a finales de octubre
de 1556.
El abad vivía en la posada y casa
de su provisor Diego Hernández, casa austera y sobria donde dejó los utensilios
tras su marcha.
PARA HONRAS FÚNEBRES, MISAS Y
ENTERRAMIENTO
Su
sepultura se fijó en la iglesia y monetario de Santo Tomás, situado en los
arrabales de Ávila junto con sus casas y huertos, concretamente en la capilla
de su madre doña Juana Velázquez de la
Torre “ en le vaso de piedra que está en la dicha capilla y
cae hazia la parte donde se dize el Evangelio”.
Su memoria
quería que fuera recordada con honras, novena e cabo de año y “ se haga a vista
y determinación de mis testamentarios a los que encargo se haga con moderación
sin pompa del mundo”.
En
concreto, es muy interesante la referencia a las pompas fúnebres de la abadía
de Alcalá la Real ,
porque nos ilustra del boato de la abadía, su personal eclesiástico y la
liturgia de la Iglesia
Mayor de la
Mota “ item mando en la iglesia Mayor de mi Abadía de la
ciudad de Alcalá la Real
me sean hechas e se me hagan mis honras en la manera siguiente. Que un día a
vísperas se llamen todos los clérigos, sacerdotes que en la dicha ciudad de
Alcalá oviere al presente, e se junten en la dicha Iglesia Mayor. e me digan
una vigilia cantada de nueve lecciones y sus vísperas de difuntos , y mando que den a cada uno de
los clérigos que presentes se hallaren
vestidos con sus sobrepellices, medio real de plata o su justo valor, e,
a los que fueren beneficiados en la dicha ciudad, un real a cada uno; e, otro
día luego siguiente, se junten todos los dichos clérigos sacerdotes de la dicha
ciudad en la dicha iglesia, e se diga
una misa cantada de requiem por mi ánima con sus dáconos e subdiáconos, e un respondo asnymismo cantado,
e todos los que de los dichos clérigos
pudiere e quisiere dezir misa este día la digan por mí en la dicha iglesia de requiem; y quiero que den a cada uno de
los clérigos, que presentes se hallaren al oficio de la dicha misa vestidos con
su sobrepelliz, diez maravedíes , e, si
dijere misa, se le dé más de los dichos diez maravedíes, veinte y cinco
maravedís por la misa, y si fuere
beneficiado, déle por que se halle presente diez maravedíes e un real más por
la misa, si la dijere; e mando que, al sacerdote que dijere la misa cantada,
por ser hallar presente e por la dicha misa,
le den los dos reales, e, a los diáconos e subdiáconos por ser vestir a
la dicha misa y estar a ella, y al responso, den cada uno un real; e quiero
que, si todos los clérigos sacerdotes de la dicha ciudad no pudieren decir misa el día que se
celebrare la misa de mis honras, la celebre e diga por mi ánima otro día, luego
siguiente, y se le den veinte y cinco
maravedís por ella, y, si fuere beneficiado, un real según dicho es. E otrosí
mando que a los sacristanes de la dicha Iglesia Mayor de Alcalá se les dé un ducado por el trabajo
que tendrán en tañer a la vigilia y responso de las vísperas y a la misa e
responso de las honras a la mañana, y que mis testamentarios den lo que les
prareciere que es menester para cera e
incienso para las dichas honras, que les encomiendo y encargo que lo hagan
dezir e se digan e hagan dentro del año de mi fallesimiento lo más presto que ser pueda.
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