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domingo, 3 de mayo de 2015

CON MOTIVO DE LA CRUZ, EL COMPÁS DE CONSOLACIÓN Y EL ANTIGUO AYUNTAMIENTO.

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Tras bajarse las Casas de Cabildo a la ciudad desde la fortaleza de la Mota, el barrio de la Tejuela y sus alrededores se convirtieron en el centro neurálgico de la nueva ciudad  alcalaína de siglo de la Ilustración. Se intentaba un nuevo racionalismo en el diseño y en la prestación de servicios públicos, y el Compás de Consolación ocupó el primer paso para un futuro desarrollo urbanístico, social y político. No fueron vanos los intentos de la ubicación del Pilar de la Mora Nueva y de la Fuente de las Azacayas, el Corral del Concejo como aprisco de animales para el Matadero y el Peso Viejo de la Harina en las inmediaciones de la iglesia franciscana, dando nombre este último a la calle que luego se llamó de Juego Pelota y Santo Domingo, en concreto en la segunda mitad del siglo XVI. A lo largo del siglo siguiente, la  terminación de la mayor parte de las obras del convento de Nuestra Señora de Consolación , la presencia de familias  hidalgas y comerciales ( mesoneros, tenderos, sector servicios...) en las calles colindantes  supusieron un nuevo impulso a esta zona céntrica de la piel urbana de la ciudad de la Mota. Para culminar el proceso , el traslado de la Cárcel Pública, las Carnicerías y el Ayuntamiento en la parte baja de la calle Real completó el ciclo de transformar  este recinto urbano en el centro público de Alcalá en detrimento de la Plazas ( Alta y Baja) de la fortaleza. A él confluían  varios viales estructurales de la nueva ciudad, la cardo del Llanillo y  Tejuela; y, por otra parte la decumana del Peso Viejo, y , sobre todo, la Real sin olvidar las colaterales de Utrilla y Toril.  La  razón era muy simple , porque, en 1687, apenas había vecinos en las partes altas de la ciudad y se  solicitó  una  provisión de obras para construir las Casas de Cabildo, la Cárcel Pública y las Carnicerías en el Llano. Pues se ha bajado la población de la Mota al  Llanillo y  sólo quedaba la Iglesia Mayor, las Casas Abaciales, las del Cabildo y tres casas de Caballeros, había necesidad de trasladar los mencionados edificios , por imposibilidad de asistir los vecinos y capitulares, además la Cárcel tenía mucha inseguridad, la incomodidad acceso, y la salubridad y comodidad de nuevas Carnicerías. Se insistía en aprovechar para la fábrica de las nuevas casas, los materiales de los edificios antiguos y buscar un nuevo sitito. Esto tras el informe de peritos, debate de regidores, valoración de medios propios y aprovechamiento de los materiales. Rodrigo de Góngora propuso . para Casas de Ayuntamiento, las de Gonzalo Ramírez de Aguilera, la Cárcel en la esquina de la puerta Villena, en las casas de Alonso de Quesada, y las Carnicerías en las casas de Cristóbal Ramírez en la calle Real; Alonso de Cabrera, propuso el Llanillo para las Carnicerías, “donde hoy se están fabricando” y la Cárcel en calle Real , casa de Pedro Núñez y Casas de Ayuntamiento en la Placeta del Rosario. Para afrontar los gastos se propusieron el rompimiento de las tierras de las Cuevas del Moro y su arrendamiento Barrionuevo, propuso el Llanillo para todos los sitios y arbitrios menos gravosos. Consideraba que es el sitio por donde está la gente trabajadora así de esta ciudad como forasteros acuden a ocuparse a los trabajos y por donde todos los caminantes que vienen del reino de Córdoba a Sevilla y parte del reino de Jaén a la ciudad de Granda, se prevendrían de carne, pescado , pan y demás bastimentos que fuera menester . Al final acuerda que se mantenga actual carnicería y plaza  y no se haga la nueva” que se ha comenzado a hacer con 12,000 reales sin licencia de S. Majestad. Además había decrecido el arrendamiento de roturas por falta de cosechas y pobreza de vecinos.  


            Por eso, no nos extraña que las celebraciones públicas comenzaran  a bajarse a la nueva ciudad, de tal modo que en 1688, se  ordenó que la procesión del Corpus bajara a este contorno “ se hace por la Mota en medio donde se hallan las calles arruinadas, donde se echan muchas inmundicias y que el desconsuelo de los vecinos es universal, viendo que las demás procesiones y en particular las de Semana Santa, en que se presentan los agravios que se hicieron a Cristo nuestro Redentor,  se pide al Abad Mayor que se haga la procesión por la Puerta del Rosario”.
            Aunque,  en 1689, se presentaron las quejas de lo vecinos porque se obligaba por el alcalde mayor a asistir de guardas a la Mota, para que  los presos que estaban retraídos en la iglesia no hicieran fuga, y, en  1690, el abad solicitó que se mantuviese en funcionamiento las Casas del Ayuntamiento  y del Corregidor  y  Cárcel ante el desamparo que estaba la Mota, ya se había trasladado la actividad municipal y judicial a la Casa del Corregidor al llano de la ciudad”.
No es de extrañar que, en 1700, por una orden del marqués de Mejorada y por las quejas del abad de nuevo solicitaran  que el corregidor se fuera a vivir a las Casas de la Mota. Y el corregidor  Juan de Pacheco y Padilla lo hizo, pero “ porque al mismo tiempo vino a esta ciudad el dicho Juan Pacheco y, aunque fuese a parar a las referidas casas de la Mota, las dejó a el segundo día así por si soledad como por la falta de habitación  y distancia en donde se mandó como lo hicieron sus antecesores y, continuando los sucesores  hasta de presente a cuya instancias en conocimiento de lo referido ha sido servido Su Majestad y su Real Consejo  despacharles sus Reales facultades para que de los propios de esta ciudad se le diese a su corregidor sesenta ducados para pagar las Casas, que así ha  habitado  y habitan  en lo público de ella,  en la cual se han celebrado y celebran los cabildos, porque las de su destinación que están en la Mota contiguas la Iglesia se hallan también casi caídas e inhabitables, no habiendo quedado en toda su circunferencia de aquel sitio y Plaza más que dos casas que amenazan conocida ruina y la de la Dignidad Abacial”.      En 1710, lo mismo que acontecía con las Casas del corregidor, ocurrió con las del Ayuntamiento y el primer intento de bajar la Iglesia Mayor Abacial. El rey solicitó información ante la petición del abad Diego Castell de Ros de bajar la iglesia Abacial y se dice que “...la Casas del Ayuntamiento están casi caídas inhabitables y sin uso “  Por eso , se solicitó al rey Felipe V trasladar las Casas de Cabildo a la parte llana de la ciudad. Ya,  en 1711, se habían bajado el archivo, esterado capitular, capilla, altar y la sillería de las Casas del Cabildo a las Casas Nuevas y los cabildos se realizan en la Casa del Corregidor.
                        En       14 de marzo.1711, los regidores solicitaron facultad para hacer unas nuevas Casas de Cabildo,  y  “ para que esta ciudad pueda hacer o comprar Casas de Cabildo por haber faltado las que tenía en el sitio de la Mota por haber  quedado despoblado y arruinado y bajado toda la población al llano de esta ciudad, donde asiste su señoría el corregidor en cuya casa se celebran los cabildos por no haber r otras destinadas allí.     Pero se alquilaron  en la cantidad de 32 ducados las casas de Ana Terrones, situadas en la plaza principal, en  la calle Real , linderas por la parte alta con la de don Fausto de Moya y la baja esquina de la Tejuela y eran propiedad de un vínculo fundado por la susodicha.
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            Hoy día estas casas  pertenecen a José Mesa, y , en otro tiempo , como consta en el acta de  24 de Noviembre de 1711, una vez que todos sus enseres se bajaron de la Mota, se equiparon del siguiente modo: “ el arca y escaparates del Archivo, y juntamente la Sillería que hoy está en estas casas y, así mismo se ha esterado esta Sala de Ayuntamiento y se ha aliñado dicha sillería y el oratorio y retablo de la ciudad, y que todo a tenido de esta doscientos y veinte reales de vellón, como consta el memorial que exhibe”. El memorial  fue presentado por el regidor Gaspar Rodríguez de la Cruz de la siguiente manera:“Memoria del gasto que por mi mano se a hecho en bajar las arcas y escaparates, donde encierran diferentes papeles del archivo de esta ciudad, la sillería, oratorio y  demás ornato de las Casas de Cabildo antiguas y fijarlo en la que hoy nuevamente hacían esterar la Sala Capitular y encerados para la reja o la ventana de dicha Sala”. Se hizo el traslado  por escalonamiento: día veinte de noviembre se bajaron en dos carretas dichas alhajas que hicieron de gasto veinte reales; de seis peones en que concurrieron dicho día diez y seis reales; de un carpintero y un oficial ocho reales por cada día; de un refresco a dicho gente tres reales de vellón, cincuenta y cinco reales en que se ajustó el esterado de la Sala Capitular; por cinco varas de bretaña fina para el encerado de dicha sala , de cinta encarnada para dicho encerado dos reales, de tachuelas  5 onzas, de un pie de yerro para igualar otro que tenía la tabla en que se mantiene la tabla del altar y dicho oratorio dos reales, suma doscientos cincuenta reales de vellón. Las partidas de esta memoria importaron 242  reales ( salvo error). en  1715, . Se concedió una libranza por el acuerdo del Cabildo del cinco de febrero : “Están hechos cuatro escaños de madera de nogal y los hierros y el terciopelo con los escudos de armas y los demás clavos, todo comprado y faltan pertenecerlos el galán de oro, tachuelas, lienzo crudo para forrarlos y lana para los aditamentos, y así mismo, un bufete con dos gavetas , en que se escriban y se pongan los papeles de escribanos de cabildo en él y una sobremesa para dicho bufete de tafetán doble de damasco y otra para el bufete de la ciudad, también de galoneados y forrados de holandilla” En 26 de junio del mismo año Juan Ramírez del Postigo presentó unas nuevas cuentas sobre los escaños que se compraron a los comerciantes de Granada Nicolás Pacheco y  Jerónimo de Huélamo, lo que es muy ilustrativo para la reforma decorativa del nuevo ayuntamiento: se  pagó ciento treinta reales para trece onzas de galón de oro que guarnecieran los  escaños a José de Villadadellas;  otros ciento catorce para diecinueve onzas de galón de plata para la sobremesa, cuatrocientos sesenta y dos para el damasco carmesí, sesenta y siete reales para  cuatro arrobas y media de la borra de los asientos de escaños, treinta reales para 3.000 tachuelas de carda para los escaños. De otra cuenta de Veldrique y Juan Delgado : dieciséis varas  de lienzo crudo forrado (64 reales), cinco varas de ballesta encarnada para espalderas (40 reales), la mano de obra de Manuel de Álamo y su hijo en forrar envolver los escaños en lienzo y bayeta( 60 y 150 reales), hacer la felpa, jalonamientos y formaletes a Juan de Oliva (36 reales),  hilo y seda ( 18 reales), otras 3.000 tachuelas( 45 reales), 170 enrejados dorados y labrados, bufete con herraje de nogal, cuya tabla fue ejecutada por Manuel de Álamo para el escribano  donde se sienta ( 230 reales) y el bufete donde sienta la ciudad 130 reales. Todos los gastos importaron 1.623 reales.      
            En 1719, de nuevo se e arreglaron las casas alquiladas del Ayuntamiento que pertenecía n al patronato de Francisco de Tapia. Hablaremos de otros enseres y fiestas de este ayuntamiento como lugar de centro y plaza de la ciudad  así como sus fiestas en el próximo número.
FELICES FIESTAS DE LA CRUZ
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