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viernes, 26 de julio de 2024

EN EL DISANTO DE SANTA ANA.

                                                             Calendario

 






Es interesante partir de la reglamentación de fiestas establecidas en las ordenanzas recopiladas del año 1751 y en las que el Cabildo tenía obligación de asistir a la función de Iglesia de la mañana y la procesión de la tarde. Allí, aparecen las siguientes fiestas de la Tabla, que fueron despachadas y decretadas por el Real y Supremo Consejo de Castilla. Si nos referim os al 26 de noviembre, era inamovible,  e
l día veinticinco cuando se  acudía , tras  la fiesta de Santiago. celebraba su fiesta en la Iglesia Mayor de Alcalá la Real.  En las Consituciones del abad de Moya, se ten´kia por norma que, tras el día veintidós cuando se celebraba la fiesta de santa María Magdalena y  el veinticinco el apóstol Santiago, el veintiséis era el de la Señora Santa Ana. Se celebraba en toda la abadía  por Breve de Gregorio XV.

LA FESTIVIDAD DE SANTA ANA (Segunda parte siglos XVIII y XIX)

 

A principios de siglo XVIII se conserva la devoción a varios  patronos de la ciudad de Alcalá la Real , como son Santo Domingo de Silos, San Blas, y además nace el de la Virgen de las Mercedes. Como es lógico, se mantiene  el  de la Señora Santa Ana  y además aparecen algunos aspectos inéditos relacionados con su advocación,  atribuyéndoles la protección de los alumbramientos y los partos. Hay noticias de ello en el año 17O7 con motivo del alumbramiento de la Reina. Por aquel tiempo, era una preocupación de la sociedad encomendarse a diversas santas y a las distintas advocaciones de María en el momento del parto y durante el embarazo, porque el índice de mortandad tanto para la madre como para los hijos era muy elevado. En concreto, en nuestra localidad se va extender la rogativa con motivo del embarazo en torno a los seis meses para dedicarla a la salud de las reinas. También, se hacía en el momento del parto y, posteriormente, se celebraban fiestas con el nacimiento del infante real. Así, el siete de febrero se recibe la noticia  del embarazo de la reina y el corregidor Marqués de Gandul comunica la carta del Presidente del Consejo de Castilla a los regidores y jurados. Todos acuerdan que se hagan públicas y secretas rogativas  :

para que se logre el suceso feliz de su deseado alumbramiento y que se hagan demostraciones de alegrías que se pudieren.


Para ello, especifican los actos con una serie de acuerdos. Como muestra de anuncio y publicación de las fiestas, se hacían  luminarias, que eran hogueras que solían encenderse en los distintos sitios señalados de la ciudad, el castillo de la Mota, las Casas de Cabildo, por este tiempo, en la calle Real, y en algunas casas de vecinos. Las encendían durante tres noches repetidas en cuanto se produjera la noticia del parto. En la Iglesia Mayor, de acuerdo con el señor abad por medio de dos comisarios se celebraba una función de iglesia, en la que acudían todo el clero de la ciudad- beneficiados, capellanes, curas y frailes de los distintos conventos-. Y  los más interesante, se dedicaban a la Señora Santa Ana, porque , según aducían :

Y sabiendo que, por especial protección, que asiste en Santa Ana, patrona de esta ciudad, para el alumbramiento de las mujeres preñadas, como se ha experimentado y  para que conciban, desde luego  esta ciudad se le dedique y consagre fiesta para el fin del feliz alumbramiento deseado de Nra. Sra la Reina.

El corregidor previene con cualquier incidencia , porque, la Señora Santa Ana reside en su  Iglesia que dista a media legua de esta ciudad, y los munícipes estaban obligados a en el momento que se cumpliera el dicho acontecimiento a acudir a la fiesta obligada, al mismo tiempo que participaría el Ayuntamiento con el abono de los gastos- cera, misa, ministriles, capilla de música- con los fondo de los bienes propios.[1]

 

Como fiesta ordinaria era de obligado cumplimiento del cabildo municipal que acudía a la Iglesia Mayor Abacial o a la coadjutriz de San Juan, invitada por la ciudad. La Señora de Santa Ana solía venir a la ciudad a finales del mes de  mayo o principios de junio, cuando se hacía ordinariamente sin ninguna intención de rogativa, por el Domingo de la Trinidad y para la fiesta del Corpus. Su organización dependía de la Iglesia Abacial en la persona del Abad que invitaba al Cabildo para que la acompañara desde la Iglesia de la Veracruz, donde hacía su primera estación, tal como se manifiesta en el acuerdo del seis de Junio de 1716. La ausencia de los munícipes se sancionaba con una pena de cuatro ducados que se inscribía en el libro de Penas de Cámara, que se distribuía mitad para la Cámara del Rey y la otra mitad para la cera de Nuestra Señora Santa Ana.[2]

Pronto compartía el patronazgo con la Virgen de las Mercedes, como se pone de manifiesto en el año 1730, recogidas con estas palabras " y teniendo esta ciudad por su especial abogada y copatrona de la Reina de los Ángeles,  con el referido título de las Mercedes, a Su Sra Santa Ana, sita en la Iglesia extramuros de ella, y por cuya intercesión a experimentado siempre seguro consuelo en la propia urgencia y otras muchas contagio de que por la misericordia  de Dios se a conservado libre; acordó asimismo con segura confianza y fervorosa devoción , se traiga de su dicha Iglesia a su COPATRONA SRA.STA. ANA a la referida Santa Iglesia Mayor  por COINTERCESORA  con su hija NRA SRA.[3]


Por esto, no era de extrañar que en la inauguración de las nuevas Casas de Cabildo se labrasen dos pequeñas hornacinas que franquean el balcón central con las imágenes de la Virgen de las Mercedes y de Nuestra Abuela Santa Ana, cuyo mantenimiento de luces, a expensas de aceite de torcida, lo llevaban a cabo los porteros. El propio corregidor Oruña, que tanto se esforzé en que se construyera el actual ayuntamiento, recayó enfermo en el año 1735 y , en el cabildo del veinte agosto, se llevó a cabo una rgoativa tanto porque no había afectado la peste a Alcalá  como por el restablecimiento de su enfermedad.

En el año 1750, por el mes de octubre, debieron abundar las lluvias y tormentas y se recoge este acuerdo:

La ciudad teniendo presente que a su solicitud el señor Gobernador de esta Abadía mandó de traer la imagen de la señora Santa Ana, compatrona titular y de especialísima devoción de todos los vecinos, y , con el motivo de que su intercesión conseguir la divina clemencia  en el conflicto de los temporales y contribuir a la salud pública y frutos dela tierra, acordó se haga la fiesta de la concordia a dicha imagen y, para ello, solicita por el señor don Manuel de Lastres el señalamiento del día de acuerdo con el señor gobernador, librando de luego los gastos y, en semejante forma, sean regulares y precisos y del cargo de la ciudad con decreto del cabildo.[4]

Volvió a repetirse por el mes de mayo la venida de Santa Ana en el año 1751 con el fin de realizar una rogativa junto a la Virgen de las Mercedes , parte la iniciativa  en este caso del corregidor por ser  una rogativa acostumbrada en los casos de necesidad referidos a unas providencias reales sobre beneficios económicos y la ciudad acordó que se realizase lo más prontos posible.[5] En el día  seis de junio del mismo año, se fija la fecha y se obligaron los cabildos para la fiesta del siete junio, porque, al parecer, existían desavenencias entre el corregidor, alcalde mayor, la ciudad y el cabildo eclesiástico.

 

En el año 1757, con motivo de una plaga de la langosta, los comisarios Manuel de Lastres y Pedro de Góngora, solicitaronn al gobernador que se trajera  su imagen , haciéndose la fiesta en el convento de la Trinidad con misa cantada y participación de la música[6]. Este mismo años se llevó a cabo una rogativa a la Virgen de las Angustias, que también era patrona reciente de la ciudad, y a Santa Ana con motivo de la enfermedad del Rey.

 

A finales del siglo dieciocho, se acabó con la tradición de traer la patrona Santa Ana a Alcalá la Real por desavenencias entre los beneficiados de las dos parroquias ( ver Historia de la Abadía sobre 1781.)

Ya no volverán a realizarse rogativas conjuntas ni hay noticias de que de nuevo acuda a la iglesia Mayor Abacial, o, posteriormente a la Iglesia de Consolación. Su culto quedó reducido a la  iglesia de Santa Ana, y con un capellán dedicado a ello, y posteriormente, relacionado con la creación de la Parroquia a su fiesta patronal, que se conmemora hasta hoy gracias a las buenas gestiones de la hermandad.

 

 



[1] Libro de actas de cabildo del 1707, día siete de febrero. La cara de don Francisco de Quincoces, presidente del Consejo de Castilla era del día uno del mismo mes.

[2] AMAR. Cabildo del seis de junio de 1716. El Alcalde Mayor trasladaba la noticia dada por el presbítero don Antonio de Contreras con orden del señor Abad para que asista el Cabildo por la tarde al traslado de la imagen Santa Ana desde la iglesia de la Veracruz hasta la Mota. El alcalde le fija la hora de las seis de la tarde y el mandamiento de asistencia

[3]AMAR. Cabildo del veinticuatro de mayo de 1730

[4]AMAR. Acta de cabildo del cinco de octubre de 1750.

[5] AMAR. Acta de Cabildo veinticinco de mayo de 1751. Son comisarios José de Estrada y Juan de Tapia y la rogativa se hace por la salud pública  con las imágenes de ambas patronas,

[6] AMAR. Acta del cabildo del cuatro de junio de 1757.


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