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jueves, 18 de julio de 2024

Corregidores de la cuarta década de Carlos I, en el corregimiento tripartito de Alcalá, Loja y Alhama

 Corregidores de la cuarta década de Carlos I, en el corregimiento tripartito de Alcalá, Loja y Alhama 

Francisco Martín Rosales Académico Nuestra Señora Angustias. Granada 






    El estudio del corregimiento tripartito de Alcalá la Real, Loja y Alhama suele presentar unas nuevas características durante el periodo comprendido entre 1530 y 1540. Se mantiene la territorialidad de estas tres ciudades, tras los años de la interrupción de principios de siglo cuando en Loja se mantuvo la presencia del Gran Capitán en el gobierno de Loja. La vivienda, sueldo, miembros del corregimiento (alcalde mayor en cada una de las tres ciudades, teniente corregidor, alguaciles mayores y menores) se muestran a la manera de la década anterior sin cambiar de lugar ni organigrama. Durante este periodo, el corregidor, por su parte, solía vivir en una casa alquilada también, a quien se le disponía en perfectas condiciones (chimenea y escalera). Es digno de destacar la importancia de algunos cargos que poco a poco van a ir decayendo con el paso del tiempo. Entre ellos, la figura del síndico-personero, a quien se le arreglaba y adecuaba casa para que ejerciera sus funciones. En 1532 lo fue Luis González Hormicedo y después Pedro Ramos. Sin embargo, en cuanto la temporalidad: se rompe la dinámica de un año y, a lo máximo, una prórroga de tres años que prolonga el mandato casi diez años con Hernán Pérez de Torres. Fue un caso especial, en el que influyó ser cuñado de Francisco de los Cobo. En la carrera política, no hemos podido constatar el paso por diversas ciudades hasta llegar a Alcalá la Real y su ascenso a ciudades más importantes con representación en Cortes. Tan solo, se constata un caso de un pesquisidor que acaba en tierras mejicanas. En cuanto el extracto social de los corregidores, son de capa y espada, asistidos por los letrados importantes granadinos y castellanos. Su nivel cultural manifiesta ser personas relacionadas con los oficios de jurados, escribanos y abogados en otras ciudades, aunque hay una tendencia a nombrar a los corregidores en compensación por los servicios prestados en campañas militares, asuntos políticos de la corte, defendiendo al rey en la Cortes, o por simples lazos familiares con los validos el rey o nobles cercanos a la Corona. Predominan los nombramientos de titulados, bachilleres o licenciados, en las alcaldías mayores. No obstante, muchas veces se encubrían títulos como el caso de Cristóbal de Torrijos, en 1516, alcalde mayor de Loja, que se hizo pasar de licenciado y no tenía ningún estudio ni conocimientos de Latín, cuando la titulación máxima eran los diez años de estudio general en la Facultad de Leyes y Cánones. A pesar de esto, la Chancillería lo reconoce apto para el título. Su procedencia se relaciona con la Chancillería y la corte de Granada y la de Valladolid. Se denota que los primeros años debieron tener gran importancia la corte en Granada y muchos de ellos son de familias granadinas. Más tarde, proceden de otros lugares y están relacionados con el resto de España. Los abogados también provenían de estos lugares, sobre todo, los alcaldes mayores. No obstante, hay, a veces la tendencia de nombrar algunos tenientes de corregidor del mismo corregimiento, cambiándolos de reino e, incluso, de la misma localidad con el fin de aliarse la Corona con el pueblo llano. 


En cuanto a las sustituciones, casi siempre recaían en el alcalde mayor, que ejercía de teniente corregidor. No obstante, en varias ocasiones, nombraba a algunos regidores de prestigio que disfrutaban de beneficios, preeminencias y ejercía la jurisdicción civil y criminal, delegadas por el corregidor con remuneraciones del corregidor y otros cargos. La ciudad fijaba un sueldo fijo dentro de sus bienes propios, destinado al salario del corregidor. Lo mismo sucedía con el alcalde mayor en las cantidades más bajas, y a los restantes cargos de alguaciles, escribanos, guardas, alcaldes ordinarios se les remuneraba en razón de los servicios y días empleados. El corregidor tenía beneficios de las tres ciudades y, en su ausencia, el teniente corregidor o corregidor interino recibía las remuneraciones en razón de los días de suplencias que se les desquitaba al corregidor. Al sueldo de corregidor, se le añadían algunos beneficios conforme avanzan los siglos. 

    En cuanto al juicio de residencia, al finalizar el mandato el corregidor, se le sometía a un juicio de residencia que presenta varias modalidades. Al principio, el corregidor que le sustituía llevaba a cabo la correspondiente investigación de todas las actuaciones, de los oficiales, y del cabildo, atendiendo a las apelaciones, denuncias y acusaciones por parte de los vecinos. Tras un tiempo determinado, abiertos los autos de procesamientos, se permitía la defensa de todas las acusaciones, finalizando con la sentencia y el fallo del juez de residencia. Con el paso del tiempo, suele enviarse un juez de residencia especial en el ínterin de la llegada del nuevo corregidor, al que le corresponde la función de residencia. El juez de residencia asumía durante este interregno dos funciones: -la residencia o juicio de toda la labor de gobierno del corregidor, oficiales a su cargo (alcalde mayor, alguaciles, guardas...) y del cabildo (regidores y jurados). -el ejercicio temporal del gobierno de la ciudad con todas las facultades. Hay diversos tipos de jueces de residencia. El más común suele ser el que investiga el mandato de un corregidor, los hay quienes investigaban periodos amplios como a finales de siglo Zarco de Morales en Alcalá la Real, y los hay de aspectos específicos como jueces de tierras, de veredas, de términos o de rentas. Todos ellos solían ser enviados por el Rey y se acompañaban de un escribano, y, a veces, de un receptor de cuentas que cobraba todos los cargos que recaían sobre los acusados. Las sanciones solían ser económicas basadas en penas de cámara y en restituciones de la situación anterior y devolución de lo mal gestionado. Llevaba a cabo la investigación de las cuentas de propios, arbitrios, libramientos, resoluciones y decretos del corregidor y acuerdos del cabildo. 

    En cuanto a las relaciones con otros corregimientos, era uno de los puntos más debatidos a lo largo de la vida del corregimiento, debido, sobre todo, al estar rodeado por los reinos de Jaén, Granada y Córdoba y el Marquesado de Priego, al mismo tiempo que las Capitanías Generales de la Costa, de Andalucía y la de Granada. Además. Los repartimientos territoriales de la hacienda también dieron lugar a diversos enfrentamientos entre los distintos corregimientos. La relación se mantuvo inter pares en muchas situaciones en las que los corregidores fueron simples transmisores de órdenes superiores de alistamientos, abastecimientos, alguna que otra inspección recaudadora. En cuanto a las relaciones con otros estamentos, la que se ofrecía a mayor número de litigios era con el cabildo municipal, muy frecuente en esta década con el tema de la rotura y usurpación de tierras.

 Pero también lo había con el abad y la iglesia, porque la ciudad de Alcalá la Real tenía una abadía de nombramiento real. Esto daba lugar a una serie de relaciones con el corregidor y su alcalde mayor. En primer lugar, quedaba perfectamente delimitada la jurisdicción de los dos poderes, ya que se consideraba al municipio con dos poderes el civil representado por el cabildo y el corregimiento y el eclesiástico, representado por el abad. De ahí que no podía intervenir en la administración judicial, económica y en la vida religiosa de la abadía. Sin embargo, fueron muchos los actos de tipo protocolario en los que los dos estamentos solían converger entre los que destacamos: proclamaciones de Reyes, rogativas por acontecimientos nacionales (tratados de paz y celebraciones de batallas) y de la familia real (casamientos, partos, nacimientos y exequias ), fiestas de rogativas por motivos económicos, fiestas ordinarias de la ciudad y extraordinarias ordenadas por la Corona, donativos, impuestos y contribuciones extraordinarias de la Corona. No solían ser muy conflictivas las relaciones entre los dos miembros de la Corona y los miembros de la Abadía. 

Hernán Pérez de Torres 

En julio de 1529, se encontraba ya en Alcalá la Real y recibió una cédula real, por la que la reina comunicaba a la ciudad la liga y confederación entre el emperador Carlos, el rey de Hungría y Bohemia y el Papa en defensa de cualquier invasión enemiga. Fueron sus alcaldes mayores y teniente de corregidor de Alcalá Luis Solano entre 1530 y 1536 y en 1538 el licenciado Meneses. Aunque se le fue prorrogando el corregimiento durante casi diez años, recibió la visita anual de varios pesquisidores y sus correspondientes alcaldes mayores y tenientes de corregidor que le hicieron el correspondiente juicio de residencia. Desde noviembre de 1530 hasta el mismo año de 1531 no debió permanecer en la ciudad, pues su alcalde mayor Luis Solano cobró todo el salario en la cantidad de 25.000 maravedís que era la paga oficial. En noviembre de 1532 se ausentó también el corregidor de la ciudad y le sustituyó Luis Solano. Gobernación En el día dos de agosto del 1529 llevó a cabo personalmente la visita de las veredas, caminos reales y cañadas junto con los miembros comisionados a tal fin, el regidor Pedro de Pineda y Luis Méndez de Aranda, el jurado Juan Guillén, el síndico Pedro Ramos y el personero Juan López Solano con el escribano Antonio Blázquez. Esta no se había realizado desde el corregimiento de Anaya, hacía 30 años, cuando señaló las veredas en un libro que sirvió de base para el que redactó este corregidor. No debió estar la situación muy clara, pues muchos vecinos no sabían por dónde pasaban las veredas. Habían surgido muchos conflictos entre ellos y se habían adentrado en terrenos baldíos y en muchos caminos e impedía la labor de la ganadería y el pasto de los ganados hasta tal punto que ay tanto desorden que no ay por donde pastar ninguna manada de ganado. Centraron su visita por la zona norte del municipio de Alcalá la Real, concretamente hicieron una primera etapa en la parte de la Mata y Charilla, posteriormente en la Ribera y Frailes para pasar posteriormente a la Rábita, Hortichuela y Majalcorón. Nos muestran unas tierras que están en manos de los miembros del cabildo y de los descendientes de los conquistadores; la familia de los Aranda, Cabrera, Arjona, Pineda, Rodríguez de Padilla, Sánchez de la Hinojosa, Aparicio López de Moya Fernández de Alcaraz, Guillén, Gadea, o muchos conflictos entre ellos y se habían adentrado en terrenos baldíos y en muchos caminos e impedía la labor de la ganadería y el pasto de los ganados hasta tal punto que ay tanto desorden que no ay por donde pastar ninguna manada de ganado. Centraron su visita por la zona norte del municipio de Alcalá la Real, concretamente hicieron una primera etapa en la parte de la Mata y Charilla, posteriormente en la Ribera y Frailes para pasar posteriormente a la Rábita, Hortichuela y Majalcorón. Nos muestran unas tierras que están en manos de los miembros del cabildo y de los descendientes de los conquistadores; la familia de los Aranda, Cabrera, Arjona, Pineda, Rodríguez de Padilla, Sánchez de la Hinojosa, Aparicio López de Moya Fernández de Alcaraz, Guillén, Gadea, 396 Juan Vásquez, Cristóbal Gallego, Leonor Ortiz, Montiel, Castillo, Hernández Colomo, Serrano. Montijano, Vílchez, Ramírez de Solana, Martín Carrillo y el jurado Muñoz y algunas capellanías fundadas en los territorios de estos señores. Algunas familias relacionadas con los puestos burocráticos comienzan a aparecer como el licenciado Cerrato, o Francisco Horta, vecinos de Granada. La procedencia de los apellidos suele ser de Jaén, Córdoba, Burgos, Soria, Jerez y Toledo. El paisaje se caracteriza por tierras de cereales, entremezcladas por arbolado de quejigos, frenos, álamos y encinas y monte bajo-coscojares, cañaverales y algún que otro riego de huerta. Aparecen algunos cortijos en el recorrido (el del jurado Muñoz), alguno que otro caído, abundan los pajares, algunos molinos como el de Cabrera, dehesas (Charilla y Rábita) fuentes, pozos, abrevaderos y aguaderos de ganado. Las fuentes principales eran la Fontanilla, cercana a la ciudad, Fresneda, Sabuco, Blanquilla, Mármoles en la Rábita, Fontanar y Fuente Álamo. Se aprecia la diferencia entre la zona de los villares con la de los cortijos. La ciudad poseía un tejar por la zona de Charilla. Distingue las hazas y las nuevas rozas de tierras. Las comunicaciones principales eran los caminos de Priego, el nuevo y el viejo, el de Baena, el de Cabra, el de la Rábita, el de Frailes, el de Huescar, el de Colomera y el del Castillo, Ya existía el portillo Cerrado y el cerro del Batán. Las principales dificultades las encontraron en dirimir las tierras apropiadas, que generalmente lo habían sido por las familias de la oligarquía local amparándose en los cargos municipales y en el poder económico (Damián de Figueroa, Francisco Martínez de Jaén y Bartolomé Guillén). Nos describe la existencia de la Fuente Nueva de los Álamos de la siguiente manera: hágase otro mojón en el haza de Pedro de Pineda y otro en la haza de Hernando de Aranda y en el cabo desta haza se hizo otro mojón, que alinda junto al ejido de la Fuente Nueva, y queda por exido desde este mojón del camino do quedó una piedra grande hasta el arroyo y ay desde este mojón mirando hasta la Fuente Nueva de exido; y eras concejiles cinco cuerda y un estadal hasta el camino del Pilar y en cada curda diez estadales luego por la vereda hacia el Guadalcotón arriba a la Pasada Baena. En 1529 y 1530 se alegó esterilidad de los campos por algunos labradores, entre ellos Cristóbal de Horma y Juan Peláez, que entraron en pleito con la ciudad por no poder hacer frente a los contratos de arrendamiento. También, en 1531, volvió a reproducirse una gran sequía con mayor crudeza hasta tal punto que la ciudad se vio obligada a condonar la renta de los cortijos de propios y, además, a esperar las cantidades prestadas del trigo de su pósito a los agricultores para poder sembrar. Entre ellos, el de la Cabeza del Carnero, Fuente de la Piedra, Acequia Alta, y Baja, Encina Hermosa, Martínez del Salto y Gómez García de Valenzuela que estaban arrendados a razón de pan terciado que suponía un tercio de trigo y cebada de lo sembrado. En el caso del primero, aportaba a la ciudad la cantidad de 130 fanegas y quedó reducido a 30 fanegas. Los labradores y arrendadores de estos cortijos y los de los caballeros proceden de este tiempo y hay que mencionar las familias de Diego Hernández Torrevejano, Bartolomé Sánchez de Huelte, Juan López de Mejorada, Martín Ruiz de las Higueras, Bartolomé del Castillo y Martín Cantarero en Acequia, son los que se suelen transmitir de generación en generación los contratos y usufructo de arrendamiento. Se divide la tierra en hazas, en cortijos, matizando los nuevos como el Medianil, y en villares como el del Juanil. Durante los años de este corregimiento abundaron las ordenanzas relativas a defenderlas tierras comunales y de propios. Una de las primeras, fue realizada a principios deenero de 1530 que afectaba a las chozas y corrales de ganado. (5-74) En 1531, tuvo lugar una de ellas y en mes de agosto se le completó el salario que se hizo con la pesquisa al licenciado Cristóbal Muro de Ávalos, acompañado del alcalde mayor Pedro de Ávalos cobrando 5.707 mas (13-10-1531).Por una visita de términos que se pagó en octubre de 1531, se sabe que fue su alcalde mayor el bachiller García de Ávalos. Nuevos cortijos comenzaron a surgir en el extenso terreno alcalaíno. Uno de ellos de Gonzalo Caballero ya existía en los parajes de Cornicabra por el año 1531. En 1532, de nuevo se volvieron a repetir los préstamos de trigo y debió existir algún conflicto con la población, porque el trigo, que se prestó, era malo y no lo quería la población, y hubo que esperar a la devolución hasta el año 1533. En este año se volvieron a repetir las esperas de devolución y de las rentas de los cortijos, que eran sufragadas mientras tanto por el mayordomo. Esto obligó a que se repartieran a las panaderías de la ciudad 50 fanegas a razón de 3 reales cada fanega en el mes de abril y mayo. En junio de 1533 y octubre del año 1534, el corregidor estaba presente en Alcalá y llevó a cabo junto con los diputados de las cuentas, Alonso de Cabrera y el jurado Juan Guillén, su aprobación junto con el mayordomo Antón de Medina. Unos casos que se repetían eran los relacionados con las tierras, entre los que destacaba el año 1532 con el doctor de la Torre por una merced que se le había otorgado y la ciudad entró en pleito, cuyo relator era el bachiller Salazar y en 1534 Juan Velázquez. La ciudad inició un contencioso con los escribanos del Cabildo. Entre el año 1537 y 1539 el síndico inició una prolífica actividad de recuperación de tierras invadidas por los propietarios que lindaban con tierras comunales, de propios y los descansaderos y aguaderos de animales. Ocupaba dicho cargo el síndico Pedro Ramos y tuvo su repercusión en las tierras cercanas a los arroyos como el del Carrizal. De este último lugar un pleito con Rodrigo Villén que había usurpado doce fanegas y fue condenado a restituirlas y pagar una multa de 9.500 maravedís. Obras De este tiempo data la construcción de la Torre Nueva, que solía estar cubierta y , en su interior había varias habitaciones. Por varios cargos dados al cerrajero Pedro Vázquez y al retejador Alonso de Arjona se confirma su presencia en el año 1530, así como la de los alarifes Alonso de Martos y maestro Pedro Ramos en 1539 para adecuarla a cárcel pública (pago de 20.000 maravedís) con la construcción de una habitación que se describe de la siguiente manera: "Obra que fizo en la parte alta de la bóveda de la torre nueva, donde se fizo la dicha cárcel” (cargo 24-setiembre-1538)" incluso varias ventanas con rejas daban a su exterior. Incluso, sus alrededores se embellecieron empedrándose su entrada. Entre las fuentes destacaba la Fuente Beber donde en este tiempo eran el empedrador Pablo García y Francisco de Avendaño. En la ciudad intervenía un Florentín, yerno de Juan Muñoz, el herrero, que probablemente intervendría en la Fuente de los Álamos ya que recibió un pago por valor de dos mil maravedís, distinto al Jacobo Florentino al que se le ha atribuido dicha fuente. Las casas de cabildo ya aparecían en el lugar de la fortaleza de la Mota, que estaban actualmente construidas, y era obligación de la ciudad arreglarlas y retejarlas, así como la torre del Farol. En las primeras, tuvieron lugar algunas obras de remodelación en el pilar que estaba junto a ellas. Estaban cubiertas con un armazón de madera yy reforzadaspor una serie de tirantes de madera y se componían de dos pisos( el segundo se llamaba cuarto más alto). Por su parte, el pósito se solía instalar en las casas de la Cofradía de la Caridad, por las que se pagaba un alquiler. Ya comenzaban unas nuevas tiendas en la plaza de la ciudad. La Fuente de la Tejuela ocupaba una parte importante de la ciudad que nacía en el valle de la nueva ciudad y era arreglada por Diego Martínez Izquierdo en el año 1535. No era la única fuente, sino que la Fuente de la Mora jugaba un gran papel, a la que contribuía el cabildo con su arreglo junto con el sistema colateral como las Azacayas que eran limpiadas para un mejor aprovechamiento. Las comunicaciones con otras poblaciones comenzaron a mejorar su calzada y los puentes que salvaban los escollos de su recorrido; entre ellos, hay que destacar los de Puertollano, en los que intervino Diego Martínez Izquierdo en el año 1534. Justicia La ciudad, al estar exenta de imposiciones, tuvo que llevar a cabo defensa de sus privilegios motivados por los particulares que sufrían diversos pleitos en las ciudades donde no se les reconocían que Alcalá estaba eximida de cualquier tipo de imposición de alcabalas. Pará ello, mantuvo servicios jurídicos en la Chancillería de Granada y en la Corte. El procurador fue Juan Ruiz de Soria que defendió a la ciudad en varios pleitos. En 1531 y 1532, Alcalá consiguió la confirmación de las ejecutorias de exención de cualquier tipo de imposición real por los señores presidente y Oidores de la Chancillería Real de Granada. En 25 de enero de 1529 y en mayo de 1530, hubo necesidad de que las arcas de los archivos se abrieran por el corregidor y los regidores de la ciudad. En la primera fecha se realizó un inventario de los documentos de la ciudad con la presencia del propio corregidor y de los regidores Pedro de Pineda y Juan de Aranda. En la segunda por varios pleitos, entre ellos, el de Madrigal, con el que se tenía un contencioso en la ciudad de Granada, defendido por el licenciado Cerrato, acerca del permiso de abrir unos solares de propios concedidos por los Reyes Católicos para edificar una casa de mujeres del mundo.

 



Relaciones con otros corregimientos 

La ciudad comienza a tener pleitos de jurisdicción, por los que se veía implicada, principalmente, con la llegada de ejecutores de Jaén en 1532. Defendían a la ciudad en Granada los licenciados Cerrato y Sánchez en Granada y el procurador Juan Ruiz de Soria, a quienes se les pagaba en ocasiones con el trigo de la producción de sus cortijos. Pero los asuntos más frecuentes eran los relacionados con la franqueza y exención de la ciudad, por los que tenía acudir a la Chancillería de Granada en defensa de los vecinos, enviando algún que otro regidor. El origen de las ciudades en las que estos se veían inmiscuidos demuestra la red comercial de la ciudad: Granada, Castro del Río, y Coria. Sobre todo, tuvo gran incidencia el pleito de privilegio con los ejecutores de la ciudad de Jaén, entre ellos Diego de Ávila, en el que intervinieron el jurado Juan de Aranda por esta ciudad y el regidor Hernando de Aranda en la Corte junto con la labor del doctor de la Torre y el licenciado Cerrato en la Chancillería de Granada, por estar enfrentados con el corregidor de Jaén y por lo que se recibió una aprobación del privilegio en el mes de febrero del año 1534. Relacionado con lo anterior, también fueron muchos los viajes y los mensajeros que debieron ocasionar grandes gastos en un asunto importantísimo, como fue el pleito por el pago de las alcabalas, para la pervivencia económica de la comarca hasta tal punto que hubo que realizar un préstamo entre dos vecinos Cristóbal Ruiz de Lara y Diego Hernández Aragonés. Esto afectó, sobre todo, a la reventa del vino que ya era una fuente económica decisiva para los moradores de Alcalá. La labor normativa del Corregidor La labor normativa de la ciudad tuvo un gran desarrollo con este corregidor. En varias ordenanzas se plasmó la preocupación por la conservación de los montes. Así, el doce de mayo se publicaba una, referida a la prohibición de entrar el ganado en las cuevas y peñas del paraje de Monte el Rey desde el día de san Juan hasta el día de Todos los Santos. El dieciocho de agosto, se regulaba el coto de las viñas del Castillo de Locubín y un año después, el tres de mayo, se impedían que los vecinos del Castillo de Locubín sacaran leña para venderla en Alcaudete ni en otra cualquier parte. En el año 1535, tuvo lugar una nueva ordenanza por la se permitía que el ganado pudiera entrar en los rastrojos (16-7). En 31 de diciembre de 1536, legisló que no se 402 Corregidores de la cuarta década de Carlos I, en el corregimiento tripartito pesaran por los cortadores las carnes de vaca y machos juntas sopena de 1.000 maravedís. El pescado se regularizó mediante una ordenanza por la que se obliga a quitar al pescado cola, cala y hocico tanto al seco como al remozado sopena de 600 maravedís (24-3-536) y en mayo del mismo año se impidió la venta de tocinos fuera de aquellos establecimientos. En el año 1537 (12 de octubre de 1537) se reguló la actividad de los tinajeros para evitar el fraude en pegar las tinajas mediante una ordenanza que obligaba a la justicia y a los diputadores regidores a estar presentes en esta operación. También se publicó otra sobre las reses vacunas (30-9153). También se reguló la actividad comercial de venteros y mesoneros sobre la paga de la cebada y la venta de vinos, prohibiéndoles vender los dos en lugar de uno y estableciéndoles aranceles (8-11-1538). El abastecimiento era una de las preocupaciones de la ciudad, así como el mejorar la calidad y el precio de los productos. Se envía a varios mensajeros y a pregonarlo en los pueblos de la comarca tanto el de Alcalá como el del Castillo. La carne, el jabón y el aceite eran productos básicos que solían comprarse de los pueblos comarcanos. El del pescado se consultó enviando en 1534 varios mensajeros a los pueblos de la comarca. Abades La formación religiosa se llevaba con la llegada de las ordenes que nacían por el momento. La ausencia de clérigos que pudieran ejercer la labor de predicación se suplía con los frailes. En 1532, ocupó la cátedra eclesiástica durante todo el año la Pascua de Resurrección pagando el cabildo 3.700 maravedís, y también hay datos sobre la llegada de fray Reginaldo en 1534 que se mantuvo desde la fiesta de Adviento hasta las festividades religiosas solían alterarse con acontecimientos extraordinarios, como las dedicadas a celebrar acontecimientos de alumbramiento de la Emperatriz, en la que la plaza alta se celebraron toros por el mes de agosto de 1538. El corregidor Luis de Ribas Era licenciado y vino como pesquisidor a principios de año de 1537, encontrándose en el mes de abril tomando la residencia de Hernán Pérez de Torres en la ciudad de Loja. En Alcalá, tuvo por alcalde mayor Antonio de Peñalosa, en Loja, se sabe que su alguacil fue Diego de Molina. Gobernación En Alcalá la Real, existía un gran desorden motivado por el excesivo precio de la carne, ya que los recatones o corredores compraban el ganado destinado a la carne de los montes que se vendía en las carnicerías de la ciudad. Su labor normativa se basó en controlar el precio de la carne para abastecimiento de las personas. y, por eso, prommulgó una ordenanza contra los recatones. De modo que los propios ganaderos vendieran directamente sus ganados y carnes y de este modo se rebajaba el precio. Prohibió que el ganado registrado por el ayuntamiento y destinado para el peso de las carnicerías y el rastro o mercado de animales, se vendiera por sus propietarios a los recatones. Y se especificaba una elevada pena que excedía los 600 maravedíes si era una res mayor y menos de 300 si era una res menor. Solo se permitía la compra en las carnicerías pequeñas y reses de monte para el consumo de cada vecino. y nunca para revender, esta norma se aplicaba también a los tocinos. 403 En este tiempo, en el cañuto del gabán se establecía una gran parte de la vida ccomercial donde, entre las tiendas se encontraba la carnicería que abastecía a los vecinos. En Loja, por su parte se volcó en medidas de sanidad contra la abundancia de desagües que producían gran hedor en la ciudad y obligando al cierre de ellos. En las obras públicas quitó los postes de hormigón que se encontraba en Riofrío y se busca sustituirlos por piedra machihembrada. No ofrecía una situación muy halagüeña la administración de bienes de propios, que habían entablado varios pleitos con diversas ciudades: en Priego por la dehesa de las Marrojas, y contra Vélez por la dehesa de Alzaor. Por ejemplo, al relator se le dieron dos doblones de oro; a esto se añadían los gastos en la Alhóndiga y el impuesto que había que pagar de la farda o guarda de costa que se cobraba de la sisa de la carne y no llegaba a su totalidad. Durante su estancia lojeña, fue excomulgado junto con el escribano y el asunto llegó al arzobispo de Granada hasta tal punto que los clérigos se salieron de la iglesia sin decir misa por la presencia del corregidor y "tomaron armas" . No llegaron a reconciliarse y tornaron a decir misa". 

Pedro de Henao 


Los henaos eran una familia con dos orígenes: uno francés, porque acudieron en ayuda del emperador a Carlos I; y otro con la casa de los Henaos de Ávila. Pariente de este corregidor eran Juan de Henao, oidor de Navarra y Valladolid y alcalde de hijodalgo de Valladolid, corregidor de ciudad Rodrigo, Úbeda y Baeza, visitador de los cuantiosos de Córdoba y gentilhombre de la casa real, Otras ramas se establecieron en pueblos de Andalucía y las más lejanas en Alba de Tormes. Pedro de Henao a finales de 1537, fue nombrado corregidor. Llegando a Alcalá en el mes de octubre, nombró como alcalde mayor al licenciado Juan de Meneses. Por el día 13 de noviembre, fue recibido como corregidor de Loja y nombró por alcalde mayor al bachiller Alonso de Tarazona y alguacil Juan de León. Gobernación Compartió el concejo con Hermando de Aranda, Luis de Cuadros y jurado Juan de Monsalve y los regidores alcalaínos Pedro Fernández de Alcaraz, Pedro de Escabias, Cristóbal de Frías, Alonso Cabrera y Pedro. Juan y, Gaspar de Aranda, jurados Juan de Aranda y Juan Guillén, el escribano Antonio Blázquez. El movimiento económico de la ciudad de Alcalá la Real se resumía en un estado deficitario y que había alcanzado al mayordomo de propios. En concreto eran unas entradas de 696 fanegas de trigo, y 449 fanegas de cebada y unas salidas que se comprometían a pagar el trigo alcanzado del año anterior, (refacción a los privilegiados, compra de trigo, harrieros, esterilidades de tierras y cortijos de propios. salario de porteros y ministriles) en cuatro fanegas de trigo y seis de cebada; en cuanto dinero en maravedíes, que se recibía del arrendamiento de tiendas, boticas, torres, tierras, penas de cámara y otros bienes con un cargo 247.891 y unas salidas de 281. 430 siendo alcanzado en 44.858. en varias partidas de salario de regidores y oficiales de cabildo (25.250 maravedíes) , litigios y pleito como el de la alcabala en la Corte (30.000 y 3.556) obras en la Cárcel, bóveda y alto de la Torre (51.988 a Antón de Martos y Pedro Ramos y Cristóbal Sarmiento herrero, 581 tirantes) de rejas y enlucucir casas de Cabildo y roza de pilar, armadura de las Casas, y ornato y pintura de Francisco Hernández (1.081 maravedíes, 17.898 maravedís doce reales, 3000 Bartolomé Páez carpintero), salario del corregidor (24.400 maravedís dos tercios de corregidor y alcalde mayor), correo (seis ducados) por ganado de Íllora 8 748), pregoneros (255) empedrador de Puerta Nueva, Entrepuertas y Martín Ruiz (U 598 ms), fiestas (2, 069 y medio y un toro 600 mrs), obras en Fuente de la Mora (1.09 y 780) personero (1.000), traslado de privilegio don Pedro (1050), visita términos (8.896), obra de la Audiencia Publica (8.996 Mrs.), empiedro de calzada de Entrepuertas (4496) físico Diego de Baena 8 3.000 mrs) compra de la casilla de la Puerta Nueva para ensanchar ( 4.000 maravedíes, ) abastecimiento del Castillo (4.000 mrs, empiedro de la Entrepuertas (2.250 Mrs.; letrado 2.250, camaraje de pan (1.500), pleito de casa de las cuatro esquinas (300) maestro escuela, maestro organista, matanza de lobos, físico Juan de Baena y médico matadero. Tejado de Torre Nueva 270, peso de la Harina, almohacen limpia calle plaza y pozuelo, visita y gastos de la Venta Acequia (789), visita de términos, pleitos de la calle de Cuatro Esquinas, privilegio de don Pedro y su renovación, pleitos con el vino en Granada, el servicio de la alcabala y limpieza de fuentes. Obras En cuanto a las obras, se edificaron las Nuevas Casas de Cabildo, en las que participó Pedro de Ramos en su construcción, herraje, armadura, rejas y fue su cambista Alonso de Martos, y adornos de Francisco Hernández, las Cárcel Real. Se realizó sobre la Torre Nueva se enrejó y se cerró con nuevas puertas. La Torre Nueva recibió fuerte impulso con compra de una casilla que rompía el paso y elevación de la puerta, y el Matadero y algunas calles como Cuatro Esquinas, Martín Ruiz, del Arrabal y Entrepuertas recibieron una mejora urbanística. Interesante fue la desaparición del colgadizo que tenía en medio de la iglesia de Santo Domingo de Silos. En Loja, se ampliaron algunos barrios: en torno a la Esperanza, se concedieron nuevos solares, San Francisco y campillo de San Sebastián. En las vías de comunicación se terminó el puente Riofrío, al que calificaban de romano y califal; inicio de los pontones de madera; otro que no llego a terminarse en el anterior río y el del camino de Huétor sobre el río del Frontil con trazas de Francisco Jimena. También se iniciaron un nuevo Matadero junto a la Torre de Basurto. Servicios El abastecimiento de la ciudad lojeña alcanzó a finales de 1538 un gran auge al ponerse en marcha el nuevo Pósito, por cierto, se inició con un préstamo de 500 ducados procedente de don Fernando Álvarez Zapata, y con la compra de partidas de trigo de Alcalá la Rea (1.432 fanegas a tres reales y tres cuartillos). En su labor de control, prohibió sacar trigo de la ciudad y, en 1539, se desarrollaron otras funciones básicas de este organismo como el préstamo de trigo a labradores para la siembra en tiempos de otoño, la subsistencia de los jornaleros en tiempos de crisis y carestía y control del precio del pan (pues en un año se multiplicó el cien por cien). En 1540, el Pósito se acreciento con una casa para guardar el grano en la cuesta de la Alcazaba de Loja. Fiestas y cultura En la ciudad granadina de Loja, se creó una feria que comprendía nada menos que treint5 Ambas ciudades compartieron varios actos nacionales en 1539 celebraron la Paz con Francia, a través de una cédula de la emperatriz, se hicieron toros y los lutos como otras ciudades de España con motivo de la muerte de la misma emperatriz Isabel de Portugal, obligándose a lobas y capuces con caperuces y caipiriñas negras para los hombres, y para las mujeres tocas negras y viudas manto negro. Se prohibieron hacer fiestas con las ropas de colores, tañer la vihuela, panderos, adufes y hacer los juegos de esgrima en la Plaza. Los barberos no afeitaban por aquel tiempo. se hizo un tumulto y se relazaron exequias fúnebres, el túmulo de tela de frisa y con sesenta cirios. En esta línea de rigor moral se prohibió la mancebía en las fondas y mesones salvo en la Casa de mancebía. Labor normativa En Alcalá la Real destaca la labor normativa. Se hicieron unas ordenanzas a principios de enero (18/1) por las que se permitía construir corrales a los ganaderos de ovejas de Alcalá la Real y Castillo de Locubín con quejigos, espinos, abulaga y coscojares en todo el término alcalaíno y durante el tiempo que fuera menester, prohibiéndose cortar chaparros. Otras regulaba prohibiendo la licencia de cortar leña por parte de cualquier vecino o regidor ( 38/1), otra sobre guardar los menudos del carnero (pies, manos y cuajar) para que no se los llevasen los menuderos del Matadero antes de que lleguasen los pobres a comprar (38/3) y otra contra los yeseros y caleros que se aprovechaba de elevar el precio de estos productos alegando que tenían dificultades de las canteras para extraerlo, lo que obligó al cabildo a establecer el precio del cahiz de yeso a cinco reales y medio, y la cal a tres reales y medio. Hubo que refrescar la memoria de los vendedores de ganados, trigo y vino que "cuando estaban a alto precio se lo llevaban a vender a Granada y los vecinos de esta ciudad quedaban destruidos" a tierras foráneas. Con la cédula real del año 15 de noviembre de 1529, se obligaba a dejar un tercio para abastecer a la ciudad antes de la salida de los cereales, ganado y vino, y a comunicarlo a la justicia y cabildo con el fin de mantener todos los alimentos entre los vecinos de Alcalá la Real y su villa del Castillo. 

Pesquisidor Hernán Martínez de la Mancha 

Nació en Segovia, a finales de 1539. Vino como pesquisidor y se encontraba en Loja por el mes de diciembre y recibió el primer problema con la acusación del regidor Hernando de Aranda. De Alcalá pasó a América. Cuentan que "al llegar a la capital novogalaica, su impresión coincidió con la del resto de sus compañeros: el lugar era inhabitable. A ninguno les gustó por el clima húmedo y caluroso, la pobreza de la villa, con casitas hechas de palma, la escasez de vecinos, la despoblación de los parajes Carlos I le obligó a hacer varias visitas. En la primera, de diciembre de 1549 a diciembre del año siguiente, fue de carácter general al territorio bajo su jurisdicción, y le fue encomendada como oidor. La hizo por el territorio conquistado por Nuño de Guzmán a partir del lago de Chapala, y administrado por sus sucesores, más las adquisiciones territoriales conseguidas por los mineros en la parte septentrional de la gobernación. John H. Parry manifiesta "Era una visita de recorrido en general de inspección en el cual sea juez Viajero, el “Visitador", sobreseía temporalmente a los Jueces Menores por cuyas áreas atravesaba; despachaba los Casos que estos tenían pendientes; investigaba su conducta y escuchaba las quejas en contra de ellos". 

Además de estas misiones, tuvo la obligación de divulgar las Leyes Nuevas en la Nueva Galicia. Durante este tiempo el oidor, y el resto de sus compañeros, se mostraron reacios, o por lo menos contemporizadores a la hora de aplicarlas. Las visitas se sucedieron en los años posteriores. Diego Ramírez, también fue visitador y fue enviado por el virrey Luis de Velasco, curiosamente le escribió al Monarca que los naturales de la Nueva Galicia le decían que no les pudo venir otro oidor y visitador más contrario y perjudicial que el licenciado La Marcha". Una de las razones se basaba en que todos los oidores novogalaicos estaban divididos y enfrentados entre sí de modo que esto no beneficiaba en modo alguno e influía negativamente en los actos de la Audiencia, "convertida en un gran desorden porque cada uno pretendía conseguir sus propios intereses". Los franciscanos y varios miembros del cabildo eclesiástico, según el Luis Pérez Verdial en principios del siglo pasado, denunciaban que tanto de la Marcha como sus compañeros oidores Quiñones y Contreras pronto dieron muestra de su tiranía y venalidad, persiguiendo a los Indios, imponiéndose tributos deshonestos, exigiéndoles servicios personales [...] Los oidores hicieron visitas a la provincia, aunque no para remediar sus carencias para acrecentar sus fondos con su rapacidad y malas costumbres ". Muy claro era el parecer del obispo Maraver que confirmaba la ineptitud de los oidores, señalando que la llegada de la Audiencia inauguró un periodo de gran inquietud y desorden, añadiendo que el reino se iba despoblando por ser jueces apasionados y sin experiencia. A Martínez de la Marcha se le atribuye la siguiente frase en contra de su compañero Contreras, por no estar de acuerdo en una de sus medidas: "Esta es la justicia de Peralvillo, que ahorcan al hombre y despiden al pillo" Entre sus obras legislativas se encuentran " Las Ordenanzas Sobre el funcionamiento de los Reales de Minas y Sobre el Gobierno de La Población (Zacatecas y Guachinango), etcétera. Por la labor de gobierno y nuevas obras, dos lugares fueron privilegiados por el oidor Martínez. En Guadalajara pasó la mayor parte de la visita y mejoró en su urbanismo, levantó puentes y construyó caminos de acceso, y se hizo un Mercado Central para todos los pueblos indios de sus alrededores, inspeccionó reiteradamente las autoridades y mejoró el gobierno Esta ciudad será la sede de gobierno de la Nueva Galicia). La otra ciudad fue la minera Zacatecas, que en menos de seis años pasó de ser una promesa minera a una villa en plena expansión, demostrando su gran riqueza de vetas argentíferas. Además de las ordenanzas mineras (promulgada el 20 de abril de 1550) y Las Ordenanzas de Población (del 27 de abril siguiente), De la Marcha mandó diseñar las trazas de la iglesia principal y de las Casas Reales, Estas Últimas para que presidieran los Oficiales Reales, los oidores y otros funcionarios y una Cárcel, incluyendo las instrucciones para su construcción.






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