El primer documento con datos de la cofradía y del Hospital del Dulce Nombre de Jesús fue
realizado ante el corregidor Gome Mesía de Figueroa, siendo testigos Juan de
Villalobos y Luis de Jaén. Se presentó en 18 de marzo de 1568 Bartolomé
Hernández de Arjona, mayordomo de la cofradía de la Santa Caridad y del
Hospital del Dulce Nombre de Jesús ( lo que indica que ocupaba ambos cargos) y
declaró lo siguiente:
-Este mayordomo ejercía el cobro, administración, y
distribución de los bienes, rentas y limosnas de ambos. Presentó el libro
de cuentas al corregidor y al regidor Pedro Serrano de Alférez.
-Se fundó en 1488 la COFRADÍA DE LA SANTA CARIDAD,
con la licencia y permiso del abad Alonso de Burgos, por el celo de la caridad
de muchos devotos. Se dieron constituciones, eligieron PRIOSTE Y
oficiales mayores, y admitieron a un gran número de hermanos.
-Compraron cruz y paño para los enterramientos de los
hermanos.
-Sus ingresos hasta la fecha de esta declaración
procedieron de los bienes que estos hermanos y otras personas devotas aportaron
con estos fines para pagar los gastos de un hospital situado en unas casillas
pequeñas y maltratadas de la Mota, en
concreto en las Entrepuertas, donde se acogían a los pobres y se les daba
alojamiento y sustento.
-El provisor abacial Diego Hernández, beneficiado y vicario
de las iglesias de Priego trató de dar aumento a la cofradía y al hospital y
compró e hizo unos nuevos edificios y repartimientos para mayor sustento
de los pobres en el arrabal Nuevo para sede del hospital, donde
pudiesen estar y ser curados los pobres; para este fin, vendió las antiguas casas y aportó sus
propios bienes. Lo hizo bendecir y fundó una capilla donde se decía misa todos
los días del año y puso camas de ropas donde se curasen los pobres.
-En 1546, por el testamento de Diego Hernández, año de su
muerte, dejó de heredero a la cofradía y hospital; y este último recibió
el remanente de 70.000 maravedíes y el cortijo de la Fresneda de la Rábita, que
debía dar de renta de 25 fanegas de pan terciado (dos de trigo y una de
cebada) en forma de censo perpetuo. Con esto se obligaba el arrendador a
conceder 300 libras de carne (cien en la libra del Natal o Navidad, cien en las
Carnestolendas y cien el Sábado Santo, las tres Pascuas) a cien pobres de
la ciudad.
-Se cita que la administración de esta limosna de alimento
debía darla el prioste de la Cofradía y el mayordomo del hospital, cuyos dos
cargos debían estar unidos.
-Tras la muerte se hicieron unos censos a cumplir y con las
rentas y las limosnas de la cofradía y las nuevas entradas de
bienes que se dieron al hospital y a la cofradía, se pagaron estas
comidas de pascuas a los pobres naturales y extranjeros, se alojaron en
camas y se curaron.
-Todos estos fondos se emplearon en estos gastos, y en
medicinas, médicos, servicios hospitalarios, limosna de misa y
enterramientos.
-En un libro de cuentas aparecían los gastos y entradas de
bienes que debían ser aprobados por el prelado o su
representante anualmente.
-En 1568 disponía de los siguientes fondos: renta de
24.000 maravedíes de un censo de 337.000; otros censo de 18156 maravedíes
anuales; la renta del pan terciado del cortijo de la Rábita, que pagaba Miguel
de Utrilla; 6.000 maravedíes del bacín de la limosna del Jueves Santo,
entradas de hermanos, enterramientos y otros donativos; camas y ropas.
Este documento se llevaba a cabo, por el buen fin de aunar
las cofradías y hermandades en dos sola, una caritativa y otra sacramenta, lo
que no llegó a ser unja realidad, pero
aportó los datos económicos, administrativos y organizativos de las primeras
hermandades de Alcalá la Real.
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