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miércoles, 3 de junio de 2015



            POR TIERRAS DEL SUR EN BOCA DE MÁRTIR DE ANGLERÍA

            PEDRO MÁRTIR DE ANGLERÍA

Nació en  Arona (Milanesado), 2 de febrero de 1457  y murió - Granada, octubre de 1526)            Adquirió en su tierra natal los conocimientos de la Antigüedad latina de la mano de Pomponio Leto entre 1477 y 1486, en cuya Academia de Antigüedades se educó
Este humanista  perteneció a la Academia de Pomponio Leto y vino  a España  atraído por el amor patriótico de los españoles de la mano de  don Iñigo de Mendoza . En 1487, durante la embajada del conde  de Tendilla ante el papa Inocencio VIII quedó admirado por su talento y conocimiento, decidió contratarlo como instructor de sus hijos, llevándole consigo a su regreso a Castilla.
 Acompañó en sus campañas contra el reino nazarí de Granada al Gran Tendilla, quien fue nombrado Adelantado Mayor del ejército castellano en Andalucía lo introdujo rápidamente en la corte de los Reyes Católicos hasta su conquista el dos de enero de  1492.
Asentado a partir de aquella fecha en La Alhmabra, al ser Tendilla  nombrado entonces Capitán General de Granada, se ordenó a sacerdote y cumplió funciones docentes. Alcanzó varias dignidades eclesiásticas, entre ellas: capellán de la reina Isabel la Católica desde 1501 hasta  la muerte de ésta en 1504; y además  obispo de Jamaica (aunque nunca visitó América, le fue concedida esta dignidad por el papa Clemente VII  petición del emperador Carlos V). En 1501 realizó una embajada para los Reyes Católicos que e le llevó hasta Egipto, a cuyo regreso fue nombrado deán de Granada. Además  en España desempeñó los cargos de protonotario, prior del arzobispado de Granada y Consejero  real de las tierras de las Indias ( 1520-1526) y cronista de las Indias (1520). Fue tan estimado que, como aparece en la portada del libro “tanta cura excusum , ut praeter venustatem styli quoque fungi possit vice Luminis Histyoriae temporrum superiorum”( lo consiguió con tanto entusiasmo que, además de la belleza del estilo, tambien puede desempèñar la vez de la Luz de la Historia de los tiempos pasados” .


 Escribió Decades de Orbe Novo, que hacen referencia al descubrimiento del Nuevo Mundo. 


                                   OPUS EPISTOLARUM
2 0 MENÉNDEZ Y PF.LAYO, Estudios cit., págs. 228-235, ensaya el valor testimonial (Je Anglcría, en el capítulo titulado De los historiadores de Colón: "Acostumbrado a tomar la vida como un espectáculo curioso —escribe—, gozó ampliamente de cuantos portentos le brindaba aquella edad, sin igual en la historia, y  estuvo siempre en las mejores condiciones para verlo y comprenderlo todo, desde la guerra de Granada hasta la revuelta de las Comunidades. Su espíritu, generalmente recto, propendía más a la benevolencia que a la censura [. . . ] poseyó en alto grado el don de observación y el conocimiento ele los hombres [. . . ] acomodada en suma al paladar del público letrado de Italia, que ávidamente devoraba estas Décadas,dando ejemplo de ello el mismo Papa León X, que las leía de sobremesa a su sobrina y a los Cardenales. Pedro Mártir debía buscar, por sus instintos de periodista, lo más ameno, lo más exótico, lo más pintoresco y divertido de aquella materia novísima, deteniéndose sobre todo en las rarezas de historia natural y en notar maligna y curiosamente los ritos y costumbres y supersticiones de los indígenas en aquello que más contraste presentaban con los hábitos del Viejo Mundo". MENÉNDEZ Y PELAYO repite dicha opinión en Antología de poetas líricos castellanos, t. VI,


Por un tránsfuga moro, supimos que 120 caballeros, que habían salido de Granada, habían causado daño  a  nuestros soldados  lejos de nosotros  por donde los encontraron  menos precavidos, Dos ilustres capitanes cogen las armas con el Conde, desde Íllora Gonzalo Fernández, desde Moclín Martín Alarcón, y los demás acampados, se ocultan por los lugares vecinos, por donde los enemigos debían pasar. A la entrada de la noche, una vez alzados gritos de cara y de espalda,   atacan, cortan el paso,  dispersan  y cogen cautivos  a los que cogen desprevenidos en  medio de un estrecho desfiladero de bosques .Los traen atados  y subyugados al campamento del conde en  Alcalá la Real. No muchos días después, el propio Marqués de Villena como virrey. Se acercó a visitar a su hermana y esposa del Conde, que había llegado  hacía poco junto a su marido desde la ciudad de Torredonjimeno situada en nuestra retaguardia más al interior, donde pasaba el invierno. Reunido un mayor número de tropas con su llegada, pusimos en fuga   a los enemigos  con continuas incursiones  casi hasta la tierra de nadie junto a las murallas. Incendiamos las mieses recogidas  de sus campos serranos y de las afueras de la ciudad  en las eras  en una sola noche de otoño, mientras los vecinos de Granada contemplaban el fuego desde sus ventanas. ¡Ay! Con cuantos gritos rotos y alaridos de mujeres se atiborraban  loa  encerrados en la ciudad por esta desgracia, mientras nosotros los escuchábamos a lo lejos. Pero, una vez que se permitió que los soldados atacaran a través de la llamada de  los  sones de las trompetas y del los redobles de los tambores, quedaron convocados al combate, Pero tras temer las celadas,  se mantuvieron encerrados dentro de la ciudad. Contra nosotros incluso salen corriendo  aquellos mismos como unos ladrones rabiosos y bramando  en medio de una casi ordenada fila de combate,  al verse desesperados por la perdición del momento. Pero, de la misma manera que un fuego extinguido lanza a veces una inesperada llama, aunque sea para dar el último fogonazo desde lo más profundo de su rescoldo o cenizas, se ven frustrados en su deseos. , además, aproximadamente por el día 13 de enero de 1490, tras entrar de noche por el territorio de los enemigos con dos mil soldados de armadura ligera, y cinco ml de infantería, a escondidas a través d la ciudad de Montefrío, les cogimos del  ruedo de la ciudad   en una sola noche, más de  unas 3.000 cabezas de cabras, ovejas y bueyes. Este ataque se dispuso con este orden. Gonzalo Fernández y su muy amigo Martín Alarcón,  con dos compañías de soldados desembarazados y dos adiestrados  guías, como patrulla exploración, se esconden de madrugada en medio de dos montes un poco elevados. Un denso batallón, por la retaguardia, con el Marqués, el conde Alfonso Aguilar y Luís Portocarrero, de los que hemos hecho antes mención, se oculta entre las ruinas de la recién destruida ciudad de Alhendín.  Dos exploradores, que como cabecillas de la aventura arrancan cada uno un árbol apuntalado de follaje a la hora del horizonte del sol, los pastores con sus ganados y los aradores en campo abierro  permiten que los exploradores sean la señal  desde los árboles. D
esde los escondrijos escondidos saltan. Yo como compañero de estos, que habían estado errabundos a través de una tétrica noche,  me había retirado del batallón del jefe. En aquel momento se presentan  con  las armas inmediatamente en la cima de unas colinas próximas unos 150 caballeros enemigos. Mas he aquí que mientras  de esta manera  no se combate en una batalla cerrada con iguales condiciones con pequeños encontronazos,  el batallón del general,  desde lejos  mientras uno y otros la contemplaban , como  movible , completando la marcha llenando el paso, l  se dirige hacia nosotros, los enemigos huyen trepidantes hacia dos ciudadelas fortificadas  torreadas  hasta ahora inaccesibles a nosotros  por los cerrojos, que llaman germanas / hermanas. Nosotros corremos libremente el campo. Y, una vez recogido el botín  ante de que la ciudad advertida nos ataque, regresamos a los campamentos de. Con esta y otras lisonjas de esta clase ,  los enemigos hasta que lleguen los reyes a  saludarnos  para poner la última hoz a esta miel , os saludamos. Adiós, desde el campamento de Alcalá la Real, 21 de enero de 1490.  








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