POR TIERRAS DEL SUR EN BOCA DE
MÁRTIR DE ANGLERÍA
PEDRO
MÁRTIR DE ANGLERÍA
Nació en Arona (Milanesado),
2 de febrero de 1457 y murió - Granada, octubre
de 1526) Adquirió en su tierra
natal los conocimientos de la
Antigüedad latina de la mano de Pomponio Leto entre 1477 y
1486, en cuya Academia de Antigüedades se educó
Este humanista perteneció a la Academia de Pomponio Leto y vino a España
atraído por el amor patriótico de los españoles de la mano de don Iñigo de Mendoza . En 1487, durante la embajada del conde de Tendilla ante el papa Inocencio VIII quedó
admirado por su talento y conocimiento, decidió contratarlo como instructor de
sus hijos, llevándole consigo a su regreso a Castilla.
Acompañó
en sus campañas contra el reino nazarí de Granada al Gran Tendilla,
quien fue nombrado Adelantado Mayor del ejército castellano en Andalucía lo
introdujo rápidamente en la corte de los Reyes Católicos hasta su conquista el
dos de enero de 1492.
Asentado a partir de aquella
fecha en La Alhmabra, al ser Tendilla
nombrado entonces Capitán General de Granada, se ordenó a sacerdote y
cumplió funciones docentes. Alcanzó varias dignidades eclesiásticas, entre
ellas: capellán de la reina Isabel la Católica desde 1501 hasta la muerte de ésta en 1504; y además obispo de Jamaica (aunque nunca visitó
América, le fue concedida esta dignidad por el papa Clemente VII petición del emperador Carlos V). En 1501
realizó una embajada para los Reyes Católicos que e le llevó hasta Egipto, a
cuyo regreso fue nombrado deán de Granada. Además en España desempeñó los cargos de
protonotario, prior del arzobispado de Granada y Consejero real de las tierras de las Indias (
1520-1526) y cronista de las Indias (1520). Fue tan estimado que, como aparece
en la portada del libro “tanta cura excusum , ut praeter venustatem styli
quoque fungi possit vice Luminis Histyoriae temporrum superiorum”( lo consiguió
con tanto entusiasmo que, además de la belleza del estilo, tambien puede
desempèñar la vez de la Luz
de la Historia
de los tiempos pasados” .
Escribió Decades de Orbe Novo, que hacen
referencia al descubrimiento del Nuevo Mundo.
OPUS
EPISTOLARUM
2 0 MENÉNDEZ Y PF.LAYO, Estudios
cit., págs. 228-235, ensaya el valor testimonial (Je Anglcría, en el
capítulo titulado De los historiadores de Colón: "Acostumbrado a
tomar la vida como un espectáculo curioso —escribe—, gozó ampliamente de
cuantos portentos le brindaba aquella edad, sin igual en la historia, y estuvo siempre en las mejores condiciones
para verlo y comprenderlo todo, desde la guerra de Granada hasta la revuelta de
las Comunidades. Su espíritu, generalmente recto, propendía más a la
benevolencia que a la censura [. . . ] poseyó en alto grado el don de
observación y el conocimiento ele los hombres [. . . ] acomodada en suma al
paladar del público letrado de Italia, que ávidamente devoraba estas Décadas,dando
ejemplo de ello el mismo Papa León X, que las leía de sobremesa a su sobrina y
a los Cardenales. Pedro Mártir debía buscar, por sus instintos de periodista,
lo más ameno, lo más exótico, lo más pintoresco y divertido de aquella materia
novísima, deteniéndose sobre todo en las rarezas de historia natural y en notar
maligna y curiosamente los ritos y costumbres y supersticiones de los indígenas
en aquello que más contraste presentaban con los hábitos del Viejo Mundo".
MENÉNDEZ Y PELAYO repite dicha opinión en Antología de poetas líricos
castellanos, t. VI,
Por un tránsfuga moro, supimos que 120
caballeros, que habían salido de Granada, habían causado daño a
nuestros soldados lejos de
nosotros por donde los encontraron menos precavidos, Dos ilustres capitanes
cogen las armas con el Conde, desde Íllora Gonzalo Fernández, desde Moclín
Martín Alarcón, y los demás acampados, se ocultan por los lugares vecinos, por
donde los enemigos debían pasar. A la entrada de la noche, una vez alzados
gritos de cara y de espalda, atacan,
cortan el paso, dispersan y cogen cautivos a los que cogen desprevenidos en medio de un estrecho desfiladero de bosques
.Los traen atados y subyugados al
campamento del conde en Alcalá la Real.
No muchos días después, el propio Marqués de Villena como virrey. Se acercó a
visitar a su hermana y esposa del Conde, que había llegado hacía poco junto a su marido desde la ciudad
de Torredonjimeno situada en nuestra retaguardia más al interior, donde pasaba
el invierno. Reunido un mayor número de tropas con su llegada, pusimos en
fuga a los enemigos con continuas incursiones casi hasta la tierra de nadie junto a las
murallas. Incendiamos las mieses recogidas
de sus campos serranos y de las afueras de la ciudad en las eras
en una sola noche de otoño, mientras los vecinos de Granada contemplaban
el fuego desde sus ventanas. ¡Ay! Con cuantos gritos rotos y alaridos de
mujeres se atiborraban loa encerrados en la ciudad por esta desgracia,
mientras nosotros los escuchábamos a lo lejos. Pero, una vez que se permitió
que los soldados atacaran a través de la llamada de los sones
de las trompetas y del los redobles de los tambores, quedaron convocados al
combate, Pero tras temer las celadas, se
mantuvieron encerrados dentro de la ciudad. Contra nosotros incluso salen
corriendo aquellos mismos como unos
ladrones rabiosos y bramando en medio de
una casi ordenada fila de combate, al
verse desesperados por la perdición del momento. Pero, de la misma manera que
un fuego extinguido lanza a veces una inesperada llama, aunque sea para dar el
último fogonazo desde lo más profundo de su rescoldo o cenizas, se ven
frustrados en su deseos. , además, aproximadamente por el día 13 de enero de
1490, tras entrar de noche por el territorio de los enemigos con dos mil
soldados de armadura ligera, y cinco ml de infantería, a escondidas a través d
la ciudad de Montefrío, les cogimos del
ruedo de la ciudad en una sola noche,
más de unas 3.000 cabezas de cabras,
ovejas y bueyes. Este ataque se dispuso con este orden. Gonzalo Fernández y su
muy amigo Martín Alarcón, con dos
compañías de soldados desembarazados y dos adiestrados guías, como patrulla exploración, se esconden
de madrugada en medio de dos montes un poco elevados. Un denso batallón, por la
retaguardia, con el Marqués, el conde Alfonso Aguilar y Luís Portocarrero, de
los que hemos hecho antes mención, se oculta entre las ruinas de la recién
destruida ciudad de Alhendín. Dos
exploradores, que como cabecillas de la aventura arrancan cada uno un árbol
apuntalado de follaje a la hora del horizonte del sol, los pastores con sus
ganados y los aradores en campo abierro
permiten que los exploradores sean la señal desde los árboles. D
esde los escondrijos
escondidos saltan. Yo como compañero de estos, que habían estado errabundos a
través de una tétrica noche, me había
retirado del batallón del jefe. En aquel momento se presentan con
las armas inmediatamente en la cima de unas colinas próximas unos 150
caballeros enemigos. Mas he aquí que mientras
de esta manera no se combate en
una batalla cerrada con iguales condiciones con pequeños encontronazos, el batallón del general, desde lejos
mientras uno y otros la contemplaban , como movible , completando la marcha llenando el
paso, l se dirige hacia nosotros, los
enemigos huyen trepidantes hacia dos ciudadelas fortificadas torreadas
hasta ahora inaccesibles a nosotros
por los cerrojos, que llaman germanas / hermanas. Nosotros corremos
libremente el campo. Y, una vez recogido el botín ante de que la ciudad advertida nos ataque,
regresamos a los campamentos de. Con esta y otras lisonjas de esta clase , los enemigos hasta que lleguen los reyes a saludarnos
para poner la última hoz a esta miel , os saludamos. Adiós, desde el
campamento de Alcalá la Real, 21 de enero de 1490.
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