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miércoles, 24 de junio de 2015

LA PARROQUIA DE SANTA MARÍA LA MAYOR . DE LA IGLESIA DE SANTA MARÍA LA MAYOR A LA IGLESIA DE SAN JUAN.

            
 
         









En cuanto a la sede parroquial, la de Santa María la Mayor lo fue en la Iglesia Mayor de la Mota desde su fundación hasta mediados del siglo XVII, que hizo de sede la iglesia de San Juan sin dejarlo de ser  la Iglesia  de Santa María la Mayor. Según Guardia Castellano, “ La tercera iglesia católica de Alcalá, después de la dominación sarracena,  fue la  vieja mezquita que se describe en el canto que motiva esta nota, habilitada para los cultos católicos, bajo la advocación y título de la Purísima. Mas como ninguna de estas respondiera a la fe de aquellos conquistadores y a las exigencias de la Ciudad naciente, erigida en Abadía, como diremos en la nota siguiente, erigieron otro templo más suntuoso en el mismo lugar en que después fue emplazada la hermosa fábrica de Santa María la Mayor, o de la Mota. Dicha primitiva Iglesia Abacial fue puesta bajo la advocación y conocida con el nombre de ´¨La Asunción de Nuestra Señora¨. En conmemoración del glorioso día en que entró en Alcalá la real el Ejército sitiador, quince de  agosto, día de la Asunción”[1].
Además de sede parroquial, ostentaba el título Iglesia Metropolitana, y “se pensó en su reedificación, ensanchándola y engrandeciéndola  para que respondiera cual sus prerrogativas y merecimientos demandaban a la Iglesia Abacial, cabeza y matriz de una jurisdicción  que abrazaba con sus términos del Castillo y Frailes, Priego y Carcabuey[2]
Está claro que hay constancia de su fundación como entidad, pero la ubicación del templo es una pura hipótesis, solo refrendada en alguna litografía, y en posibles relaciones de algunos elementos concordantes del templo gótico con la anterior mezquita, según se puede comprobar en las excavaciones arqueológicas
Por eso,  se sentía orgulloso el cabildo eclesiástico y se ufanaba, como expresaba Garrido y Linares. “Por iguales pasos, sosegadas las cosas políticas de esta ciudad, en su  principio se dirigió su común afecto a la fábrica del templo o iglesia Matriz por ser uno de los principales fundamentos de la Ciudad que nuevamente se funda, como dice Gregorio López, siguiendo a Lucas de Peña, para que siendo celosa demostración de su religión cristiana fuese así mismo casa de oración i congregación de fieles par celebración de cultos divinos, oficios y debidos cultos a la  Majestad divina”[3].
Desde mediados del siglo XVII, se asistió a un gran  abandono y una traslación de la población de la fortaleza hacia los barrios bajos de la ciudad hasta tal punto que apenas existían vecinos dentro de ella a principios del siglo XVIII y, eran poco numerosos los del barrio de San Bartolomé, la Peña Horadada y San Sebastián. De ahí que se trasladara la sede a la iglesia de San Juan, en tiempos del abad  don Alonso Antonio de San Martín  “.. y habiéndola perfeccionado, el dicho abad Señor Abad la hizo coadjutriz, para cuyo efecto, por el mes de Septiembre del año 1668, se trasladó a dicha Iglesia el Santísimo Sacramento del Viático....  Como se ve por los datos antecedentes, dicha iglesia era coadjutriz o viceparroquia desde 1667, y como tal vino funcionando hasta 1860 en que fue trasladada la dicha coadjutoria a la Iglesia del Rosario, a petición del pueblo que en distintas ocasiones lo habían solicitado del Señor Abad” [4]...
    En  1837 concedió el Estado el  exconvento del Rosario para usufructo del Ayuntamiento y se cedieron  una parte a la Junta de Beneficencia y, años más tarde, el templo para parroquia de Santa María. En 1844, se intentó trasladar la sede de  esta parroquia  desde la iglesia de San Juan a la del Rosario, concediendo el ayuntamiento  2.732 reales. Pues, desde el siglo XVII se celebraban la mayoría de los cultos en el templo sanjuanero hasta tal punto  que este, incluso, figuraba popularmente en algunos casos, como la parroquia de San Juan.
Pues, los vecinos reclamaban el cambio de san Juan y Veracruz por Angustias y Rosario, por razones de comodidad, pocos adornos y poca concurrencia. Por eso,  a mediados de los años cincuenta del siglo XIX,  ordenado por el Jefe Político de la Provincia, se hizo el repartimiento  del cupo de contribución general del Culto de tal manera que, desde 1837 hasta 1844, los cultos los pagaba el ayuntamiento y recogía impuestos para este fin. También nombraba unos comisarios de culto y clero. Además los gastos eran controlados por la Diputación Provincial de Jaén que los aprobaba anualmente como los datos que tenemos de  28 de septiembre de 1842. Entre los gastos parroquiales, estaban los sueldos parroquiales de los sacristanes, curas y tenientes parroquiales, casas de curas, o gastos ordinarios del culto.
Los conventos del Rosario y Consolación se concedieron de un modo gratuito  por utilidad pública en 1845, pero el Ayuntamiento  no rellenó el inventario por la Administración de Bienes Nacionales, para objetos de beneficencia ni dio utilidad pública a los conventos y hubo que personarse  ante el gobernador para alegar y poder recuperar dichos edificios públicos. Por  los años cincuenta de dicho siglo, los Claustros de  Consolación se enajenaron.




[1] GUARDIA CASTELLANO, Antonio op. cit. Pág.. 206-210-
[2] Ibidem. Pág. 207.
[3] MARTÍN ROSALES, F. Principios de la Historia de Alcalá la Real que dejó en tal estado don Agustín Garrido y Linares, manuscrito de principios del siglo XVIII. I.E.G. nº 172.
[4] GUARDIA CASTELLANO. Pág. 224.

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