NOTAS PARA LA HISTORIA
DE ERMITA NUEVA
Hemos escrito en años anteriores sobre diversos aspectos de Ermita
Nueva: su poblamiento, su historia, su
hábitat, sus gentes y sus costumbres. De
todo ello se puede concluir y distinguir que el territorio de su partido
de campo está claramente definido
históricamente por estos factores: la travesía de su territorio por el camino(
luego carretera N 432) con el
jalonamiento de una serie de ventas que se remontan a tiempos musulmanes ( y no nos extraña de una anterior villa romana); una
reminiscencia de tierra de frontera, marcada por su repartimiento
posterior para funcionamiento del gasto del ayuntamiento alcalaíno- unos, como
cortijos de propios, Cequia Alta y
Cequia Baja, Pinillo, Piojo y la
Cruz ; otros, comprados por el monasterio de la Cartuja de Granada,
Quejigal, Cartuja y aledaños, y una tierra de dehesa ( el Camello y otros
montes cercanos) transformada, roturada y recudimentada desde el siglo XVII ( con un repartimiento
definitivo a finales del siglo XVIII) que transforma el hábitat disperso concentrándolo en diversos núcleos rurales y va a tender una mayor población que vive a expensas de la tierra repartida;
en torno al río Palancares se abre un
paso natural muy importante que marca
todo su terreno. .
Con estas premisas, podemos recoger las notas siguientes:
- Este territorio constituyó un paso natural, marcado
históricamente por diversas atalayas ( unas desparecidas, otras en
cimientos y algunas citadas por las
visitas de términos) que protegen el
camino y ha sido testigo de migraciones
como los destierros de los moriscos hacia tierras castellana en diversas
ocasiones de la historia de España; también ha sido sitio de paso de las partidas de asaltantes
de caminos como los monfíes en los primeros siglos de los Austria, como se
constata en varios documentos del archivo municipal de Alcalá la Real ; guarida de los bandoleros que siguieron la huella de los
anteriores y abundaron por los montes
cercanos a aquellos
cortijos, a los que asaltaban y debían
acudir regidores y jurados con el
corregidor y alguaciles para protegerlos, así como obligaron a establecer “caballeros de la sierra” o
“guardas de campo” para proteger estas tierras en tiempos de paz, y que
se mantuvieron hasta finales del siglo
XX; testigo vivo de tantas correrías o invasiones de reyes, jefes militares y ejércitos desde tierras castellanas o del reino de Jaén hacia el Reino de Granada ( por aquí pasaron
las tropas castellanas de Alfonso XI, y
sus predecores, de los Reyes Católicos, o la de los ejércitos que venían de
tierras americanas; para forrajear, o los ejércitos carlistas en retirada o las invasoras napoleónicas, o era el sitio
esperado de ataque de las tropas franquistas). Todavía, en sus tierras la numismática puede recorrer periodos
amplios de la historia, con la aparición de monedas romanas, no digamos el
periodo califal que viene perfectamente
data con las monedas del tesorillo de Ermita Nueva, o la constatación de algunas monedas
castellanas como “ agnus dei” en tiempos de los reyes cristianos de la Reconquista o la abundancia
de maravedíes, reales y ducados que muestran
una zona de un intenso comercio, de paso a santuarios, a lugares medicinales, fruto de ser una ruta muy visitada.
-Asentamiento de pueblos que se remontan a tiempos prerromanos y
anteriores con yacimientos importantes
como el de la Gineta
o espejo de la ruralización que se
produjo en época romana con la presencia
de varias villas romanas que darán lugar a asentamientos de muchos de los
cortijos posteriores y muestra clara
de integración de pueblos pobladores en loas tierras roturadas y repartidas en
tiempos de Carlos III, con la constitución de varios núcleos.
-Lo anterior fue pasado, el presente se hace cercano en los siglos
XIX y XX. Pues se conserva de 1917 un
plano, obra del Anselmo López Nieto, de la comarca alcalaína, y, en este
partido podemos distinguir los siguientes datos geográficos que nos sirven para mostrarnos un paisaje y un hábitat con
una mayor proliferación de casas, chozas, cortijos nuevos y, mantenimiento de
los yacimientos anteriores. Vamos a describirlos: en la zona comprendida entre
la senda del Moraleja y la carretera
nacional: los cortijos Moraleja Alto, la Parrilla , el Quejigal, donde predominaba tierra
calma y monte; en la zona comprendida entre el camino de la Zarza , el arroyo del
Palancares, camino de la
Escaleruela y carretera nacional, se encontraba la casilla de Moyano, con tierra calma, monte y erial, el cortijos de Pinillo, el del
Perro, del tío Mochila, el Ventorrrillo
del Charro ( en el cruce de los caminos , el antiguo de Alcalá, de las Pillillas y Pinillo) , Casa de
Carmela,
, la casilla de Leoncio,
acaba en el otro Ventorrrillo. Cortijo
de Acequia Baja y la casa del Sotillo junto al Palancares, con la misma tipología
de tierras y algunas de regadío junto al río;
en la zona comprendida ente el camino real y el de la Escaleruela y el
límite del término, la casa de Mercedes, las casillas de Márquez, y cercanas a
ella la ermita de San Isidro, en el cruce
de camino de la
Escaleruela y Ciudad, casilla del Tío Sancho, el núcleo de la Ciudad , casa de Francisco
Coca, Juan Pérez, Dolores Márquez ( estas tres junto
al límite) ; una serie de “Casillas” en torno al Camello, y adentrándonos hacia
el cortijo de las Pilillas – cruce de
caminos de Escaleruela y Pilillas- , la
casilla de los Prietos, de Periquito, de Mochila, la casa de la Caña de San Antonio, casilla de Mayo y de los Nieto
, donde aparecen terrenos de secano, monte y prado; finalmente, entre el camino
real, el camino de la Zarza
y el límite, desde el Palancares , tenemos la Casilla de Ana Ocaña, ,
cortijo del Obispo, el cortijo de Retamero,
la casa de Cañada Honda y la de Cigarrón,
casilla de la Hilacha ,
, casa de Antonio Nieto, cortijo de “El Venerose”, casilla del Portillo, casa de Juanico
Terrones, casa de Dolores Rincón, y casilla de María Rincón, , las casillas de la Perdiz en la senda de la Pernia y en trono a un núcleo del cortijo del
Menchón Alto, las casillas de Castillo, cortijo del tiro de la Barra , , del cerrillo , de la Chora , de Juan Calvo, en medio de un terreno de monte,
secano erial y cereal.
EL REPRTIMIENTO DE CARLOS I
-No podemos pasar por alto, un documento muy importante que ha incidido en la posesión de la tierra en torno a la ribera
del río Palancares, nos referimos al repartimiento de la tierra de sus márgenes
por los antiguos propietarios de Alcalá, Se hizo, allá por los años treinta del
siglo XVI en tiempos de Carlos V, unos
años después que este mismo rey hubiera hecho merced de un cortijo al regidor
malagueño Pedro de Verdugo que dio nombre a la parte norte de las tierras de
este partido. El motivo del repartimiento no era otro sino conseguir fondos
para afrontar las guerras que mantenía
en Europa y en otros lugares del mundo defendiendo la cristiandad, y lo
hizo entre los vecinos de Alcalá la
Real. Para llevarlas a cabo, nombró un
juez, en este caso el corregidor de su tiempo Francisco de Alarcón, que se rodeó de una comisión de varias
cuadrillas en los distintos partidos de campo. Este juez mantuvo varios
criterios ineludibles. Pues sabiendo que esta tierra era de paso de la
ganadería, dejaron cañadas y veredas para paso de los ganados, por donde mejor
convenía o apreciaban los miembros de la comisión; y dividió la tierra en una serie de suertes y
trances que repartía entre los vecinos sin que las veredas le recortaran la
cantidad de fanegas o tierra que les correspondía sino que las detraía del monte realengo y,
comenzando por un cabo, en este caso de la ribera del Palancares continuaban el curso del río
echando la vereda por el cabo de uno y otro margen del río con una anchura de
diez estadales cada una y siendo la línea de que marcaba la ( 33.34 metros de longiotud). Así lo explicaba un
escribano de siglos después. “ dióse una
suerte a Fulano de tantas fanegas de tierra, y quedan diez estadales de vereda,
orilla del arroyo, y luego , dióse otra suerte a Pedro, linde de la dicha del
dicho Joan , y quedan diez estadales de vereda, orilla al dicho arroyo…, y
acontecía que después de aver
echado algunas suertes, así con vereda,
saltavan a otra parte apartada del arroyo, y por aquella parte no avía
necesidad de vereda , y así no la yvan echando hasta que aquel do acabados
muchos días, volvían al lugar do abían
dexado la suerte del dicho Pedro, y al que davan allí junto a é dezía diose una
suerte a Fulano, linde del dicho Pedro,
ha dexar una cuerda de diez estadales para vereda” . En este lugar, intervinieron
como jefes cuadrilleros: el escribano Cristóbal Gallego, al principio del repartimiento del
Palancares junto al cortijo de Verdugo, por la senda de la Asperilla y el Peñón.
Pero, donde se centra la labor de estos cuadrilleros es en la zona de las dos
veredas en medio del río desde el puente del Palancares hasta la zona de la Jineta. Y es muy importante,
este recorrido, porque “estas veredas que van desde este camino abaxo, son tan
antiguas como los demás y tan necesidad porque, demás de ser para los vecinos
de esta ciudad del mismo provecho que esos otros y aún de más utilidad por ser
más anchas son el remate de todas, y por do los ganados de esta ciudad y los
que suben de toda Andalucía pasan a todo el reyno de Granad, y ansí han sido
guardados por los vecinos que alindaban con ellas”. Por este lado el
camino era nada menos de quince
estadales y comenzaba por una cortijo de los Canos, en un cerro anterior a de
los Cabeza los Jinetes (así se llamaba la Jineta ). Por el interés de las descripciones y el
contraste con el paisaje actual, vamos a recoger, en este año, estas pinceladas
de estas zonas habitadas:
-Sobre Hoyos de Acequia “ sale
otra vereda , la qual sube por allí arriba y atraviesa el camino de
Granada, y sube hasta los hoyos que dizen de Acequia, como agora diremos, y
esta vereda es también de la que no tienen medida señalada, pero por muchas
partes de ellas es más ancha que ninguna; y así mismo por parte de el la más
llena de árboles, frexnos, álamos y quexigos que otra ninguna y con mucho agua,
no se le puede dar medida cierta” esta dicha vereda sale del Palancares,
alindando a la mano derecha con la dicha agua que baja de Acequia hasta que se
aparta de ella y entra por mano
izquierda tierras de propios de esta
ciudad, con las quales con las quales por esta dicha mano llega hasta el camino
de Granada, y passado del va todavía las
dichas tierras alindando por aquella cordillera arriba hasta lo realengo
de los Hoyos que dizen de Azequia do acaban esta vereda”.
-En cuanto al cortijo del
Piojo, se dice “ “ y de aquí atraviesa esta vereda el dicho Camino de
Granada y sube la cañada arriba por do baxa
el agua de la dicha Fuente del Piojo, por entre tierras de un cabo a
otro de los dichos propios de esta ciudad de los dichos quince estadales y va
hasta unos juncalillos , por parte de los quales baxa el agua de una fuente que
nace junto a la vereda a la mano izquierda de ella, que algunos dicen que esta
es la Fuente
del Piojo, y es cosa cierta que consta por averiguación muy bastante
en la visita pasada de 1577 se le bebia dar mucha anchura por ser esta
fuente muy buena, y desde allí arriba va todavía continuada la dicha
vereda y a la mano derecha poco más abaxo de do están agora las Cassas de este cortijo, Y estotra es la fuente que
llaman del Piojo. , esta cae dentro de
la vereda
-En cuanto al cerro de la Gineta , Y desde allí
hasta cortijo que dizen de los Canos, que es agora de Rodrigo de Cano, el qual está
edificado de cara un cerrillo que está de cabo otro cabo del dicho arroyo poquito
antes de llegar a la Cabeça
de los Ginetes y que desde este dicho cortijo abaxo hasta de entrar el agua que
baxa de la Venta de la Acequia en el dicho arroyo
del Palancares podía ir de 17 estadales”
Francisco Martín
Rosales
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