Archivo del blog

viernes, 9 de mayo de 2014


DEL UNO DE MAYO AL PUENTE DE MAYO

 


Uno de Mayo, fiesta de los trabajadores. Y han pasado, a lo largo de la vida de cualquier persona, muchos unos de mayo, como catorce de abril u ocho de marzo. Son fechas señaladas  de conquistas de la humanidad, a las que se le añade una reivindicación relacionada con cada uno de los eventos que dieron lugar a su efemérides. Pero, en este mundo que es un pañuelo, para muchos, siempre estas fechas no fueron sino simplemente unos dígitos numerales que transcurrieron con la monotonía vital que caracteriza a la mayor parte de la población, es decir  a remolque y, a veces, a contracorriente  de la celebración de  los grandes acontecimientos históricos. Tan sólo una minoría comprometida fue capaz de despertar ilusiones de un mañana o de proyectar acciones para unas utopías que cayeron muchas veces  en el fondo de los  sacos rotos.

Pero lo triste de la situación actual radica en que parece como si se hubieran conjurado las manos ocultas y poderosas de este mundo para descafeinar esta fiesta / fecha del uno de mayo utilizando las artimañas más sibilinas que no podemos imaginar. No se les cae la cara de vergüenza a los que nunca reivindicaron nada sino que, como aves carroñeras, se lanzan sobre los restos del animal sacrificado. Están más pendientes de manipular  las estadísticas para zaherir a los que levantan, con tesón, orgullo y constancia muy plausibles,  el estandarte sindical de los trabajadores en estos momentos tan difíciles en las reivindicaciones laborales. No les importa el hombre ni sus derechos y, eso que la actual doctrina eclesiástica, les recuerda la prioridad de la persona humana frente el capital.

Estos manipuladores financieros  han pasado de edulcorar la fiesta con su incardinación cristiana a convertirla en un tiempo de ocio, a donde acuden para sacar tajada de los pocos fondos que quedan de los  bolsillos de  los trabajadores. No les interesa que  el individuo se asocie, sino que viva egoístamente  y los complacen con unas migajas de su  pequeño paraíso terrenal, ya que les enseña el pórtico de sus ágapes placenteros entre cortinas.

Por eso, se ha pasado del día de los Trabajadores con mayúsculas cortesanas al Puente Festivo de Mayo escrito en  letras comunes. Y, ahora,  incluso, se jactan de los beneficios económicos que se han dejado en las playas y las costas contrastándolas con los bajos índices de participación en las manifestaciones de las grandes capitales de España   mofándose de las críticas del  austericidio.  Claro díptico de contraste presagia malos tiempos: una fotografía de color y efímera de placer pasajero frente a un fotograma en blanco y negro , con el que se enmudece  la valentía de los que  nos dan  un sincero aldabonazo de la conciencia reclamando la solidaridad, luchando por la igualdad y defendiendo la libertad con toda la fuerza posible. Demos de lado  a los cínicos que siguen haciendo comentarios peyorativos, y, al menos, levantemos el trofeo por los que siguen trabajando por estos valores. Pues el Uno de Mayo no fue una obra de ingeniería turística sino el reconocimiento de unas personas que lucharon por muchos derechos que hoy se están perdiendo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario