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lunes, 12 de mayo de 2014

HACIA LA ROMERA DE SAN ISIDRO. CASERÍAS DE SAN ISIDRO. LA IMAGEN Y SU PAISAJE


 

CASERÍAS  DE SAN ISIDRO. LA IMAGEN Y SU PAISAJE

 

 

Se ha  hablado, en muchas ocasiones, sobre la imagen de San Isidro ligada a algún milagro y al mundo rural. Corresponde, en este artículo,  comentar los milagros, atributos y simbología  de  este santo y el hábitat de este partido de campo, cuando se extendió el culto y la romería en honor a  San Isidro.

Se conserva, además, una pintura de san Isidro, propiedad del Ayuntamiento. Actualmente forma parte de fondos municipales y ha sido expuesta en la reciente exposición dedicada a  María en Alcalá la Real con motivo del CL Aniversario de la Inmaculada  Concepción.

El cuadro  ofrece una visión especial de la  Inmaculada, orlada a sus laterales de san Francisco de Asís y de san Isidro. Pero, deteniéndonos en la figura del santo de Madrid se nos muestra nimbado y  arrodillado a la parte izquierda de la Inmaculada, protegido por un ángel. Tanto el santo como ángel están cubiertos de colores oscuros y  marrón. El santo, con túnica, capa y zurrón; el ángel con túnica ribeteada de amarilla. La aguijada sobresale del cuerpo del santo y apenas se muestra la punta. Se apoya en una nube.

 

LOS MILAGROS DEL SANTO

 

 

El  milagro del pozo

 

Con su esposa María Toribia, más conocida con santa María de la Cabeza, tuvo un hijo de nombre Juan o Illán, mientras el matrimonio trabajaba en la hacienda de Juan de Vargas en Madrid. Sin poder evitarlo, el niño cayó en un pozo de la casa. Cuando Isidro regresó del campo y se enteró de lo ocurrido, se puso rezar junto al brocal e, inmediatamente, las aguas del pozo empezaron a subir y devolvieron al  hijo sano y salvo.

 

El milagro de su esposa

 

Por el anterior  milagro, los esposos quisieron dar gracias a Dios llevando una vida virtuosa, pero el diablo disfrazado de campesino trató de infundir celos al santo aprovechándose de que su mujer iba a la ermita de Caraquiz para reponer el aceite de la lámpara de un altar consagrado a la Virgen. Por eso, extendió el rumor de que María de la Cabeza no iba a otra cosa que a encontrarse con los pastores para acampar en las orillas del Jarama.

El santo, para esclarecer la coartada demoníaca, se escondió cerca del río Jarama, donde vio llegar a  su mujer con el aceite. Cuando se dio cuenta de la patraña, san Isidro hizo un milagro, comenzó a rezar y ante la imposibilidad de pasar el río su mujer por las crecidas de las aguas, se quitó el mantillo, lo echó sobre el agua y subida en él  atravesó el río.

 

El milagro de los ángeles

 

Es el conocido y comentado milagro, amén de romanceado, de que ante las acusaciones de que san Isidro no cultivaba los campos  mientras se iba a rezar y hacer limosna en Madrid, la sorpresa radicó en que unos ángeles hacían las labores de la tierra y le ayudaban. Se completa el milagro, con el nacimiento de un manantial de agua tras un golpe de su aguijada.

 

Los milagros de la caridad

 

Los narra Juan Diácono y hacen referencia a la labor caritativa del santo. Uno se refiere a un saco que no disminuía  mientras daba de comer a unas palomas; otro   se relata con una olla sin fondo  con la que daba de comer a los mendigos en una mesa preparada por el santo.

 

El milagro histórico

 

Gracias a la intervención de san Isidro Alfonso VIII se  consiguió la victoria de las Navas de Tolosa y el santo le regaló un arca por esta gracia.

 

LA ICONOGRADÍA DE LA
 
IMAGEN DE LAS CASERÍAS

 

Presenta la imagen de San Isidro uno de los atributos más importantes que caracterizan su  iconografía: la aguijada junto con  el arado con sus bueyes. La aguijada era un palo largo rematado con una  media  luna de hierro para desprender el barro que se  pegaba al arado, en este caso se ha sustituido en forma de punta de lanza. En cuanto al arado, se sustituye ofreciendo la imagen de  un ángel guiando el arado con sus bueyes  y responde  a uno de los milagros del santo. En este caso, se han fundido los dos atributos y, concretamente, sólo aparece una pieza grande que tiene forma de punta de flecha. A veces lleva un rosario, una hoz, o gavilla de trigo, para identificarlo con un labrador.

Está representada como hombre maduro, con barba y algo de melena, sus vestidos son un sayo de mangas anchas hasta el codo y amplios vuelos hasta  el muslo. También tiene calzones hasta la media pierna. El hecho de que aparece, por un lado, San Isidro y por otro los ángeles y el arado, se refiere al milagro siguiente.

Isidro se marchó  huérfano de sus padres a Torrelaguna, donde se puso al servicio del señor  Juan de Vargas, donde conoció a su esposa María de la Cabeza. Envidiosos sus compañeros de trabajo de que era favorecido por su señor  le acusaron de  que olvidaba el cultivo por los rezos. Quiso el señor comprobarlo yendo al campo: Vio que dos ángeles, cada uno con su yunta,  hacían las labores y labraban los campos, ayudando  a San Isidro. 

 

 

 

El PAISAJE DE LAS CASERÍAS  EN TIEMPOS DEL NACIMIENTO DE LA ERMITA

 

LAS  TIERRAS DE CEREAL

 

Por un lado existían tierras de secano, dedicadas a los cereales, en los parajes de los Coscojares, Camuña, Loma de la Jurada, Villar, Mata, Guadalcotón, Pasada Baena, Eras de Narváez,  y canino de Priego.

Se calificaban como  tierras de primera calidad, que se cultivaban con un sistema rotativo en el que primer año producían por fanegas doce de habas, doce  de trigo en el segundo y cuarto año, cuatro de garbanzos en el tercero y el último descansaban de barbecho. Las de segunda calidad, se barbechaban el primero, el segundo llegaba a producir nueve fanegas de trigo, el  tercero de nuevo se descansaba, el cuarto producía trigo y el quinto cebada. En cuanto a las de tercera y cuarta calidad, se descansaba de tres a cuatro años, y sólo producían seis de trigo y siete de cebada en dos años intermitentes  o, p ocho de escaña y yerros en medio de un periodo de seis años.

El cereal se elaboraba en las eras de los cortijos, y se almacenaba en los tinados la paja  y en las cámaras altas, trigo y cebada en atrojes. Una parte se quedaba para sustento del labrador que cambiaba por pan y harinas,  alimento de ganado  y simiente para la siembra.. Los labradores pagaban la décima (uno de cada diez frutos y medidas), la primicia ( uno de cada cinco), el voto de Santiago ( ( tres celemines por fanega)   y el pie del altar  la abadía; otra parte era concertada con el  propietario del cortijo ( de una a seis partes de la cosecha) y a esto se añadían  los impuestos de millones, sisas, alcabalas, El resto se vendía en un mercado interior entre los propios labradores y artesanos, así como una pequeña parte en momentos de abundancia se exportaba en el  mercado granadino y malagueño a través de los playeros. En esta labor de intermediarios se encontraban los corredores,  y los fieles de las medidas que compartían la labor de control con la especuladora. Una figura especial eran los sobresaliente4s para el campo que se nombraban por el señor Juez Eclesiástico para cobrar las rentas eclesiásticas y cobraban en torno a las 18 fanegas de trigo y nueve de cebada. 

El precio del trigo era de 18 reales la fanega de trigo y garbanzos, nueve  la de cebada, cuatro la de escaña, 11 la de yeros, y 10 la de habas y maíz. Pero, los precios variaban por muchas circunstancias, sobre todo con las subidas excesivas en las crisis de sequía, escasez y subsistencia..

 

LAS TIERRAS DE ARBOLADO

 

Por otro lado, a estas tierras de labor rodeaban varios pastos y  montes llenos de mechones y peñascos, que no producían nada “por ser inútiles por naturaleza”. Cercana estaba la dehesa de Fuente Álamo que servía para alimentar los ganados.

 

Los árboles y arbustos se extendían a manchas y, principalmente en lindes y ribazos, de la siguiente manera y en los siguientes lugares.

-Parras y viñas en Puertollano, Camuña y en las propias Caserías. La mayoría eran de una calidad media. La fanega se ocupaba con 800 cepas, pus eran las fanegas de mayores dimensiones que en otros lugares que en la comarca alcalaína. La fanega producía 26 arrobas de vino. Aunque había de menor calidad que a lo más que llegaban a producir eran entre ocho y quince arrobas. Esta se pagaba a cinco reales, aunque variaba el de yema con el de estrujón o prensa.

-Los Olivares Camuña, por los pagos del regidor  Marrón, cortijos de las Caserías  y Puertollano. Todos ellos eran de muy buena calidad y se ocupaban de 36 pies de olivo por fanega. Como eran de primera calidad fructificaban al quinquenio y producían cada año unas nueve arrobas de aceite. La arroba de aceite alcanzaba el precio de 14 reales.  Comparen datos con la actualidad.

-Las alamedas  estaban situadas en torno a la fuente de las Caserías y cada álamo rentaba unos 20 maravedíes..

-Encinas y quejigos se encontraban a manchas y sin regla en los parajes de  Cornicabra, Fuente del Ayozo, y Pedregales, produciendo 36  reales cada pie.  .

   

            Estas tierras no era ninguna de propios del ayuntamiento de Alcalá la Real, tan solo los montes, que, poco a poco, se iba roturando eran de realengo concedido su fruto al municipio para repartirlo entre colonos que pagaban un arbitrio.

            Abundaban las tierras y cortijos capellanías e instituciones religiosas, donadas por los hidalgos a sus hijos o hijas como dote en la entrada en los servicios religiosos. ,

 

 

 

LA INDUSTRIA

 

Existía un molino de harina junto al Guadalcotón, propiedad de Juan de Alcalá, vecino de Alcaudete, que era arrendado en 20 fanegas de trigo.

Pero el molino más importante era el de Fernando Marrón, situado en los altos de la Camuña, se le regulaba una ganancia de 300 reales, y era de rueda arrastrado por el hombre. Servía tanto para obtener aceite como para el zumaque.

 

 

EL GANADO

 

Ocupaba las partes montuosas y los prados. Frecuentaban las yuntas de bueyes, mulas y asnos   en la labor. Las cabras, ovejas y cerdos para cría, eran guardados por los mozos del cortijo.

 

 

FELICES FIESTAS EN LAS CASERÍAS DE SAN ISIDRO, Y QUE EL SANTO  NOS PROTEJA LOS CAMPOS Y LOS FRUTOS EN EL FUTURO

 

            Francisco Martín Rosales

 

 

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