CASERÍAS DE
SAN ISIDRO. LA IMAGEN Y
SU PAISAJE
Se ha hablado, en muchas ocasiones, sobre la imagen de San
Isidro ligada a algún milagro y al mundo rural. Corresponde, en este artículo, comentar
los milagros, atributos y simbología
de este santo y el hábitat de
este partido de campo, cuando se extendió el culto y la romería en honor a San Isidro.
Se conserva, además, una pintura de san Isidro,
propiedad del Ayuntamiento. Actualmente forma parte de fondos municipales y ha
sido expuesta en la reciente exposición dedicada a María en Alcalá la Real con motivo del CL
Aniversario de la
Inmaculada Concepción.
El cuadro
ofrece una visión especial de la Inmaculada ,
orlada a sus laterales de san Francisco de Asís y de san Isidro. Pero,
deteniéndonos en la figura del santo de Madrid se nos muestra nimbado y arrodillado a la parte izquierda de la Inmaculada , protegido
por un ángel. Tanto el santo como ángel están cubiertos de colores oscuros
y marrón. El santo, con túnica, capa y
zurrón; el ángel con túnica ribeteada de amarilla. La aguijada sobresale del
cuerpo del santo y apenas se muestra la punta. Se apoya en una nube.
LOS MILAGROS DEL SANTO
El milagro
del pozo
Con su esposa María Toribia, más conocida con santa
María de la Cabeza ,
tuvo un hijo de nombre Juan o Illán, mientras el matrimonio trabajaba en la
hacienda de Juan de Vargas en Madrid. Sin poder evitarlo, el niño cayó en un
pozo de la casa. Cuando Isidro regresó del campo y se enteró de lo ocurrido, se
puso rezar junto al brocal e, inmediatamente, las aguas del pozo empezaron a
subir y devolvieron al hijo sano y
salvo.
El milagro de su esposa
Por el anterior
milagro, los esposos quisieron dar gracias a Dios llevando una vida
virtuosa, pero el diablo disfrazado de campesino trató de infundir celos al
santo aprovechándose de que su mujer iba a la ermita de Caraquiz para reponer el
aceite de la lámpara de un altar consagrado a la Virgen. Por eso,
extendió el rumor de que María de la
Cabeza no iba a otra cosa que a encontrarse con los pastores
para acampar en las orillas del Jarama.
El santo, para esclarecer la coartada demoníaca, se
escondió cerca del río Jarama, donde vio llegar a su mujer con el aceite. Cuando se dio cuenta
de la patraña, san Isidro hizo un milagro, comenzó a rezar y ante la
imposibilidad de pasar el río su mujer por las crecidas de las aguas, se quitó
el mantillo, lo echó sobre el agua y subida en él atravesó el río.
El milagro de los ángeles
Es el conocido y comentado milagro, amén de
romanceado, de que ante las acusaciones de que san Isidro no cultivaba los
campos mientras se iba a rezar y hacer
limosna en Madrid, la sorpresa radicó en que unos ángeles hacían las labores de
la tierra y le ayudaban. Se completa el milagro, con el nacimiento de un
manantial de agua tras un golpe de su aguijada.
Los milagros de la caridad
Los narra Juan Diácono y hacen referencia a la labor
caritativa del santo. Uno se refiere a un saco que no disminuía mientras daba de comer a unas palomas;
otro se relata con una olla sin fondo con la que
daba de comer a los mendigos en una mesa preparada por el santo.
El milagro histórico
Gracias a la intervención de san Isidro Alfonso VIII
se consiguió la victoria de las Navas de
Tolosa y el santo le regaló un arca por esta gracia.
Presenta la imagen de San Isidro uno de los
atributos más importantes que caracterizan su
iconografía: la aguijada junto con
el arado con sus bueyes. La aguijada era un palo largo rematado con una media
luna de hierro para desprender el barro que se pegaba al arado, en este caso se ha sustituido
en forma de punta de lanza. En cuanto al arado, se sustituye ofreciendo la
imagen de un ángel guiando el arado con
sus bueyes y responde a uno de los milagros del santo. En este
caso, se han fundido los dos atributos y, concretamente, sólo aparece una pieza
grande que tiene forma de punta de flecha. A veces lleva un rosario, una hoz, o
gavilla de trigo, para identificarlo con un labrador.
Está representada como hombre maduro, con barba y
algo de melena, sus vestidos son un sayo de mangas anchas hasta el codo y
amplios vuelos hasta el muslo. También
tiene calzones hasta la media pierna. El hecho de que aparece, por un lado, San
Isidro y por otro los ángeles y el arado, se refiere al milagro siguiente.
Isidro se marchó
huérfano de sus padres a Torrelaguna, donde se puso al servicio del
señor Juan de Vargas, donde conoció a su
esposa María de la
Cabeza. Envidiosos sus compañeros de trabajo de que era
favorecido por su señor le acusaron
de que olvidaba el cultivo por los
rezos. Quiso el señor comprobarlo yendo al campo: Vio que dos ángeles, cada uno
con su yunta, hacían las labores y
labraban los campos, ayudando a San
Isidro.
El PAISAJE DE LAS CASERÍAS EN TIEMPOS DEL NACIMIENTO DE LA ERMITA
LAS TIERRAS
DE CEREAL
Por un lado existían tierras de secano, dedicadas a
los cereales, en los parajes de los Coscojares, Camuña, Loma de la Jurada , Villar, Mata,
Guadalcotón, Pasada Baena, Eras de Narváez,
y canino de Priego.
Se calificaban como
tierras de primera calidad, que se cultivaban con un sistema rotativo en
el que primer año producían por fanegas doce de habas, doce de trigo en el segundo y cuarto año, cuatro
de garbanzos en el tercero y el último descansaban de barbecho. Las de segunda
calidad, se barbechaban el primero, el segundo llegaba a producir nueve fanegas
de trigo, el tercero de nuevo se
descansaba, el cuarto producía trigo y el quinto cebada. En cuanto a las de
tercera y cuarta calidad, se descansaba de tres a cuatro años, y sólo producían
seis de trigo y siete de cebada en dos años intermitentes o, p ocho de escaña y yerros en medio de un
periodo de seis años.
El cereal se elaboraba en las eras de los cortijos,
y se almacenaba en los tinados la paja y
en las cámaras altas, trigo y cebada en atrojes. Una parte se quedaba para sustento
del labrador que cambiaba por pan y harinas,
alimento de ganado y simiente
para la siembra.. Los labradores pagaban la décima (uno de cada diez frutos y
medidas), la primicia ( uno de cada cinco), el voto de Santiago ( ( tres
celemines por fanega) y el pie del altar la abadía; otra parte era concertada con
el propietario del cortijo ( de una a
seis partes de la cosecha) y a esto se añadían
los impuestos de millones, sisas, alcabalas, El resto se vendía en un
mercado interior entre los propios labradores y artesanos, así como una pequeña
parte en momentos de abundancia se exportaba en el mercado granadino y malagueño a través de los
playeros. En esta labor de intermediarios se encontraban los corredores, y los fieles de las medidas que compartían la
labor de control con la especuladora. Una figura especial eran los
sobresaliente4s para el campo que se nombraban por el señor Juez Eclesiástico
para cobrar las rentas eclesiásticas y cobraban en torno a las 18 fanegas de
trigo y nueve de cebada.
El precio del trigo era de 18 reales la fanega de
trigo y garbanzos, nueve la de cebada,
cuatro la de escaña, 11 la de yeros, y 10 la de habas y maíz. Pero, los precios
variaban por muchas circunstancias, sobre todo con las subidas excesivas en las
crisis de sequía, escasez y subsistencia..
LAS TIERRAS DE ARBOLADO
Por otro lado, a estas tierras de labor rodeaban
varios pastos y montes llenos de
mechones y peñascos, que no producían nada “por ser inútiles por naturaleza”.
Cercana estaba la dehesa de Fuente Álamo que servía para alimentar los ganados.
Los árboles y arbustos se extendían a manchas y,
principalmente en lindes y ribazos, de la siguiente manera y en los siguientes
lugares.
-Parras y viñas en Puertollano, Camuña y en las
propias Caserías. La mayoría eran de una calidad media. La fanega se ocupaba
con 800 cepas, pus eran las fanegas de mayores dimensiones que en otros lugares
que en la comarca alcalaína. La fanega producía 26 arrobas de vino. Aunque
había de menor calidad que a lo más que llegaban a producir eran entre ocho y
quince arrobas. Esta se pagaba a cinco reales, aunque variaba el de yema con el
de estrujón o prensa.
-Los Olivares Camuña, por los pagos del regidor Marrón, cortijos de las Caserías y Puertollano. Todos ellos eran de muy buena
calidad y se ocupaban de 36
pies de olivo por fanega. Como eran de primera calidad
fructificaban al quinquenio y producían cada año unas nueve arrobas de aceite.
La arroba de aceite alcanzaba el precio de 14 reales. Comparen datos con la actualidad.
-Las alamedas
estaban situadas en torno a la fuente de las Caserías y cada álamo
rentaba unos 20 maravedíes..
-Encinas y quejigos se encontraban a manchas y sin
regla en los parajes de Cornicabra,
Fuente del Ayozo, y Pedregales, produciendo 36
reales cada pie. .
Estas tierras no era ninguna de propios del ayuntamiento
de Alcalá la Real ,
tan solo los montes, que, poco a poco, se iba roturando eran de realengo
concedido su fruto al municipio para repartirlo entre colonos que pagaban un
arbitrio.
Abundaban las tierras y cortijos capellanías e
instituciones religiosas, donadas por los hidalgos a sus hijos o hijas como
dote en la entrada en los servicios religiosos. ,
Existía un molino de harina junto al Guadalcotón,
propiedad de Juan de Alcalá, vecino de Alcaudete, que era arrendado en 20
fanegas de trigo.
Pero el molino más importante era el de Fernando
Marrón, situado en los altos de la
Camuña , se le regulaba una ganancia de 300 reales, y era de
rueda arrastrado por el hombre. Servía tanto para obtener aceite como para el
zumaque.
EL GANADO
Ocupaba las partes montuosas y los prados.
Frecuentaban las yuntas de bueyes, mulas y asnos en la labor. Las cabras, ovejas y cerdos
para cría, eran guardados por los mozos del cortijo.
FELICES FIESTAS EN LAS CASERÍAS DE SAN ISIDRO, Y QUE
EL SANTO NOS PROTEJA LOS CAMPOS Y LOS FRUTOS EN EL FUTURO
Francisco
Martín Rosales
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