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domingo, 19 de mayo de 2024

EN LA SEMANA DEL JAÉN, ALDEAS CON PATRÓN DE SAN ISIDRO LABRADOR

 

 

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            El mes de mayo se centra con  la festividad de San Isidro, que se celebra en  muchos lugares de España. Muchos vecinos, de Torredelcampo, Jamilena, Villardompardo, Higuera de Calatrava o Santiago de Calatrava entre otros muchos municipios de la provincia de Jaén, veneran a San Isidro Labrador y realizan las fiestas  durante esta semana. Responden a una economía tan vinculada al campo,  de modo que no es de extrañar que exista un gran fervor hacia este santo, y celebren una romería y gran celebración religiosa en todos estos pueblos, para que bendiga las cosechas. Pero, conforme disminuye la población , abundan los que declaran como patrón a san Isidro. Este es el caso de algunas cortijadas de Alcalá la Real y las aldeas de Ermita Nueva y Las Caserías (por cierto, especificada esta última  en el contexto comarcal con el nombre del santo de tradición rural desde el siglo XVII). Curiosamente, ambas aldeas responden a un esquema poblacional de dispersión geográfica, que, en parte se mantiene  a lo largo de los partidos de campo de ambos núcleos: pues abundan los cortijos, las caserías, las casas de aperos, las segundas viviendas, el recuerdo de alguna venta anterior que dinamizó el núcleo junto con la ermita del lugar,  y, en torno a las antiguas vías pecuarias y calles de campos ( tan públicos como los caminos de la Mesta), la concentración de  casas  o caseríos. Estos últimos son los que forman los núcleos del Ventorrillo, Cequia y Pilillas en Ermita Nueva; y el de la antigua venta Fantasía en las Caserías.

 











Las ermitas dedicadas al santo  patrón de Madrid  todavía juegan un papel importante  de los vecinos de estos parajes.  No sólo, son  los lugares sagrados  para celebrar las fiestas, sino el exponente y símbolo de todos los paisanos, ausentes y presentes, porque compartieron conmemoraciones fundamentales  a lo largo de su vida desde  el bautismo hasta la despedida de sus seres más queridos.  Y, esto, sin pasar por alto el  hecho de que los templos  fueron  el centro de información, de reunión y  administración  en tiempos  pasados, ya que los capellanes de aldeas y los ministros de la justicia- los anteriores alcaldes pedáneos- ejercían la administración civil y eclesiástica en estos lugares. Por otro lado,   el patronazgo de  San Isidro es un recuerdo de una sociedad,  por completo campesina  y religiosa, que se abrió horizontes en los senos de muchas familias  humildes y sencillas, tras los distintos repartimientos de  tierras  por parte del ayuntamiento y  el visto bueno los privilegios reales. Para muchas personas,  San Isidro fue, en los siglos pasados, el  santo mediador en el que los  aldeanos ponían todas sus miradas y esperanzas: desde la roturación de los terrenos y suertes concedidas  hasta la recolección del mes de agosto o de la vendimia de otoñal pasando por las labores de los huertos familiares.

Cambiaron los tiempos, la sociedad se hizo más laica y mucho en los últimos tiempos del siglo XX : la mecanización  del campo y la  migración hacia Alcalá la  Real  provocaron que  estos dos  hábitats, sobre todo  las Caserías,  cambiaran  la morfología de sus grupos con una nueva  estructura social , en la que los campesinos ya no son el cien por cien poblacional; y  tan sólo las imágenes de San Isidro  se mantuvieran bendiciendo los campos con su  mancera. Parece como si el santo de los campos, en medio de tantas transformaciones económicas y financieras,   se mantuviera firme anunciando un renacimiento de una  vida campesina de complemento y subsistencia ( aunque sea de fin de semana) y  orgullo de conquista de la tierra frente al cambiante mundo de la técnica y la mortífera crisis financiera ( y sin saber dónde se dirigirá la dirección su nefasto viento actual).  

 

        No es este su renacimiento, sino que existen rutas que recorren las aldeas y la ciudad de la Mota. Estar  situada en el camino Real  de Granada, convierte Ermita Nueva en un paso ineludible para los que  toman la ruta mozárabe del Camino de Santiago, así como en todas las rutas del Al Andalus. Por otro lado, las de los Castillos y las Batallas que por estas tierras dejó su huella en las atalayas levantadas sobre los cerros de las Caserías; pasan también por ellas las del Califato y de Washington Irving que hacen escala por estas sierras tras su azarosa estancia en Priego de Córdoba; la carolina, o imperial de Carlos V y la de Caminos de Pasión.

Otras rutas se podrían abrir.  Es un paisaje que, situándose en el carril antiguo junto a la nueva carretera de Priego, se transforma en un mirador singular desde donde se divisan la torre de los Pedregales, la Fuente la Negra, el cerro de la Cruz, y la Tiñosa al fondo; o, si se asciende, se proyecta la sombra vespertina de Pineda, las Albarizas, cerro de la Jurada y la Acamuña. Como el poeta canta:  Entre un mar de olivares, /paisaje del mundo, /sonreía Pineda, /a los lejos del Fundo.

        Hoy, han nacido nuevas inquietudes como el punto de la ITV de Alcalá la Real para la inspección de vehículos de la zona de la Comarca de la Sierra Sur. O el Punto Limpio para estación de recogida y trasvase de residuos urbanos.  O, en la agricultura, el cambio de los antiguos viñedos por los cerezos y, en algunos casos, por los esparragales. Y, sobre todo, le afectan a las dos aldeas por su paisaje que se incardinen en la ruta del Olivar. Su territorio es una muestra clara y bien definida en defensa del Patrimonio de la Humanidad para el Paisaje del Olivo. En un espacio tan disperso y tan cercano a la ciudad de la Mota, no es de extrañar que se plantaran los primeros olivos a las faldas de la señera Acamuña en torno al cortijo Marroun. Y que, en esa misma mansión rural, se abriera la primera almazara del municipio de Alcalá la Real. Tampoco causa sorpresa de que se hayan asentado siempre varias almazaras y puntos de recogida de aceituna. La de Aceites Cervera, situada a la salida de los grandes pagos del Coscojar, Cañada Honda y Cornicabra, una fábrica de aceite que conjuga el buen sabor de los caldos tradicionales con los nuevos cultivos del picual, que por estas tierras se denomina marteño o nevado. O la antigua fábrica de la Concepción Sierra, fundada en 1911, y actual sede y propiedad de Alcalá Oliva. Un edificio modernista con resabios regionalistas, bellamente adaptado a Museo del Aceite, como exponente de nuestro aceite de oliva de Alcalá, donde destaca las pequeñas dosis envueltas en un envase que simula una aceituna, muy apropiada para los desayunos y los aliños de mesa y conocida por todo el mundo.


....Desde su mirador en el sótano, se contempla la fortaleza en forma de excepcional mirador:  adiós, san Isidro,/ en la ruta del olivar,/por las Caserías,/se escuchaba al pasar,/caer las aceitunas,/desde el Coscojar.

 

 

 

 

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