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miércoles, 26 de julio de 2023

Hoy, Santa Ana, feliz disanto

 


LA DEVOCIÓN A SANTA ANA

 

 

La tradición alcalaína a devoción la imagen de Nuestra Abuela Santa Ana, se remonta a finales del siglo XV. Y se atribuye a la imagen gótica traída probablemente por D. Gil de Albornoz, arzobispo de Toledo y Canciller de Alfonso XI, y su ubicación en la ermita de la Aldea del mismo nombre. Por un testamento de Sancho González, administrador de la parroquia de Santa María la Mayor a principios de siglo XVI, también, existía en la iglesia gótica mudéjar una capilla dedicada Santa Ana junto a la capilla de Francisco de Aranda, que desapareció posteriormente con la nueva iglesia renacentista y se trasladó el culto a la ermita de la aldea.

 

Su devoción comenzó a extenderse en Alcalá la Real a finales del siglo XVI, cuya datación parece evidente y en tiempos del abad Moya, se recogió como fiesta muy importante junto con la de san Joaquín amparándose en un Breve del papa Gregorio XV. En el convento dominico del Rosario, existía una capilla dedicada a Santa Ana por la familia del abad Pedro de Moya; también existía otra en el monasterio franciscano de Nuestra Señora de Consolación.

La Cofradía de Santa Ana cumplió más de  500 años desde que se fundó, según el testimonio de su hermano mayor Pedro Sánchez de la Hinojosa  ante el corregidor Gómez de Mesía en 1568, con motivo del intento de la reunificación de cofradías ordenada por Felipe II .

La cofradía de la Señora Santa Ana se había fundado en 1518 por familias labradoras,  hidalgas y artesanos.  y se edificó una iglesia -ermita (ya se había levantado una primera a finales del siglo XIV), situada a media legua de Alcalá la Real. La dirigía  un  mayordomo y prioste de la cofradía, acompañado de los alcaldes, y se constituía por un gran grupo de hermanos.

Disponía de una cruz   de la cofradía y enterramiento junto con su paño de lecho, ornamentos y recaudos, con los que  se celebra misa  en la dicha iglesia. Cada día se había aumentado la limosna de los vecinos de Alcalá la Real y se había construido una  capilla principal  con su retablo de mucho valor. Como declaraban: “Desde esta fecha siempre iba anualmente en el día de la Señora Santa Ana una procesión general con toda la clerecía por tener como se tiene mucha devoción en la dicha iglesia.  Cada día se había aumentado la limosna de los vecinos de Alcalá la Real y se había construido una capilla principal con su retablo de mucho valor. Se decía misa ordinariamente y se acudían muchos devotos y aumentaba el número de hermanos y cofrades de la cofradía”.

Su fervor aumentó, a lo largo de los siglos, con la devoción  de muchos particulares y el reconocimiento patronal del ayuntamiento alcalaíno en 1638. Solía acudir en forma de romería a realizar su función de Iglesia en la Mota hasta 1744. Luego, la iglesia de Santa Ana fue viceparroquia, parroquia, y de nuevo renació la cofradía en el siglo XX (1961 y 1991).

                                     

SANTA  ANA, PATRONA ALCALAÍNA  EN LAS ROGATIVAS

         Con motivo de periodos de sequía o de lluvias torrenciales era frecuente encomendarse a Santa Ana, todavía en 1605 no era patrona, pero sí protectora de la ciudad. Se le traía a la iglesia de Santa María la Mayor, era recibida en los Álamos por un grupo de regidores, y, en procesión, marchaba hasta la Mota, donde solían hacérsele triduos y novenas, con acapilla de música, sermones y cultos solemnes.

Hay noticias por las actas municipales y los protocolos notariales que el culto a Santa Ana se remontaba a principios del siglo XVI, cuando se hacía una romería que partía desde la aldea hasta la Iglesia Mayor, donde se celebraban cultos por el mes de julio. A partir de los años setenta, la imagen de Santa Ana fue  trasladada a la ciudad para celebrar rogativas con motivo de cualquier tipo de calamidades, sequías, pandemias o torrenciales. Noticias las hay de 1576, 1578, 1579 y 1580. Y, en palabras del investigador y arcipreste don Antonio Montañés Chiquero,  se recogen estos datos que permiten adelantar su patronazgo; “En nuestro primeros pasos de investigación de rogativos pronto nos tropezamos con Santa Ana,  viendo confirmado lo que ya sospechábamos, que desde el último tercio del siglo XVI, por lo menos, era venerada la dignísima esposa  de San Joaquín, como Patrona de Alcalá la Real, y que, excepción hecha de algún particular, esta santa figuraba exclusivamente en las rogativas públicas, a cuyo efecto su efigie era solemnemente conducida, desde la ermita de Santa Ama, a la Iglesia Mayor, en los años de grandes calamidades, que alguna que otra ve afligían a esta ciudad  y su comarca, Así ocurrió con motivo de las sequías de 1581, 1589, 1594, 1596, 1598,1607, 1608, 1619. 1639, 1651, 1653, 1661, 1666, y durante la peste de 1677. Este último año por la salud del rey Felipe II.





La relación de la imagen con el cabildo alcalaíno se hizo notar porque algunas restauraciones, e, incluso, algunos ornamentos fueron pagados por el ayuntamiento alcalaíno. Así, en 1686 le donaron a la ermita de Santa Ana, la madera de los álamos de Alcalá y unos años antes un precioso manto.

 

COPATRONAS VIRGEN DE LAS MERCEDES Y SANTA ANA

Con la devoción popular a la Virgen de las Mercedes a partir de principios del siglo XVII, compartieron cultos y procesiones. Por eso, no es de extrañar estas palabras del arcipreste Montañés Chiquero :” en alguna ocasión aparecieron unidas Nuestra Señora de las Mercedes y Nuestra Abuela Santa Ana, como en 1680(30 de abril, año de peste), en que se da cuenta que por el Cabildo Eclesiástico  se hace novenario a Nuestra Señora de las Mercedes  y la gloriosísima Santa Ana, para que pidan a Dios nos envíe temporales   de agua que son menester ; n novenario que terminará con vísperas , fiesta y sermón,  cuyos actos acordó asistir la Ciudad . Tal fue, también,  la rogativa que se hizo en 1690, a instancias-como la anterior- el Cabildo Eclesiástico, y la que promovió y costeó el cabildo municipal para obtener del cielo la cesación de la peste, en el año 1751.

 

.DECLARACIÓN DE PATRONA DE LA CIUDAD DE ALCALÁ LA REAL

         En 18 de abril de 1638, se recoge la justificación de la traída de Santa Ana  y  el acuerdo de declarar patrona por la ciudad. La ciudad dijo que en el Cabildo antecedente  se trajese la Señora Santa Ana, por la gran devoción que todos los vecinos tienen para pedir, en la necesidad presente, la falta de agua como lo a fecho  en todas las demás ocasiones y necesidades que a tenido  por cuyo medio si empre  a alcançado fertilidad y salud y abundancia de frutos  y que oi evidentemente estando  con tanta necesidad de agua los campos en el punto  que lo acordó a comenzado a llover y espera en su divina Magostad  de abundar los campos de agua y fertificarlos por su intercesión  y porque siempre la a tenido por patrona y abogada y a estado con buena fe de que todos  los antecesores  le an votado de nuevo revalidando esta fe se acuerda  a que haga una fiesta solemne para el domingo  dos de mayo que ese día se jure y vote  por patrona y abogada  que desde luego la ciudad  la recibe  por  tal patrona  y nombra  a don Cristóbal Jiménez  Muñoz don Juan Bautista Fernández de Valladolid, rexidores, por comisarios para hacer la dicha fiesta  y al comisario del corpus   y a la vocación  se pregone, se pongan luminarias  y se haga con todo a solemnidad.

 

EL ACTO DEL PATRONAZGO SE REALIZÓ EL CUATRO DE MAYO DE 1638

Se reunió todo el cabildo municipal, domingo, hizo la fiesta del voto de la ciudad, en la Iglesia Mayor . Por su merced del señor Gobernador de la Abadía en el altar mayor  de la iglesia, después de alabado el evangelio, se bajó a la capilla unas andas, encima de un bufete delante de otro  un bufete Mayor  donde estaba la Señora Santa Ana en  donde se puso un misal abierto junto de  su merced el dicho gobernador y la dicha ciudad  y junta. de dos en dos, de tres en tres, la dicha justicia y regidores y, después, los jurados y el dicho escribano, todos en la dicha forma fueron pasando , puniendo las manos en el dicho misal  y juraron a tener por patrona de esta dicha ciudad la gloriosísima  Santa Ana siempre  que en toda ella se tenga por tal , todo lo qual acabado, su merced el dicho gobernador se volvió a el altar mayo  y pasó  en presencia de mí el dicho escribano, que doy fe.

Formaban parte del juramento el teniente corregidor Antonio Ruiz de Ávila , los regidores Antonio de Gamboa, Cristóbal Jiménez, Juan Fernández de Valladolid, Francisco Salazar Mendoza, Juan Vásquez  Mesía, Juan González de Utrilla, Luías de Aranda y Leyva, don Esteban Ortega Garrido , don Sebastián de Ortega  Valle, don Juan de Aranda Pineda, don Alonso de Benavides, don Diego González de Mazuela, Don Rodrigo Manuel de Aranda, don Juan Fernández de Rojas,  Francisco Mirez Valenzuela, don Juan Bustamante, don Juan Menéndez de Pineda, don Pedro de Sotomayor,  Salazar, don A Andrés de Torreblanca, don Francisco de Pedregosa jurado Francisco Muñoz y Felipe Pérez.  Escribano Pedro de Medina

 

 


IV

LA TRAÍDA A LA CIUDAD DE ALCALÁ LA REAL

 

 

         Por el cabildo de  22  de mayo de  1615, sabemos  que ya aparece sin haberse jurado por el cabildo municipal como patrona Santa Ana y cómo era el orden de traer a Santa Ana desde su ermita a la ciudad  de Alcalá la Real:

Se originaban discusiones   entre  los miembros del ayuntamiento acerca del orden de llevarla:

         “En este cabildo la ciudad trató de los grandes inconvenientes que tienen las disensiones  que suele haber entre los caballeros  y regidores de esta cabildo y fuera de ella en razón de llevar las hachas  cuando se trae la Señora Santa Ana por ser doce y no puede ser posible  convidar todos los regidores  que hay; los demás que no se convidan  quedan disgustados  y, sobre esto, a habido  algunas  pesadumbres  y se espera que las habrá , para evitarlas se confiera al mejor orden  que se podía tomar  en esto de suerte que cesen los dichos inconvenientes  y sólo se acuda a la devoción  y piedad  que se debe a la dicha fiesta”.

Y acuerdan este histórico consenso, para organizar las procesiones del año (observamos que número tan reducido se necesitaba para llevar las andas) y  la  relevancia del hermano mayor de la cofradía:

“ Y habiéndose conferido la ciudad acordó que el viernes siguiente después del día de la Ascensión  de Nuestro Señor  todos los años esta ciudad se junte el cabildo  llamado para el con sus porteros  que en fe de  ello han citado a todos los dichos caballeros y en el dicho cabildo se saquen seis suertes por la justicia  y los seis caballeros que en ella salieren lleven seis de las dichas hachas  sin que puedan renunciar ni dar  a otros;  y las otras seis las lleven caballeros fuera de este ayuntamiento, lo cuales pareciere al hermano mayor, que es o fuere de  la dicha cofradía,   que ha  de ser a su cargo  el convidarlos  y no de esta ciudad ni de sus comisarios;  y han de llevar de los lugares y,  respecto  de que se ordene por ciudad para aconsejar  más bien la paz y unión ,(pues todos son caballeros)  vayan interpolados los caballeros regidores con los que  no los son  sin distinción  guardados  a cada  uno  urbanidad que a cada uno se debe”. Pero, en el mismo cabildo rectifican para evitar disensiones  y  en el momento de redactar que se le comunique el acuerdo al hermano mayor, se hace un pintoresco acuerdo:.

 “ los seis caballeros  regidores que les tocare por suerte  vayan juntos  en un coro por su antigüedad ; y es otro coro lo  lleven los caballeros de fuera de la ciudad que convidare el hermano mayor,  como es dicho;   y que lo que  es de llevar el coro derecha e izquierda,   se echen dos suertes en dos bolillas que se hagan ; e  que digan qué caballeros  la una de los caballeros  e la otra la ciudad  y la que primero se sacare lleven el lado derecho y esta se ha de echar el¡ día que se echa la suerte para las dichas hachas”.

 El viernes doce de junio de 1615, se celebró una reunión muy importante para la cofradía y en ella se acordó lo siguiente:

“En este cabildo se trató de sortear los caballeros regidores que han de llevar las hachas para traer a Santa Ana por haber de ser el domingo que viene,  conforme al acuerdo que tiene fecho el 22  de mayo. Y habiéndose tratado y conferido sobre ello por algunos inconvenientes  que se habían de guardar  del dicho acuerdo y porque en las demás cofradías que ay en esta ciudad  y la ciudad nunca se entremete  en ninguna cosa de ella,  porque todo  orden es de las cofradías y hermano mayor  que convidan a los  que les parecen llevar el hacha e imagen  y lo demás de la cofradía;  concurriendo con esto se acuerda que para la traída e llevada a su casa de señora Santa Ana  no se den hachas ni se les haga gasto por la ciudad ni su parte se entienda en cosa alguno;  que todo quede a elección del hermano mayor y demás oficiales de las otras cofradías; que esta ciudad,  accediendo a su celo y devoción que tiene a Señora Santa Ana, como patrona  de esta ciudad, le hará fiestas y que no conforme a su deseo los caballeros comisarios den cuenta de este acuerdo a l señor abad para que como a quien le toca disponga lo  que más convenga para ello”.

                                               FRANCISCO MARTÍN ROSALES

 

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