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viernes, 28 de agosto de 2020

LA LEJÍA, UNA FÁBRICA EN LA FUENTE DEL REY EN EL SIGLO XVIII


Ea curioso que  se cite como  inventor de la lejía al químico francés Claude Louis Berthollet en 1779, ya que deescubrió que el cloro mezclado con agua producía un estupendo agente blanqueador. Era el principio de la lejía tal y como hoy la conocemos y le dio el nombre de Eau de Javel. Una solución muy potente que mejoró filtrando el cloro a través de una mezcla de cal, agua y potasaEn 1799 el químico inglés Charles Tennant descubrió un procedimiento para transformar el Agua de Javel de Berthollet en polvo, polvo que simplemente se añadía a la colada. Sin darse cuenta acababa de revolucionar la industria del blanqueo de ropa.

En la fuente del Rey se enconrtraba uno de los lavaderos más importante del la comarca abacial hasta tal punto que por los setenta del siglo XVIII hubo que cubrirlo evitando la mirada de los maintencionados sobre las lavanderas en su labor de colada. Las lavanderías y coladas se remontan a tiempos de los egipcios. No es de extrañar que, a lo largo de la historia, el blanco siempre fue un color preferido para la ropa, sirva de ejemplo la toga romana.por lo  tanto estamos de acuerdo " El blanqueo requería operaciones trabajosas y lentas. El blanco era color importante como símbolo de pureza, los que deseosos de conservar blancos sus vestidos de lino los empapaban en lejía muy alcalinaExistía un encargado de calibrar el tiempo que la prenda debía permanecer sumergida para evitar que saliera hecha trozos. Con anterioridad al invento del detergente las amas de casa tenían que enfrentarse a remedios poco gratos, pero eficaces.

Dicen que  la orina fue empleada como lejía ya que contiene amoniaco. De hecho, en una de las operaciones previas se recurría al “orinado” de la ropa, llevado a cabo por unas cuantas lavanderas, generalmente las más viejas. En el  Renacimiento era un recurso orinar sobre la ropa sucia antes de meterla en la tina, en una solución de agua jabonosa. Culturas del mundo antiguo como la fenicia, la cultura griega o en el Imperio Romano además de la egipcia, utilizaron procedimientos para blanquear su colada.  El término colada significa precisamente la acción de blanquear la ropa metiéndola en lejía caliente. La mayoría de aquellos métodos, cuenta el historiador y naturalista Plinio, empleaban agentes blanqueadores tan curiosos como la orina podrida o las tierras arcillosas, dada la alcalinidad de esas sustancias.
Para el proceso del blanqueo Plinio habla del strucium, refiriéndose seguramente a la planta saponaria de flor parecida a la clavellina; pero también se echaba mano de ácidos sulfurososálcalis y otras materias.

 En el Siglo XII, ya  se entendía por lejía el cocimiento de cenizas vegetales en agua: era lo que usaban las lavanderas para blanquear la colada.

Y las cenizas de los hornos estaban muy controiadas y valoradas de tal manera que en las ordenanzas alcalaí



nas se reservan varios artículos para su aprovechamiento.
Este procedimieno se empleaba en la Fuente del Rey a mediados del sigo XVIII tal como se entiende la lejía por aquellos tiempo diferente al producto científico. En esta zona rural, el cura Juan Nicasio arrendaba por el 1747 a Matías Placios una casa y una caldera para producir lejía. Pues se obtenía  mediante el procedimiento de la  mezcla de  la ceniza de leña en grandes calderas de cobre: la de madera de encina, y menos en esta zona la de fresno que era  excelente, se usaban en este procedimiento artesano y para mayor eficacia se procedía a su filtrado hasta lograr la ceniza más fina. 
Tras echar la lejía venía el blanqueo al sol de la ropa de la colada en el patio del lavadero de la Fuente del Rey. Con el lento extendido de  la ropa en el suelo y rociarla con agua una y otra vez ,  se iba secando, a fin de que la mera acción solar produjera lo pretendido. También , a veces llevaban acciones de blanqueo con una técnica más lenta y laboriosa procedente de los holandeses. No es de extrañar que el término “lejçia”, es una abreviación del sintagma latino aqua lixiva= agua de lejía, del adjetivo lexivus= sustancia utilizada en la colada de cenizas. En el idioma español, hacia el año 1400 aparece el término documentado en un manuscrito de El Escorial. En este documento de contrato ante el escribano Juan Gutiérrez de la Hinojosa, entre estos señores el arrendador el cura Juan Nicasio Navarro y el que realizaría la lejía Matías Palacios en la caldera de cobre para hacer lexias de 22 libras y medias, por el espacio de 8 años y una renta de 110 reales a fecha de 20 de agosto de 1747 y con día de pago por San Pedro, por ser cura y el santo su patrón. Un año después le arrendaba media huertra en el valle de la Fuente de Rey por setenta y siete reales  reales. Muy pocos datos sobre la lejía , pero muy interesantes. 

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