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viernes, 7 de agosto de 2020

LA CASA DE FRANCISCO DE GAMBOA

Hasta que la plaza de la Mota se remodeló a finales del siglo XVI, ofrecía un aspecto muy especial, más bien de reducidas dimensiones. 
Por la  parte que miraba a Granada, las tiendas del ayuntamiento, las ruinas del palacio del alcaide, la Cárcel Real; por el oriente, se veía el adrve y Gaván,; se cerraba hacia el norte con las Casas y tiendas de Cabildo  y la Iglesia; y por occidente abundaban las casas de los hidalgos, antes que se vendieran. Entre estas casas las hubo de los Aranda, los Enriquez de Padilla, los Leyva y Los Montesinos de la Isla y los Cabrera. Pronto dejaron de pertenecer a estas familias para incorporarse a otros miembros relacionados con los nuevos oficiales y cargos del municipio y de la abadía. 
Este es el caso de la casa de los Enriquez de Padilla. Por estos años regentaba la casa y tienda que daba a la plaza, que perteneció a Gutierre de Padilla, y habían heredado sus hijos don Gerómino, doña Beatriz  y Doña Marina Enriquez de Padilla. Todos ellos se relacionaron con miembros de la élite de aquellos tiempos. Esta última nada menos con el miembro de la  Chancillería Real Gonzalo del Castillo. La casas cerraban  la plaza junto con las de doña Leonor Méndez de Sotomayor y la de María y Teresa de Monte, herederas de Gonzalo de Monte ( poseía el doctor Francisco de Villafañé, miembro del Cosejo de Su Majestad) en 28 de enero de  1579. En este año, a primeros de enero, se la vendieron a don Francisco de Gamboa, abad de Santa Fe, provisor del arzobispado de Granada y de la abadía de Alcalá la Real. Es curioso que la compraron por seisicientos ducados ( 223. 000)  y especificaba con toda la posesión, maderas, piedra y seis mármoles que había que colocar en la fachada, lo que nos ilustra de la prestancia de estas casonas o palacetes que debían tener algún que otro adorno en la fachada para resaltar el linaje . 
En 1599, figuraba como abogado de la ciudad. 

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