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jueves, 6 de agosto de 2020

EL HUMILLADERO DE LA ZONA DEBAJO DE LOS LLANOS

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EL  término genérico  DE HUMILLADERO, según el Diccionario de la Real Academia Española en su edición de 1826, se refería a un «lugar devoto que suele haber a las entradas o salidas de los pueblos con alguna cruz o imagen. Ædicula sacra suburbana». Dependiendo del lugar donde se levante el humilladero o del autor que lo defina, el término puede describir una tipología u otra de estructura, confluyendo bajo la denominación de «humilladero», o relacionándose con ella, elementos como pequeñas ermitas, pilares de piedra, cruces de término, pairones (o peirones), esconjuraderas, cruceros o incluso picotas.Viene esto a referencia en que no hubo un solo humilladero en Alcalá, como el que se ha comentado en varias ocasiones. Por cierto, un documento de mediados  del siglo XVI, ante el escribano Alonso de Castro, ubica otro en torno a la actual Cruz de la calle Utrilla o de los Valencias, o se identifica con la Cruz del Rayo. El documento de arrendamiento la cita, cuando se arrienda un haza de cinco fanegas y media en el paraje de Tar de Arroba, lindero con el Humilladero y las tierras de Gaspar Serrano y con un espacio de cuartro años. El que la arrendaba era Ortega García y pagaba el tercio del producto de cebada o trigo, y el rentista la capellanía de Teresa Guillén en la Iglesia Mayor, administrada por el cura Lorenzo Jiménez. 

La ubicación de Tal de Arroba actualmente se encuadra en un nuevo barrio de los años ochenta del siglo XX, donde a lo más que pueden pesarse las calorías del vecino tras subir su cuesta en las nuevas máquinas  electrónicas  que quitaron aquellos ingredientes de pesas y platillos a las tradicionales balanzas y sustituyéndolas por las pequeñas pantallas que imprimen números  de peso, e, incluso, muestran dígitos ideales para controlar algunos parámetros de la salud corporal.  Pues,  esta calle es una muestra de la evolución urbana de un pueblo  agrícola a una ciudad moderna, con barrios históricos y zonas residenciales, del paso  de  vecinos  dedicados a las actividades agroganaderas a una sociedad plural, donde el peso del mundo rural  predomina, pero los servicios y las actividades  primarias y secundarias ocupan un relevante lugar. Ya no se encuentran por estos parajes los ganaderos que comerciaban en tal sitio o parte, la lana que poseían de tal ganado , y  de tal esquilo de tal año, que vendían su producto, su buena lana merina, deshaldada o deshervada, sin hierro ni cadillo ni percanino, y lo hacían pesándola en  arroba por arroba en peso de cruz sin estar el cielo nublado ni suelo rociado. Como es lógico, con los Llanos cercanos y au dehesa de ganado, lanar y caprino, tal lugar no podía recibir otro nombre que  el  de la operación comercial bajo la medida ancestral de la Arroba, Tal sitio  de arroba a arroba. , que el pueblo redujo Tal de Arroba.  Desde  los Llanos como parque periurbano, la atalaya o mirador de sus terrazas, punto de origen de las  rutas que surgen por sus alrededores para adentrarse a otros lugares, con las viviendas de  la clase media y la cercanía con los servicios básicos de sanidad , educación y cultura, Tal de Arroba contempla el cambio de una ciudad cuyo emblema es una ciudad fortificada de la Mota, que se yergue en el entorno de  un cerro, que cambió la tierra de cereal y olivar a otro parque de zona verde de sus arrabales. Más que tal de arroba, atalaya de la ciudad.   




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