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sábado, 29 de agosto de 2020

LA CARTUJA Y SUS CORTIJOS DEL ENTORNO ALCALAÍNO. EL CORTIJO DEL MENCHÓN BAJO (ii)

A partir de la compra de los cortijos alcalaínos en torno a la frontera entre el reino de Granada y Jaén por parte de los monjes de la Cartuja de la ciudad de Granada,  todos ellos se vieron regulados por una serie de contratos, ya que la mayoría de ellos eran arrendados a  labradores alcalaínos o de algunas de las ciudades del entorno granadinas como Moclín, Íllora, Montefrío o Colomera.
Por varios documentos ante el escribano Juan Gutierrez de Hinojosa podemos sacar una sere de conclusiones sobre su foma de vida a mediados del siglo XVIII, aunque se remontan con algunas variantes a los siglos anteriores en el momento de la compra doscentos años antes. 
Solían los monjes enviar a la ciudad de Alcalá un monje comisionado con el poder ante el escribano de Granada  que firmanba ante el notario las escrituras con el otorgante de la comarca alcalaína y de las tierras del Norte de Granada. Generalmente, Se  reservaba una parte de cuatro  de las tierras de mieses y semillas, Solía sembrarse trigo, cebada y otras semillas como lino, yero  y habas. Le pagaban otros emolumentos como una carretada de paja, una fanega de trigo por las casas del cortijo,  que solía pagarse por el día quince de agosto.y y otra para el capellán que acudía a decir misa a la ermita que se encontraba en el Menchón Bajo. El monte les proporcionaba la mitad del producto tasado antes de que lo invadiera el ganado  para comer la bellota; para ello se buscaban por las dos partes personas expertas en la agricultura, lo que solía pagarse por San Miguel. Una obligación especial consistía en la entrega de un pavo por Navidad por el concepto de la  arreala que es lo mismo  que el estipendio de la reala por tener ganado en el monte.
La labor agrícola obligaba al arrendador a vista de peritos del campo a los barbechado



os, alzados, vinados, rozados y escardados, así como la obligación de tener un numero de yuntas ( cuatro para el Menchón Bajo), todas las labores y el producto se controlaban en la  era  que había de estar limpia un mes anterior y solo ppodían entrar el ganado a la hora de la trilla. No se permiían tener  otro ganado en el cortijo salvo el cerdo, las habas se empleaba para hacer cebo para los bueyes ( cuatro fanegas sembradas den Menchón Bajo).  Se impedía la tala y corte de cuaqluier encina o quejigo , salvo las que no podían utilizarse o estuvieran secas para la lumbre; y había que pedir permiso para cortar leña para aperos de labranza y carretas, solo de encina. Los estiércoles de los tinados se empleaba para la tierra del cortijo, donde se obligaba a vivir al arrendador.

EL CORTIJO DEL MENCHÓN ALTO 
No era su nombre exacto sino Manchó, a saber , según la DRAE en los sembrados y en los matorrales, pedazo en que nacen las plantas muy espesas y juntas. Más bien  Parte de una tierra de labor que por un año se deja para pasto del ganado.
En 1748, fue su otorgante del arrendamiento Diego Ruiz, se encontraba entre los términos de  Íllora y Alcalá la Real y lo hizo por tres años. Con fecha de  13 de abril de 1751, se comprometía como otorgante del arrendamiento José Nieto, y destaca que el cortijo se componía de casa de teja,  pajares 3 pesebres, una pila,  dos brocales para pozos  y tinado. El fraile Juan de Badajóz venía como apoderado por el monasterio para firmar la escritura en las condiciones comentadas para todos ellos, en este caso destaca una parte para ellos de las cuatro de trigo, cebada y semillas
Se componía de tierras de labor y monte. 
EL MENCHON BAJO
En 1751 lo hicieron con los hermanos Francisco y Pedro García Ibañez, en la misma fecha y con el mismo monje apoderado y en la misma proporción de renta en productos. 
El Menchón Bajo suele componerse de varias casas , 12  pesebreras,  8 pilas,  tinado y una ermita, donde acudía un capellán para decir misa, al que le daban una fanega de trigo, en dicha ermita estaba San Isidro y servía de lugar de encuentro de los cortijos colindantes como el Menchón Alto y la Alhondiguilla. 
LA ALHONDIGUILLA
Por un documento de 19 de octubre de 1748, aparecen unos datos muy interesantes de este cortijo que se arrendaba junto con los dos cortijos del Menchón Bajo al labrador Fernando Márquez. Se hacía por espacio de tres años  y en las mismas proporciones de renta de productos y semillas

EL CORTIJO DE ACEQUIA
Es muy interesante el arrendamiento que hizo Mateo Martín Cid en 23 de octubre de 1749, pues mos muestra un cortijo de tierra de labor y monte de encinar, que albergaba una casa de teja con nueve pesebreras, lo que nos ilustra del ganado de yunta para la labor, fija que son de piedra así como tres pilas de la fuente de agua que había contigua. Por este tiempo se arrendaba de tres partes una para el monasterio. 
CORTIJO DE LA PARRILLA
Se arrendaba a Justo Valverde y se componía de tierra de labor y monte, con una casa, pajares, 8 `pesebres. La renta era de cuatro partes una, y se pagaba la arreala con el pavo,  las carretadas de paja y el pavo.
CORTIJO DE LA MELERA
Se encuadra dentro del término de Moclín y se arrendaba por 1748  a Pedro Rufián en las mismas condiciones
CORTIJO DE SANTA MARÍA
Se arrendaba òr 1746 sa Juan Serrano, se compponía de casa de teja, pajares y tinados y tierra de labor y monte.
EL CORTIJO DE LAS JUNTAS
Se le añadía una pieza de vega de riego y se arrendó por el anterior.
EL MOLINO DE LAS JUNTAS
Se arrendba a Francisco de Peñalver y Antonio de Trujillo. Era de dos paradas ( blanca y baza), y se le añadía dos fanegas de tierra de regadío. Con una renta de dos fanegas de trigo limpio cada semana. Es muy interesante el contrato porque viene descrita toda la maquinaria.
CORTIJO DE ZAFARRETAMA DE COLOMERA
Se le arrendó a Francisco Celedonio del Moral.
CORTIJO DEL MORALEJO
También pertenecía a la Cartuja. Poseía varias casas, seis tinados y doce pesebres. En 1756 se arrendóa a Antonio Rosales de la Peña, vecino de Íllora. 
LAS TIERRAS DEL CHPETE
Por un documento ante Andrés de medina  el labrador Antón López de las Higueras arrendaba  las tierras cartujanas del Chupete en 20 de  1568 comn el fraile Francisco Martín . Eran 90 fanegas de tierra calma con unas csas cortijo que en ellas tiene el dicho convente, lindero comn tierras propias de la ciudd , Bartolomé Jiménez y camino que se dirigía a los molinos de Guéscar.  La renta consstía 40 fanegas de trigo y coico de cebada.

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