Archivo del blog

viernes, 9 de noviembre de 2018

CAMPAÑAS DE FIN DE AÑO EN ALCALÁ LA REAL INFORMACIÓN


CAMPAÑAS  DE FIN DE AÑO

Acercarse al fin d
el año invita a culminar el último tramo  de un tiempo recorrido, en el que se desarrollan una serie de actividades humanas y de la propia naturaleza. Si establecemos una relación entre  esta   y la naturaleza, este espacio temporal  viene marcado  por un término genérico, que recibe el nombre  de campaña.  Y nos vienen, en seguida, todas las que  transforma y ejerce el hombre en su contacto con la naturaleza. En tiempos pasados sumidos en la agricultura y la ganadería,  se iniciaba el otoño con la campaña de la siembra y culminaba con la de la cosecha del periodo estival. También, siguen recogiéndose los frutos  en invierno con la campaña del olivar.
Hoy día, estamos tan influidos por las nuevas  tecnologías de modo  que estas campañas no quedan como un objetivo a conquistar, sino que se convierten en respuesta segura  a las previsiones  de los aforos otoñales. Tan sólo, los cambios climáticos pueden  provocar muchos desastres en forma de tormentas, tsunamis, vendavales y  miles de formas de irritar al dios Zeus, que se vengue contra los ínclitos agoreros que presagiaban una buena cosecha, como este año,  para recogerla en la campaña de Invierno. Esta es la primera campaña del último trimestre del año, y en torno a ella se mueve otras campañas humanas sociales: desde la acogida de emigrantes hasta las relacionadas con la ayuda y colaboración de los excluidos en tiempos de final del año. Por eso abundan las campañas de recogida de alimentos que se prodigan desde el mes de noviembre hasta el mes de enero, desde el Banco de Alimentos hasta Cáritas, pasando por las diferentes cofradías y asociaciones se multiplican en actividades de recoger alimentos y vestidos, organizar actos para conseguir fondos para afrontar estas ayudas, y de ejercer de voluntarios una gran parte de la sociedad en misiones sociales. Es una obra muy benemérita, aunque algunos la cuestionen por la justicia  social aludiendo que primero  debe ser la justicia y, luego, la caridad. Y en eso estamos de acuerdo, y  todos debemos luchar con nuestros medios,  capacidades y nuestras  contribuciones  a paliar la desigualdad en el reparto del fondo de toda la comunidad. Pero, la caridad no debe confundirse con la  beneficencia que se ha practicado en muchas ocasiones, y es fruto de otros tiempos. Referirse ahora a este tipo de comportamiento caritativo, está muy lejano de  esa caridad que supera a la justicia, la entrega de lo que es propio de cada persona para buscar la igualdad de los hombres. Eso es harina de otro costal. Y en esa línea  deberíamos asumir todas esas campañas.
Por cierto, en este año, no se agotan en las campañas naturales o sociales, sino que entran en juego las de las elecciones autonómicas de Andalucía. Y el esquema se repite afortunadamente por vivir en democracia. A los comicios, como si se tratara de una campaña, acuden los políticos de estos años; los partidos y asociaciones políticas que sembraron desde que se acabó la anterior campaña electoral;  cultivaron y laboraron  a lo largo de estos casi cuatro  años;  cada uno con sus semillas y  en  sus capachos; y, el próximo dos de diciembre, recogerán los frutos al final de la campaña electoral  con el voto de los andaluces emitidos en  las urnas. En medio de esta  campaña se multiplicarán sus aforos, en este caso nos vapulearán con una publicación de encuestas, propuestas de intenciones, tablas de rendimientos del mandato  del gobierno y de la oposición por parte de cada uno de   los partidos y agrupaciones, y, sobre todo tipo de marketing, que en estos tiempos corren desgraciadamente entre las aguas de la posverdad y las news fake.  Por eso, lo mejor es  recordar que estamos precampaña y campaña, y la cosecha debe ser fruto de una siembra con buenas semillas para recoger los esperados frutos.   Con estas intenciones, podremos salvarnos del contexto que anda revuelto y lodoso en medio de las cloacas de la contaminación y corrupción en su más alto sentido. Pues, como decía Tucídides en su Historia de la Guerra del Peloponeso: “Tenemos un régimen político que no emula las leyes de otros pueblos, y más que imitadores de los demás, somos un modelo a seguir. Su nombre, debido a que el gobierno no depende de unos pocos sino de la mayoría, es democracia. En lo que concierne a los asuntos privados, la igualdad, conforme a nuestras leyes, alcanza a todo el mundo, mientras que en la elección de los cargos públicos no anteponemos las razones de clase al mérito personal, conforme al prestigio de que goza cada ciudadano en su actividad; y tampoco nadie, en razón de su pobreza, encuentra obstáculos debido a la oscuridad de su condición social si está en condiciones de prestar un servicio a la ciudad»  Un mensaje que hay que tener en cuenta en estas fechas.



No hay comentarios:

Publicar un comentario