Archivo del blog

domingo, 10 de abril de 2016

LUÍS DE CONTRERAS, EL TERCER CORREGIDOR EN ALCALÁ LA REAL


LUIS DE CONTRERAS(1637-1639)





Tras el breve paréntesis del corregidor Diego de Guzmán, emparentado con el valido de Felipe IV, el cual no supo atajar la conflicitvidad del anterior corregimiento por su actuación parcial y absolutista en favor de los regidores de mano poderosa, fue nombrado don Luis de Contreras. Estaba relacionado con la familia de los Contreras, que disfrutaban de algunos de los regimientos de la capital jiennense, e, incluso, algunos de ellos eran miembros del Consejo de Estado y oidores de la Real Chancillería de Granada. Era primo hermano de don Antonio de Contreras, miembro del Consejo y Cámara del Rey Felipe IV. Fue nombrado en San Lorenzo del Escorial el 31 de octubre de 1637, jurando el cargo ante el arzobispo de Granada y miembro del Consejo de Estado el 3 de noviembre del mismo año. La ciudad recibió la carta el nombramiento el catorce de noviembre. Era caballero de la Orden de Santiago y se mantuvo en el cargo hasta el 24 de junio del año 1640, día de san Juan, en el que murió en la ciudad de Alcalá la Real. Algunos miembros de su familia recibieron órdenes del obispo don Melchor de Soria y Vera. Su mujer era doña Mariana de Espinosa. Su alcade mayor fue el licenciado Juan del Puerto y Mesa en el año 1637 y el licenciado don Francisco de Tejada en los años posteriores. Nombró por alguacil mayor a don Antonio Ruíz de Ávila en Loja, teniente de corregidor Diego Rebollo , y a Martín García y alguacil menor Fernando Luque.


En su tiempo, tuvo que emplearse a fondo en el reclutamiento de las compañías de milicias para los frentes de guerra contra Portugal y Cataluña, donde envió unos cincuenta hombres (18 de Alcalá, cuatro del Castillo y 26 entre Loja y Alhama) con destino a Tortosa a requirimiento del rey y del Presidente de Castilla1 y 160 infantes a la rebelión de Portugal. No fueron sólo estos frentes los que obligaron a la ciudad a acatar nuevas medidas que iban en contra de sus intereses y el saneamiento de su economía. No ayudaba tampoco la climatología de los años de su corregimiento que fueron muy secos, sobre todo el 1640 y las medidas para prevenir la extensión de la peste de Málaga en 1637, que no llegó a afectar a Alcalá. Sin embargo hubo necesidad de cercarla con el siguiente circuito desde la calleja de Fancisco Velasco, hasta la Tejuela y Puerta Velasco, desde la puerta Villena hasta el barrio de San Sebastián y la cuesta del Cambrón, colocando tres puertas de entrada y salida en Villena, los Álamos y Peña Horadada y estableciendo rondas de vigilancia. Como única salida para el movimiento de los labradores y trabajadores del campo se les permitió el barranco de Millán y las Torres Bermejas, al mismo tiempo que era la única vía de acceso en contacto con los enfermos, que debieron ser ocasionales ya que el párroco de Santo Domingo tenía una llave en una casa de Antón de Alcalá para darles la extremaunción. Probablemente debían estar relacionados con los vecinos forasteros que acudían por el agosto a segar los campos alcalaínos2.
En 1637, el cabildo tuvo que aceptar la ampliación del cabildo con dos nuevos regidores y uno nuevo de alcalde mayor regidor que ejercía de alcalde de rondas por la noche, dentro de la política nacional de recaudar nueve millones de ducados para afrontar las guerras de Francia y de Flandes. Con esta medida se benefició don Fernando de Aranda y Medrano sin que tuviera ninguna oposición por parte del cabildo alcalaíno tan celoso en ocasiones anteriores de ampliar los nueve regidores que se habían concretado en la anterior reforma de Gilemón de la Mota3. La peste, por otra parte, obligó a guardarse de los vecinos de Málaga, Antequera y Motril y así no era de extrañar que un antequerano fuera requerido de no entrar a la ciudad. Poco a poco, la mejoría experimentada en Málaga se celebró con una fiesta a la Señora Santa Ana.
El problema más importante radicó en la dificultad para poder reclutar personas de dicho estamento, lo mismo que sucedía en otras ciudades. En el año 1638, se presentaron en Ayamonte, donde mandaban las tropas el Duque de Medina Sidonia, el Marqués de Valparaíso y el de Cardenosa con sus respetivos tercios. Desde allí se trasladaron a Távira y Evora, donde algunos jefes sevillanos desertaron por una nueva imposición del rey Felipe IV. De nuevo, se amplió el número de regidores del ayuntamiento por medio de una célula real emitida en el año 1638. En el mes de abril se inició una nueva medida de resello y consumo de las monedas de vellón para pagar los tres mil millones en lo que estaba endeudada la Corona.
Rompimiento de 5.000 fanegas y el fruto de la bellota.
Rentaban ocho mil ducados anuales.
Finalidad: pago del consumo de alcabalas en 1616.
Prórroga: compra del Castillo, la moneda forera y el donativo de 4.000 ducados en 1624.
Pago de 250.000 reales a la fiesta del Corpus.
300 ducados al corregidor.
400 ducados al médico.
Rédito de censo:1.200.000 mrs.
150 ducados de otros réditos del censo.
Total:2.358.700 mrs.
Deuda: un censo
-20.496.586 mrs. para pago de su majestad.
-7 cuentos de plata doble de la compra del Castillo
-3.740.000 mrs para aumento de propios.
-1.121.000 mrs. al Pósito.
Total:32.358,580 mrs.
1.000 fanegas rinden mil ducados
Fin: el donativo de 24.000 ducados del año 1629
Se han vuelto a sacar para pagar préstamos del Pósito y otros arbitrios en la cantidad de 5.093.200 mrs.
Otros 24.000 ducados del año 1637
Dos mil ducados de las sisas de dos millones( asaduras, aceite,carnero)




En el mes de febrero de 1640, aparecieron treinta navíos franceses en Tánger que alertaron a la ciudad mediante una carta enviada por el capitán general de la Costa Martín de Aróstiegui Marañón, recogiendo un aviso del Duque de Sidonia. A estas acciones se respondieron con lal medidas acostumbradas y la lealtad al Rey mediante la preparación de una compañía de soldados, setenta alcalaínos y veinticinco castilleros al frente del capitán don Pedro de Góngora Gadea, caballero. Los comisarios Juan de Aranda Pineda y Juan Bautista Fernández se encargaron de hacer el alistamiento mediante la elaboración de padrones, prevenir dinero de los propios de la ciudad y el equipamiento de armas, que se en su mayoría eran arcabuces, unos depositados en el propio ayuntamiento otros en las propias casas de los vecinos.
El día de san Juan del año 1640 se reunió todo el cabildo bajo la presidencia del alcalde Mayor el licenciado Francisco de Tejada para notificar la muerte del corregidor tras una prolongada enfermedad y preparar las honras fúnebres, dar el pésame al rey, a su mujer y a su primo el consejero de Estado don Antonio de Contreras a través del secretario Francisco de Arrieta. La valoración de la muerte por parte de los regidores se manifiesta con las siguientes palabras:
"cosa que se a sentido lo que no se sabrá encarezer por munchas causas que podrían representar, así en su gobierno y celo christiano y aver redimido esta república, teniéndola en paz y quietud y aver acudido a las cosas del servicio de Su Majestad con tanta aprobación, zelo y cuydado, así en esta ziudad como en Loxa y Alhama de su partido y corregimiento de tal manera que el trabajo que a tenido en sólo esto a sido ynnumerable y , porque es justo que se le cuenta a su Majestad de su muerte y se le represente los serbicios de tan gran ministro, acuerda se le escriba una carta a Su Majestad y se le envíe testimonio".
Al mismo tiempo, la embajada de regidores que acudió a la Corte de Madrid solicitaba el mant


enimiento en el cargo del alcalde mayor don Francisco de Tejada porque era persona de


muchas letras y entera satisfacción y que a ocupado otros grandes oficios y que su zelo y christiandad merece otros mayores puestos.
Hasta que no llegó el siguiente corregidor, gobernó el mencionado alcalde mayor a ruegos de la ciudad. Resolvió varios pleitos con los cobradores del donativo último que alcanzaba la cifra de 18.000 ducados, la cesión de un haza del convento de Capuchinos del Castillo de Locubín a la ciudad y, sobre todo, el epidemia del gusano en los montes, en los que intervino un fraile del convento capuchino alcalaíno, fray Pedro de Antequera, a la hora de exorcizar los campos.
Tuvo enfrentamientos con algunos miembros del propio cabildo sobre cuestiones de su anterior residencia en Velez y el pago de la casas, y otros de orden interno  sobre el derribo de una casa del barrio de Snto Domingo. Con el provisor de la abadía Lorenzo de Bellón, tuvo diferencias por un pleito de una mujer amancebada  María Apolonia  de Granados  dcon él y  con el escribano de cabildo. (AHPJ, LEGAJO 4950 FOLIO 317, 1 de julio de 1640, escritura de poder)

1AMAR. Acta del cabildo del mes de noviembre de 1637.
2AMAR. Acta del 23 de junio de 1637.
3AMAR. Cédul Real del dos de Junio de 1637.


No hay comentarios:

Publicar un comentario