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jueves, 12 de noviembre de 2015

y ahora, una de costumbres: las bodas pasadas

                   








          Para pretender un  joven a una moza por novia y declararle el amor aquel le escribía una carta de amor y ella le contestaba personalmente;  otras veces,  mandaba a una mujer intermediaria (la alcahueta de turno)  para que consultara si la moza  amaba o no al joven, se sucedían mensajes cruzados hasta que se accedía a la formalización del noviazgo. Si se conseguía, el joven se reunía con sus amigos y entre todos le hacían una serenata a la novia. Para celebrarlo, se asistía al ritual de “romper la teja”
Era el momento en el que novio visitaba la novia, y los amigos lo sorprendían  hablando y le preguntaban: ¿Qué vale más la novia o la teja?, a continuación rompían la teja y le daban un pequeña serenata, el novio acompañaba a sus amigos y los invitaban.
En tiempos de nieve los hombres y mozuelos tapaban las puertas de las tabernas hasta cubrirlas y por medio de canciones los increpaban a los taberneros para que les hartaran de vino y, a continuación, dejaban la salida de la puerta expedita.
En los arremates, sobre todo, de la aceituna  se frecuentaban en el último día de faena una comida campesina, donde las mujeres más jóvenes de la cuadrilla colocaban un pañuelo sobre la cabeza del amo, al que lo cogían descuidado, y le decían “Este pañuelo es de una señorita pobre y pasa sobre la cabeza de un caballero noble, quién lo fía”, y le respondía el amo “Yo lo fío”. Con esto se le pedía al amo una convidada, que consistía en buñuelos con chocolate o guisos con choto.    
Los suegros solían hacer regalos a las novias y se los llevaban a sus casas, donde la novia les ofrecía a la suegra dulces y una copa de aguardiente. En los días festivos, los novios y las suegras  tenían un pequeño detalle con las novias, regalándoles el turrón en las ferias, las castañas en el Día de los Santos
          La mujer aportaba todo el ajuar de la casa, que era confeccionado personalmente por ella, los novios también le aportaban cantidades de dinero a la novia durante el noviazgo. El novio aportaba los aperos para el laboreo de la tierra, los animales del trabajo y el grano para el consumo de la hacienda familiar. El corral corría a cargo de la mujer, que comenzaba a poblarlo de  gallinas, pollos, pavos (se los solían regalar). Los novios acudían separados, como ahora, a la iglesia: las novias eran acompañadas por las mujeres (a la diestra de la novia iba la madrina y a la izquierda la hermana de la novia o bien una prima suya); los novios eran acompañados por los hombres, a la diestra del novio iba el padrino y, a la izquierda, el hermano del novio  bien un primo suyo; detrás de los dos, iban los invitados.  
          No era el ceremonial de una boda, como se hace actualmente, sino que desarrollaban sus rituales durante tres días:
          Primer día
La novia se solía vestir de un vestido nuevo, que no era necesariamente blanco y que había sido confeccionado por ella misma con ayuda de su madre o de alguna costurera; el novio también solía estrenar traje y llevaba sombrero de copa. . Solían casarse los novios en la iglesia por la mañana, y como ahora, a la salida y en las puertas del templo, les solían echar los amigos y familiares trigo a los novios. Luego se iban a la casa de los recién casados a tomar el desayuno, a continuación solían dar el regalo a la novia, que se solía echar en la falda de la novia. Cuando ya habían juntado todos los regalos, padrinos, padres de los novios y novios solían contar el dinero. Tras esto, se celebraba la comida o convite ( se invitaba a los más cercanos y había garbanzos tostados, dulces y aguardiente, el novio y la novia y los suegros ofrecían comida y bebida en una bandeja de la siguiente manera: el novio ofrecía el aguardiente, luego la novia los garbanzos tostados, y por último los suegros dulces) en la casa del novio  , y por la noche se hacía un baile en el patio de la casa de los novios hasta la madrugada –para ello se contrataba a alguna persona o grupo para tocar  con un acordeón canciones, principalmente fandangos de pueblo o aldea . Tras  el baile y la marcha de los invitados, se acostaban los novios, y, a media noche,  los invitados le tocaban una serenata a la vera de la ventana.
          Segundo día
          Los padrinos solían despertar a los novios, para que los invitasen a aguardiente. Por la noche, se realizaba otra sesión de  baile en la casa de los recién casados, y, por la noche los parientes solían tocarle una nueva serenata.

          Día tercero

Los novios solían visitar a los padrinos y a los padres, y en su casa les invitaban a comer y allí les deseaban suerte para las nuevas vidas.

          Las mujeres solían recibir regalos de adorno. Eran aderezos de filigrana, de oro bajo con piedrecitas y con esmeralda, que servían para los anillos, gitanillas de uno o dos lazos, alfileres de pecho y de cruz.

 


CANCIONES DE NOVIOS

A la calle Rosa,
Me voy a vivir
Por ver a mi novia,
Bajar y subir
Subir y bajar,
A la calle Rosa
Me voy a mudar.

Cuando al hospital llegaste
A visitar a los enfermos,
Y a mi cama no llegaste
Este sentimiento tengo.

La jerigonza( “serigosa”)
Que la quiero ver bailar,
Saltar y brincar
Y andar por el aire,
Que mi niña es 
la jerigonza del fraile,
Déjala sola
Déjala sola,
Que mi niña 
parece una rosa,
Busca compaña, 
que mi niña

Parece una araña.

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