REFLEXIONES
En
este mundo global, sumido en una de las crisis más duraderas, necesita que se
hicieran realidad las palabras de Lucio
Arauzo: Como somos hombres y mujeres
de nuestro tiempo, deseamos ver, y vamos a trabajar por ello, el final del
paro, el final de los desahucios, el final de los recortes a los débiles, el
final de las evasiones fiscales, el final del poder ejercido en beneficio
propio, el final de una precaria asistencia social y de la salud, el final de los corazones duros y fríos, incapaces de
sentir con el sufrimiento ajeno” . Sin embargo, los acontecimientos desbordan a los deseos y,
en este fin de semana, se ha asistido a un nuevo ataque terrorista contra
Francia, desmontando la seguridad y el paraíso de la sociedad del bienestar que
se extiende, con sus grandes deficiencias, en la mayoría de los pueblos de la Europa Occidental.
Parece
una incongruencia que algunos tertulianos se remonten a los cerros de Úbeda y,
valga la expresión, para dar explicaciones sobre los trágicos acontecimientos
acontecidos en la ciudad de París. A
pesar de la globalidad actual de la información y el pluralismo de fuentes,
tendencias e interpretaciones, quieren
convertir a todo el mando para que
comulgue con sus ruedas de molino. No es el momento de demonizar a las civilizaciones, ni a las religiones ni
a las
ideologías políticas. Ni mezclar tiros con troyanos arrancando páginas
de la historia según las conveniencias , empleando el mecanismo de copiar y
pegar para crear una simple
justificación de los hechos puramente manipulados. Muchos han superados las artes de la
deformación explicadas por Rambaud en el estudio de César. También, hay quienes
se remontan a las cruzadas, a la
Inquisición , a las brujas medievales, a las guerras de
religión de siglos pasados para
descalificar a muchas personas de
bien que se acercaron a las prácticas religiosas y aplicaron
honradamente en la vida social fomentando la concordia, promocionando la
igualdad y haciendo justicia con sus vecinos.
Y lo mismo puede aplicarse a los musulmanes que practican en su vida la doctrina del
Islam sin tener que recurrir ni a los
periodos de los genocidios del medievo ni
fijarse solamente en los seguidores de la guerra santa.
Nadie,
por otro lado, apuesta por los beneficios que ha aportado la actual crisis
cuestionando las bases de un gigante de pies de barrro y promoviendo un debate
interesantísimo para poner punto final al periodo anterior e
iniciar una nueva etapa. Algo así como un borrón y cuenta nueva. Pues su
discernimiento trata de corregir todo lo
negativo de la etapa pasada, busca nuevas rutas y diferentes a las
anteriormente recorridas y procura no olvidarse de los más desfavorecidos de
esta debacle generacional, los que han sufrido la exclusión y se han visto desposeídos de su status social ganado con mucho
esfuerzo.
Es
verdad que es difícil predecir el futuro y las mentes se encuentran.
completamente obnubiladas ante el bombardeo continuo de acontecimientos imprevistos . Cuesta pensar que se está en el
trance final de la crisis o que se ha tocado techo en muchos asuntos. Ya son
pocos los que creen que esta es una cosa
pasajera como la que aconteció por los primeros años noventa el siglo XX. Sin embargo, por muchos rincones de nuestro
entorno se percibe que comienzan a darse pequeños pasos que significan un nuevo
modo de concebir las relaciones humanas, apartado del consumismo y el
neoliberalismo rampante de años pasados. No se ha alcanzado un nuevo humanismo, pero, al menos,
se extiende a través de las redes sociales
que estén presentes los problemas de muchas persianas excluidas
de modo que no se tengan los oídos sordos para estos. Incluso, se
advierte que se ha extendido la esperanza que
estas tragedias tienen solución pacífica y justa, porque imperios más
grandes han caído.
Dentro
de pocos días , comenzará la campaña electoral para elegir a los nuevos
diputados y senadores a lo largo del
territorio español. A veces, no se le da la importancia de que el voto de una
persona significa párala transformación de un país. Y, se devalúa esta decisión personal que constituye el
final de una acción moral personal y social de suma trascendencia: se analizan
las propuestas, se debaten los pros y contras ejerciendo la libertad y se
decide con una papeleta la propuesta
para mejorar la sociedad. Conocimiento ante la ignorancia y
manipulación. Libertad para deliberar ,
Responsabilidad ante el actuar.
Leía,
hace uno días, estos titulares de una institución prestigiosa
para los nuevos comicios: ratificación de la Carta Social Europea
revisada en 1996 para garantizar los derechos sociales; garantía de ingresos
para los hogares en situación de pobreza severa; garantizar el acceso a la
salud a todas las personas; proceder a reformas estructurales que conlleven la
aplicación del derecho humano a una vivienda digna y adecuada; empleo digno y
salario justo; apuesta social y solidaria en la contratación pública; evitar la
irregularidad sobrevenida en los emigrantes; garantizar los derechos humanos en
los procedimientos de expulsión; cumplir los objetivos del desarrollo
sostenible y del medio ambiente; y
destinar el o.7 del producto interior bruto a ayuda oficial del
desarrollo para ayudad a la financiación de un modelo sostenible. Cualquiera
pensaría que estos puntos para reflexionar en periodo electoral pertenecerían a
un partido político o sindicato. Y ha
pinchado en hueso. Es Cáritas española quien lo comunicaba a todos los medios,
y , por ende, no
significaba en modo alguno una postura bélica sino un abrir los ojos para tender puentes por donde todos pueden
pasar para vivir en un país más
justo y pacífico.
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