Casas de Cabildo: DIARIO DEL RUTERO XII. POR CABRA Y BAENA

lunes, 2 de junio de 2014

DIARIO DEL RUTERO XII. POR CABRA Y BAENA

DIARIO DEL RUTERO. POR CABRA Y BAENA

Casa de exministra Carmen Calvo

Madrugamos este día tercero de la Ruta del Califato en dirección a Cabra y Lucena. Recogimos a Rafael en las Caserías, pasamos Almedinilla y Priego, explicando el sentido de esta nueva etapa de la Ruta del Califato y centrándonos en la Batalla de Lucena donde el alcalde de los Donceles apresó a Boabdil y lo encerró en el Castillo del Moral. Al llegar a los Pelaos, emprendimos la sesteante y empinada Sierra del Picacho, desde donde se extendían amplios campos de canteras de mármol, de pasto de ovejas y de delirio para los recogedores de setas. Adelantábamos a senderistas, romeros y ciclistas que ascendían más lentamente al santuario.

Al llegar a la cima, un mirador excelente de Andalucía se extendía por todos los puntos cardinales a pesar de ser un día amenazante de lluvia y tormenta junto con el chirimiri de nubes goteantes que impregnaban la luna del autobús.

Entramos a la ermita de Nuestra Señora de la Sierra, una imagen de la Virgen, gótica y envuelta en la leyenda que se remonta a los Santos Varones de la Iglesia y a los cristianos mozárabes. Con mucho respeto , contemplamos su patio, dependencias y la ermita con su retablo barroco que preside la Patrona egabrense; al lado imágenes de San Joaquín , san José, Santa Ana y el rey santo, junto con crucificados. Cada uno hizo una plegaria a la Virgen y salió para subir a un balcón natural, punto geodésico, geográfico y natural desde donde contemplamos muchas ciudades cordobesas y las sierras Subbéticas , entre ellas la Parapanda culminada con las antenas.

Por la misma carretera zigzagueante bajamos de nuevo con dirección a Cabra, desayunamos en Los Pelaos, para recoger energías para el día, y llegamos a la Fuente de Cabra, donde el guía Luna nos recibió en ese entorno natural, donde mana el agua y remansa el lugar con una sensación de tranquilidad y paz; paseamos por su entorno en medio de villas de familias de clases privilegiadas- modernistas regionalistas-, el coliseo de espectáculos, la fuente de la Virgen, el puente….Y nos adentramos al parque del alcalde Alcántara, donde topamos con el Instituto de Aguilar y Eslava, (siglo XVII) habiendo visto anteriormente la iglesia de la Soledad. Nos paramos ante la portada de Luís González de Bailén, el arquitecto de la duquesa de Sesa que fue regidor de Alcalá, pasamos a su museo, donde contemplamos su pinacoteca, sus fondos documentales, una exposición temporal de Lozano Siro sobre las ilustraciones de Pepita Jiménez, los laboratorios de animales disecados, la clase del mundo natural donde saludamos al concerniré eterno y desecado, y, en los sótanos, un refugio de la Guerra Civil contemplamos el museo de la Pasión con réplica y elaboración de la figura y entorno de un hombre crucificado(¿ Cristo?). Atravesamos las calles de la burguesía egabrense, las mansiones de sus antepasados y ministros, el Casino de la Amistad, varias iglesias ( la de San Juan de Dios…) hasta llegar al barrio del Cerro, donde nos fotografiamos en la casa de la exministra Calvo Poyatos. Entramos en la iglesia de san Juan, con restos de un ara de su basílica episcopal y antigua sede de la cofradía de la Veracruz, con la imagen de los Remedios. Entre calles estrechas, de dos cuerpos y balcones de geranios, arcos, el más importante el del Sol, y escalinatas llegamos a la Plaza Mayor ,donde presenciamos una Fiesta Medieval.

Nos adentramos al Castillo o Palacio del Conde de Cabra, hoy colegio de las Escolapias, donde Rafa Cano-Caballero nos simuló que se encontraba fotografiado en su patio de dos corredores arqueados. Entramos en su torre del Homenaje ( sala de homenaje y terraza) y su iglesia con lienzo de Valdés Leal.

Contemplamos una lucha de dos espadas medievales antes de dirigirnos a Lucena, a donde llegamos para almorzar en las Peñuelas. De allí con una comida que nos reanimó, nos dirigimos al Castillo del Moral, eje de nuestra ruta para encontrar los restos de Boabdil como hizo Pedro Mártir de Anglería por el 1489. Creíamos que íbamos a encontrar el escudo de Boabdil, el casco o la espada, y hallamos un castillo con torre poligonal y las salas museificadas con muestras del hombre Antecessor, cerámica medieval y renacentista, el mundo de Sefarad, ya que Lucena fue una gran ciudad judía.

Tras la visita hicimos y un recorrido por las iglesias, todas cerradas con el hálito de la despedida de la Virgen de Araceli que se había marchado por la mañana hacia su santuario. No obstante pudimos contemplar desde las alturas a vista de pájaro y desde los alrededores de la de Santo Domingo, san Francisco, el Carmen, san Pedro , Jesús Nazareno, y varios palacios y el cementerio judío.

Tuvimos la fortuna de llegar al claustro de los franciscanos alcantarinos y , sobre todo, a la parroquia de san Mateo, que visitamos pormenorizadamente , con el Cristo de la Humildad, muy original, el san Mateo de Pablo de Rojas, san Miguel Arcángel, el Ecce-Homo y, la parada obligatoria en el retablo de la capilla mayor. Una joya del renacimiento andaluz, obra de Juan Bautista el Viejo, allí describimos predela, calles, cuerpos intercolumnios, ilustrados con la vida de la Virgen y Jesús y los apóstoles. Y nos detuvimos también un buen rato en su Sagrario culmen del barroco andaluz, obra de Francisco Castro y excelente cuadro de exaltación de la Santísimo Sacramento.

En la puerta de la iglesia nos despedimos de San Mateo, le hicimos un guiñó a la cabeza de Boabdil que estaba ensogado, y contemplamos la hermosa plaza que linda con el ayuntamiento y la bordean amplios espacios, entre ellos donde se encuentra la estatua del escritor barroco luccntino Barahona de Soto.

Un helado con turrçon de Jijona nos reparó las fuerzas gastadas, emprendimos el camino de la plaza del Coso y hacia la iglesia de San Juan de Dios, donde llegamos justo en el momento que nos recogió el autobús, con regreso hacia Alcalá.

VIRGEN DE LA SIERRA