SOBRE EL ORATORIO DE LAS CASAS CONSISTORIALES
Se habían nombrado a Felipe
del Rincón y Antonio de Utrilla, regidores delegados para conseguir que se
celebrara misa en el oratorio de las Casas Consistoriales. Ante esta petición la Silla Apostólica ,
les respondió que “sólo se podrá
intentar dicha licencia haziendo hermita y oratorio público con puerta patente
y franca para todos los fieles y separada de la entrada de las Casas
Capitulares y les parezca propósito que la Ziudad hiziese fabricar dicha hermita en el sitio
y solar desocupado que se halla por la parte que mira a la calle que llaman del
Bordador inmediato a estas casas, lo que será
no de la mayor costa pero muy del bien común de todo el vecindario
inmediato a la plaza, y con estas
causales se podrá tratar la dependencia
con el señor Gobernador Juez Eclesiástico, y así la ziudad se servirá
determinar lo que fuere de su agrado”.
Y lo que es más interesante
y conocer el origen de la pintura de Santa Bárbara, radica en el siguiente acuerdo:
“Y por la ciudad oído y
atendiendo a lo que precisa el que se zelebre e Santo Sacrificio de la Misa inmediato a estas Casas
Capitulares y que de hazer la obra se redimen los grandes gastos de breves
temporales, acordó que dichos caballeros comisarios acudan a pedir licencia
icho gobernador para poder fabricar la hermita pública en el sitio que han
propuesto con al invocación de Santa Bárbara y de Santa Catalina Mártires, para
lo qual hagan memorial con testimonio de este acuerdo y, asimismo dispongan a
la mayor brevedad la fábrica de dicha
obra y PINTURAS DE LAS DOS SANTAS, cuyo gasto la ciudad libra en los propios y
su mayordomo, sacándose a pregón y `precediendo declaración y aprecio del
maestro de alarife que arregle y plantifique la dicha obra, y todo su costo y
de la postura que se hiciese se dé quenta a la Ciudad que sobre todo vaya
tomando las devidas providencias con que debe concurrir a un fin tan deseado, y
si para ello y de resulta de la conferencia
con dicho Gobernador fuere necesario escribir esta ciudad al Illmo. Sr. Patriarca Abad
Mayor de esta Abadía, lo hagan los dichos caballeros en forma de ziudad, pues
para todo ello se les da poder y comisión” .
El cuadro ha vivido miles de acontecimientos, revoluciones, paso de presos, archivos olvidados. Peros siempre se ha mantenido en la rocalla que lo circunda. Hubo un atrevido que por los años ochenta del siglo pasado quiso quitarlo con motivo de las obras de restauración. Pero leyó en el yeso que posa
-Moriría de muerte repentina quien quisiera quitarlo..
Con lápiz gordo albañalero. .
Inmediatamente, lo puso en el mismo lugar donde estuvo siempre.
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