SIGLOS XVIII, XIX Y XX
Con el presente
artículo llevaremos a cabo completamos la descripción documental de la vida del ocio en la
comarca de Alcalá la Real, que iniciamos con los siglos anteriores. Partimos
del calendario festivo para finalizar con el resto de las actividades festivas.
Calendario
Es interesante
partir de la reglamentación de fiestas establecidas en las ordenanzas
recopiladas del año 1751 y en las que el Cabildo tenía obligación de asistir a
la función de Iglesia de la mañana y la procesión de la tarde. Allí, aparecen
diversas fiestas de la Tabla, que fueron despachadas y decretadas por el
Real y Supremo Consejo de Castilla, entre ellas destacaba
LA FIESTA DEL CORPUS:
Junio:
El Corpus
Cristi se celebraba en la vísperas, que subían los miembros del Cabildo a la
Iglesia Mayor Abacial o a la de San Juan sin la presencia del corregidor ni los
caballeros comisarios, organizadores de la fiesta. El Día del Corpus, acuden a
la solemne función religiosa y procesión; durante todas las tardes de la Octava
acuden un determinado número de caballeros. El día Octavo sube toda la ciudad
en pleno. Corría con el gasto de la cera y la que sobrara se la dará a Nuestra
Señora.
LA FESTIVIDAD
DEL CORPUS CRISTI
Como fiesta
capitular, continúa celebrándose en los siglo que abarcan del siglo XV hasta el XX, como la
más importante de todas hasta tal punto que se mantiene la obligación de
nombrar comisarios en los cabildos
últimos del año, hacer presupuesto y contratar todos los elementos de la fiesta
del día del Corpus y su Octava, a pesar de las dificultades que asiduamente se van
resolviendo los miembros del ayuntamiento para contratar y hacer frente a los
gastos. Se llega incluso a tomar créditos por los comisarios hasta que se les libra de los más recónditos procedimientos:
pagas de arbitrios. Hay momentos de que incluso se anulan las suertes de los
comisarios y se aplaza su nombramiento en las fechas próximas de la festividad.
Lo normal de
dicha fiesta radicaba en que el cabildo municipal acudiera formado como ciudad desde sus casas
capitulares, yendo delante al clarinero de librea, seguido de los porteros y el
resto de la ciudad.[1]
En la iglesia recogían los comisarios al señor abad, vicario o gobernador, que
lo acompañaban hasta el coro; en la despedida los mismos comisarios lo hacían
hasta la puerta de la Iglesia en el caso del abad y hasta la sacristía con el
vicario, de donde lo sacaron. En el coro se reparte la cera por los porteros
parte al coro y otra a la ciudad sin entregarle a los regidores, portadores de
palio.
En la procesion
general era frecuente que acudieran
todas las cofradías, comunidades religiosas y el cabildo eclesiástico con sus
estandartes, cruces e imágenes, asi como
las danzas y los gremios de la ciudad. Estos se vestían y formaban cuadrillas
de diablillos y no sólo con
ropas y rostros de tales, sino con los
de los sayones de Semana Santa y otros ridículos y extraordinarios trages, que
no vienen al casso para el culto,ni cossa de razón, sino para executar
licenciosamente toda suerte de desórdenes. Al final de la manifestación
religiosa iba el cabildo, precedido con ochos sujetos vestidos de librea y
asistidos por un oficial del cabildo, el clarinero o timbales, los porteros y
el resto de la corporación. Al Cabildo eclesiástico- beneficiados, capellanes y
clérigos- lo presidía el abad o el gobernador, que era acompañado por dos pajes
en el primer caso, asistiéndole con un cojín para bonete.[2]
La villa del
Castillo de Locubín también mantenía la tradición festiva y no era extraño que
hasta muy entrado el siglo XVIII cooperara el ayuntamiento municipal. Así Juan
Beltran de Callava, regidor, contrataba en el año 1742 con Mateo de molina y
Tomás de Santiago tres danzas de dieciséis hombres y ocho mujeres cons sus
intrumentos para el trabajo de los nueve días, la octava, fiesta y vípseras del
Corpus, dándose 11oo reales por persona [3].
Los conflictos
entre el estamento civil y religioso son frecuentes. No es extraño que se firme
un nuevo convenio de concordia el año 1721, donde se recoge entre otras cosas
anteriores como la salutación en los sermones y la presidencia y llaves en el
día del Jueves Santo, junto con el acompañamiento de dos pajes en la procesión.[4]
Se repiten en el año 1751, que se llega a la concordia con el fin de que todos
los estamentos municipales ganen el jubileo que había otorgado Benedicto X.[5]
Pero reverdecen a finales de siglo,con motivo de llevar la silla el abad,
entabándose un pleito que se hace comparar los privilegios con el de otros
obispados[6].
Incluso, en el año 1783 no acudieron a la fiesta por dicho motivo[7]
prorrogando el conflicto hasta el año 1793.
Nuevos
elementos diferentes a los siglos anteriores se manifiestan en estos siglos. En el año 1725, en la víspera del Corpus,
aprovechándose de la presencia del Regimiento de Dragones Pavía, se iluminó la
plaza del Ayuntamiento en la calle Real, se hicieron salvas de fusilería por las tropas y una
velada, alternada entre la capilla de música de la iglesia Mayor y los cuatro
obóes del Regimiento.
Por los años
treinta del siglo XVIII, se escribe en el forro de las portadas de los libros
de Cabildo, el dato de la probanza de los dulces del Corpus por parte de todos
los regidores y oficiales del Ayuntamiento, señalando la fecha exacta de dicho
acontecimiento, como un acto importante de la festividad.
Es frecuente
que el cabildo costee la cera de la iglesia de los regidores.[8]
Esta se dedicaba a altar de la Iglesia
Mayor, al gobernador, los ministros y el cuerpo de la ciudad. Por las
circunstancias adversas o económicas, en años como el 1744, se restringe el
adorno de la plaza y se sugiere que sea lo menos costoso posible, ocurriendo el
caso de que se suspendan las propinas que se daban a los munícipes y los gastos
de danzas.[9]
En la misma línea de
restricción de gastos, se aceptó en el año 1749 que se cambiaran los dulces y
propinas que daban a los miembros del Cabildo por la parte correspondiente de
telade lana para las chupas.[10]
El año 1753 nos
ilustra de los elementos constitutivos de la fiesta al presentar las cuentas
los diputados encargados de ellas: Los adornos de la plaza, el altar,la cera,
los dulces y, curiosamente, la Danza de los Valencianos completaban el montante
de unos siete mil trescientos cincuenta y dos reales. Aunque no quieren
introducir estilos ni perjudicar lo esencial de la fiesta, la nueva danza de
los Valencianos es una novedad de la fiesta, que se repetirá en el año
siguiente en el día de la función en el de la Octava al contratarse a Pascual
Millares.[11]
Unos días después, se nos especifica la reiterada probanza y convite de dulces
y además se manifiesta que la procesión salía de la iglesia de San Juan hasta
la Plaza Nueva. Una arroba de cera para la hermandad del Santísimo Sacramento,
veintitrés libras para la iglesia( preste, diaconos, curas, beneficiados, sorchantres,
sacristanes, organistas, maestro de ceremonias, capellanes, campanero y
caniculario), cuarenta y cuatro velas de media libra para el día del Corpus y
Octava, catorce velas de media libra para para el preste y altar en los días
señalados, otra al abad y gpbernador, al fiscal, notario y mayordomo. No se
olvidaban de la media libra del paje del Gobernador. El altar de la plaza
alcanzaba los dos mil quinientos reales. Los dulces se repartían una arroba
para el abad y media para el gobernador, en la misma proporción el corregidor y
el alcalde mayor y los regidores y jurados recibían seis libras, dos los
escribanos, tres los abogados, dos el capellán del cabildo, dos el contador y
el alguacil mayor, administradores de propios y Pósito, y una en el mayordomo,
el fiscal, el portero y el trompetero. No obstante, este año se restringió el
refresco del Día de la Octava.[12]
A veces,se amplia el derecho de cera a los miembros del Tribunal Eclesiástico
como en el año 1763. En otras ocasiones, se distingue al corregidor con una
cera especial como en el año 1780 [13].
Durante muchos años los presupuestos fijados ascendieron los doscienta y
cincuenta mil maravedís.
A mediados de
siglo se constata que una familia granadina va ser la encargada de la
organización de todos los preparativos, ornamentos, aderezos, danzas, altares,
y demás elementos de la Fiesta del Corpus. Era la familia de los Perea, que
provenían del Corpus de la ciudad de la Alhambra y, mediante conciertos de
siete y ocho años, se obligarán de padres a hijos a organizar los principales
actos y adornos. En concreto, el 1757, Juan Perea firma un contrato cuyo
memorial recoge el acta del cabildo del día ocho de enero, donde se compromete
a a hacer todos los años la función del Corpus y tener pertrechos suficientes,
que eran los adornos y altar de la plazajuntamente con las tres danzas de
dichos días [14].
El período de duración del contrato suele establecerse con una periodicidad de
siete años, que a veces prorrogan como es el caso de este mismo en el año 1763,
aunque cada vez exigen nuevos elementos y materiales: en este año precisamente
las tablas, madera y rollizo de los altares y de los toldos.[15]
Al morir en el año 1772, sus hijos, tulelados por Felipe Guillén, mantienen las
mismas cláusulas[16].
En el año 1784, finalizó este contrato y el propio cabildo quien organiza la
tramoya del toldo e iluminarias[17].
[1] AMAR. Provisión
real recogida en el Libro de Ordenanzas del año 1751, como nota marginal.
[2] AMAR. Libro de
Ordenanzas de la Ciudad del año 1766. Folio 32 y siguientes.
[3]AHPJ. Legajo
5312. Folio 703. Ocho deenero de 1742.
[4] AMAR Cabildo
del once de enero de 1711.
[5] AMAR. Acta del
cabildo del seis de junio de 1751.
[6] AMAR. Acta del
cabildo del treinta de mayo de 1783.
[7]AMAR. Acta del
cabildo del diecinueve de junio de 1783.
[8] AMAR.Acta de
Cabildo del siete de abril de 1742.
[9] AMAR. Actas de
cabildo del dieciséis y veintiuno de abril, y cuatro de mayo ( libranza de
3.067 reales) de 1744.
[10] AMAR. Acta de
cabildo del veintitrés de junio de 1749.
[11] AMAR. Acta del
cabildo del dieciocho de junio de 1753, y del año 1754.
[12] AMAR. Acta del
cabildo del diecinueve de junio de 1753.
[13]AMAR. Acta del
cabildo del veintisiete de mayo de 1780.
[14] AMAR. Acta del
cabildo ocho de enero de 1757 y otras del
1761
[15] AMAR. Acta del
Cabildo del catorce de abril del 1763.
[16] AMAR. Acta del
cabildo del soasw febrero de 1772.
[17]AMAR.Acta del
cabildo.
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