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jueves, 5 de junio de 2014

EN EL ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO GARCÍA LORCA


En su patio enredado,
Subía  verde la  yerba,
De poemas enredada,
Y, oliendo a madreselva.
 
 
 
En las tierras de su cuma

Resonaron por su casa

Nanas de la media luna,

Despertares de un mañana.

El espíritu de Bernarda
aletea en Valderrubio,
entre aperos y ubios,
¡mientras el niño descansa!


Un recuerdo a Orueta
su famoso profesor,
conterulio y señor
de este afamado poeta.

 


Nos ilustra con su verbo
y su pasión machadiana
este poeta del pueblo
con su savia soberana.



Y se mostró un fantasma,
entre hilos y marionetas,
Lorca con una comedieta
en las trojes de la cámara.

Aquel día le nos juntamos

disfrutando de su sede,
el rutero alcalaíno

Daniel, un asturiano célebre

Y el labriego de los campos
 y  de las huertas de orfebre


Un requisen le dedicamos
en aquel árbol inmenso
donde reposan sus restos,
según cuentan sus paisanos.
Pues no se creen el invento
de un poeta sin encanto
ni vivencias de misterios.
 

Entre las ventanas suenan
los grilletes de los guardias
y los gritos de sus amas,
mientras el piano recuerda
un míserere de lágrimas. 


No hay cosa más  humanista,
para recordar el poeta
que las clases  que no dicta
nuestro guía con su ciencia. 

Que por mayo, era por mayo,

Sin apretar el calor
Ligeros íbamos de sayo
A honrar al ruiseñor.

Y se hicieron poetas,
junto a la piedra de agosto,
derramando honda pena
por la Fuente del fondo.






En aquel barranco siniestro
a instancias de un saldado.
 el poeta, en la noche, fue y ,  rezó
un forzado padrenuestro,
sin saber que su maestro
no era muestra de perdón.




Y las hoces levantaban
entre cuchillos der sangre
asolando los ideales
 de personas desalmadas.

 




En lo alto de la trinchera,
asomada está Granada,
por los altos del Fargue,
y la bayoneta apuntan
gritando mientras se asusta:
¡Dios mío, no hay quien  nos  salve!

 

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